diumenge, 28 de maig del 2023

 

SOCIEDAD DE BÁRBAROS

<b>¿Está enferma la sociedad que prioriza la confrontación a la hora de resolver conflictos?</b>

Estas palabras de Jesús sirven para diagnosticar la salud o la enfermedad de la sociedad actual: “Amarás al  Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10: 27). Son el antídoto contra el virus del individualismo fomentado por el capitalismo. Creemos que pertenecemos a una sociedad civilizada porque hemos alcanzado casi el cien por cien de escolarización y un número de universitarios nunca visto. Esta sociedad tan educada no deja de ser una sociedad de bárbaros como lo demuestra el comportamiento de muchos de sus ciudadanos.

<b>Javier Marias</b> en su escrito <i>Algo enfermizo sí que hay</i cita a la escritora <b>George Eliot</b>, seudónimo de <b>Mary Ann Evans</b> (1819-1880). Nos separan 140 años de su muerte. Lo que escribió en su época serviría para hoy. No necesitaría modificar ni un punto ni una coma de lo que escribió. Así lo redactó: “El Bárbaro, el Bruto es aquel a quien resultan indiferentes todos los asuntos sociales, toda la vida pública en tanto que opuesta a los intereses egoístas y particulares: carece de apego hacia los acontecimientos políticos y sociales salvo si afectan a su propia comodidad y prosperidad, le brindan materia de diversión o una oportunidad para satisfacer su vanidad. Carece de credo social o político, pero es siempre de la opinión que en el momento sea más conveniente. Siempre está con la mayoría, y es el principal elemento de irracionalidad y estupidez, cuando al público le toca discernir. …El Bruto es la personificación del espíritu que lo juzga todo desde una perspectiva más baja de la exigida por cualquier cuestión que juzga los asuntos de la comunidad desde una perspectiva egoísta y puramente personal, y juzga los de la nación desde el punto de vista de su campanario, y no duda en medir los méritos del universo desde su humana subjetividad”.

<b>Javier Marias</b> comenta lo escrito por <b>George Eliot</b>, de esta manera: “La pertinencia de esta cita no requiere explicación a mi parecer. Podría poner nombres propios a los incontables “Bárbaros” o “Brutos” que hoy pululan por España y por doquier, en el sentido de <b>Eliot<b>, claro está. Pero sería tarea interminable y que nos deprimiría más de lo que estamos ya, porque entre estos nombres figurarían los de la mayoría de los Presidentes, Vicepresidentes, ministros, políticos de todo signo, empresarios, banqueros y hasta no pocos intelectuales y opinantes. Lo peor con todo, es que si uno mira a su alrededor (no digamos a las redes sociales), comprobará que demasiada gente sin responsabilidad y poder responde también a la descripción, sobre todo en lo referente a”…es siempre de la opinión que en el momento sea, más conveniente, siempre está con la mayoría”.

Vayamos a la calle en donde la brutalidad  o bestialidad se manifiesta con toda su crudeza. ¿Qué vemos? Manifestantes que pretenden cambiar la injusticia institucional quemando contenedores, vehículos y los cristales de los aparadores, violencia policial desmedida, violencia de género, pedófilos, okupas que se apropian de las viviendas ajenas…

La insatisfacción social es el resultado de que no se tiene en cuenta el texto bíblico que encabeza este escrito. El hombre natural es “bárbaro” o “Bestias” aun cuando no lo manifieste. No llega a exponer el espíritu bárbaro o bestial que almacena su corazón con toda su crudeza porque Dios en su misericordia  impide que sus bajas pasiones se manifiesten.  Si no lo hiciese así el mundo se convertiría en un auténtico infierno. Esto no quita que lo que dice el profeta Jeremías sobre la condición humana se cierto: “¿Mudará el etíope su piel y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podéis vosotros hacer bien, estando habituaos a hacer mal?” (Jeremías 13: 23).

La máxima expresión del amor de Dios al hombre se manifiesta dando a su Hijo único a morir en la cruz por nosotros pecadores. La fe en el Nombre de Jesús convierte al “Bárbaro” o a la “Bestia” que hay en cada uno de nosotros en una nueva criatura. Es el nuevo hombre que no se sabe dónde encontrarlo. Lo que habíamos sido antes de la conversión a Cristo es cosa del pasado. El “Bárbaro” o la “Bestia” que habíamos sido, Cristo nos convierte en pacificadores movidos por el amor de Dios que ha derramado en  nuestros corazones. Por la fe en Jesús nos convertimos en nuevas persona que han dejado en el pasado el espíritu bárbaro o bestial que tanto mal nos impulsaba a realizar. El amor de Dios nos conduce a intentar amarle con todas nuestras fuerzas y al prójimo como a nosotros mismos, sea quien sea nuestro prójimo. Una sociedad enferma como lo es la nuestra necesita que más personas sean guiadas por el amor de Dios para que se cure de su enfermedad. La curación es responsabilidad de todos.

Octavi Pereña i Cortina

 

GÉNESIS 45: 8

“Así pues no me enviasteis acá vosotros, sino Dios que me ha puesto por padre de faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto”

Entonces el Señor dijo a Abram: ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida por cuatrocientos años” (Génesis 15: 13). El Señor anuncia que el pueblo de Israel será oprimido por cuatrocientos años en tierra ajena. No especifica el país, ni cuándo, ni cómo. El misterio se irá desvelando poco a poco. Isaac, hijo de Abraham  tiene dos hijos, el que nos importa es Jacob. De los doce hijos de Jacob sobresale José, el hijo preferido de su padre y aborrecido por sus hermanos que fingen que una bestia salvaje lo ha descuartizado. Lo venden a unos mercaderes ismaelitas que  a su vez lo venden como esclavo en Egipto a Potifar que es un oficial del faraón. La mujer de Potifar acusa falsamente a José de haber intentado violarla lo que hace que el marido ultrajado lo mande a la cárcel. Tanto en casa de Potifar como en la cárcel, José goza el favor de Dios. El copero y el panadero de faraón van de patitas a la cárcel. José que tiene el don de interpretar sueños interpreta los que ambos funcionarios han tenido. La interpretación se cumple. Pasan dos años y el Faraón tiene un sueño que le inquieta que ni sabios ni magos saben descifrarlo. Es entonces cuando el copero  se acuerda de José y le comunica al Faraón su experiencia. Corriendo sacan a José de la cárcel. Lo bañan, lo visten, lo perfuman y le llevan a la presencia de Faraón que le explica el sueño agitaba su espíritu. José lo interpreta y le convierte en la persona más importante de Egipto después de él.

El sueño del Faraón significa que vendrán siete años de gran abundancia seguidos de otros sietes de una gran hambruna. Jacob se entera de que en Egipto hay abundancia de grano y envía a diez de sus hijos a comprar. Después de una serie de situaciones José se da a conocer a sus hermanos y les dice: “Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra y para daros vida por medio de gran liberación” (v.7), José hace venir de Canaán a su padre y a su familia para que se establezcan en Egipto en donde se multiplican y se convierten en un pueblo muy numeroso.

Llega una nueva estirpe faraónica que somete a esclavitud a los hebreos hasta que Moisés se convierte en el brazo de Dios que libera a su pueblo y lo conduce hasta la Tierra Prometida. Desde el anuncio de la profecía a Abram hasta su cumplimiento han pasado digamos 500 años. ¿Quién se podía imaginar que la historia hubiese sido tal como brevemente he descrito? Viene a cuento este relato porque los designios de Dios nos son velados. Sus propósitos no los conocemos. Saber que los pensamientos de Dios son más altos que nuestros pensamientos tendría que hacer que humildemente dijésemos: Sea hecha Tú voluntad tanto en el cielo como en la Tierra. Así es como  en un mundo tan conflictivo como lo es el que vivimos  con tanta desazón ,nuestras almas encontrarán el descanso que necesitan si creemos que las circunstancias en que nos movemos están bajo el control de Dios para nuestro bien.

ÉXODO 16: 21

“Y lo recogían cada mañana, y cada uno según lo que había de comer, y luego que el sol calentaba, se derretía”

La congregación de Israel murmuró contra Dios porque creyeron que no les atendía como se merecían. Recordaban “cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando  comíamos pan hasta saciarnos, pues nos habéis llevado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud”  (v.3). Dios atiende a esta irreverente petición y cada mañana antes de salir el sol “llovía pan del cielo” que tenían que recoger diariamente justo el que necesitaban. Lo que sobraba “criaba gusanos y hedía” (v.20). La bendición del maná tiene una lección que enseñarnos. Cada día antes que saliese el sol tenían que recoger la porción diaria. Según el apóstol Juan el maná es un símbolo de Jesús que es el Pan de Vida que sacia las necesidades del alma. (Juan 6: 25-59). El maná que caía del cielo cada día también ilustra lo que Jesús enseña en el Padrenuestro: “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy” (Mateo 6: 11). En nuestras oraciones diarias le tenemos que pedir al Padre el alimento necesario para mantener sano nuestro cuerpo. El maná que se tenía que recoger antes de salir el sol nos enseña que se tiene que madrugar para implorar al Padre la bendición diaria. El apóstol Pablo nos enseña “Si alguien no quiere trabajar, tampoco coma”  (2 Tesalonicenses 3: 1). La Palabra de Dios denuncia la picaresca de las bajas laborales infundadas. Quienes se aprovechan de la bendición de la Seguridad Social no tienen derecho a la comida. La holgazanería no la bendice Dios. Antes de la entrada del pecado, Adán y Eva tenían que cuidar el jardín. Con la entrada del pecado tuvieron que seguir haciéndolo “"con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra”  (Génesis 3: 19).

La otra enseñanza que aporta el maná es que es un símbolo de Jesús que es el “Pan de vida”: “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará, porque a Éste señaló Dios el Padre” (Juan 6: 27). El hombre no es como el animal que solo es carne. El ser humano es una dualidad: carne y espíritu. Se tiene que cultivar a ambos. El espíritu es el gran olvidado. A pesar que la carne es la gran privilegiada no podemos impedir que se degrade hasta morir. El espíritu es el que se tiene que nutrir con Jesús que es el pan y agua viva que concede vida eterna a quienes creen en Él. Al final del tiempo, en el día de la resurrección, los cuerpos mortales convertidos en inmortales e incorruptibles, juntos con sus correspondientes espíritus, toda la eternidad gozando la presencia de Dios. La mejor inversión que podemos hacer es dedicar tiempo en alimentar el espíritu, el gran olvidado.

 

 

 

 

dissabte, 20 de maig del 2023

 

LUCAS 24: 31

“Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron”

Los dos discípulos que iban a Emaús como todos que formaban el grupo de íntimos de Jesús no creían que el Señor hubiese resucitado. Esto nos tiene que hacer entender que no todas las personas que forman las diversas iglesias locales entienden el significado de las Escrituras. Mientras los dos discípulos iban hablando por el camino de su regreso a su pueblo “de todas aquellas cosas que habían sucedido”. Jesús se acercó a ellos “y caminaba con ellos, mas los ojos de ellos estaban velados para que no le conociesen” ¡Cuántas personas que se consideran cristianas hablan entre ellas temas bíblicos y sin embargo no conocen a Jesús. Conocen de pe a pa la Escrituras y Jesús les sigue siendo un desconocido. Cantan himnos, participan en la Cena del Señor, incluso predican, pero Jesús sigue siendo un desconocido. A estos creyentes se les puede considerar que han sido bautizados en el bautismo de Juan. El agua bautismal puede haberles quitado suciedad corporal, pero no la del corazón. Les falta el bautismo del Espíritu que es quien abre los ojos para que puedan reconocer que Jesús ha resucitado. Estando ambos discípulos comiendo con Jesús “tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces (oh maravilla) les fueron abiertos los ojos  y le reconocieron” (vv. 30, 31).

Mientras los dos discípulos se dirigían a Emaús comentaban los sucesos del día. Al acercarse a ellos Jesús les dice: “¿Y por qué estáis tristes?” (v. 17). El conocimiento intelectual de la muerte y resurrección de Jesús no llena de gozo el corazón. No fue hasta que les fueron abiertos los ojos que se dijeron: “¿No ardía nuestro corazón en nosotros mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? (v. 32). Para ellos fue un gran gozo saber de cierto que Jesús había resucitado. Ni cortos ni perezosos se levantaron de la mesa y regresaron a Jerusalén para decir a los discípulos que había resucitado.

El corazón de aquellos dos discípulos estaba lleno de gozo y como dice el proverbio: de la abundancia del corazón habla la boca”. No podían guardar para sí mismos el gran tesoro que acababan de descubrir. ¡Cuántas personas se reúnen en las iglesias que no saben decir con gozo. ¡Jesús ha resucitado!


 

GÉNESIS 42: 21

“Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esa angustia”

José tuvo dos sueños en los que sus hermanos se inclinaban ante él (Génesis 37: 7-10), lo cual causó que sus hermanos lo aborreciesen. Al final sus hermanos lo vendieron a unos mercaderes ismaelitas que lo vendieron como esclavo en Egipto. Debido a que José interpreta el sueño del faraón, es encumbrado a primer ministro con plenos poderes. La interpretación del sueño que José es que vendrían siete años de gran abundancia seguidos de otros siete de una extrema hambruna. La noticia de la abundancia de grano que hay en Egipto llega a oídos de Jacob padre de José que envía a sus hijos a Egipto a comprar grano con que alimentarse. Los hermanos de José llegan a Egipto y se presentan ante él, que no reconocen: “y se inclinaron a él rostro a tierra” (v.7).  José que persigue que sus hermanos reconozcan el pecado de haberle vendido como esclavo a los ismaelitas, los acusa de ser espías. Es ahí en donde los hermanos de José dicen las palabras del texto que comentamos. El humo por más profundo que se haga más pronto o más tarde sale a la superficie. Lo mismo ocurre con el pecado. El dicho que dice el tiempo lo cura todo no es verdad. Más pronto o más tarde siempre sale a la luz del sol.

Más tarde cuando regresaron de nuevo a buscar alimentos, “tuvieron temor cuando fueron llevados a la casa de José” (43: 18). Fallecido Jacob “pensaron sus hermanos: Quizás nos aborrecerá Jacob, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos…Así diréis a José: te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te tratamos, por tanto ahora te rogamos que perdones la maldad de los  siervos de Dios de tu padre…Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él y dijeron: henos aquí por siervos tuyos” (vv. 16-18). A pesar que José dijo a sus hermanos: “No temáis, ¿Acaso esto yo en lugar de Dios?” (v. 19). El perdón de José no significó que el pecado de sus hermanos hubiese sido perdonado, expresaba que José no les guardaba rencor. Solamente Dios puede perdonarlos. Cada pecador tiene que ir a Jesús a pedirle perdón ya que su sangre derramada los limpia todos (1 Joan 1: 7).En tanto esta limpieza no se produzca el pecado seguirá envenenando el corazón.

 

 

 

EDATISMO

<b<El gobierno de los jóvenes no tiene por qué ser mejor que el de los viejos</b>

<b>Xavier Trías</b>, de 77 años, se presenta como candidato a la alcaldía de Barcelona y <b>Joe Biden</b>,  de 81, vuelve a presentarse a la presidencia de Estados Unidos. Se censura su edad por hacerlo. ¿Es que las personas “viejas” no pueden hacer tan bien como las jóvenes  las responsabilidades que acompañan a los cargos a los que aspiran ejercer? ¿Qué es lo que convierte a alguien en viejo, la edad o el estado físico-emocional del mismo? Existen personas que ya son viejas a los 50 años porque se han convertido en pasotas. Nada les importa. Si trabajan lo hacen por obligación. Si les es posible se escaquean de la faena como gato escaldado huye del agua fría. Encuentran mil y una maneras de eludirlo. Sólo  piensan en los fines de semana, los puentes, las vacaciones y en la jubilación. Se alborotan con solo pensar que se puede retrasar la edad de disfrutarla. Cuando la obtienen se pasan los días quejándose de todo. Se han convertido en viejos irresponsables. Se dan jubilados que según el hombre exterior se van desgastando. Es ley de vida. Pero según el hombre interior se renuevan de día en día. Se sienten ilusionados. Participan activamente en actividades sociales. Siguen ampliando conocimientos en temas de su interés. Así hasta el día que se apague la vela.

¿Quién es el viejo, la persona de 50 años que se gasta exteriormente e interiormente, o la de 90 años que se gasta exteriormente  pero que día a día se renueva interiormente? Una persona de 50 años puede hacer las cosas más rápido que una de 90. Cierto. Pero la experiencia que le han aportado los años las hace más pausadamente, con más sabiduría. Yerra menos.

En épocas pasadas se veneraban a los ancianos. Los jóvenes buscaban en ellos consejo porque se los consideraba pozos de ciencia. Ahora el viento sopla en sentido contrario. Se enaltece a la juventud en detrimento de la ancianidad. A la juventud se le conceden todas las gracias. Inconscientes de que la juventud pasa inexorablemente se encaminan hacia la vejez de manera artificial. Pretenden conservar la belleza con cosméticos “anti aging” con el propósito de hacer desaparecer las marcas externas de la vejez que van apareciendo con el tiempo. A menudo se emplean técnicas muy agresivas como lo es la cirugía estética, con frecuencia  con resultados indeseados.  Frecuentemente la pérdida de los encantos juveniles si no se la acepta de buen agrado, le acompaña la rebeldía por dejar de ser lo que fue, que corroe el alma.

Los años hacen que se pierda la fuerza de la juventud lo cual hace que se quiera compensar su ausencia con el consumo de bebidas “energéticas” que contienen minerales y vitaminas que no se necesitan porque los aportan una alimentación saludable. La publicidad es tan engañosa que nos muestra imágenes grotescas de ancianos saltando y bailando como si fuesen cachorros por el mero hecho de consumir productos que supuestamente aportan la energía que se va perdiendo. Desde el momento en que se nace las etapas de la vida se suceden infaliblemente: Infancia, adolescencia, condición de adulto y ancianidad. Es imposible hacer retroceder el reloj del tiempo. No todos llegan a la vejez en buenas condiciones físicas y mentales. Que los prejuicios no impidan que personas de 77 o 81 años puedan asumir cargos en la administración pública. La experiencia nos muestra que personas entre 40 y 50 años son nefastas y que hacen más daño que una granizada de piedras del tamaño de una pelota de golf. “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda. No son los sabios los de mucha edad, ni los ancianos entienden el derecho” (Job 32: 8, 9). La cuestión no es añadir años a la vida sino vida a los años.

En una sociedad no teocrática como lo es la nuestra no se puede exigir que sus ciudadanos crean en Dios, pero sí que sean éticos y más si aspiran a cargos en la administración pública. La ética no es una disciplina que haya aparecido como por arte de magia. Algo del soplo el Omnipotente permanece en los incrédulos. Es por ello que los grandes filósofos que ha dado la humanidad, la ética que enseñan tienen que ver con los principios éticos que enseña la Biblia y, en concreto en los seis mandamientos de la Ley de Dios que tienen que ver con las relaciones humanas. Examinemos lo que enseñan los filósofos pero retengamos únicamente lo que sea  bueno. Los filósofos clásicos greco-romanos que tanto se valoran, sus enseñanzas están teñidas de las supersticiones propias de la cultura pagana en que vivían. Es por ello que sus enseñanzas tienen que pasarse por el cedazo de la Palabra de Dios para separar el trigo de la paja para así quedarnos con lo que es bueno.

“Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay superioridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13: 1). Los aspirantes a gobernar, sean adultos o ancianos, según el hombre exterior se van gastando y el interior tiene que renovarse según Dios. Los Diez Mandamientos que son la yema de la ética enseñan que Dios delega autoridad en los hombres empezando por los padres. Sus principios tienen que aplicarse tanto en la esfera privada como en la pública. En este escrito que tratamos sobre las autoridades públicas, los aspirantes que se presentan a ser votados tienen que renovarse interiormente a la luz de la Palabra de Dios si es que quieren ser justos en su proceder. Los gobernantes sean adultos o ancianos deberían renovarse interiormente para poder verse representados en las palabras del salmista: “Dios está en la asamblea divina juzgando en medio de los jueces. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? Defended al débil y al huérfano, haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado, libradlo de las manos de los impíos. No saben, no entiende, andan en tinieblas, y tiemblan todos los cimientos de la Tierra” (Salmo 82: 1-5).

Este escrito se publica en plena campaña electoral, ¿cuántos de los candidatos se han renovado interiormente para ajustarse al modelo que expone el salmista en su poema?

Octavi Pereña i Cortina

 

dissabte, 13 de maig del 2023

 

PROVERBIOS 7: 4, 5

“Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana, y a la inteligencia llámala parienta, para que te guarden de la mujer ajena, y de la extraña que ablanda sus palabras”

Dios utilizando el símil de un padre se  dirige a un adolescente para decirle: “Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi Ley como las niñas de tus ojos,…escríbelos en la tabla de tu corazón…para que te guarden de la mujer ajena…” (vv. 1-5).

Dios siguiendo con el símil del padre amoroso “porque mirando yo por la ventana de mi casa, vi por mi celosía, vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, a un muchacho falto de entendimiento, el cual pasaba por la calle, junto a la esquina, e iba caminando a la casa de ella, a la tarde del día, cuando ya oscurecía, en la oscuridad y tinieblas de la muerte” (vv. 6-9).

El escenario es una calle desierta cubierta de la oscuridad y tiniebla de la noche. Dios el Padre ve a un joven falto de entendimiento que se dirigía en busca de placer a la casa de una prostituta. Hoy, con el libertinaje sexual no es necesario ir a un prostíbulo para tener sexo. Desgraciadamente, hoy, muchos jóvenes después de haber bebido una copa de más, ofrecen sexo a cambio de nada. No solo los jóvenes, también las muchachas tienen que hacer caso a la súplica del Padre celestial que las llama a que reflexionen y consideren hermana a la sabiduría y parienta a la inteligencia. Debe entenderse que no se refiere a la sabiduría y a la inteligencia de este mundo que es necedad, sino sabiduría de Dios que es la que da verdadera felicidad a los jóvenes.

La amera “lo rindió con la suavidad de sus palabras, le obligó con la zalamería de sus labios. Al punto se marchó tras ella, como el buey al matadero, y como el necio a las prisiones para ser castigado, como el ave que se apresura a la red, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón” (vv. 21-23). El placer momentáneo se convierte en dolor que arrastrará a lo largo de toda la vida de no ser que se arrepienta de su pecado.

El sexo no es para sr entregado al primer postor. La sexualidad extra conyugal sea con una prostituta con una compañera de copas puede producir momentáneo placer. La consecuencia de la ilegalidad es que quien la comete, sea chico o chica, se parece al buey que es llevado al matadero, o como el delincuente que es llevado a la cárcel para ser castigado, o como ave que se apresura a lanzarse a la red. El sexo fuera del matrimonio puede ser muy placentero en un principio pero las consecuencias posteriores muy desagradables.

El último intento del Padre celestial que intenta avisar a su hijo que se aleje del peligro que acompaña al sexo ilegal. “Ahora, pues, hijos, oídme, y estad atentos a las razones de mi boca. Que tu corazón no se desvíe hacia sus caminos, no yerres en sus veredas, porque a muchos ha hecho caer heridos, y aún a los más fuertes han sido muertos por ella. Camino al sepulcro es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte” vv. 24-27).

SALMO 46: 1

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”

¿A dónde ir a buscar cobijo cuando “se traspasen los montes al corazón del mar, aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza?” (vv. 2, 3). El salmista utiliza el símil de la naturaleza enfurecida para ilustrar la dureza de las tribulaciones por las que pasa. Dios pone a nuestra disposición medios humanos que nos ayudan en determinada circunstancias. La esperanza no debemos ponerla en los medios que Dios dispone para ayudarnos. Cuando nos encontremos en situaciones embarazosas tenemos que ir a la Fuente de la ayuda. La Biblia utiliza el símil del castillo fuerte para ilustrar que “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”.

Una ilustración del siglo XVI nos presenta a la Iglesia Católica como refugio seguro para los pecadores. Una nave se encontraba en medio de un mar enfurecido. Los pasajeros que se encontraban a salvo a bordo eran: cardenales, obispos sacerdotes, monjes, todos ellos profesionales de la religión. Ahogándose en las aguas turbulentas todos eran plebeyos. Una salvación limitada a muy pocos era la que ofrecía la Iglesia. En cambio Jesús extiende la salvación que Él otorga exclusivamente por la fe en su Nombre son: “los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de limpio corazón, los pacificadores, los que padecen persecución por causa de la justicia” (la de Dios) (Mateo 5: 1-12). Ninguna referencia a clérigos. Solamente destaca la condición en que se encuentran las personas. A todas ellas les falta algo. Jesús por medio del profeta Isaías pone la salvación al alcance de toda la humanidad sin tener en cuenta cargos religiosos: “A todos los sedientos: venid a las aguas, y a los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid comprad sin dinero, vino u leche…Inclinad vuestro oído, y venid a mí, oíd y vivirá vuestra alma” (Isaías 55: 1, 3). Jesús directamente, sin necesidad de una iglesia mediadora con todos los mecanismos que se ha inventado, sin santos, sin vírgenes, directamente a los necesitados, sin excluir a nadie, lanza este mensaje. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11: 28-30).

 

 

 

DESPERTAR DEL SUEÑO

<b>¿Qué le sucede al cuerpo después de la muerte?</b>

El <b>Dr. Tony Wyss-Coray</b> dirige el rejuvenecimiento con transfusiones de sangre en Stanford. El objetivo principal de su investigación inyectando sangre joven, no es alargar la vida, sino conseguir que el Alzheimer, a pesar que no se cure sirva para una significativa mejoría para las personas que lo padezcan. “Encontrar esta cura será una parte de mi trabajo. Lo que me fascina es entender el envejecimiento y entender sus secretos”. ¿Por qué envejecemos?  ¿Cómo puede frenarse el envejecimiento? Las preguntas que se plantea el <b>Dr. Wyss</b> nos las hacemos todos.

Un anuncio de productos cosméticos dice: “Me permito el lujo de no aparentar mi edad”. Con cremas y otras pócimas se puede intentar esconder las arrugas que señalan el paso del tiempo, pero no se puede esconder la edad cronológica que se manifiesta con la pérdida del vigor físico y los achaques que le acompañan. Si no se es consciente que el envejecimiento es un hecho inevitable uno se adentra en una lucha interna que no tiene las de ganar, y, que afecta a la salud emocional, pues genera estrés que los fármacos no pueden curar. No encontrarse bien con uno mismo corroe el alma. “El tiempo puede arrugar la piel, pero las preocupaciones, las dudas y la pérdida de ideales carcome el alma” (<b>Myson Taylor</b>).

Una mujer le pregunta a <b>J. Roberton McQuilkin</b>. ¿Por qué permite Dios que nos hagamos viejos? He aquí la respuesta que recibió: “Creo que Dios ha planificado que la fortaleza y la belleza de la juventud sea física. Pero la fuerza y la hermosura de vejez sean espirituales. Poco a poco perdemos la belleza y la fuerza, así aseguramos concentrarnos en la fuerza y la belleza que duran para siempre. Así deseamos abandonar la parte temporal de nosotros que se malmete y sentir una auténtica nostalgia de nuestra casa eterna. Si fuésemos siempre jóvenes, fuertes y guapos, no quisiéramos morir nunca” (Anónimo). El autor de este texto cree en la existencia en el más allá de la muerte. Es una persona que como el salmista le pide a Dios que le enseñe a contar sus días para adquirir la sabiduría del corazón (Salmo 90: 12).

Son muchas las personas que piensan lo mismo que la actriz <b>Laura Pamplona</b>: “Los  retoques digitales me parecen ridículos. Se debe  vender juventud, pero es absurdo y antinatural porque todo el mundo tiene que envejecer”. Cuando llega la tan indeseada muerte, ¿qué? Al interrogante de lo que existe más allá de la muerte únicamente le pueden dar respuesta cierta los creyentes en Cristo, que por la fe, que es un regalo de Dios, tienen visión de la gloria futura que les ayuda a traspasar el umbral de la puerta que da acceso a la eternidad. Cuando les llegue este día, como al resto de los mortales, sus cuerpos dormirán en la oscuridad de las tumbas en tanto que sus almas parten para gozar de la presencia de Dios. La muerte física produce una separación temporal de los dos componentes que forman la persona: el cuerpo y el alma. La separación durará hasta que Jesús muerto, enterrado y resucitado, revestido de su gloria eterna regrese a  buscar a los suyos, cuyos cuerpos reposan en la oscuridad de las tumbas. Al oír su voz de mando los cuerpos despertarán de sus sueños, inmortales e incorruptibles. En este momento se reunirán con sus almas. Entonces se realizará el anhelo de gozar de la juventud eterna. Habiéndose destruido el aguijón de la muerte que es el pecado, contemplarán  el rostro glorioso del Salvador, “serán semejantes a Él, porque le verán tal como Él es” (1 Juan 3:2). La belleza y la fortaleza de la juventud que se perdió en el Edén se recuperarán en el día de la resurrección para no perderlos nunca más.

Octavi Pereña i Cortina

dissabte, 6 de maig del 2023

 

¿EL HUEVO O LA GALLINA?

<b>Para hablar primero se tiene que saber qué es lo que se va a decir </b>

Las atenciones en salud mental se han disparado desde la pandemia, también por conducta suicida. En el Hospital San Juan de Dios de Lleida, las desviaciones a Urgencias del Hospital Santa María por conductas suicidas en niños y adolescentes se han multiplicado por cuatro de promedio. Si antes de la covid se atendían entre uno y dos casos a la semana, ahora son entre uno y dos casos al día” (Redacción de Segre).

La sicóloga clínica <b>Sara Marco</b> señala que también ha bajado la edad de estos menores atendidos en el programa de riesgos del centro hospitalario hasta los 10 años. La sicóloga apunta que los factores más inmediatos pueden ser las redes sociales y la frustración que ha generado el confinamiento. Según <b>Marcos</b> los niños y los adolescentes  “se sienten solos, desconectados de todo. Las redes sociales ejercen su influencia, contenidos que muchas veces no tienen la madurez de procesar”. Según datos aportados por la Asociación Española de Pediatría, la pandemia ha provocado un aumento de hasta el 47% en los trastornos en salud mental en los pequeños.

Ante estos datos tan preocupantes es conveniente afrontar la realidad sin prejuicios. No se deben poner límites a la hora de intentar descubrir qué es lo que ocurre en los niños y adolescentes. Es bien conocido que los niños y adolescentes se comportan con extrema crueldad. El recién nacido que es muy mono. Que parece un angelito. Con el paso del tiempo se va manifestando el demonio que lleva dentro, que es la manifestación del pecado en que fue engendrado. “Conducta suicida cada vez más precoz” es el título del reportaje a que me refiero. Es la evidencia de que los recién nacidos pueden ser físicamente sanos, pero espiritualmente están muertos. El lector podrá escandalizarse con lo que voy a escribir: Nacemos manchados “en las ofensas y pecados” (Efesios 2: 1). Desde la concepción la nueva criatura nace muerta espiritualmente y físicamente a la edad que Dios determine. Es un error tratar el tema que nos ocupa exclusivamente como una cuestión de salud mental que puede tratarse medicamente como cualquier otra dolencia orgánica.

El presidente de la Generalitat de Catalunya Pere Aragonès se equivoca cuando refiriéndose a los mellizos de Sallent que se lanzaron desde el balcón, una gravemente herida y la otra muerta, cuando dijo: “Cada joven que se quita la vida es un fracaso colectivo como sociedad”. Si en el aspecto humano existe algún responsable éste lo son las iglesias cristianas, según el grado de influencia social que ejercen porque no predican en toda su pureza el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

¿Qué fue primero: el huevo o la gallina? En el caso de los humanos, ¿quién fue primero: los padres o los hijos? Por creación los padres ya que el Creador primero hizo a Adán y Eva, dotándolos de la capacidad reproductiva: Engendraron a Caín, Abel, Set, que son los más conocidos. Y al resto de hijos. Así fue y así será hasta el final del tiempo

Los Diez Mandamientos los escribió Dios en dos tablas de piedra. En la primera trata de la autoridad suprema de Dios. La segunda que trata de las responsabilidades humanas la encabeza el mandamiento que dice: “Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen en la tierra que el señor tu Dios te da” (Éxodo 20. 12). La sociedad actual se caracteriza por ancha es Castilla. Cada uno hace lo que mejor le parece. Así nos van las cosas. Los Diez Mandamientos no autorizan esta anarquía. Dios delega en los padres el principio de autoridad que tienen que manifestarse en la sociedad. Si la autoridad de los padres recibida de Dios se tambalea  se produce el caos. La recién ley sobre el aborto que acorta la autoridad de los padres sobre los hijos es un mal presagio.

¿Cómo tienen los padres que ejercer su autoridad? ¿Cómo los hijos tienen que tratar a sus progenitores? Existe un dicho que dice: “La letra con sangre entra”, es decir, que los padres tienen que emplear la violencia a la hora de educarlos. La disciplina es conveniente. La fuerza bruta no. La relación padres-hijos la describe con mucha claridad el apóstol Pablo cuando escribe: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la Tierra. Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6: 1-4), Este texto nos viene a decir que tanto los padres como los hijos tienen que tener en cuenta la autoridad suprema de Dios, a la que tendrán que dar cuenta. Tratar a la baqueta a los hijos no educa. Todo lo contrario crea rebeldía y distanciamiento de los padres.

El incremento de trastornos mentales en niños y adolescentes en edades cada vez más jóvenes, según la sicóloga, las redes sociales contribuyen a ello. La raíz del problema se encuentra en los padres que no educan como deban a los hijos. En muchos casos los dejan abandonados a su suerte. En lo que afecta  la salud mental de la prole los padres tienen la obligación de educarla en el temor del Señor. Si los padres no son temerosos de Dios no pueden transmitir esta reverencia en los hijos. Esta carencia los deja indefensos ante las inclemencias de la vida. El muro protector que es el Padre de nuestro Señor Jesucristo está en ruinas. Se encuentran impotentes ante las inundaciones y huracanes que se lanzan contra ellos. Las dolencias mentales aparecen y hacen estragos. No os desaniméis. Si le pedís a Jesús perdón por vuestros pecados expulsará los demonios que perturban vuestra mente. Jesús que ahuyentaba demonios, hoy sigue dispensando sanidad mental.

Octavi Pereña i Cortina

 

LEVÍTICO 18. 1-3

“Habló el Señor diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: No haréis como hacen en la tierra de Egipto en la cual morasteis, ni haréis como hacen enlal tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos”

Un titular de prensa expone como si hubiese sido dar un gran paso hacia delante dado por la Iglesia Católica por reformarse, dice: “Mujeres y laicos podrán votar en el sínodo después de una decisión sin precedentes”. Esta es la gran noticia que hace pensar que la Iglesia Católica va a reformarse con la participación de mujeres y laicos en la toma de decisiones. El que mujeres y laicos de ahora en adelante puedan participar en los sínodos, no da pie a considerar que en la Iglesia Católica se haya tomado una “decisión sin precedentes” en su camino hacia reformase. El hecho de que en los sínodos van a participar más personas, si los nuevos no son más sabios que los actuales, las decisiones sinodales no van a mejorar en calidad. Desde hace siglos en el seno de la Iglesia católica se han producido fuertes luchas internas  para reformarse. Se han hecho retoques cosméticos que afectan a lo externo que no han incidido en lo interno que es donde existe el verdadero problema.

Moisés advierte a los hijos de Israel que no se comporten como lo hacían los egipcios de cuya tierra acababan de salir con la ayuda del brazo poderoso de Dios. Tampoco tenían que imitar el comportamiento de los pueblos que habitaban en la Tierra Prometida hacia la que se dirigían. El comportamiento de los pueblos no es el que Cristo quiere que sea el de su pueblo. Yo os he sacado de Egipto y soy yo quien os va a dar en heredad la tierra que prometí a Abraham y reafirma la promesa en Isaac y Jacob. Yo soy vuestro Rey y no tenéis que imitar los modelos de gobierno de las naciones.

El mensaje que Dios hace llegar a su pueblo por medio de Moisés es clarísimo: “Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis andando en ellos. Yo el Señor vuestro Dios. Por tanto, guardaréis mis estatutos  y mis ordenanzas, las cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos: Yo el Señor” (Levítico 18: 4, 5).

El modelo democrático adoptado tanto por las grandes instituciones eclesiásticas como por las pequeñas iglesias locales ha conducido al cristianismo al desprestigio. Tanto las macro instituciones eclesiásticas como las pequeñas iglesias locales no tienen que ser  democráticas, es decir gobernadas por los fieles. Son teocráticas, es decir es el Señor de la Iglesia quien las gobierna por medio de sus siervos escogidos. Los textos citados en esta reflexión ponen de manifiesto que es el Padre de nuestro Señor Jesucristo quien es el que gobierna. Dejemos de comportarnos como los israelitas que a los mensajes de Dios transmitidos por medio de los profetas decían. “No oiremos”. Sigamos el humilde ejemplo del adolecente Samuel que al llamado del Señor, respondía: “Habla, porque tu siervo oye” (1 Samuel 3: 10).


 

ISAÍAS 5: 8

“¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros en medio de la tierra?”

“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6: 10). El amor monetario está universalmente extendido. Uno de la multitud le dijo a Jesús: “Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia” (Lucas 12: 13). En un principio puede  parecernos lógica la petición que esta persona anónima le hace a Jesús. El Señor que lee los pensamientos recónditos en lo profundo del alma lee la codicia escondida en el corazón del solicitante y, lo descubierto lo pone de manifiesto con estas palabras: “Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”  (v. 15). La codicia humana la ilustra Jesús con la parábola del rico insensato: “La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo. ¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos” (vv. 16, 17). El hombre rico de la parábola al darse cuenta que sus almacenes se habían quedado pequeños y que no sabía dónde meter más grano, se sentía desdichado. “¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo!”. El afán de dinero hace sentirse insatisfecho a quien lo posee en abundancia porque no satisface las necesidades del alma. Borra del alma el principio de la misericordia que tendría que mostrar hacia los agricultores que con el sudor de sus frentes le proporcionan el grano que le enriquece. En vez de compartir con ellos los beneficios, los asfixia. Aprovechándose del poder que le otorga el dinero rebaja el precio del grano con la excusa de la situación del mercado. Tal  vez les deja dinero a interés alto y cuando no se lo pueden devolver se apodera de sus propiedades llevando a la ruina a aquellos agricultores.

Volvamos al rico de la parábola. Al ver que los graneros no podían ensancharse como si fuesen acordeones, se le enciende la bombilla que les trae un brillante pensamiento: ”Esto haré, derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mi frutos y mis bienes” (v.18). El rico de la parábola no se da cuenta de que no puede controlar las circunstancias y que estas pueden llevarle a la ruina. Como es un necio no piensa que cabe esta posibilidad. Sólo ve que los graneros están llenos a rebosar, se dice. “Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años, repósate, come, bebe, regocíjate” (v. 19). Banquetes, viajes, mujeres, sensualidad desenfrenada. Como es un necio se dice a sí mismo: “No hay Dios” (Salmo 58: 1). Sí que existe Dios que conociendo sus pensamientos codiciosos, le dice: “necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has previsto, ¿de quién será?” (v. 20). Cuando despierte en la eternidad “alzará sus ojos estando en tormentos” (v. 23). Triste final para quienes el dinero es su dios.