diumenge, 5 de febrer del 2023

 

2 SAMUEL 15: 3

“Entonces Absalón le decía: mira tus palabras son buenas y justas, mas no tienes quien te oiga de parte del rey”

Absalón hijo de David mata a su hermano Ammón por haber violado a su hermana Tamar. Después de un tiempo de exilio se produce la reconciliación con su padre y, en vez de agradecimiento por el perdón recibido inicia una campaña de descredito hacia su padre con el propósito de conseguir el trono y desbancar a su hermano Salomón que había sido escogido por Dios para suceder en el trono de Israel  a David su padre.

¿Cómo se las arregla Absalón para desprestigiar a su padre? se ponía a un lado del camino, se interesaba por los transeúntes y cuando había acaparado su atención les decía las palabras del texto que comentamos y les seguía diciendo: “¡Quien me pusiera en la tierra para que vinieran a mí todos los que tienen pleito o negocio, que yo les haría justicia…De esta manera hacía con todos los israelitas que venían al rey a juicio, y así robaba  Absalón el corazón de los de Israel” (v. 6).

El comportamiento de Absalón tiene un cierto parecido con la política  actual: El comportamiento de la oposición con respecto al gobierno. Desgastarlo con falsas noticias para que en las próximas elecciones los votantes voten a los mentirosos. Desgastan al gobierno utilizando como arma la mentira. Minimizan lo que hace bien y magnifican los fallos. En fin, descalificaciones que perjudican al ciudadano porque cuando la oposición alcanza el poder no puede cumplir las promesas prometidas con lo que la democracia pierde valor.

Partido significa parte. En cierto aspecto la existencia de partidos es beneficiosa para la ciudadanía, pero son nefastos cuando pierden de vista que forman parte de un conjunto. La división entre izquierdas y derechas me parece una estupidez porque la justicia que debe caracterizar al gobierno no pertenece ni a un bando ni al otro. El auge que adquiere Vox en España y la extrema derecha en las democracias occidentales se debe a que tanto las derechas como las izquierdas han perdido de vista la justicia. Si los partidos políticos, sean de derechas o de izquierdas practicasen la justicia, el populismo de VOX no sería ningún peligro para la democracia.

El problema de la justicia es que no es de fabricación humana. En esto yerran todos los partidos. Olvidan que es Dios quien inocula en el corazón de los hombres el sentido de qué es la justicia. Si no se da en política un retorno a Dios para que que los políticos aprendan a hacer el bien, ¡Cuidado! En el horizonte se acercan negros nubarrones que nos avisan de que os absolutismos están en la esquina


 

I REYES 3: 9

“Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo, porque, ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?”

Salomón acaba de subir en el trono de Israel y se da cuenta de la complejidad de gobernar. Cierto que los reyes tienen sus consejeros, pero la decisión final le toca tomarla al monarca. Quien sino Dios es el mejor consejero ya que Él es el Omnisciente. Salomón inicia su reinado invocando a Dios para que le dé sabiduría. Salomón aun cuando se sienta en el trono de una gran potencia no muestra altivez, sino  una gran humildad: “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo”. La primera señal de que Dios le había dado un corazón entendido para juzgar se manifiesta en el juicio en el que dos madres que se disputaban el niño vivo (1 Reyes 3: 16-28).

Salomón le pide a Dios sabiduría para discernir entre lo bueno y lo malo. El hombre que prescinde de Dios está incapacitado para juzgar con justicia al pueblo y tiene que saber escoger muy bien a los consejeros que le asesoren. Un ejemplo de mala elección de consejeros fue su hijo Roboam. Tan pronto subió al trono, los representantes del pueblo se presentaron ante él para exponerle sus quejas: ”Tu padre agravó nuestro yugo, ahora alivia algo de la dura servidumbre y del pesado yugo con que tu padre nos apremió, y te serviremos” (2 Crónicas 10: 4). Pidió consejo a los consejeros que había tenido su padre. No satisfecho con el consejo buscó asesoramiento “con los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio” (v.8) que le aconsejaron que agravase el yugo con que sus padre les había gobernado (v. 10). Roboam no le pidió a Dios “corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo”  Fue incapaz de contrastar los consejos que le dieron ambos grupos de consejeros y sentenció mal: el resultado fue que diez de las doce tribus se independizaron de Roboam.

Nuestro país va de mal a peor. Nuestros gobernantes no le piden a Dios que les dé “corazón entendido para juzgar al pueblo”. Así que no saben discernir entre lo bueno y lo malo. Así nos van las cosas.

 

 

 

 

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