EL LIBRO
<b>”Lee
menos, estudia menos, pero piensa más” Leon Tolstoi</b>
<b>Nuccio
Ordine</b> comienza su escrito <i>Paz para el
espíritu</i> citando a <b>Federico García Lorca</b>: “No solo
de pan vive el hombre. Si yo tuviera hambre, y estuviera desvalido en la calle,
no pediría un pan, pediría medio pan y un libro”. Dicha cita comienza con unas
palabras que Jesús dijo al diablo cuando hambriento por haber ayunado cuarenta
días Satanás intenta desviarle de la misión que había venido a cumplir: “Si
eres Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en panes”. Jesús le
responde: “Está escrito: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios” (Mateo 4: 2-4). Las palabras de Jesús corrigen a
<b>Nuccio Ordine</b> ya que
completan la carencia que existe en la cita de <b> García
Lorca</b>. Le dan un valor muy superior ya que ponen en su sitio el
concepto espiritualidad.
<b>
Ordine</b> citando a
<b>Michael de la Montaigne</b> nos recuerda que no es posible
educar únicamente el espíritu o solamente el cuerpo: “No se forma una alma ni
un cuerpo, sino un hombre: No hay que tratar a los dos por separado. Y como
dice Platón, no debe formarse una parte sin la otra, sino considerarlos a la
par, como una pareja de bueyes, uncidos al mismo timón”. Es lo que vino a hacer
Jesús: salvar al hombre integral: alma y cuerpo.
Debido
a la pandemia del Covid-19 los diversos
sectores culturales se quejan del abandono a que se somete la cultura. Malas
lenguas dicen que el desinterés que los políticos sienten por la cultura se
debe a que la ilustración fomenta el espíritu crítico en la ciudadanía que va
contra sus intereses. Es por este motivo que se regateen las inversiones en
Cultura.. A los poderes políticos no les interesa una sociedad bien educada que
cuestione su manera de hacer. <b>Víctor Hugo</b> dijo que si a “los
políticos solamente les interesa que las ciudades estén bien iluminadas, para
impedir que los malhechores puedan actuar a sus anchas, se corre el peligro de
que caiga la noche en el mundo moral”.
Si el poder político se preocupa exclusivamente por el pan que nutre el
cuerpo, ¿quién se va a interesar en que se enciendan las antorchas que iluminan
la mente? Tal como se enfocan las cosas se corre el riesgo de fomentar una
sociedad cada vez menos humana, más egoísta, presa fácil del odio, el racismo
el antisemitismo, homofobia, injusta…
Por el
hecho de que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, no fruto de
la evolución materialista, está dotado de una racionalidad de la que carecen
los animales que se rigen por el instinto. Dada esta peculiaridad está capacitado para pensar, razonar. Debido
a que el hombre es una creación especial de Dios devora libros, digiere poemas, tiene sed de
conocimientos. El hombre debe saber que
el hambre que se esconde en el interior del alma debe estimularse con la verdadera
cultura. Actualmente se encuentra en el mercado mucha falsa cultura que ahoga la sed y el hambre por la
auténtica. Mucho de lo que hoy se considera cultura deja mucho que desear y
asfixia el sentido crítico que impulsa a examinarlo todo para quedarse con lo
bueno.
Ane la
pandemia cultural que hace estragos en el ser humano no debemos olvidar las
palabras que Jesús le dijo a Satanás cuando le tentaba a que dudase de su
divinidad y así abandonase su misión de salvar el hombre del estado en que se
encuentra, cuando estando en Adán comió el fruto prohibido: “Está escrito: No
solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
El
poeta <b>Giuseppe Giorchino Bella</b> se imagina un cura
reaccionario, anti cultura. Escribe: “Tú coge un libro en ayunas y luego/ de
tenerlo en la mano varias horas/ dime si siente hambre o está lleno/ ¿qué
predicaba el cura en la Misión?/ que los libros no son para cristianos/ ¡No los
leáis por el amor de Dios!”.
La
Iglesia Católica se ha especializado a lo largo de los siglos en la quema de
biblias, libros que nutren las almas, manteniéndolas
sanas. No contenta con quemar biblias lanzaron a las hogueras comentarios sobre los textos sagrados
escritos por quienes despectivamente catalogaban como luteranos y calvinistas.
No tenían suficiente con quemar libros también tenían que hacerlo con sus
autores. Y las personas que los tenían en sus bibliotecas privadas con los que forjaban su pensamiento crítico.
A pesar
de la persecución de que fue la Biblia y sus lectores, la Sagrada Escritura
sigue editándose, convirtiéndose en el pan de vida y el agua viva que satisface
el hambre y la sed del alma de quienes no la atiborrarla de falsa cultura tan
prolifera hoy. A pesar que la Biblia
puede adquirirse libremente sin miedo a
encarcelamiento ni a ser torturado en
dependencias inquisitoriales. A
pesar de las apariencias, las autoridades
eclesiásticas frenan la libre interpretación de los textos sagrados
guiada por la dirección del Espíritu Santo, al ir acompañados de notas
explicativas que condicionan la interpretación del lector.
Sin prejuicios
abramos la Biblia. En ella descubriremos a Jesús que es el Pan de vida y el
Agua viva que sacia las necesidades del alma. Con la Biblia Jesús derrotó a
Satanás. Con la Biblia podemos vencer al
enemigo de nuestras almas y librarnos de su influencia malévola. Las obras
maestras de la literatura universal pueden gratificar nuestra sensualidad y, en
parte, el afán de saber. Pueden enriquecernos con sus aportaciones éticas que
son incapaces de cambiar nuestro comportamiento. “Si alguien está en Cristo
nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”
(2 Corintios 5: 17)
Octavi Pereña i Cortina
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