VIOLENCIA MACHISTA
<b>¿Por
qué un hombre agrede sexualmente a una chica que podría ser su hija?</b>
La
pregunta que nos hacemos: ¿por qué los depredadores sexuales se comportan de la
manera como lo hacen? La verdad es que no se le sabe dar respuesta a la pregunta.
El asunto <b>Dani Alves</b> ha hecho gastar ríos de tinta y ha sido
tema de debates en tertulias radiofónicas y televisivas, sin saber dar
respuesta a la pregunta.
<b>Jaume
Sellés</b> en su escrito <i>Impunidad</i> escribe: “también
ignoramos porque se comportó como depredador que, una vez conseguido su
objetivo, se marchó del lugar de los hechos sin inmutarse y sin ningún tipo de
arrepentimiento. No sabemos tampoco (o no sabemos explicarlo) hombres tan
poderosos y altamente respetados como ahora <b>Weinstein, Domingo,
Spacey</b> prefirieron forzar unas prácticas sexuales que habrían podido
obtener fácilmente por otras vías menos peligrosas e inmorales. De hecho solo
sabemos lo que dicen los Mossos (policía catalana), después de escuchar sus
declaraciones y verle cambiar de versión tres veces creen que
<b>Dani</b> se sentía impune. Como el rey emérito, como los curas
pederastas, como aquellos que son y se sienten poderosos por todo el mundo. Una
mierda. Vaya”. El periodista <b>Màrius Carol</b> comentando el
mismo tema, escribe: “Son tiempos de culto a la imagen y a la exhibición,
aunque su personalidad ya la describe Ovidio en <i>La
metamorfosis</i>. El problema es que nos fascina el paraíso narcisista y
los narcisos se sienten impunes. Pero al final la verdad se impone. Sin
remedio”.
Tanto
Sellarés como Carol se limitan a denunciar unos hechos cometidos por personas
socialmente respetables (?). Todos los sectores sociales se ven afectados por
el virus de la lascivia a la vez conectado con la violencia generalizada. Los
comentaristas que cobran por opinar cuando tratan el incivismo en sus diversas
manifestaciones, enmudecen cuando tratan delitos que la Biblia califica de
pecado. ¿A qué se debe que se manifieste de manera tan variada y violenta?
Dios que
atalaya desde el cielo observa lo que ocurre en la Tierra da su veredicto: “Y
vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la Tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo el mal”
(Génesis 6: 5). La maldad estaba tan extendida que Dios se vio obligado a raer
a toda la humanidad por medio del Diluvio Universal. Solamente ocho personas se
salvaron de la catástrofe: Noé y sus tres hijos y sus respectivas esposas. Se
inicia una nueva etapa cuyos iniciadores sigan siendo pecadores, lo cual hace
que con el tiempo “todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era
de continuo el mal”. ¿Qué es lo que hace que el pecado que origina la violencia
en sus diversas manifestaciones sea incurable? Ante un panorama que incluso un
ciego puede contemplarlo, ¿cómo podemos decir que el hombre es bueno y que no es responsable de sus actos?
Jesús
narra la parábola de la cizaña en un campo de trigo (Mateo 13: 24-43). Jesús
dice: “Mientras dormían los hombres vino un enemigo y sembró cizaña entre el
trigo, y su fue” (v. 25).Cuando llegó el buen tiempo tanto la simiente de trigo
como la de la cizaña germinaron y crecieron juntas las plantas. Cuando los
discípulos de Jesús le piden que les explique el significado de la parábola:
“vinieron entonces los siervos del padre
de familia y le dijeron: “Señor, no sembraste buena semilla en tu campo, ¿de
dónde pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto” (vv. 27, 28).
Después
de cada día de la creación el texto añade esta coletilla. “Y Dios vio que era
bueno”. Comparando la creación del hombre con la parábola del trigo y de la
cizaña vemos que un enemigo de Dios y del hombre aparece en el jardín de Edén:
Satanás que se encarga de sembrar cizaña en el corazón de Eva y Adán. Satanás,
habiendo poseído a la serpiente se
presenta ante Eva bajo el disfraz de un ángel de luz que siembra en el corazón
de Eva la duda en la bondad de Dios, al decirle. “No moriréis, sino que Dios
sabe que el día que comáis de él” (el fruto del árbol prohibido), “serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis
3: 5). Entonces Eva se da cuenta que el fruto del árbol prohibido “era
codiciable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto” y se convirtió en
sembradora de cizaña “al dar también a su marido, el cual comió, así como ella”
(v. 6). Infectado el matrimonio de cizaña, toda su descendencia nacerá infecta
de la semilla ponzoñosa. El Creador les da el remedio para eliminar la simiente
maligna pero muchos de su descendencia rechazarán la oferta de Dios. El primer
caso que registra la historia de los efectos de la cizaña en el corazón de los
hombres es el asesinato que Caín, que es hijo de Adán y Eva, comete contra su
hermano Abel. Así ha sido a lo largo de la historia hasta nuestros días: los
corazones ponzoñosos por la cizaña son los causantes de que Dios que sigue
atalayando desde el cielo observando lo
que ocurre en la Tierra ve “que la maldad de los hombres en la Tierra es mucha,
y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos es de continuo el
mal”.
Solamente
Dios puede arrancar la cizaña del corazón de los hombres y lo hace por medio de
la sangre que Jesús derramó en la cruz. El remedio sigue estando a disposición
de los hombres. Sólo se necesita que se crea en el remedio y se aplique. Si no
se hace así sólo nos queda golpear el suelo con los pies.
Octavi Pereña i Cortina
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