EXPERIENCIA PROXIMA A
LA MUERTE
La muerte infunde temor, pero no debería
El
médico de cabecera José Morales debido a una arritmia, le produjo una parada
cardíaca que le duró 60 segundos. Explica: “Cuando recuperé la conciencia,
había tenido una experiencia extraordinaria, para mí desconocida, pero
estudiando el tema me he dado cuenta que es una experiencia común entre la EPM.
Describe: “Me vi fuera de mi cuerpo, tirado en tierra, y fui arrastrado hacia
un lugar luminoso, en donde había un entorno natural extraordinario, sentía una
gran conexión, una comunión con el todo, y felicidad. Todos los sentidos
estaban excitados: los olores, los sonidos, la visión. Me encontraba muy a
gusto…Las personas que han tenido una EPM tienen cambios sustanciales en sus
vidas y encuentran un nuevo significado.” El resultado de una EPM “es desarrollar
la capacidad de conectar con el todo,
amar y comunicarse, perdonar al otro y a mí mismo, y después de haber revisado
sus vidas, vuelven con un propósito…El propósito es una vida desde la
autenticidad con aquello que uno encuentra valioso, para eso se necesita
silencio. Veinte minutos de silencio al comenzar el día, una práctica simple de
mindfulness. La vida nos iría mejor
si tuviésemos más conexión con nosotros y con los otros, amor, perdón,
propósitos. No estamos aquí para servirnos,
sino para servir”.
En el
médico José Morales existía una duda: “Existen dos creencias: la que todo es
materia, y la que existe trascendencia. Uno puede posicionarse, pero nadie te
puede decir que tú te equivocas. No existen evidencias y todas tienen sus
argumentos” (?). A pesar que el médico dice que “ha pasado de ser cristiano
cultural a tener la convicción de que la muerte no es el final”, la duda
respecto a qué hay después de la muerte la experiencia EPM no la resuelve. La
respuesta se tiene que ir a buscarla, no en una experiencia sensorial EPM, sino
en el campo espiritual.
Como
era habitual, a Jesús le seguían multitudes. Junto al camino dos ciegos
estaban sentados pidiendo limosna. Al
percibir que Jesús se acercaba se pusieron a gritar: “Ten piedad de nosotros,
Señor, hijo de David”. Como no podía hacerlo de otra manera, Jesús los llama y
les dice: “¿Qué queréis que haga por vosotros?”. Los dos ciegos sin pensárselo
dos veces le dicen: “Señor, ábrenos los ojos”. Inmediatamente recibieron la
vista. (Mateo 20: 29-34). Distinguiéndonos
de los ciegos del relato nosotros somos ciegos espirituales que al oír
que Jesús se acerca a nosotros tendríamos que gritar con fuerza: “Señor,
ábrenos los ojos”. Automáticamente nuestros ojos espirituales serían abiertos y podríamos ver las
realidades espirituales que la ceguera nos impide ver. Nos daríamos cuenta que
el significado de las EPM no tenemos que ir a descubrirlo en la ciencia, sino en el campo espiritual.
La respuesta al interrogante que nos plantean las EPM forzosamente tenemos que
ir a buscarla en la Biblia. No existe otra alternativa.
Satanás
que es quien se encuentra detrás de las EPM
es muy astuto y no se presenta ante nosotros mostrando su rostro
perverso. El apóstol Pablo describiendo a ese personaje maligno, escribe:
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y
no es maravilla, porque el mismo Satanàs se disfraza como ángel de luz” (2
Corintos 11: 13, 14).
Satanás
que se disfraza como ángel de luz no se presenta ante Eva mostrando su rostro
maligno. Escoge para encarnase a un animal de bello aspecto. La serpiente antes
de ser maldecida por Dios y ser condenada a arrastrarse (Génesis 3: 14), era un
animal que andaba de pie. Es muy
probable que Eva estuviese familiarizada con ella pues cuando se le acerca no
da muestras de rechazo. Todo lo contrario. La serpiente no es Satanás. Es el
envoltorio que utiliza para embaucar a Eva. Vayamos al escenario donde Satanás
se encentra con Eva para analizar el parecido con una EPM. La primera cosa a
destacar es que la serpiente habla. Esto es un hecho sobrenatural que pone de
manifiesto que Satanás tiene poder de hacer milagros. Jesús lo describe con
estas palabras: “como homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad,
porque en él no hay verdad. Cuando habla mentira, habla de lo que le es propio,
porque es mentiroso y padre de la mentira” (Juan 8: 44).
Dios
autorizó a Adán a comer “de todo árbol del jardín, pero del árbol del
conocimiento del bien y del mal, no comerás, porque el día que de él comas
ciertamente morirás” (Génesis 2: 16, 17). La serpiente se acerca a Eva para
crearle dudas. “¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”
(3: 1). La mujer comete el error de escucharle y dialogar con él. La serpiente
le miente cuando le dice: “No moriréis, sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (vv. 4,
5). El árbol que hasta este instante había pasado desapercibido, de súbito
adquiere protagonismo. (v. 6). En el mismo instante que Adán y Eva comen el
fruto del árbol prohibido, “fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que
estaban desnudos, entonces, cosieron hojas de higuera, y se hicieron
delantales” (v. 7. El fruto que tenía aspecto de ser dulce como la miel
realmente era amargo como la hiel. Al verse desnudos, reconocieron que habían
muerto. La muerte espiritual fue instantánea. La física se postergó: Adán murió
a los 930 años (Génesis 5: 5).
Una
experiencia EPM es un engaño satánico que quiere hacer creer que la vida eterna
puede recuperarse prescindiendo del Mesías que Dios en su misericordia anunció
a Adán y Eva (Génesis 3: 14, 15). El Mesías que Dios anunció casi en el mismo
inicio de la Historia, se hizo carne en la Persona de Jesús que es “el camino,
y la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por Mí” (Juan 14: 6).
Octavi Pereña Cortina
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