dimarts, 30 d’octubre del 2018


SALMO 130:8

“Y Él redimirá Israel de todos sus pecados”
El Salmo 130 contiene ocho versículos de un profundo calado teológico que culmina con  Dios “redimirá Israel de todos sus pecados”. ¿No es una gran noticia saber que por medio de la sangre de su Hijo, Dios perdona todos los pecados de su pueblo?
El salmista comienza su poema escribiendo: “De lo profundo, oh Señor, a ti clamo, Señor, oye mi voz, estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica” (vv. 1,2).El salmista comparte con sus lectores una profunda e íntima relación con Dios. ¿Cómo no puede serlo si cree fervientemente  en el perdón total de sus pecados por la fe en Jesús que es el Camino que nos conduce al Padre?
La relación del salmista con Dios no es una relación de oídas, he oído hablar de ti. No es una relación de lejanía que no afecta para nada su vida. No es una relación como la de aquellos que afirman ser “creyentes no practicantes”. ”Señor, si tu miras a los pecados”, si no los has lanzado en lo profundo del mar, si no los has echado en lo profundo del pozo del olvido, si tu persistes en echarme en cara la multitud de mis transgresiones, “¿quién oh Señor podrá mantenerse?” (v.3). Si tú sigues acusándome, Señor, mi vida será un auténtico fracaso. Satanás el enemigo de mi alma lanzará contra mí graves acusaciones que si yo las creyese harían insoportable mi vida. Yo no me opongo a que Satanás diga de mí lo que mejor le parezca y que utilizando labios engañadores difame mi buen nombre. “Pero en ti hay perdón”. No es un perdón ficticio como el que el sacerdote concede en el confesionario. Me has lavado, me has purificado, ello y, mucho más es motivo “para que seas reverenciado”.
La fe del salmista no es la fe de los “domingueros”, de aquellos que aparentemente se acuerdan de Dios los domingos, Se acicalan para ir a misa o al culto. Físicamente hacen acto de presencia en la capilla. Leen la lectura de la Biblia. Entonan los himnos seleccionados para la ocasión. Pero sus mentes y corazones están lejos del lugar. Son creyentes de pacotilla. Su religiosidad no es “sin cera”. “Esperé yo al Señor, esperó mi alma, en su palabra he esperado, mi alma espera en Señor, más que los centinelas a la mañana, más que los vigilantes a la mañana. Yo espero en el Señor, “porque en el Señor hay misericordia, y abundante redención  en Él, y Él (me) redimirá de todos mis pecados” (vv.5-8).
Lector: no olvides que en el Señor Jesús hay abundante redención.


JUAN 13: 27,30

“Y después del bocado, Satanás entró en él…cuando hubo tomado el bocado de pan, salió inmediatamente, y era de noche”
El concepto que tenemos de un endemoniado es el de una persona violenta como el gadareno (Lucas 8: 26-39). Jesús que iba por todas las ciudades y aldeas predicando y anunciando el Evangelio del Reino de Dios, liberó a algunas mujeres de espíritus malos, entre ellas María Magdalena, de la que habían salido siete demonios”(Lucas 8: 1,2). Si nos fijamos únicamente en el modelo de posesión satánica del gadareno, nos haremos una idea equivocada de lo que significa estar poseído por satanás.
De Judas  Iscariote, uno de los discípulos de Jesús no se nos dice nada de su posesión satánica hasta pocas horas previas a la crucifixión del Señor. Lo único que sabemos es que era un ladrón y que sustraía de la bolsa que debía custodiar. Fuera de esto era una persona normal e incluso religiosa. Nadie sospechaba de él. Incluso después de tomar el bocado y Satanás entrase en él, su comportamiento era normal.
Con respecto a los fariseos a quienes Jesús les dice que tenían como padre al diablo, su comportamiento era normal en una sociedad de pecadores (Juan 8: 44). Analizaremos este versículo porque nos proporciona luz para entender lo que significa a posesión satánica. Los fariseos a pesar de que presumían  de tener a Abraham como padre, Jesús desmiente tal presunción al decirles que los verdaderos descendientes de Abraham no lo son los canales, sino quienes poseen su fe. Desmentida su pretensión pone al descubierto que su verdadero padre era el diablo. Como de tal palo tal estilla desean hacer las obras de tan tétrico padre. El diablo “es homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad porque no hay verdad en él”. El diablo no mató físicamente a Adán y Eva, los mató con la mentira que serían igual a Dios si desobedecían el mandato divino que los prohibía comer el fruto del árbol prohibido. Los mentirosos de nuestros días que son multitud, según Jesús están poseídos por el diablo. Son gente normal que matan mintiendo.
Se dice que estamos en la posverdad. Con esta declaración se reconoce que estamos bajo el dominio de nuestro padre el diablo. Los políticos hablan mentira. Los jueces pervierten la justicia empleando la mentira  en los juicios. Los ciudadanos nos engañamos mutuamente. El diablo tiene millones de hijos que siguen sus enseñanzas. Por eso el mundo anda tan mal. Pero Jesús por boca de sus hermanos sigue anunciando el Evangelio del Reino de Dios liberando a “personas normales” de espíritus malos.



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