dilluns, 4 de març del 2019


1 REYES 21:20

“Y Acab dijo a Elías: ¿Me has encontrado enemigo mío?
¿Elías enemigo de Acab? Mejor dicho: Acab era el enemigo de Elías porque el profeta como siervo de Dios Altísimo denunciaba los pecados del monarca. El rey enemistado con Elías también lo estaba con Dios que le había enviado a reprender las transgresiones del rey.
Los intereses geopolíticos hacen que a menudo la luz y las tinieblas se mezclen. Josafat de quien la Biblia dice que “hizo lo recto a los ojos del señor” (1 Reyes 22: 42), subió a encontrarse con Acab. En el encuentro acordaron luchar contra el rey de Siria y recuperar Ramot de Galaad. Como era habitual en la época y ahora también, los reyes consultaban a los sacerdotes si los dioses les serían propicios en la campaña que iban a emprender. Acab consulta a sus sacerdotes y Josafat le dice al rey de Israel si hay algún sacerdote del Señor a quien poder consultar. Le responde que sí hay uno: Micaías, “mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal (v. 8).”Por ser Micaías siervo del Señor que solamente profetizaba mal a Acab, lo mantenía encarcelado en durísimas condiciones.
De todos es bien conocida la historia de Juan el Bautista que el rey Herodes lo tenía encarcelado. Por instigación de Herodías, esposa del hermano de Herodes con quien mantenía relación de adulterio, Herodías odiaba a Juan el Bautista denunciaba dicho pecado. En la celebración del natalicio de Herodes la hija de Herodías danzó ante los invitados. Habiendo causado una gran sensación entre los invitados a la celebración, Herodes le dice a la joven que pida lo que quiera que se lo concederá. La joven acude a su madre en busca de consejo. Herodías aprovecha la oportunidad e instigada por el odio a Juan le dice a su hija que pida la cabeza de Juan. Así ocurrió. Juan el Bautista fue decapitado y su cabeza en una bandeja fue entregada a la danzarina y ésta a su madre.
La verdad no gusta. Pero es lo que es. Nuestro hablar debería ser sí cuando es sí y no cuando sea no. Lo que se diga de más procede del maligno según dice Jesús. Los cristianos tenemos que ser consecuentes con las palabras de Jesús. Tenemos que alzar un muro de contención ante la proliferación despiadada de la mentira de nuestro tiempo. Honraremos a nuestro Dios si de nuestros labios salen únicamente la vedad que no gusta ser escuchada aun cuando mantenernos en ella pueda tener consecuencias desagradables para nosotros.


1 CRÓNICAS 21:13

“Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la mano del Señor, porque sus misericordias son muchas en extremo, pero que no caiga en mano de hombres”
El capítulo empieza con esta declaración: “Pero Satanás se levantó contra Israel e incitó a David a que hiciese censo de Israel (v.1). Esta declaración parece indicar que Satanás tenía la intención de perjudicar a Israel, posiblemente Dios se lo permitiría porque tenía intención de castigar a su pueblo por su infidelidad. Satanás lo haría instrumentalizando al rey David aprovechándose de su orgullo. Este texto nos descubre que detrás de los acontecimientos desagradables se encuentra la mano de Satanás que desde nuestra perspectiva es omnipotente y así demuestra que es homicida desde el principio. Los hombres dudan de la existencia de Satanás pero la Biblia afirma su existencia y que a lo largo de la historia se ha movido entre bastidores impulsando a los hombres a cometer los delitos que los medios de comunicación se encargar de darles publicidad. En nuestra estupidez de no querer creer en el mundo de los espíritus nos obstinamos en considerar los eventos que nos destruyen como consecuencias del azar y que son impredecibles.
El libro de Job nos alecciona de la responsabilidad satánica de los males que le acontecieron al patriarca y del consentimiento divino que limitaba la capacidad satánica de hacer mal. La fe en el Señor nos permite ver que lo que sucede se debe a la existencia de Satanás que siendo homicida desde el principio quiere perjudicarnos cuanto más mejor y la de Dios que en su misericordia frena la actividad satánica.
David le dijo al profeta Gad: “Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la mano del Señor, porque sus misericordias son muchas en extremo”. El resultado del pecado de orgullo de David de querer censar al pueblo porque quería saber el alcance de su poder militar resultó ser el primer paso que condujo a la construcción del templo que indicaba la presencia de Dios entre su pueblo. Los pensamientos de Dios son más altos que los nuestros y los desconocemos. La fe en el Señor nos permite estar confiados porque a pesar de nuestra ignorancia sabemos que todo lo que sucede es para el bien del pueblo de Dios. Fiémonos de su bondad y las turbulencias de este mundo no nos dañarán.




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