POLITICAMENTE INCORRECTO
<b>La palabra construye o destruye.
Sepamos elegir</b>
La periodista <b>Núria
Escur</b> le pregunta a </b>Grtegorio Luri</b>, filósofo y
escritor: Su lista de lo “políticamente incorrecto” es larguísima. La respuesta
que le da el pensador: “Es incorrecto decir las cosas por su nombre. Lo peor es
que hemos perdido la espontaneidad por no pecar. Hoy se debe ser jesuítico
cuando pronunciamos una palabra para no
molestar a nadie. Y eso es hipocresía”.
Hoy con la filosofía de lo “políticamente
incorrecto” tan arraigada en nuestra sociedad acostumbramos a no decir las
cosas por su nombre. La filosofía de lo “políticamente incorrecto” puede ser
beneficiosa a corto plazo. A la larga se convierte en un boomerang que se gira
en contra de quienes creen que lo “políticamente incorrecto” es una buena
manera de andar por este mundo. La actriz <b>Paz Vega</b> es una
digna representante de lo “políticamente incorrecto” cuando el periodista
<b>Juan Luís Álvarez</b> le pregunta: ¿Con qué pecado eres más
indulgente? La actriz le responde: “Con la mentira. A veces incluso es
necesaria”.
El periodista <b>Roger Cohen</b>, escribe: “Es
cierto que la invasión de Irak se basó en la falsedad. Ahora el presidente de
Estados Unidos acusa a The New York Times y Washington Post, dos pilares de la
Republica, de difundir noticias falsas, estamos entrando en un mundo en que dos
más dos es igual a cinco”.
Ahora que VOX parece ser que crece como
la espuma, el “cordón sanitario” con que
se pretende cortarle las alas no será efectivo a no ser que se denuncien las
mentiras, como escribe <b>Roger
Cohen</b>: “La indiferencia ante la verdad y la mentira es una de las
condiciones previa al fascismo. Cuando cae la verdad cae la libertad…Mezclar lo
que es verdad y lo que es falso es propio de las dictaduras”. Desconozco si el
periodista norteamericano es cristiano o no. Su postura ante la verdad y la
mentira es muy evangélica.
Cuando quien fue el primer presidente de
Estados Unidos era un niño arrancó un cerezo que su padre había plantado
recientemente. ¿Quién ha sido? Dijo el padre furioso. El chico reconoció su
culpa. El padre le dijo: “Lamento haber perdido el cerezo, pero me alegra que
hayas tenido el valor de decir la verdad. No lo olvides nunca hijo mío”. Hoy
que nos encontramos en la era de la posverdad, ¿cuántos padres daría este
consejo a sus hijos?
Jesús dijo: “De cierto os digo, que si no
os volvéis y hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo
18:3). ¿Qué caracteriza a los niños? Que son espontáneos en su hablar. Dicen
las cosas tal cual son. A veces ponen a sus padres en evidencia y los hacen
enrojecer porque dicen las cosas tal como las han visto. Los años transcurren y
los niños van perdiendo la espontaneidad por seguir el modelo de expresarse de
sus padres en el que prevalece lo “políticamente incorrecto”. No pueden ni
podrán recuperar la espontaneidad de cuando eran niños. Les ayudará a ser
adultos, si no es con la espontaneidad de los niños de decir la verdad, sí hacerlo
responsablemente si se dejan guiar por lo que enseña la Biblia.
La condensación ética se encuentra en los
Diez Mandamientos. El noveno dice: “No hablará contra tu prójimo falso
testimonio” (Éxodo 20:16). No especifica mentiras. El mandamiento puede resumirse
así: “No mentirás”. No clasifica la mentira como se os ha enseñado en la
infancia: en veniales y mortales. Prohíbe radicalmente mentir. El mandamiento
condena lo que se considera <i>mentira piadosa</i> con l que se
diluye el mandamiento: no mentirás jamás. El mandamiento denuncia a toda la
humanidad. Quien diga que no lo ha transgredido nunca, que sea el primero en
lanzar la piedra. De la misma manera que lo hicieron aquellos que querían
apedrear a la mujer adúltera, nos veremos obligados a retirarnos avergonzados
del escenario.
Jesús con claridad meridiana nos dice lo
que tenemos que hacer con la lengua: “Sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no;
porque lo que es más de esto, del maligno procede” (Mateo 5: 37). Por
nacimiento natural, espiritualmente hablando, somos hijos del diablo “que es
mentiroso y padre de la mentira” (Juan 8:44). Es por esto que la mentira es
universal y espontánea. No se la puede frenar a no ser que se cambie de padre espiritual. Este
cambio únicamente puede producirse con la conversión a Jesús que es quien
transforma al creyente en un hijo de Dios por adopción” (Gálatas 4: 4-7). Con
la conversión a Jesús y con la recepción del Espíritu Santo comienza un nuevo
andar en que es posible que el hablar sea “Sí, sí; no, no” tal como el Señor
desea que lo hagamos.
Octavi
Pereña i Cortina
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