diumenge, 27 de novembre del 2022

 

ACOSO ADOLESCENTE

<b>Nos encontramos en la cultura del acoso, a  veces, la única salida que tienen las víctimas es el suicidio</b>

<b>Josep Pedreerol</b> refiriéndose al suicidio de <b>Izan</b> debido al acoso a que se vio sometido, escribe. “Los profesores y los centros educativos son conscientes del problema y hacen todo lo posible para que nadie se sienta discriminado, pero no resulta fácil. La maldad es una cosa intrínseca en algunos individuos y se manifiesta de la peor manera desde muy temprano. ¿Y los padres? ¿Realmente son conscientes del problema? Sólo se necesita ir a ver un partido de futbol de chavales para darse cuenta del comportamiento de algunos de ellos que insultan como si nada y dan un ejemplo vergonzoso a sus hijos. No busquemos culpables demasiado lejos. El problema también se encuentra en casa y, por tanto la solución también debería encontrarse en el hogar. Denunciemos el acoso como lo ha hecho el hermano de <b>Izan</b>, no dejemos pasar el abuso y la persecución al de al lado. No pensemos que eso no nos afecta, que es un problema de los otros, que no va con nosotros. Tal vez esté más cerca de lo que nos imaginamos. Y quizás entonces será demasiado tarde. Estemos atentos”.

Este texto da para mucho para pensar seriamente en el problema del acoso. Contiene dos cuestiones que son básicas para entender el acoso infantil y adolescente y, por tanto frenarlo. “La maldad es una cosa intrínseca en algunos individuos y se manifiesta de la peor manera y desde muy pronto. ¿Y los padres?” Se equivoca <b>Pedrerol</b> cuando escribe: “la maldad es intrínseca en algunos individuos”. La maldad no excluye a nadie. Por el mero hecho de ser descendencia de Adán todos sin excepción nacemos pecadores y el pecado es lo que nos hace comportar en diversos grados de perversidad. Por la gracia de Dios no desarrollamos todo el mal que potencialmente podemos llegar a cometer. Si Dios no pusiese bridas en nuestras bocas como se hace con los caballos para que obedezcan y sean conducidos allí donde el amo quiere ir, lo que hoy es la antesala del infierno el mundo se convertiría en el infierno real con todos sus horrores.

Cuando nace un niño se acostumbra a decir: ¡Qué majo es, si se parece a un angelito! El comentario no se ajusta a la realidad. El rey David hace un resumen de su vida en el Salmo 51 lo cual nos ayuda a entender cómo es posible que el angelito que se supone es el recién  nacido se transforme en un diablo. “He aquí en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre” (v. 5). El angelito que la madre de David consideraba que era su hijo, cuando éste se convierte en adulto le pide a Dios: “Líbrame de homicidios, oh Dios, de mi salvación” (v. 14).

El acoso puede considerarse la primera manifestación social del bebé que poco a poco va abandonado el concepto de angelito que se tenía de él para dar paso al diablo que había en él desde su concepción. “El hacer la maldad es como una diversión al insensato” (Proverbios 10: 23). Los niños y adolescentes son muy crueles con sus compañeros que por diversas causas no les caen bien. “No atentarás contra la vida de tu prójimo, dice el Señor” (Levítico 19: 45),

“¿Y los padres?” se pregunta <b>Josep Pedreerol</b>.”¿Realmente son conscientes del problema? Sólo se necesita ir a ver un partido de futbol de chavales para darse cuenta que el comportamiento de algunos de ellos que insultan como si nada y dan un ejemplo vergonzoso a sus hijos”. ¿Qué ejemplo educador dan estos padres? Cierto que no todos se comportan como bellacos en los estadios blasfemando el Nombre de Dios, denigrando el  buen nombre de las madres de árbitros y de jugadores y vociferando contra jugadores de otro color o etnia. Estos padres que en público se comportan como rufianes, ¿cómo se comportan en la privacidad del hogar? No todos los padres son unos mal educados. Muchos son educados, sensatos, que comparten con sus hijos principios éticos. Es de loar que se comporten así. Pero el acoso infantil y adolescente va mucho más allá de la ética para combatir este nefasto comportamiento del que se hacen eco los medios informativos.

Tendría que hacernos pensar la declaración del rey David: “He aquí, en maldad he sido formado y en pecado me concibió mi madre”. Hoy no se oye la palabra “pecado”. Se la considera propia de una pasada época supersticiosa. En un periodo de avance tecnológico que nos permite adentrarnos en las profundidades siderales para explorar los inalcanzables confines del universo, sólo los ignorantes creen en el pecado.

La ética que enseña cómo debe comportarse el ser humano se asemeja a los Diez Mandamientos de la Ley de Dos que enseñan. “Hazlos y vivirás”. No existe ninguna persona capaz de cumplir las exigencias de la Ley de Dios. Por tanto nuestro destino es la muerte. El propósito de la Ley de Dios es hacer resaltar el pecado y, como dice el apóstol Pablo “la Ley es nuestro guía que nos lleva a Cristo y por la fe en su Nombre nos declara justos.” (Gálatas 3: 14). En Jesús Dios nos ve como si no hubiésemos pecado nunca. La fe en Jesús nos convierte en criaturas nuevas que andan en novedad de vida. Las cosas antiguas, entre otras el acoso infantil y adolescente que tanto daño causa se convierte en amor el amor de Dios que busca el bien de las personas que no nos caen  bien.

Los niños no nacen amando a sus compañeros que son distintos. La crueldad infantil empieza a manifestarse en muy temprana edad. Desde la tierna infancia los niños necesitan que se les instruya en los caminos de Dios, esta es la responsabilidad que los padres no pueden delegar en nadie. Como me imagino que el lector de este escrito no es un padre o madre verdaderamente cristiano, si está preocupado por la educación de sus hijos le sugiero que le pida al Señor  que le ayude en su incredulidad. Sus hijos se lo agradecerán

Octavi Preña i Cortina

 

 

GENESIS 50: 19

”Y les respondió José: No temáis, ¿acaso estoy yo en el lugar de Dios?”

Jacob el padre de José y de sus hermanos ha fallecido. Los hermanos piensan que ahora que su padre los ha dejado para irse a la presencia del Padre celestial José se vengará de ellos por el mal que le hicieron. Una patética escena entre los hermanos de José se presenta. Reunidos los hermanos se dicen ente ellos: “Quizás nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos. Y enviaron a decirle a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado porque mal te hicieron, por tanto ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos de Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban”. José les respondió con las palabras el texto que da pie a esta meditación.

José, a pesar que no poseía todo el conocimiento que aportó Jesús se comportó con el espíritu de la enseñanza del Señor: “Pero a vosotros los que oís os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian” (Lucas 6: 27, 28).

“Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor” (Hebreos 10: 30). En el ámbito personal el hombre no está autorizado para tomarse la justicia en su mano. Pero los hombres  no son ciegos, ven las injusticias que se cometen a su alrededor y, por experiencia las que se cometen contra ellos. José nos da el ejemplo a seguir: “¿Acaso estoy yo en el lugar de Dios?” Unas palabras de Jesús que deberíamos tener siempre presentes en nuestra relaciones personales y que previenen de caer en la tentación de sentarnos en el trono desde donde Jesús juzga. “no juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O como dirás a tu hermano: déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mateo 7: 1-5).

Antes de juzgar, nos viene a decir Jesús, júzgate a ti mismo. Si lo haces contemplarás la negrura que se esconde en tu corazón. Al ser consciente de la realidad de quien eres verás de otra manera el ojo de tu hermano. Conociéndote caerás de rodillas y, como el cobrador de impuestos  que subió al templo a orar, dirás: “Señor, sé propicio a mí que soy pecador”. Ahora mirarás a tu prójimo con los ojos de Dios y el perdón por las ofensas recibidas brotará espontáneamente de tu corazón. En lo que depende de ti mirarás de estar a bien con tu prójimo que te haya ofendido. Si él no quiere hacer la paz contigo arrastrará consigo el peso del pecado no perdonado por Dios. Si estás en paz con Dios por haber recibido su perdón tu alma disfrutará del descanso  que el Señor da a quienes le obedecen.


 

SALMO 14: 1

“Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables, no hay quien haga el bien”

“Dice el necio en su corazón: No hay Dios. El diccionario define necio: “Ignorante de lo que  podía o debía saber”. Sin duda se refiere a conocimientos básicos que todos deberíamos tener. El texto no se refiere a alguien que teniendo que conocer la tabla de multiplicar, la desconoce. Claramente se refiere a quien deliberadamente niega la existencia de Dios. La necedad que el salmista expone puede aplicarse perfectamente a los científicos y a los escolarizados que tendrian que contemplar la creación desde el punto de vista de la existencia de Dios. Antaño, tal vez podría encontrar alguna excusa para defender la inexistencia de Dios. Hoy, con la divulgación científica de todo lo que tiene que ver con la exploración espacial, aún el más iletrado conoce la magnitud y complejidad del cosmos. “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra  toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la fundación del mundo, siendo entendidas por medio de las osas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1. 18-20).

Hace más de 2000 años que el apóstol Pablo escribió el texto de  la carta a los romanos citado. Desconocía el avance científico de nuestros días. No existían ni telescopios ni sondas espaciales que investigan y analizan las profundidades del universo. Hoy los hombres no tienen excusa para decir: “Ho hay Dios”. Siglos antes del apóstol Pablo, David que fe rey de Israel cuando era un adolescente pastor de ovejas, en las vigilias de la noche, observando el firmamento, sin ayuda de ningún instrumento que lo aproximase, escribió: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo. ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? (Salmo 8: 3, 4). En los versículos 5-8 del mismo poema el pastor-poeta reconoce la gloria que Dios da al hombre por haber puesto bajo su dominio la creación: “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos, todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, asimismo la bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar, todo cuanto pasa por los senderos del mar”.

Al finalizar el poema David escribe: “¡Oh Dios, Señor nuestro, cuán grande es tu Nombre en toda la Tierra”. La escasa ciencia  de su época no convirtió a David en un necio que negase la existencia de Dios, tuvo suficiente con sus ojos para creer que la grandeza de la magnitud del espacio era obra de Dios.

 

 

 

diumenge, 20 de novembre del 2022

 

ANSIEDAD CLIMÁTICA

<b>pensar en un cataclismo ambiental hace crecer las enfermedades mentales</b>

“No es lo que comes lo que produce úlceras, es lo que se te come a ti” (anónimo). Esta frase viene como anillo al dedo al tratar el tema de la ansiedad climática. “Hace décadas que se habla del término <i>ecoansiesad</i>, todo y que ahora es cuando más atención merece entre los más jóvenes donde se agudiza el problema” (<b>Antoni Gutiérrez-Rubí). La plataforma Avaaz, entidad que nació para promover el activismo de los ciudadanos en todo el mundo para cerrar la  brecha entre el mundo que tenemos y el mundo que la mayoría de las personas desea, en un informe del 2021 muestra que la ansiedad relacionada con la crisis climática es muy alta y “no es porque estemos presenciando desastres climáticos devastadores, sino porque los gobiernos están fracasando sistemáticamente a la hora de tomar medidas significativas a la hora de parar la crisis”. Según estudios efectuados por Avaaz a escala mundial la ansiedad relacionada con el cambio climático afecta en la vida cotidiana. Un 75% de los encuestados considera que “el futuro les parece  aterrador”. Por otro lado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe presentado en junio de 2022 insiste a los países a que incluyan el soporte a la salud mental en respuesta a la crisis climática. “Cada vez hay más personas que pueden sufrir trastornos sicológicos y/o causados por la preocupación y el estrés que genera pensar en un cataclismo ambiental  y que, si se vuelven crónicos puede definirse como <i>ansiedad climática</i>, según la Asociación Americana de Sicología”.

“El estrés se caracteriza por una respuesta exagerada del organismo (física y sicológicamente) ante una serie de estímulos que en un momento dado sobrepasan la capacidad de adaptación de las personas, unos asimilan los recuerdos y los modifican de manera importante y beneficiosa respecto a todo lo que pasa realmente, pero los que sufren el estrés, el recuerdo no ha variado y lo tienen continuamente presente con la misma viveza y sensación de realidad” (anónimo).

Alguien ha definido la depresión como una <i>cámara en el infierno<i>.

Los defensores del pensamiento positivo lo tienen muy fácil: piensa en positivo y los malos augurios desaparecerán como por arte de magia. A la hora de la verdad la facilidad se convierte en imposibilidad porque la tendencia humana es mirarse al ombligo. <b>Corrie ten Boom</b>, activista cristiana holandesa que dirigió un movimiento de resistencia contra los nazis, ha dejado escrito: “Si miras al mundo, te angustiarás. Si miras dentro de ti, te deprimirás. Si miras a Cristo, descansarás”.

Creo que la fuerza que necesitamos para vencer el estrés, la angustia, la ansiedad…la podemos extraer de la experiencia del apóstol Pedro. Jesús, al atardecer, andando sobre el mar se acerca a la barca en que se encontraban sus discípulos. Éstos al  verle se espantaron porque creían  ver un fantasma. Enseguida Jesús les dice: “Tened confianza, soy Yo, no tengáis miedo”. El impetuoso Pedro le dice a Jesús: “Señor, si eres tú, mándame venir a ti sobre el agua. Jesús le dice: “Ven”. Y Pedro abandonado la barca se pone a andar sobre el agua para ir al encuentro de Jesús. Al darse cuenta del fuerte viento Pedro tuvo miedo y empezó a hundirse. Gritó: “Señor sálvame. Y Jesús extendió la mano inmediatamente y lo cogió con fuerza y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (Mateo 14: 24-31). Mientras Pedro tuvo los ojos puestos en Jesús parecía como si el agua el mar se hubiese helado. Tan pronto como los puso en su alrededor, empezó a hundirse. Algo parecido nos ocurre. Si no tenemos los “ojos puestos en Jesús el Autor y consumador de la fe” (Hebreos 12: 2) y los ponemos en  las circunstancias amenazadoras, éstas nos destrozarán.

Jesús se aloja en casa de  Marta y María. Marta está en la cocina preocupada preparando una exquisita comida para agasajar al invitado. Se acerca a Jesús, diciéndole: “¿No te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile que me ayude”. María estaba sentada a los pies de Jesús, escuchándole. Jesús le responde: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una es necesaria, y María ha escogido la mejor pate, la cual no le será quitada” (Lucas 10: 38-42). Los afanes de la  vida nos tienen tan atrapados  que no tenemos tiempo de sentarnos a los pies de Jesús para escuchar sus palabras que tranquilizan el alma: “Buscad primeramente  el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas” (alimentos, vestidos, enfermedades, ocio…)”os serán añadidas. Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6: 33, 34). En el Padrenuestro Jesús nos enseña a pedirle al Padre celestial el pan de cada día. Si el Padre celestial provee diariamente el alimento a las aves, ¿no hará lo mismo con nosotros. Dejemos el futuro en sus manos que Dios proveerá. Que Jesús no tenga que decirnos: “Hombres de poca fe, ¿por qué dudáis?”

Octavi Pereña i Cortina

 

 

ABDIAS 1: 12

“Pero no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá, en el día que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia”

Con la destrucción de Jerusalén por el ejército babilónico se pone fin al reino de Judá. Edom se alegra  de ello. El texto que comentamos es una denuncia contra la alegría que  Edom mostró al enterarse que Jerusalén había sido arrasada. El profeta Abdías  expone la causa de la alegría de Edom. “La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada, que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?” (v. 3).

Lo que escribe Abdías es una denuncia contra la tendencia de alegrarnos del sufrimiento de las personas que nos son desagradables. Solemos decir: “Se le está bien, se merece lo que le ocurre”. Catalunya Ràdio que se presenta como la radio nacional de Cataluña, de lunes a viernes presenta un programa de humor (?) titulado “el búnquer” (baluarte en castellano) que consiste en relatos ambientados en distintos países y en épocas diferentes. El programa tiene el propósito de hacer reír a los oyentes basándose en las calamidades que  sobrellevan los protagonistas de cada capítulo. Lo triste del caso, según tengo entendido, divierte a los escuchas. En vez de sentir lástima por las desventuras de los personajes, se alegran de ellas.

En la vida real se narran chistes que tienen que ver con las desgracias de personas. ¡Ay qué final les espera! “Aun en la risa tendrá dolor el corazón, y el término de la alegría es la congoja”  (Proverbios 14: 13). El baluarte radiofónico y el chiste de cafetería ponen de manifiesto la necedad que  muchas personas manifiestan ante el dolor ajeno.

Cuando el Señor venga en su gloria para juzgar a los hombres a los que estarán a su izquierda les dirá: “Apartaos de mí malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de  comer; tuve sed,  no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis, enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis”. Entonces le responderán diciéndole: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno” (Mateo 21: 41-46).

En lo que dependa de nosotros tenemos que hacer el bien  a las personas sin discriminación alguna: “Cuando caiga tu enemigo, no te regocijes, y cuando tropiece, no se alegre tu corazón”  (Proverbios 24: 17).


 

GÉNESIS 45: 5

“Y ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese haberme vendido acá, porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros”

El salmista, refiriéndose a José, escribe: “Envió un varón delante de ellos, a José que fue vendido como esclavo” (Salmo 105: 17). Cuando José se da a conocer a sus hermanos, refiriéndose a la fechoría que cometieron vendiéndole como esclavo a unos mercaderes madianitas, les está diciendo que el odio que sentían hacia él, odio que les impulso a venderle como esclavo y simular su muerte manchando con sangre su túnica de colores para engañar a su padre, haciéndole creer que una fiera salvaje había destrozado a su querido hijo. Todas estas martingalas que los hijos de Jacob hicieron para encubrir su pecado a los ojos de su padre, realmente fueron pasos guiados por Dios, como reconoce José, para llevar a Israel a Egipto en donde había abundancia de alimentos y no pereciesen de hambre en Canaán y, a su debido tiempo, ser liberado de la esclavitud egipcia por el poder de Dios mediante un vaso de barro como lo era Moisés.

Lo que ocurre en el mundo no son casualidades. Son pasos ordenados por Dios para alcanzar sus propósitos. El mundo no está dirigido por la casualidad ni por accidentes fortuitos que no llevan a ninguna parte, sino por la voluntad de Dios que sabe de antemano lo que sea más conveniente para sus propósitos. Para el hombre sin Dios que desconoce qué es la providencia de Dios no tiene sentido todo lo que le sucede. Dicha ignorancia, al estar desprovisto de la protección divina le genera ansiedad, estrés, incremento espectacular de las dolencias mentales como afirman los médicos. Al no creer en Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo sus pies descansan sobre arenas movedizas que, cuanto más agitados estén con más rapidez se hunden en la infernal ciénaga.

José que fue  vendido como esclavo a Egipto y pasó unos años de mucho sufrimiento ocasionado por la maldad de los hombres como nos enseña  su historia guardada en la  Biblia, los pasos de los cuales fueron guiados por Dios para alcanzar su propósito.

Demos gracias a Dios por habernos dado el don de la fe  que nos ha permitido creer que Él es el Todopoderoso que con su sabiduría suprema guía el quehacer del mundo para que se cumplan sus propósitos que no podemos entender aunque tenemos la mente de Cristo. La Covid-19, la deforestación de Amazonas, la guerra de Ucrania, las graves hambrunas en África, las tempestades devastadoras, el cambio climático y tantos otros acontecimientos que causan dolor. Todo ello tiene un propósito que nosotros desconocemos, que al final es para nuestro bien. Al incrédulo todo ello le confunde y le desespera. Para el creyente en Cristo, plena confianza en el Dios de amor que busca el bien de sus hijos. Al final del tiempo comprenderemos lo que hoy es un jeroglífico indescifrable.

 

diumenge, 13 de novembre del 2022

 

FIDELIDAD

<b>Quien quite o añada palabras de la Biblia Dios borrará su nombre del Libro de la Vida</b>

Según Joan-Enric Vives, arzobispo de Urgell, el papa Francisco  el 29 de junio publicó la bella carta apostólica <i>Desidero desideravi</i> sobre la formación litúrgica del pueblo de Dios con lo que quiere “invitar a toda la Iglesia a redescubrir, custodiar y vivir la verdad y la fuerza de la celebración cristiana”. “La liturgia”, dice el arzobispo, “es el don de la Pascua del Señor que cuando lo aceptamos con docilidad, transforma toda la existencia…Para curar la mundanalidad que se ha introducido en el seno de la Iglesia i, por lo tanto, también en la liturgia, es necesario redescubrir la belleza de las celebraciones”. Santo Pablo VI afirma que “la liturgia es la primera fuente de la vida divina que se nos comunica, la primera escuela de nuestra vida espiritual, el primer don que podemos dar al pueblo cristiano”. Conclusión: sin liturgia no hay vida espiritual.

Los antiguos israelitas recibieron de Dios por medio de Moisés instrucciones muy precisas de cómo celebrar la liturgia. El culto era muy elaborado. No debe olvidarse que los males que le sobrevinieron a este pueblo no fue por haber descuidado la liturgia sino por haber abandonado a Dios y fornicado con los dioses de las naciones vecinas. Se tiene que destacar que el arzobispo de Urgell  citando al papa Francisco, escribe: “Pide también, abandonar las polémicas para escuchar lo que el Espíritu dice a la Iglesia manteniendo la comunión y la admiración por la belleza de la liturgia, bajo la mirada de María”. Dudo que el Espíritu Santo haya bendecido dicha declaración.

Ni los profetas del Antiguo Testamento, ni Jesús, ni los apóstoles, ni la iglesia apostólica, no dicen nada respecto a la liturgia como fuente de vida espiritual. Los profetas tenían puesta la mirada en el Mesías  que tenía que venir. Jesús afirma de sí mismo: “Yo soy la resurrección y la vida, quien cree en mí, aunque muera vivirá” (Juan 11: 25). El mensaje apostólico se puede resumir en  las palabras del apóstol Pedro: “Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros  los edificadores, la cual ha venido a ser Cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4: 11, 12).

El apóstol Juan inspirado por el mismo Jesús escribe un mensaje a cada una de las siete iglesias de Asia que corresponde a la actual Turquía. Cada una de ellas tiene cosas buenas y malas. Sobre la capa de la Tierra no existe ni una sola iglesia perfecta. A la iglesia en Éfeso después de alabarla le dice: “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor” (Apocalipsis 2: 4).

La Iglesia Católica sigue teniendo mucho poder temporal, pero, la escasez de sacerdotes, ¿no es una señal de que se encuentra en decadencia y que se acerca la hora de desaparecer como ocurrió con las siete iglesias en Asia por haber “dejado tu primer amor”? Fomentar la liturgia bajo la mirada de María no es la manera de promover vocaciones pastorales.  El Espíritu no puede tolerar tal irreverencia al Señor. Antes de que sea demasiado tarde Jesús le dice a la Iglesia Católica: “Recuera, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras, pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieses arrepentido” (v. 8).

Es muy posible que la Iglesia Católica como institución haga oídos sordos a la invitación de Jesús de arrepentirse por haber  abandonado “las primeras obras”. El mensaje que Jesús envía a la iglesia en Éfeso va dirigido a personas: “El que tenga oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza le daré a comer del árbol de la vida, el cual  está en medio del paraíso de Dios” (v. 7). El fiel católico debido al mensaje maligno que le transmite  su Iglesia no tiene la certeza de su salvación. La sombra de la duda le es permanente. El hecho de que la Iglesia Católica haya abandonado la pureza del Evangelio tiene sus consecuencias nefastas.

El creyente católico tiene a su alcance la posibilidad de disponer fácilmente de un ejemplar de las Sagradas Escrituras que detallan “las primeras obras” que ha de recuperar. Leerlas  atentamente le mostrará al lector lo lejos que se encuentra la doctrina católica del mensaje evangélico. Abra el lector el Libro de Dios. Ábralo y acompañe la lectura con la petición de que el Espíritu Santo le dé la sabiduría entender la lectura. Jesús que es el Señor de la Iglesia y que es misericordioso dará respuesta a la súplica: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1: 5, 6).

Octavi Pereña i Cortina

 

SALMO 66: 10

“Porque tú nos has probado, oh Dios, nos has refinado como se refina la plata”

Jesús nos pide algo muy difícil, por no decir, imposible de cumplir: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5: 48). El apóstol Juan escribe: “Y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1: 7). La evidencia diaria nos muestra que estamos muy lejos de alcanzar la perfección del Padre celestial. Dicha perfección es el objetivo a alcanzar. Nos encontramos en un proceso de conseguirla. 

El apóstol Pedro escribiendo a “los expatriados de la dispersión” les dice. “Escogidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu” (1Pedro 1: 2). El apóstol Pedro refiriéndose a los escritos del apóstol Pablo escribe: “Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas, entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes  tuercen, como también las otras escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3: 16) El Padre antes de la fundación el mundo eligió a un pueblo para sí. Jesús en su oración sacerdotal intercediendo por los discípulos, dirigiéndose al Padre, le dice: ”He  manifestado tu Nombre a los que del mundo me diste, tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra”  (Juan 17: 6). Jesús intercede por los escogidos del Padre que antes de creer en Jesús eran hijos del diablo. Jesús intercede por estas personas que del mundo el Padre le dio. Por la fe en Jesús estas personas que eran hijos del diablo se convierten en hijos de Dios por haber nacido del Espíritu. Todavía no han alcanzado la perfección del Padre. A partir de este instante las personas que del mundo el Padre da al Hijo empieza  el proceso de santificación guiado por el Espíritu Santo en colaboración con quienes se refiere el texto que es la base de esta meditación: “nos has probado, oh Dios, nos has refinado como se refina la plata” para extraer las escorias que nos afean.

El apóstol Pedro refiriéndose a estas personas sometidas al proceso purificador de Dios dice que “renacieron a una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de los muertos para recibir en los cielos una herencia incorruptible, vosotros que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora  por un poco de tiempo, si es necesario tengáis que ser afligidos en diversas pruebas para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo  (1. Pedro 1: 3-7).

En la manifestación gloriosa de nuestro Señor Jesucristo cuando habrá terminado el proceso de la prueba de nuestra fe “los justos resplandecerán como el sol en el reino del Padre


 

SALMO 69: 6

“No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, oh Señor de los ejércitos, no sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel”

Lo que voy a transcribir nos puede parecer que es algo pasado de moda, pero es muy adecuado para nuestros días. El Dr. Carroll cita: “Se dice que cuando uno de los padres reprendió a un diablo por haber poseído a un cristiano, el diablo le respondió: “Nunca he ido a una iglesia a hacerlo, pero cuando iba a las cantinas y a las casas de apestas, en mi propio territorio, entré en él”.

El salmista está muy preocupado por su testimonio cristiano. Está muy preocupado porque no desea confundir a quienes buscan al Señor. El interés del salmista por el testimonio que da deberá ser de rabiosa actualidad.

El mensaje que el Señor transmite por medio del apóstol Juan a la iglesia en Laodicea tendría que hacernos reflexionar: “Yo conozco tus obras, que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío o caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3. 15, 16). La tibieza es una mala consejera para el cristiano. Descarta la firmeza en la fe. La tibieza en la fe “es semejante a la ola del mar, que es arrastrada  por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1: 6). La tibieza ensombrece el testimonio porque hace desaparecer los absolutos. Todo es ambigüedades. Construye la fe sobre sus propios pensamientos que son inconsistentes. Hoy blanco. Mañana negro. Y así sucesivamente.

Cuando el salmista escribe las palabras del texto que sirve de base para esta reflexión está afirmando que sabe en quién a creído. Que no edifica su fe sobre la fragilidad de un cimiento de arena sino sobre la firmeza de la Roca de los siglos que es Jesucristo. Sabe con certeza que no existen dos opciones: blanco o negro. La tibieza no cuenta. No se puede servir a dos señores a la vez. No podemos pretender estar al lado del Señor y a la vez al del diablo. Si nos es indiferente a quien servimos jamás nos preocupará si estamos en la luz o en las tinieblas. Si escogemos la tibieza Jesús tendrá que amonestarnos tal como lo hizo con las fariseos: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!…y como pretexto hacéis largas oraciones, por esto recibiréis mayor condenación” (Mateo 23: 14). Si el lector pertenece al grupo de quienes no son ni chicha ni limonada todavía está a tiempo para abandonar la ambigüedad espiritual y ponerse al lado de los verdaderos hijos de Dios.

 

 

diumenge, 6 de novembre del 2022

 

NUBE NEGRA

<b>”Ha ganado Giorgia Meloni porque el fascismo no ha sido nunca desarraigado” (Edith Bruck) </b>

“Para encarar bien las demandas ciudadanas es necesario detectar los problemas sin negarlos ni esconderlos. Así se llega a un diagnóstico real, por crudo o crítico que sea, y se encaran las soluciones con humildad para corregir las políticas desacertadas. Esta sería la política ideal que la gente entendería. Lamentablemente no estamos en este punto. La prueba ha sido el último enojo de Colau como consecuencia de los graves incidentes durante las fiestas de la Mercè, con el balance de una muerte, cincuenta heridos, saqueos de tiendas y una docena de detenidos. La  alcaldesa con el afán de rebajar la gravedad de los hechos  y desvincularlos de las fiestas, acusó a los medios de comunicación de avivar una conspiración para desprestigiar Barcelona…Los incidentes tenemos que afrontarlos de cara sin querer minimizarlos o esconderlos. Esto no es nunca la solución de los problemas que crecen a la sombra del silencio o de la inacción hasta que se hacen crónicos y son más difíciles de resolver. Lo hemos visto con los temas que más preocupan a los ciudadanos, como la suciedad, la inseguridad o la movilidad. Primero se niegan, después se atribuyen a campañas políticas interesadas, después se habla de casos puntuales y cuando son un clamor, se sacan planes de choque que llegan demasiado tarde. No caigamos en el mismo error” Enric Sierra).

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, echa las tuyas a remojar. Edith Bruck, superviviente del Holocausto, nos alerta del peligro que representa la extrema derecha. Refiriéndose a la victoria de Giorgia Meloni en Italia, de sus jugosas declaraciones extraigo este texto: “Me da miedo que toda  Europa esté yendo a la derecha y siempre más a la derecha. Ella (Giorgia Meloni) envió un mensaje a Vox de España pidiéndole que gane las elecciones. La felicita Viktor Orbán, de Hungría, de mi país. Ahora estarán mucho más animados. Este es el peligro. También en Francia, en Polonia, en toda Europa. Hay una nube negra que está creciendo sobre Europa y es muy peligroso con la guerra de Ucrania. No puede sernos indiferente”.

No existe efecto sin causa. ¿Cuál es la causa del desbarajuste político, económico, social, no sólo en Europa, también por toda la Tierra? Solamente hay una. El ser humano ha abandonado a Dios y la consecuencia de este abandono: “Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta Dios, Dos los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen, estando  atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuraciones, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia, quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino también se complacen con los que las practican” (Romanos 1: 26-32).

Dios que desde el cielo observa el comportamiento del hombre ve sólo piensa en hacer el mal. Por medio del profeta Miqueas le hace esta advertencia: “¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan porque tienen en su mano el poder! Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad. Por tanto así dice el Señor: He aquí, y pienso contra esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos porque el tiempo será malo” (Miqueas 2: 1-3).

Desde el cielo Dios inclina su cabeza para mirar lo que ocurre en la Tierra: “Y vio que la maldad de los hombres era mucha en la Tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6: 5).

A lo largo de los siglos por medio de los profetas y en el cumplimiento del tiempo por medio del Hijo, Dios el Padre muestra sus intenciones hacia nosotros: “Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y que pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6: 8).

En el momento que rebosa el vaso de la maldad llega la hora de que Dios ejecute la sentencia. No obstante, la misericordia de Dios es tanta que vuelve a suplicar a los pecadores que se arrepientan y abandonen sus caminos de maldad. El profeta Jonás conocido por haber sido tragado por un gran pez, Dios lo envió a Nínive para que dijese a los ninivitas: “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida” (Jonás 3: 4). A regañadientes el profeta cumple el encargo divino “y los hombres de Nínive creyeron a Dios y promulgaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor al menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza” (vv. 5, 6).

La destrucción de Nínive tenía una moratoria de cuarenta días. Debido al arrepentimiento colectivo encabezado por el mismo rey, la moratoria de cuarenta días se convirtió en unos dos cientos años cuando el imperio Asirio fue destruido por Babilonia y sus aliados. La paciencia de Dios hacia los pecadores tiene un límite. Cuando se alcanza el punto de no retorno la justicia divina ejerce su potestad. Todavía se es a tiempo de evitar que la nube negra que crece amenazadora sobre Europa descargue el fuego y azufre mortíferos que almacena.

Octavi Pereña i Cortina

 

 

1 JUAN 2:11

“Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado  los ojos”

Este texto es un pantuflazo a la cara de quienes instigados por el odio aborrecen a quienes pertenecen a una raza distinta, hablan un idioma distinto, son de sexo distinto, son homosexuales, pertenecen a una clase social distinta. En resumen, odian a todos aquellos que no son como ellos. Por ser como son se creen portadores de la verdad. Todo aquel que no piensa como ellos es basura  que merece ser tirada al vertedero.

El texto que comentamos del apóstol Juan pone en el lugar que le corresponde estar a la persona que aborrece al hermano: andar en tinieblas. El narciso al ser un engreído se considera estar por encima de los demás al considerar que es poseedor de la verdad absoluta. El texto de Juan lo coloca en tinieblas, anda en tinieblas y no sabe a dónde va porque las tinieblas le han cegado los ojos. En resumidas cuentas quienes odian andan en tinieblas porque se encuentran fuera de la órbita de Dios que es luz y en Él no hay ni un ápice de tiniebla.

Quien aborrece a su hermano se le puede considerar ciego. El ciego anda en tinieblas porque la luz no penetra en sus ojos y por tanto carecen de visibilidad. De ahí que aborrezcan a todo aquel que no sea grato a sus ojos maliciosos.

Dios que es el Creador ha dado leyes que gobiernan la creación. Al hombre también le ha dado la Ley que le ilumina el camino la cual le permite ver los obstáculos que aparecen en el sendero y así pueda evitarlos. Esta Ley dada por Dios para su bien se resume en dos artículos: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. Por nacimiento   natural todo ser humano nace en pecado y, debido a él, todos intentamos escamotear el amor que debemos al prójimo con la excusa de la pregunta: “Quién es mi prójimo?”,  que  un intérprete d la Ley le hizo a Jesús. El Señor le responde con la parábola que conocemos como la del “Buen samaritano”. Un hombre yace medio muerto junto al camino. Dos religiosos judíos se acercan al herido y en vez de ayudarle pasan de largo. Jesús destaca que la tercera persona que aparece en la escena es un samaritano, persona odiada por los judíos por practicar una religión distinta a la suya. Éste atiende al herido con el máximo esmero (Lucas 10: 25-33). Con esta parábola Jesús quiere enseñarnos que nuestro prójimo lo es cualquier persona que esté a nuestro alcance y que necesite ayuda. Por ser todos descendientes de Adán no tenemos que discriminar a nadie. La aplicación de la enseñanza que Jesús transmite con la parábola del Buen samaritano es de rabiosa actualidad. La infracción del amor al prójimo se comete a velocidad supersónica. El Señor, cuando comparezcamos ante su presencia para ser juzgados por lo que hayamos hecho nos condenará por no haberle amado en  nuestro prójimo necesitado.


 

PROVERBIOS 24: 10

“Si flojeas en el día de la angustia significa que tu fuerza es escasa”

La flojedad en el día de la angustia se nos manifiesta a menudo lo cual pone de manifiesto que nuestra fuerza espirituales muy escasa. Ello no debe desanimarnos porque los días de angustia son instrumentos en las manos del Señor que pueden impulsarnos a buscarte con más intensidad.

“Dice el Santo: ¿a qué, me haréis semejante o me comparareis? (Isaías 40: 25). Acto seguido el profeta nos invita a alzar los ojos hacia el cielo y contemplar la grandiosidad de la creación: ”Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quien creó estas cosas, Él saca y cuenta su ejército, a todas llama por su nombre, ninguna faltará, tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio” (v. 26). El salmista expone que la materia inerte de la creación no es muda, con su lenguaje silencioso habla al espectador que tiene ojos para ver y oídos para oír: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras”  (Salmo 19: 1-4).

“¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido del Señor, y de mi Dios pasó mi juicio?”  (Isaías 40: 27). Una vez puesto de manifiesto el omnipotente poder de Dios en la creación el Señor nos anima a buscarle para que no flojeemos en el día de la angustia. “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas a quien no  tiene ninguna. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (vv. 28-31).

“Los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas”. Esperar en el Señor no consiste en buscarle en momentos puntuales, significa que se vive en un permanente estado de espera. De la misma manera que inconscientemente respiramos, la práctica de esperar en el Señor se convierte en algo natural y espontáneo. Estas son las personas que en el día de la angustia no flojean.