dilluns, 25 de juny del 2018


UNA CHISPA: UN GRAN FUEGO

<b>”El que modera sus palabras tiene sabiduría: El hombre de espíritu tranquilo es inteligente” (Proverbios 17: 27)</b>
El 12 de junio de 2018 <i>diariosigloxxi.com</i> publicaba mi escrito <i>Palabras incendiarias</i>. En el mismo día <i>La Mañana</i> de Lleida publicaba una viñeta de Ermengol en la que aparecía <b>Josep Borrell</b>, ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Pedro Sánchez con cara de pocos amigos, interpreto yo, con un bidón de gasolina en una mano y en la otra cogiendo un mechero encendido. El lema, las palabras que dijo el ministro: <i>“Cataluña está cerca de un enfrentamiento social”. Pronto lo veremos<i>. El bidón de gasolina y el mechero encendido, me mueve a tratar el tema  “Palabras incendiarias”, desde otro ángulo.
El capítulo 3 de la epístola de Santiago comienza así: “hermanos míos, no os hagáis muchos maestros de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” (vv. 1,2). El texto no dice que exista alguien capaz de no tropezar en el hablar. El escritor utiliza el condicional: “si alguno no ofende”, si existe la excepción de la regla, “este es varón perfecto”. Lo que el autor de la carta sigue diciendo desmiente la posibilidad de que exista el hombre perfecto.
El escritor compara la lengua con la brida que se pone en la boca del caballo para que obedezca al jinete. Utiliza también el pequeño timón que marca la dirección del barco. La brida gobierna los impulsos del caballo y el timón la dirección que toma el barco impulsado por el viento.
Refiriéndose a la lengua Santiago escribe: “Así también la lengua un miembro tan pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!” (v.5). La chispa de una sierra puede encender una zona boscosa poniendo en peligro edificios y personas. Debido a ello, en verano, especialmente los muy secos, las autoridades no se cansan de avisar de no jugar con fuego, por pequeño que sea en zonas forestales.
“Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno” (v.6). La lengua, este pequeño órgano que tenemos dentro de la boca que nos permite articular las palabras no es la causante de la acusación  que Santiago le hace. Es el instrumento que exterioriza las intenciones del corazón. Es por ello que la Biblia nos avisa: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4: 23).
“Porque toda clase de bestias, y de aves, y de serpientes y de animales marinos, se doman y han sido domados por el género humano” (v.7). “Y Dios los bendijo”, a Adán y Eva, “y les dijo: fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1: 28). El dominio completo sobre la creación el hombre lo ejerció antes de pecar. Después de la desobediencia Dios maldijo la creación y ésta se les hizo hostil y los animales se convirtieron en sus enemigos. Aprendieron a domesticarlos. Con algunos lo consiguen fácilmente. Con otros les es más difícil. Con otros les es totalmente imposible conseguirlo. Santiago se refiere al ingenio para domar animales que tiene el ser humano y a la imposibilidad de “domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal” (v.8).
Al principio de su ministerio público Jesús dijo a las multitudes que le escuchaban: “O haced el árbol bueno, y su fruto será bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo, porque por el fruto se conoce el árbol: ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca…Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablan los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12: 33-37).
Jesús nos da la solución a la imposibilidad el hombre de “domar la lengua”. Por nacimiento el hombre es un árbol malo y por lo tanto incapacitado para hablar cosas buenas. Debido a que somos árboles malos nuestras lenguas proclaman palabras incendiarias. Cierto es que existen grados de maldad en lo que decimos. No nos hagamos falsas esperanzas creyendo que somos árboles buenos. Sin excepción alguna, por nacimiento todos somos árboles malos que el hombre no puede convertir en buenos. Por educación se puede recubrir la maldad del árbol con el barniz de la respetabilidad, pero tan pronto como a uno lo pinchan el “mundo de maldad” que es la lengua, como volcán  adormecido despierta vomitando fuego y azufre. La lava incendiaria se deja ver  en las manifestaciones que se hacen en protesta de alguna cosa, en los estadios, en política, en las relaciones sociales y de género. Es evidente que la lengua es una fuente de ofensas por más que no se lo quiera reconocer.
La manera de ser el árbol malo la voluntad no lo cambia. Tiene que darse una intervención externa que produzca el milagro. Es por ello que Jesús a Nicodemo, judío ilustre, le dice que tiene que nacer de nuevo. El sabio no lo entiende. El Señor le recuerda el acontecimiento en el desierto cuando muchos israelitas perecieron por las picaduras de serpientes. La plaga se venció alzando Moisés una serpiente de bronce. Aquella serpiente metálica fue una profecía de Jesús clavado en la cruz muriendo  por el perdón de los pecados. A Nicodemo que desconocía cómo nacer de nuevo, Jesús le dice: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3: 14,15). Jesús muriendo en la cruz por el pecado del hombre hace del creyente un árbol bueno que proclama palabras de vida.
Octavi Pereña i Cortina



PROVERBIOS 24: 12

“Porque si dices: Ciertamente no lo supimos, ¿acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, Él lo conocerá”
Debido al pecado la tendencia natural es no ver la biga que tenemos en nuestro ojo y engrandecer la mota que está en el ojo de nuestro vecino. Queremos negar la realidad de que somos pecadores. Con ello lo que se consigue es impedir que la luz de Dios alumbre nuestra alma, con lo que las tinieblas toman posesión de ella. Negar la realidad no invalida la responsabilidad de nuestros pensamientos y acciones. ¿Quién pesa los corazones? Dios lo es. El Señor es quien descubre las cosas que no funcionan bien en quien niega la realidad de que es un pecador.
El salmista se hace una pegunta que todos deberíamos hacernos: “¿Quién podrá entender sus propios errores?” El salmista da a entender que podría comportarse como la gran multitud de personas que ante sus hechos dicen. “Ciertamente no lo supimos”. No. David el autor del salmo 19 no es de estas personas que desea que sus pecados ignorados sigan haciendo su trabajo de zapa destructivo. Se dirige a Dios y le dice: “Líbrame de los que me son ocultos? (v. 12). David vivió durante un cierto tiempo con el pecado de adulterio con Betsabé oculto. Intentó esconderlo matando indirectamente a Hurías el marido de la mujer ultrajada.  El salmo 51 lo escribió el rey adúltero. El encabezamiento reza así: “Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé vino el profeta Natán”. El profeta se entrevista con el rey adúltero y enuncia el pecado real. “¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones?” David a pesar de que había cometido un grave pecado era un hombre de Dios que en el salmo 19 escribe “Líbrame de los que me son ocultos”. En el Salmo 51 hace una sincera declaración de arrepentimiento. Si el lector no ha leído el almo le invito a que lo haga precedido de una sincera oración al Señor pidiéndole sabiduría para poder creer lo que dice y aplicar a enseñanza recibida en su propia vida. De nuevo unas palabras de David: “Dios tú conoces mi insensatez, y mis pecados no te son ocultos” (Salmo 69:5).
Ananías y Safira, un matrimonio que ignoraba la insensatez que había en sus corazones. Vendieron una propiedad para dar a la iglesia el importe de la venta para ayudar a los pobres que había en ella, pero se quedaron una parte del dinero. El Espíritu Santo que examina los corazones reveló al apóstol Pedro el fraude cometido por el matrimonio. Ambos murieron al instante (Hechos 5: 1-11). No se puede jugar con el pecado porque es muerte, muerte física con la que todos deberemos enfrentarnos en el momento establecido por Dios, pero lo más terrible es la muerte eterna, ilimitada separación absoluta de Dios.
Una súplica urgente: ten piedad e mí, oh Dios, conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmo 51: 1,2).


1 SAMUEL 28: 6

"Y consultó Saúl al Señor, pero el Señor no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas”
El texto nos dice: “Y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y a los adivinos” (1 Samuel28:3).No se nos dice las razones que le motivaron  a tomar esta decisión. Por lo que sabemos de Saúl no podía ser un motivo de obediencia al Señor. Deduzco que tuvo que ser una razón política, el deseo de aparecer ante el pueblo y de los representantes religiosos como un fiel servidor del Señor y así tenerlos a su lado en los momentos difíciles que atravesaba Israel. El fuego por más escondido que se haga más pronto o más tarde el humo lo delata. Así fue con el puritanismo legalista de Saúl. Es muy significativo que el interés por mantener la pureza de la religión al monarca le durase poco. Pronto apareció el humo que delataba que sus motivos por limpiar a Israel de las prácticas ocultistas que desagradaban al señor no eran rectos.
Sonaron los tambores de guerra: “Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera” (28:5). Al contemplar a todo el aparato militar filisteo y no tener a su lado al profeta Samuel en quien se apoyaba, tuvo mucho miedo. Consulta al Señor pero no recibe respuesta porque le había desechado como rey de Israel. La incertidumbre ante un futuro inmediato muy difícil pone al descubierto que los motivos que le impulsaron a arrojar de la tierra a los encantadores y adivinos no fueron rectos. El miedo le apremia a ordenar a sus sirvientes a que le busquen “una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte” (v.7). Los sirvientes le dicen que una mujer con tales poderes se encuentra en Endor.
Es de noche, y como Judas sale de noche en busca de quienes apresarían a Jesús para ser condenado a muerte, Saúl sale en busca de la mujer que tenía espíritu de adivinación. Fue a peor decisión que tomó Saúl en su vida, pues le llevó a la muerte. Fue  derrotado y herido en la batalla  y antes de caer vivo en manos de los filisteos se suicidó dejándose car sobre su espada. Murió derrotado en el campo de batalla, pero la verdadera causa de su muerte fue “por su rebelión con que prevaricó contra el Señor, contra la palabra del Señor, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó al Señor, por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí”                  (1 Crónicas 10:13,14).
Se juega con excesiva ligereza las diversas técnicas ocultistas. Lo cierto es que no solo se juega con la muerte física, lo más grave es que con la eterna. No consultar al Señor abre la puerta a dejarse guiar por los engaños satánicos que tienen consecuencias eternas.


dilluns, 18 de juny del 2018

CORRESPONSABILIDAD

<b>Amar al prójimo como a uno mismo es la máxima expresión de corresponsabilidad</b>
<b>Lluís Amiguet</b> acompaña a la entrevista que le hizo al filósofo norteamericano de origen judío <b>Michael Sandel</b>, este comentario: “Yo no había nacido cuando la dictadura de Franco fusilaba, torturaba expoliaba en nombre de Dios y de España. Tampoco cuando en nombre del comunismo o de la anarquía, bandas de criminales asesinaron a millares de inocentes sin que se lo impidiese el gobierno de la Republica ni el de la Generalitat. Pero hoy sólo puedo sentirme legítimo ciudadano de este país, según Sandel, si procuro que sepamos  por quién o por qué fueron asesinadas entonces las víctimas de los dos bandos. Después, para merecer la ciudadanía tengo que reparar en la medida de lo posible aquellas barbaridades. Entonces, quien quiera podrá, al fin, perdonarlas, a pesar de que nadie debería olvidarlas nunca. Sólo así todos en este país podremos asumir toda nuestra historia”.
Pienso que la corresponsabilidad que <b>Michael Sandel</b> expresa en la entrevista a que me refiero, solamente puede defenderla si se tiene en cuenta su origen judío. De dicha procedencia deduzco que la corresponsabilidad con las generaciones pasadas i la actual solamente puede defenderse desde la perspectiva bíblica y, por tanto, teísta.
Cuando Abraham dio al misterioso Melquisedec, rey de Salem, el diezmo del botín que había obtenido de la victoria alcanzada sobre la coalición de reyes que hicieron la guerra contra el rey de Sodoma y sus aliados (Génesis 14: 18-20). “Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos, porque aún estaba  en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro” (Hebreos 7: 4-10). Leví que vivió unos tres cientos años más tarde que Abraham y que fue el encargado de recibir los diezmos de Israel, cuando Abraham pagó el diezmo a Melquisedec, Leví pagó su parte.
Según los evolucionistas el hombre aparece repentinamente en diversos lugares. La Biblia afirma que todos procedemos de Adán y que Eva su mujer no fue una creación independiente de Adán sino que Dios la extrajo del mismo Adán. (Génesis 2: 21-23). La fraternidad   entre sus descendientes hace que nos sintamos responsables los unos de los otros. Ah, el pecado alteró la situación idílica. Caín intentó eludir su responsabilidad de cuidar de su hermano cuando al preguntarle Dios dónde estaba Abel, le dijo como respuesta: “No lo sé. ¿Soy acaso guarda de mi hermano?” (Génesis 4. 9). Dios que no queda satisfecho con la respuesta que recibe porque lo sabe todo, le dice: “¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano clama  a mí desde la tierra” (v.10).
En el sentido carnal todos somos hermanos. No podemos eludir la responsabilidad de procurar mutuamente el bienestar los unos con los otros con la excusa de. “¿Soy acaso guarda de mi hermano?” Si a mi hermano le sucede una desgracia por no querer saber en dónde está, ante Dios soy responsable de su desdicha. Intentaremos eludir nuestra responsabilidad de velar por el bienestar de nuestros hermanos diciendo que Caín solamente tenía un hermano y que lo tenía muy fácil saber en dónde se encontraba. Hoy, con los cuarenta y seis millones de habitantes que tiene España, ¿cómo me puedo hacer responsable de todos ellos? Empecemos por los más cercanos: ¿Cómo trato a mi marido/esposa, los hijos, los parientes, amigos? ¿Nos preocupamos en querer saber en dónde se encuentran para prestarles nuestro apoyo que necesitan? De los otros podemos preocuparnos de ellos por delegación. Creemos que hemos cumplido con nuestra obligación votando en las generales y autonómicas. En un país democrático somos responsables de lo que hacen los alcaldes, los conejales, los presidentes autonómicos y consejeros y el presidente del Gobierno central y sus ministros. Tenemos la responsabilidad de no volverlos a votar si consideramos que no han cumplido con sus promesas electorales, viendo cómo se desatienden las necesidades básicas de la población y como el dinero público  vuela en las alas de la corrupción. Existen maneras de manifestar nuestro disgusto con los gobernantes a los que hemos votado. No podemos sentarnos tranquilamente en la butaca diciendo ya se lo harán. La respuesta que Dios dio a Caín: “La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”, sigue vigente.
La Biblia no enseña la anarquía. Promociona el orden. Una de las etapas más tenebrosas de la historia de Israel fue la de Jueces en que “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21.25). La autoridad de la Biblia es piramidal: Dios en el vértice superior es la Autoridad suprema que delega en los distintos estamentos sociales parcelas de autoridad. Es conveniente decir que el aspecto político no lo margina. En Romanos 13: 1-7 y 1 Pedro 2: 13-17) se refieren a las responsabilidades de las autoridades para que gobiernen con justicia. Pero en una sociedad en la cual Dios no gobierna en los corazones de los hombres y en concreto en los de los gobernantes, los cristianos somos corresponsables  de lo que hacen. No tenemos acceso a sus despachos para hablar con ellos pero sí que podemos interceder por ellos ante el trono de la gracia de Dios para que les dé la sabiduría que necesitan para gobernar más justamente. La oración tiene mucho poder y puede mover el corazón de Dios a cambiar los corazones de los gobernantes a que tomen decisiones más justas o, si así lo prefiere, sustituirlos por otros. La plegaria intercesora no debe hacerse de manera rutinaria como se hace en los servicios religiosos públicos. El fervor debe impregnar las intercesiones que se hacen en favor de aquellas personas que son servidores de ·Dios para bien de los ciudadanos.
Octavi Pereña i cortina


JUECES 17:6

“Y en aquellos días no había rey en Israel, cada uno hacía lo que bien le parecía”
El libro de Jueces termina con las mismas palabras que el texto que comentamos. La conclusión del libro creo que se refiere al desbarajuste  general existente en esta etapa tan oscura de la historia de Israel. Pienso que el texto que comentamos hace diana en la causa que provocó el desorden: La idolatría.
La idolatría consiste en anteponer al Dios único dioses de fabricación humana. El contexto se refiere a la madre de Micaías que de los mil  cien siclos de plata que su hijo le había robado y que se los devolvió, da doscientos “al fundidor, quien hizo de ellos una imagen de talla i una fundición” (v. 4).
El capítulo 17 de Jueces nos detalla que un levita, que debería ser un representante del Señor Dios de Israel y que debería enseñar la Ley al pueblo, incumple sus obligaciones educativas. El levita estaba en camino buscando un lugar en done establecerse. El destino le conduce a la casa de Micaía en la que había dioses, efod y terafines con el agravante de que Micaía había consagrado a uno de sus hijos como sacerdote. Con la llegada del joven levita el rostro de Micaía resplandeció de satisfacción. “consagró al levita…Y Micaía dijo. Ahora sé que el Señor me prosperará, porque tengo un levita como sacerdote” (vv.12, 13).
La satisfacción de Micaía duró poco  pues llegaron a su casa unos danitas que iban buscando un lugar en donde establecerse y se llevaron  al joven levita i los ídolos de Micaía. La idolatría es una mala compañera de viaje. La etapa tan oscura de Israel estaba tejida de un amplio engranaje idolátrico y la consecuencia fue que los pueblos vecinos les hicieron pasar las mil y una. Israel no aprendió la lección de las calamidades enviadas por Dios debido a su infidelidad. La historia posterior de Israel hasta su destrucción por Nabucodonosor rey de Babilonia, estuvo plagada de idolatría. En unas épocas más que en otras, pero la idolatría siempre estuvo presente en los reyes y en el pueblo.
En nuestro tiempo, empezando por la iglesia, debido a que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ha dejado de ser el único Dios y se rinde culto a ídolos que no necesariamente tienen que ser de oro o plata tangibles. Los llamados cristianos en compañía de los incrédulos hacemos lo que bien nos parece. Abandonar al Rey tiene sus consecuencias. El desbarajuste social que se deja ver por doquier es la consecuencia de haber abandonado a Dios y seguido a otros dioses. Si no se produce un arrepentimiento masivo como el que se dio en Asiria con la predicación de Jonás, el desastre está servido



ROMANOS 8 23

“Y no sólo ella (la creación) sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”
Los efectos del pecado son devastadores. “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora”. El pecado de Adán no solamente afectó a las relaciones del hombre con Dios, también a su entorno físico. La maldición que Dios pronunció  contra la Tierra (Génesis 3:17) tiene efectos devastadores. El Diluvio Universal ha sido el más terrible. Este evento no volverá a repetirse. El arco iris que aparece en el horizonte le recuerda a Dios que no volverá a destruir la Tierra con agua (Génesis 9: 12-16). A pesar de que una catástrofe de tal magnitud no volverá a repetirse, la Tierra sigue estando bajo la maldición de Dios, desastres locales siguen repitiéndose a lo largo y ancho de la Tierra: inundaciones, terremotos, volcanes…nos están recordando que la tierra sigue estando maldita y aviando que el pecado tiene sus consecuencias.
Romanos 8 es el resumen de una clase magistral sobre geología que nos ayuda a entender la causa de los desastres geológicos que de cuando en cuando sacuden la rutina  de nuestra existencia. El apóstol Pablo da vida a la materia inerte y la provee de sentimientos cuando escribe: “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios” (v.19). Es como si la creación tuviese emociones y estuviese esperando el día de la resurrección cuando aparecerán los cielos nuevos y la tierra nueva, momento en que desaparecerá el pecado y la maldición divina sin efecto. “Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza, porque la creación misma será librada de la esclavitud de la corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (vv. 20,21).
Tierra y hombre inseparablemente unidos. La maldición de Dios nos ha juntado en el sufrimiento y también en la esperanza de la misericordia de Dios: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora, y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos entro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” (vv. 22,23).
¿Cuándo sucederá la redención de nuestro cuerpo que pondrá fin a los dolores de parto del tiempo presente? No lo sabemos, ni nos toca investigarlo. Lo que es cierto es que el Señor Jesús vendrá en su gloria para llevarnos con Él y poner fin a la maldición que pea sobre la Tierra, “por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis” (1 Tesalonicenses 5: 11). “El Señor viene”. Maran-hata



dilluns, 11 de juny del 2018


PALABRAS INCENDIARIAS

<b>”Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios” (Proverbios 4: 24) </b>
La palabras que <b>José Zaragoza</b>, diputado del PSC en el Congreso refiriéndose al president  que no debería haber dicho nunca: “b>Torra</b> citando Petain, el presidente de la Francia colaboracionista. En su línea xenófoba. Vergüenza que sea presidente”. Poco después el dirigente socialista dándose cuenta de que había metido la pata, pidió disculpas.
Desde el momento en que <b>Quim Torra</b> toma posesión de la presidencia de la Generalitat de Catalunya, las ha tenido que oír de muy gordas, pretendiendo desprestigiarlo debido a algunos comentarios poco afortunados escritos hace unos años. Pero no es de recibo que se le recuerde el error con el insulto por intereses políticos. Hoy se ha puesto de moda atacar al adversario político con el insulto, pretendiendo desacreditarlo con acusaciones que aunque puedan ser ciertas, el tono y la manera como se dicen, descalifican al acusador poniendo al descubierto su escasa bondad moral y ética. La mala educación verbal pone de manifiesto  que la buena educación no sobrepasa la suela de su zapato. Que el hemiciclo, el espacio en donde deben resolverse los problemas del país, que por cierto no se han resuelto y esperan solución, en vez del lenguaje sereno, razonado, sin crispación, exponiendo con educación las propuestas que se deliberan, los debates se convierten en linchamientos al más puro estilo <i>western</i>
Los representantes del pueblo elegidos democráticamente en   las urnas para defender los intereses de todos los ciudadanos, utilizan un lenguaje grosero que debería hacerlos enrojecer  de vergüenza a quienes utilizan lenguaje tan grosero. Se quedan tan panchos. Y, los problemas sin solucionar.
En boca de legisladores, jueces salen disparadas como con ametralladora sentencias condenatorias ante cualquier crítica a las fuerzas de la seguridad, la Monarquía…, a menudo muy chapuceras, la acusación “incitación al odio”. Las personas acusadas y condenadas de haber cometido este delito, por cierto muy impreciso, se encuentran indefensas. En el hemiciclo y en los medios de comunicación se hacen declaraciones que atentan contra la honorabilidad de las personas que no deberían pronunciarse porque en nada benefician a la Democracia.
El ex presidente del Gobierno español <b>Alfonso Guerra</b> ha dicho refiriéndose al president <b>Torra</b>: “Tenemos un presidente de la Generalitat que habla exactamente igual que un nazi, pero decimos que es un supremacista, no sea que se enfade”.
<b>Pedro Sánchez</b> poco antes de presentar la moción de censura contra <b>Mariano Rajoy</b> ha manifestado: “Por primera vez hay un racista en la Generalitat, y por eso vigilaremos”
<b>Javier Labán</b>, presidente autonómico de Aragón ha acusado al president <b>Torra</b> de “fascista” y ha considerado que “un constitucionalista español no debería sentarse ni un minuto a hablar con los independentistas catalanes”.
Estas citas son solamente una muestra de las muchas que se han oído en boca de políticos constitucionalistas que ponen de manifiesto el odio almacenado en el interior de sus almas. No se puede soportar que los otros vean las cosas de distinta manera. Desean la existencia del pensamiento único. Todo el mundo tendría que pensar lo mismo que ellos ya que se creen poseedores de la verdad absoluta. Ni el papa que presume de ser infalible, el tiempo manifiesta que no lo es. A todos nos conviene una buena dosis de humildad para no hacernos daño cayendo de un pedestal tan alto al que nos ha puesto el orgullo.
No aprenderemos a ser humildes mirándonos los unos a los otros porque todo el mundo, unos más, otros menos, poseemos escondido el orgullo que nos hace creer que somos lo que no somos. Si nos miramos al espejo, la suciedad que refleja la atribuimos a porquería depositada por el mucho tiempo pasado sin limpiarlo. Pero no es así, lo que contemplan los ojos es la corrupción del alma que nos hace comportar como verdaderos imbéciles, aun cuando no se quiera reconocer. Jesús nos enseña en donde debemos mirar: “Aprended de mí que soy dócil y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29). En el momento en que nos miramos en el espejo de la santidad de Jesús nos daremos cuenta de la inmundicia acumulada en nuestra alma. La podredumbre descubierta no la podremos esconder debajo de la alfombra. Nos sentiremos aguijoneados por la corrupción descubierta que, si le prestamos atención ira acompañado del dulce susurro de Jesús, diciéndonos: “Ven a mí y haré de ti una persona nueva. Pensarás de otra manera y dejarás de ver a los contrincantes políticos  como enemigos que deben ser destruidos a cualquier precio, sino como personas que poseyendo puntos de vista distintos, combinados con los propios, se puede andar juntos para empezar en nuestro país, como círculos que se ensanchan, contribuir a hacer un mundo mejor.
Si nos miramos en Jesús la lengua afilada que hiere a quienes tenemos enfrente se convertirá en una palabra amable que construirá. Si dejamos de juzgar al otro por su apariencia externa nos podremos encontrar con la maravillosa sorpresa de descubrir en él algo que nos permitirá andar juntos. Jesús será el Autor del milagro de convertir a dos enemigos ideológicos en políticos que caminando juntos intentando mejorar las condiciones de vida a la vez tendrán la mirada en las mansiones celestiales en las que Jesús está  preparando lugar para ellos en donde pasar la eternidad. El trabajo que se hace en el Nombre de Jesús no es un esfuerzo que se pierde con la muerte: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que muren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen” (Apocalipsis 14: 13). Hacer política en el Nombre de Jesús no se pierde en el camino, tiene trascendencia eterna.
Octavi Pereña i Cortina



DEUTERONOMIO 30:6

“Y circundará el Señor tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas”
La teología católica enseña que el bautismo regenera al bautizado porque el agua bautismal, según ella,  lava el pecado original. Dicho de otra manera que la salvación se encuentra en las manos  de quien  se auto otorga el poder de substituir a Dios que según las Escrituras es el único que tiene poder de perdonar los pecados. El texto que comentamos nos dice todo lo contrario, que la salvación del hombre se encuentra exclusivamente en manos de Dios.
La Biblia nos alerta de la necesidad de circuncidar el corazón y no la carne. Aun cuando la circuncisión del prepucio fue establecida por Dios, no convertía a la persona circuncidada en un verdadero hijo de Dios. “Y (Abraham) recibió la circuncisión, como señal, como sello de la justicia de la fe estando aun incircunciso” (Romanos 4:11). Según este texto se desprende que la circuncisión judaica  como el bautismo por inmersión cristiano tienen que ser la consecuencia de que la persona haya sido previamente justificada en el Nombre de Jesús. En el texto que comentamos dice claramente que es el Señor quien circuncida el corazón, que hace el trabajo de limpiarlo y  el sellarlo con el Espíritu Santo convierte a la persona en un hijo de Dios,  con lo cual puede decir desde lo más profundo del corazón que Dios es su Padre celestial.
El mandamiento dice: “Amarás a Dios con todas las fuerzas”. Se puede atosigar a los fieles a que amen a Dios sobre todas las cosas. Si Dios no ha circuncidados sus corazones. Si el Espíritu Santo no los ha sellado como propiedad de Dios y no han recibido el don del amor de Dios, todas las apelaciones a amar a Dios sobre todas las cosas caen en saco roto.
En las iglesias evangélicas, en los denominados “cultos de evangelización” se estimula a los asistentes a creer en Jesús y como “prueba” de su conversión se los invita a ponerse en pie y que pasen al frente, se acerquen al predicador para que ore por ellos. ¿Cuántas de estas conversiones inducidas por estímulos humanos permanecen? Poco a poco como el goteo de un grifo abandonan a la iglesia. ¿Es que han perdido la salvación? No. Es que nunca han sido salvados. Si una persona es propiedad de Dios no hay poder alguno que las pueda arrebatar de sus manos. “Miss ovejas”, dice Jesús, “oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio. Es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10: 27-29). Si la sangre de Jesús derramada en el Gólgota ha limpiado todos tus pecados, no dudes de la promesa de Jesús: Tu salvación eterna está garantizada.


DEUTERONOMIO 29: 29

“Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta Ley”
A menudo queremos saber más de lo debido. Según el texto que comentamos existen cosas que Dios no ha desvelado. No lo ha hecho porque en su sabiduría considera que no nos conviene hoy conocerlas. En su afán de conocer las cosas secretas que pertenecen a nuestro Dios, Eva instigada por los engaños de la serpiente empezó a fijarse en el árbol que estaba en medio del huerto que hasta aquel momento no le había prestado la más mínima atención, “y vio que el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduría” (Génesis 3:6).
El afán de Adán y Eva de conocer los secretos que pertenecen al Señor nuestro Dios  les condujo a desobedecer a Dios y con ello a ser expulsados del huerto y a vivir en un mundo maldecido por Dios que produce cardos, espinos y mucho sufrimiento, incluso la muerte.
El diablo es infatigable en sus esfuerzos de engañar a las personas para que quieran conocer las cosas secretas que pertenecen a nuestro Dios y las inspira a diseñar toda suerte de técnicas que creen servirán para descubrir con anticipación cosas que no deberían preocuparnos y dejarlas en manos de la providencia de Dios que como buen Padre en el momento oportuno nos las desvelará si así lo considera. El afán desmedido de querer conocer los eventos futuros  por medios ilícitos, en  vez de aportar luz lo que hacen es abrir ventanas para que a través de ellas penetren raudales de tinieblas satánicas que destruyen a quienes se dejan guiar por ellas. Dejemos de interesarnos por las cosas secretas que pertenecen a Dios. Dejémoslas en paz. En el momento oportuno Dios las revelará.
¿Qué nos dice la segunda parte del texto que comentamos? “más las reveladas son para nosotros  y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos  todas las palabras de esta Ley” Ahí es donde debemos poner todo nuestro afán investigador en busca de sabiduría divina que Dios ha revelado por medio de sus siervos los profetas, los apóstoles y por su Siervo Jesús el Hijo del Hombre. El libro de Proverbios que trata de la sabiduría de Dios y de las consecuencias beneficios  para quienes la encuentren, dice: “Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi sabiduría, porque es cosa deliciosa si la guardas dentro de ti, si justamente se afirmaron sobre tus labios. Para que tu confianza sea en el Señor, te las ha hecho saber hoy a ti” (Proverbios 22: 17-19).
El futuro glorioso de nuestras familias, del Estado, de la Iglesia, depende de cual sea nuestra responsabilidad en indagar en  las cosas que al Señor le ha parecido  bien poner a nuestro alcance en las páginas de la Biblia.

dilluns, 4 de juny del 2018


VENCER EL MIEDO

<b>El miedo nos hace ver la realidad más dura de lo que es</b>
El periodista <b>Fernando García</b> le hace a la actriz madrileña < b>Belén Rueda</b> algunas preguntas sobre el miedo. Una de ellas es: ¿El miedo de no poderse ganar las algarrobas puede ser peor que el que provocan sus películas? La respuesta que llega: “La idea de perder el trabajo es terrorífica: Pensar que no llegas a fin de mes y no puedas pagar las facturas…No es tan diferente de lo que vemos en estas películas, no. La diferencia es que los filmes producen un sobresalto que pasa, mientras que el miedo laboral es continuo: te levantas a la mañana con la preocupación, no duermes”
Otra pregunta que el reportero le hace a la actriz. ¿Vivimos en una época de miedo? Respuesta: “El miedo en una sociedad no se pierde nunca. Debido a una horrible tradición los gobernantes nos escatiman información para que haya incertidumbre y, por lo tanto miedo. Porque gobernar es mucho más fácil con el miedo que con claridad. El resultado final sería mucho mejor con transparencia. Así todos seríamos partícipes de los resultados buenos o malos. Pero de esta manera se aseguran mejor el control. La frase “La información es poder” es muy cierta. Como menos información des más miedo provocas”. Refiriéndose a los políticos el entrevistador le pregunta. ¿Quiere decir que los políticos atemorizan? Respuesta: “Muchas veces sí, en unos casos de manera explícita y en otros a través de la inseguridad laboral, la inseguridad sanitaria, educacional…” La actriz afirma: “Lo que me gusta son los guiones que exploran la mente humana, que es compleja y reúne muchos miedos, las represiones, los golpes de la vida y las preocupaciones diarias que no conseguimos exteriorizar en el momento se convierten después en algo más oscuro. Estas películas van de esto. Por otro lado, si me preguntan si soy miedosa respondo que el miedo llega cuando no sabes lo que hay detrás de la puerta, una vez la abres y compartes los temores, el miedo se marcha”.
<b>H. P. Lowecraft</b>, escritor de novelas de terror, dice: “El miedo es la emoción más antigua y más fuerte de la humanidad”. Debe irse a los orígenes de la humanidad para descubrir el instante en que se presentó el miedo. El hombre no fue creado teniendo miedo de su propia sombra. Es un sentimiento que se adquiere debido a la desobediencia de Adán. Mientras no había degustado el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, el miedo era un sentimiento desconocido porque Adán y Eva caminaban con Dios. Mantenían con el Creador una relación íntima, sin ningún estorbo. Con la ingestión el fruto prohibido el panorama cambió: “Y oyeron la voz de Dios que se paseaba por el huerto, al aire de día, y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. Mas el Señor llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo y me escondí” (Génesis 3. 8-10). El miedo es la consecuencia directa de haberse roto la relación con el Creador. Dios habría podido dejar a nuestros primeros padres abandonados a su suerte. Pero no lo hizo. Les reveló la manera de cómo podrían volver a caminar con Él. Todos los simbolismos  y las profecías apuntan hacia Jesús que es el camino, la verdad y la vida que conduce al Padre (Juan 14:6).
En concreto el libro de Salmos es un antídoto contra el miedo. Son las plegarias que hombres de fe dirigen al Señor especialmente en momentos de tribulación. En ellas encuentran la paz del alma  porque  el Señor es su Ayudador. Encuentran protección bajo las alas protectoras del Todopoderoso. Muchos conocen los salmos de oídas, pero ignoran el poder curativo que tienen para vencer el miedo. Los salmos ponen de manifiesto que sus autores caminaban con Dios. Hay un salmo que no es un desconocido porque a menudo se lee en los funerales, se lo edita en los recordatorios y se lo recita en los <i>westerns</i> cuando hay algún entierro. Es el Salmo 23 que se reconoce como el <i>El Señor es mi Pastor</i>. Desgraciadamente se lo recita a menudo dándole un sentido equivocado. Los difuntos no necesitan el Salmo 23 por la sencilla razón de que cuando alguien fallece su destino eterno queda sellado para siempre. Ni las misas, ni las oraciones, ni las bulas papales sirven para alterar el destino de los fallecidos. Los justos gozando para siempre de la presencia de Dios, los injustos de la condenación eterna. Ahora no nos interesan los muertos. Lo que nos preocupa son los vivos y el problema del miedo.
El Salmo 23 lo escribió David que manifestando la calidad de su fe se dirige al Señor como: <i>El Señor es mi Pastor nada me faltará</i>. Perseguido y encontrándose en un lugar inhóspito, sin agua y sin alimentos puede escribir que no le faltará nada porque el Señor es su Pastor que vela por él en los momentos difíciles. “En lugares de delicados pastos me hace descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor de su Nombre. Aun cuando “ande en valle de sombra de muerte, porque tú estás conmigo. Tú vara y tu cayado me infundirán aliento”. Como David podemos atravesar situaciones parecidas a un “valle de sombra de muerte”. Lo cierto es que la fe en Jesús que es el Buen Pastor, el Dios Todopoderoso nos librará del miedo. Que Jesús no tenga que decirnos lo que le dijo al apóstol Pedro cuando impidió que se hundiese en las aguas turbulentas del Mar de Galilea: “¡Hombre de poca fe! Por qué has dudado?” (Mateo 14: 31).
Octavi Pereña i Cortina