dilluns, 29 de febrer del 2016

GÉNESIS 19:14

“Levantaos, salid de este lugar, porque el Señor va a destruir este lugar. Mas pareció a sus yernos que se burlaba”
 Cada vez que por un motivo u otro se habla de Sodoma y Gomorra, aún cuando sea con menosprecio, resuenan en los oídos de los menospreciadores las palabras de los ángeles que anunciaban a Lot la inminente destrucción de las ciudades. “Levantaos, salid de este lugar, porque el Señor va a destruir este lugar”. A los futuros yernos de Lot les pareció que el aviso era una burla. Tuvieron la oportunidad de salvarse. Perdieron el tren y perecieron calcinados por el fuego celestial.
Previamente Noé avisó a sus vecinos de la inminente destrucción de la Tierra por un diluvio universal. Durante todo el tiempo que Noé y su familia estuvieron construyendo el arca que debía salvarlos de la inmediata inundación, Noé actuó como “pregonero de justicia “, pero los hombres no hicieron caso a sus palabras porque creían que se burlaba de ellos. Debían considerarlo un loco visionario. Siguieron imperturbables.  El anuncio profético les entraba por un oído y les salía por el otro. Continuaron casándose y dándose en matrimonio. Comprando y vendiendo. Labrando los campos, sembrando y segando. En el cielo no aparecía ninguna nube amenazadora. ¡Noé es un fanático!  Pero llegó el día D y la hora H. De repente el cielo se cubrió de negros nubarrones que descargaron una lluvia torrencial que duró cuarenta días. Las aguas cubrieron toda la tierra hasta cubrir la montaña más alta. Todos perecieron ahogados excepto Noé y su familia que se cobijaron en el arca mandada construir por Dios La fe de Noé los salvó de perecer ahogados.
Los profetas anunciaron la destrucción de Jerusalén el lugar santo de los judíos si no se arrepentían de sus pecados y se volvieran a Dios su Redentor. No hicieron caso  a los avisos y Jerusalén fue destruida por primera vez por Nabucodonosor el babilónico. Por segunda vez por los romanos por no hacer caso lo judíos al llamado de Jesús que se arrepintieran y lo reconociesen como el Mesías que esperaban. Una situación que debería hacernos reflexionar y que describe al dedillo nuestra sociedad.
El rey Belsasar de Babilonia banqueteaba con todos los grandes del reino mientras Darío el medo sitiaba la ciudad. La necedad de Belsasar llegó al extremo de utilizar “los vasos de oro que habían traído del templo de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas”.Mientras estaban disfrutando de su borrachera “los dedos de una mano de hombre” escribía un extraño mensaje que descifrado por el profeta Daniel, decía: “Contó Dios tu reino y le ha puesto fin”. “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto”. “Tu reino ha sido roto y dado a los medos y a los persas”. “Y Darío de media tomó el reino”.
La paciencia de Dios tiene un límite. No hagamos como los insensatos de la Historia que perecieron por su maldad.


ROMANOS 4:11

“Y (Abraham) recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando incircunciso, para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les fuese contada por justicia”
El papa Francisco a bordo del avión que lo trasladaba a Roma desde México, dijo a los periodistas: “Una persona  que piensa sólo en hacer muros (refiriéndose a Donald Trump, candidato a la presidencia de Estados Unidos), sea donde sea, y no hace puentes, no es cristiano”. ¿Se ha preguntado alguna vez el papa Francisco ¿qué es ser cristiano? Según el magisterio de la Iglesia católica de la que el papa Francisco hoy es el máximo representante, el agua que el sacerdote derrama sobre la cabeza de una criatura la regenera realmente, y que al pagano adulto que recibe el bautismo se convierte en aquel momento en un santo (Concilio de Trento, sesión V, canon 5). La declaración del concilio de Trento que sigue estando vigente es una herejía porque atribuye al hombre el poder de salvar, facultad que pertenece exclusivamente a Dios y que otorga exclusivamente por la fe, que es un regalo de Dios, en su Hijo Jesucristo.
Como dice el texto que comentamos, en nuestro caso el bautismo, es una señal o sello de la justicia que el bautizado recibe por la fe en el Nombre de Jesús. El apóstol Pablo escribiendo a los gálatas dice. “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación” (6:15). El apóstol Pablo no está negando la importancia que tiene el bautismo ni desautoriza a Jesús  que enseñó a sus discípulos a enseñar su doctrina y a bautizar a los nuevos creyentes (Mateo 28:19). Nos está diciendo que el símbolo de la fe, la circuncisión en el Antiguo Testamento, el bautismo en el Nuevo, no sirve de nada si previamente no se da la fe, don de Dios, en el Nombre de Jesús el Hijo de Dios encarnado.
El papa Francisco dice que Donald Trump no es cristiano porque en caso de que sea elegido presidente de Estados Unidos piensa construir un muro de 2.500 Km. a lo largo de la frontera con México para impedir el paso de los ilegales. Esta es una medida discutible, pero por si misma no se puede certificar que Donald Trump  no sea cristiano. En todo caso se le debería preguntar al político americano qué cree con respecto a Jesús. A hora bien, ¿qué tiene que decir el papa Francisco  al texto: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis…ni los idólatras…heredarán el reino de Dios?            (1 Corintios 6: 9,10). Los injustos son quienes no han sido hecho justos por la fe en el Nombre de Jesús. Son injustos quienes únicamente tienen el Nombre de Jesús en los labios. Los idólatras lo son quienes tienen dioses ajenos delante de Dios y a estos dioses los convierten en imágenes que veneran. El papa Francisco puso su viaje a México bajo la protección de la Virgen de Guadalupe. El papa Francisco debería reflexionar sobre si no es él quien no es cristiano junto con todos los que tienen la misma fe.

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OBJETIVAR EL CUERPO

<b>La mujer, u hombre objeto degrada la sexualidad y una vez obtenido el placer se los humilla publicando imágenes que jamás deberían haberse hecho</b>
Creo que una mujer como <b>Cristal Huyben</b> piense que “la modestia siempre ha sido importante para mí, creo que la sexualidad es un don maravilloso de Dios, algo que debe protegerse, no exponerla para que todos los ojos la vean”, difícilmente podrá sentirse desolada como <b>Terelu Campos</b> por la posible comercialización de un video con imágenes eróticas, o avergonzada como <b>Olvido Hormigos</b> por la publicación de imágenes suyas que no deberían haberse colgado en Internet. Según afirma la expareja de <b>Terelu Campos</b> no se trata de imágenes robadas, sino fotos que le había enviado la misma madrileña hacía unos años cuando su elación iba viento en popa.
<b>Luís Izquierdo y Celeste López</b> comentando la moda del <i>sexting</i> el envío de fotos eróticas hechas por uno mismo, dicen: “Todo está en la red, su nombre, sus fotos más personales, su visión del mundo, de sí mismos, sus comentarios cotidianos más banales y también muchos muy comprometidos. Han crecido con un móvil en las manos y el mundo sin Internet les parece un mundo de segunda categoría…En la red desnudan su día a día sin pudor, exhibiendo su rutina  o su estado emocional a través de explicaciones, fotografías o breves secuencias. Esta realidad no dejaría de tener una mera perspectiva sociológica si no fuese como el caso del video sexual entre menores difundido esta semana a través de las redes sociales”.
La mayoría de los protagonistas de estas imágenes que comprometen que han terminado viendo millares de personas buscan un minuto de gloria para compartir en entornos reducidos. Esta puesta en escena delante de una cámara busca también gozar de un protagonismo que normalmente no se tiene. Sin calcular los riesgos de una difusión pública, los lamentos llegan cuando el mal es irreparable y lo peor es que borrar estas imágenes es casi imposible. Que se lo pregunten a los adolescentes y celebridades que en su insensatez se han dejado fotografiar por el amor de su vida, el príncipe azul que debería llenarlas de felicidad. Cuando el amor eterno que habían jurado guardar se ha desvanecido porque otro amor lo ha sustituido, aparecen públicamente las fotografías que jamás deberían haberse hecho y, en todo caso se debería proteger la intimidad y destruirlas.
La degradación moral a la que se ha llegado ha conducido a banalizar el sexo, rebajándolo por debajo del sexo animal, convirtiéndolo en una relación de placer fruto de la objetivación del otro, el cual se convierte en un objeto de usar y tirar. Convertir a las personas en objetos es la consecuencia de que dichas personas han abandonado a Dios. La condición de las tales se hace carnal y la consecuencia de dicha carnalidad es: “Adulterio, fornicación, impureza lascivia” (Gálatas 5: 19). La voluntad de Dios es nuestra santificación: “Que nos abstengamos de la fornicación, que cada uno de nosotros sepamos poner nuestro vaso (cuerpo) en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios” (1 Tesalonicenses 4: 3-5).
El hombre actual ha perdido el entendimiento. A pesar de las consecuencias negativas de objetivar a las personas: incremento de enfermedades de transmisión sexual, rupturas conyugales que causa mucho dolor a familiares e hijos, que engendran comportamientos como el de la mujer a la que se refiere, se puede referir también al hombre, Proverbios 30:20: “El proceder de la mujer adúltera (el hombre también) es así: Come y limpia su boca  y dice: no he hecho maldad”. La ducha después del sexo ilícito no limpia la impureza moral, da pie a seguirlo realizando ante la creencia de que el agua y el jabón la han limpiado. Se precisa la intervención divina para que nos haga dar cuenta de que no podemos decir: “No he hecho maldad” y nos conduzca a reconsiderar nuestros caminos: Arrepentirnos sinceramente ante Dios por el pecado cometido y no repetirlo. Si no se cambia de conducta, limitarnos a decir que nos hemos equivocado al objetivar el cuerpo ajeno no sirve de nada, seguimos alimentando la “concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios”.

Octavi Pereña i Cortina

dilluns, 22 de febrer del 2016

VIOLENCIA: ACTITUD INNATA

<b>¿Con qué llenarían el espacio los medios de comunicación si las personas creyendo en Jesús abandonaran la multifacética violencia? </b>
Era el último día del curso <b>Fabianne Terral</b>, maestra de 34 años no podía imaginar que sería el último de su vida. Una madre airada la apuñaló hasta matarla ante unos niños de 5 y 6 años. La agresora de 47 años con antecedentes policiales por haber abandonado a una menor de 15 años. Parece ser que la causa de la agresión mortal se debió a que la maestra había amonestado a la madre por los numerosos retrasos de su hija.
La violencia es tema de gran preocupación hoy por su imparable incremento debido a que no se encuentra manera de ponerle freno. Se manifiesta en las manifestaciones de fútbol base  cuando los padres increpan las decisiones arbítrales y a los entrenadores porque los hijos no juegan. Los jugadores de elite la exponen con mordiscos y juego sucio. Desde las graderías insultando a los jugadores por el color de la piel, por  su origen nacional y tendencias políticas. Está presente cuando se amenaza con el envío de la Brunete y el encarcelamiento de políticos por desafectos al Gobierno y por destruir la Democracia. En las familias cuando las diferencias se zanjan a gritos, amenazas, golpes y en casos extremos navajazos y, utilizando a los hijos para ponerlos de parte de uno de los progenitores y en contra del otro. Las manifestaciones violentas son tantas y variadas   que no se pueden detallar en un breve escrito.
El activista norteamericano <b>Malcon X</b> nos explica porque la violencia está tan extendida: “Sé pacífico, sé cortés, obedece la ley, respeta a todos”, hasta aquí nada que objetar. Lo que sigue sí que es bueno: “pero si alguien te pone la mano encima, mándalo al cementerio”. Deberían ser palabras de profunda meditación las que escribe Santiago: “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros?  ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (4:1-3).
Refiriéndose al caso del albañil de Olot que mató a cuatro personas, el psicólogo criminalista <b>Vicente Garrido dijo</b>: “Una situación de enorme angustia que le provocó una ira incontrolable y ésta se convirtió en un acto violento para destruir a las personas que representaban el origen el mal”. Según el psicólogo, el comportamiento indeseable del albañil fue la consecuencia de una situación externa que le produjo la enorme angustia que le condujo a cometer el crimen múltiple, “le produjo una ira incontrolable…”. Es decir, el responsable de los cuatro asesinatos fue una situación externa, el albañil no es responsable de lo que hizo. Pero la Biblia dice: “del malvado sale la maldad” (1 Samuel 24:13).
El periodista <b>Joaquín Rog</b> le pregunta al poeta <b>Jerome                                             Rothemberg</b>: -¿Sigue creyendo que en todo hombre se encuentra un asesino? La respuesta que recibió es la que sigue: “Sí. Otra de las cosas que vuelve es la glorificación de la violencia. No me gustan estos actores de cine que el público considera hombres muy machos cuando actúan. No es verdad, es un error y no sé porque se da esta glorificación de la violencia”. Lo que <b> Rothemberg</b> ignora la Biblia lo esclarece: “Y como no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen, estando atestados de toda injusticia…maldad, llenos de envidias, homicidios, contiendas, engaños, malignidades…desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia, quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo lo hacen, sino que también se complacen con los que las practican” (Romanos 1:28-32).
La evidencia es que para muchos Dios ha muerto, no existe, y se utiliza su Nombre para hacer todo que el apóstol Pablo denuncia en el texto bíblico citado. Dada nuestra inclinación natural a hacer el mal no debe extrañarnos que Paulino Castells escriba: “A manera de síntesis de estas ideas, la experiencia me confirma que las simientes de la violencia se <i>siembran</i> en los primeros años de la vida en el seno del hogar y después se llega a la adolescencia, etapa crucial que comparo con el final de una melodía que se empezó a susurrar en la cuna el recién nacido), después estas simientes se <i>cultivan</i> en un medio social que estimula la incompatibilidad entre aspiraciones y oportunidades de los jóvenes que <i>crecen</i> avivadas por <i>valores</i> culturales que glorifican soluciones agresivas de los conflictos entre personas”.
Si desde la cuna se enseñase que “con el temor del Señor el hombre se aparta del mal” (Proverbios 16:6) las cosas nos irían e otra manera. La prensa escrita ahorraría mucha tinta y papel.
Octavi Pereña i Cortina


SALMO 38:3

“Nada hay sano en mi carne a causa de tu ira, no hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado”
Hoy se medicalizan los trastornos síquicos porque se consideran  patologías físicas, haciendo que las farmacéuticas incrementen año tras año sus inmensas ganancias. A mi entender, la raíz de los problemas sicológicos  es de índole espiritual, siendo el campo del espíritu en donde debe irse a buscar solución.
En el texto que hoy meditamos encontramos las dos caras de la moneda de los trastornos síquicos: La ira de Dios por un lado y el pecado del hombre por el otro. Ambas caras son totalmente inseparables y a la vez estrechamente entrelazadas. La ira de Dios la causa el pecado. Si no existiese el pecado no existiría “nada hay sano en mi carne a causa de tu ira” y, el pecado provoca que “no hay(a) paz en mis huesos”.
El pecado no ha sido creado por Dios. Los ángeles que se convirtieron en diablos fue la consecuencia de haberse sublevado contra Dios y el hombre por instigación satánica también se rebeló contra su Creador decidiendo hacerse dios a sí mismo. Pero la rebelión angélica y humana han sido fracasos absolutos a pesar de la aparente victoria de ambas rebeldías.
La Ley de Dios sigue siendo inamovible y por lo tanto vigente. Cualquier indicio de desobediencia tiene sus consecuencias, como lo fue la ingesta por Adán y Eva del fruto del árbol prohibido. Así h ido a lo largo de toda la historia de la humanidad. El pecado, entre otras cosas es el causante de las enfermedades mentales que enriquece a las farmacéuticas y endeuda a la sanidad pública.
Debido a la ira de Dios “nada hay sano en mi carne”, dice el salmista que expresa con claridad meridiana los efectos somáticos que son bien visibles en su diversa gradación en quienes sufren la ira divina. A su vez, el pecado es el causante de que no haya paz en nuestros huesos.
 Es necesario que se restablezca la relación con Dios para recuperar la salud de la carne y que los huesos se encuentren en paz. Con ello, desaparecen los problemas sicológicos que tantos perjuicios ocasionan a nuestra salud.
Si el pecado es el causante de la ira de Dios debemos buscar la manera de hacerla desaparecer para que se convierta en complacencia. La enfermedad se convierta en salud. “Los sanos”, dice Jesús, “no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a buscar justos, sino a pecadores” (Marcos 2:17).  Jesús es el Médico divino que con su sangre vertida en el Gólgota borra todo nuestro pecado. No deja rastro de él. A quienes creen en Jesús Dios los ve como si nunca hubiesen pecado porque Jesús ha pagado la deuda que tenían con Dios. La ira de Dios ha desaparecido y el resultado es la paz que sobrepasa la comprensión humana que devuelve la paz en los huesos y restablece la salud síquica.


2 TIMOTEO 4: 6,7

“Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”
A muchos, a muchísimas personas les espanta la muerte. Carla Bruni, modelo, cantautora y ex primera dama por su matrimonio con el ex presidente francés Sarkozy, dijo. “Para mí, la obsesión es el tiempo. Necesito más tiempo. ¿Para qué? Para retrasar el momento de la muerte”.
El tiempo es el que es. Es inflexible. Para él no cuentan los sobornos ni los engaños. Las 24 horas diarias siempre tienen la misma duración. Ni un segundo más ni un segundo menos. El salmista le pie a Dios: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12).
El problema de Carla Bruni y de tantos otros que no saben contar los días necesitan más tiempo porque tienen miedo a la muerte. Les da miedo perder la gloria más o menos brillante que les da el mundo porque desconocen la gloria que les espera a quienes andan por el camino estrecho que los lleva a la vida eterna. Quienes no cuentan los días desean más tiempo para no tener que enfrentarse  a la muerte porque desconocen lo que les espera al otro lado del umbral de la puerta que en un momento u otro se verán obligados a traspasar.
El hombre rico, en la puerta de cual mendigaba el pobre Lázaro que se saciaba de las migajas que caían de la mesa del rico que banqueteando creía que estaba retrasando el momento de su muerte, pero la vela, en el momento establecido por Dios se apagó y tuvo que enfrentarse a la realidad con la que deben enfrentarse todos los que no han aprendido a contar sus días: La condenación eterna.
En el texto que comentamos nos encontramos con un hombre que ha sabido contar sus días: El apóstol Pablo. Éste, un hombre mundano distinto al rico de la parábola, pero mundano al fin y al cabo, que no sabía contar sus días, por su conversión a Cristo  aprendió a sumar y por lo tanto a ser un buen matemático del tiempo. Tiene los ojos abiertos a la realidad: “el tiempo de mi partida está cercano”. La carrera llega a su fin. Cercana está la meta que por llegar a la cual no ha escatimado esfuerzos: “He guardado la fe”. Pronto será galardonado con la corona de victoria, no una corona de laurel que se destruye, sino con la corona de la vida con la que son coronados todos los que mueren siendo fieles al Señor.
Una única puerta: LA MUERTE. Dos caminos: la vida eterna o la muerte eterna. En el tiempo dos maneras de ser: de los que saben contar los días o de los que necesitan más tiempo. Es una decisión que debes tomar ahora. No esperes a mañana porque tal vez no habrá lugar. Un consejo: Pídele al Señor que te enseñe a contar tus días.
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dilluns, 15 de febrer del 2016

SHAKESPEARE Y CORRUPCIÓN

                              
Un comentario sobre Hamlet me ha recordado el origen del monaquismo. Transcribo el comentario que sobre el personaje creado por Shakespeare hace <b>Josep Maria Ruiz Simon</b> en su  escrito: La corrupción de Hamlet: “Andrew Fitzmaurice argumentó muy persuasivamente que, a los ojos de los contemporáneos del dramaturgo inglés, Hamlet no era un sujeto morbosamente incapaz de actuar, sino un hombre que había decidido retirarse de una vida cortesana podrida por la corrupción. Por una corrupción que, como había señalado años antes <b>La Boéti</b>, tejía piramidalmente redes de intereses que atrapaban en la servitud voluntaria aquellos que se acercaban y garantizaba así la supervivencia del tirano. Seguir haciendo el loco para poder vivir tranquilamente en la vida contemplativa o comprometerse políticamente exponiéndose a luchar contra un régimen tiránico que por interés los cortesanos  hacían ver que consideraban legítimo”.
La corrupción, especialmente la política, está fuertemente enraizada en nuestro país y como descubren las informaciones periodísticas el Ayuntamiento de Valencia al completo, falta la alcaldesa por estar aforada, está imputado de corrupción. Redes mafiosas interconectan las instituciones de manera que cuando se empieza a tirar del hilo no se sabe hasta donde nos conducirá la investigación judicial.
Como cristianos no debemos dejarnos atrapar en las redes de intereses clientelistas que garantizan la supervivencia de los caciques y, de la corrupción. He dicho que el comentario que hace <b>Josep Maria Ruiz Simon</b> de Hamlet me ha llevado a pensar en el origen del monaquismo. El monaquismo cristiano nació en el siglo IV en Egipto y fue fruto de un gravísimo error. Los cristianos, debido a la degeneración de la fe, para evitar que la corrupción generalizada pudiese corromperlos a ellos se retiraron en zonas desérticas en donde fundaron comunidades gobernadas por estrictas normas ascéticas. No es necesario llevar gafas para ver que la corrupción se instaló en aquellas sociedades que pretendían eludirla, pues, el hombre, debido al pecado que es portador hace florecer la corrupción doquiera se  encuentre. La historia del monaquismo está atiborrada de fechorías tanto o más graves que aquellas que se cometían en los lugares que abandonaban para eludirla. Los cristianos no debemos retirarnos a lugares solitarios por miedo de que la corrupción social nos infecte. No es este el propósito que tiene Jesús al llamarnos a su servicio: “Vosotros sois la luz del mundo, una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz  y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5: 14-16).
El cristiano no alumbra con luz propia. Jesús lo ha dejado bien claro cuando dice: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). De alguna manera el cristiano se asemeja a la luna que refleja la luz del sol, irradia la luz del Sol de justicia que es Jesús la luz del mundo.
Jesús dice que los cristianos son la luz del mundo.¿Qué debe hacerse con esa luz que son? Jesús los compara con un candelero que se coloca en un lugar elevado para que ilumine la casa y los presentes no se encuentren a oscuras. Una persona cuando se convierte a Cristo a pesar de que sigue estando en este mundo ya no pertenece a este mundo Lo deja en el mismo lugar en que se encontraba en el momento de su conversión a Él para que diga a sus familiares y amigos lo que el Señor ha hecho con él. Al compartirlo refleja la luz divina que hay en él y así las personas de su entorno tienen la posibilidad  de convertirse a Cristo y convertirse en candiles que alumbren en espacios que hasta aquel momento permanecían en la oscuridad.
La corrupción no se arranca de raíz con leyes que la prohíban.  <b>Muhammed Yanus</b>, pionero del micro crédito, fundador de Graneen Bank y Nobel de la Paz, dijo: “Todo el mundo me pedía que hiciese un paso hacia delante e intentase servir a mi país en política. Empecé a hacer pasos, tímidos primero, y después ya más decididos. Cuando iba a anunciarlo oficialmente, desistí porque vi. que se llenaba de corruptos. Los políticos deshonestos me habían envuelto buscando que mi proximidad los rehabilitara ante la gente. Así que renuncié a fundar un partido y seguí dedicándome a aquello que mejor sé hacer: generar oportunidades para los ciudadanos.
Vende decir que se va a luchar contra la corrupción. Los partidos regeneracionistas que pretenden expulsar la corrupción de las instituciones fracasarán en el intento aún cuando sea motivado con las más sanas  intenciones porque la corrupción es inherente en la persona no convertida a Cristo. La conversión a Cristo hace del hombre por naturaleza corrupto una persona nueva. La persona que era guiada por Satanás, el padre de la corrupción, en Cristo tiene como Padre al Padre celestial y como hijo de tal Padre ama y persigue la justicia. Vista la situación actual, los cristianos no podemos aislarnos del mundo. Debemos vivir en él e implicarnos socialmente, actuando como candiles que puestos en lugares altos alumbren en medio de una sociedad que vive envuelta de espesas tinieblas espirituales e incapaces de salir de ellas si no es porque la luz de Cristo resplandezca en sus corazones.
Octavi Pereña i Cortina

 


JUAN 2:24

“Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos”
Muchos creyeron en Jesús “viendo las señales que hacía” (v.23), pero Jesús no se fiaba de estos seguidores que le aclamaban “porque conocía a todos”, “pues Él sabía lo que hay en el hombre” (v.25). A diferencia de nosotros, Jesús, siendo Dios  conoce bien el interior de las personas. La elección de Saúl como rey, por parte de los israelitas se hizo basándose en el aspecto físico del futuro monarca, no por sus cualidades internas. Cuando Saúl fue desechado por el Señor y el Señor le encargó al profeta Samuel que eligiese rey entre los hijos de Jessé de Belén, el profeta cayó en el mismo error que años antes cometió el pueblo en la elección de Saúl. Dios mira lo que no contempla el hombre: mira el interior de las personas.
Jesús no se fiaba de sus aduladores porque conocía cuales eran las intenciones de sus corazones: no eran limpias. Le vitoreaban, le lisonjeaban: “¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor!” (Marcos 11.9). Poco después, esta misma muchedumbre, enfervorizada gritaba: “crucifícale”, “crucifícale”.  Jesús, a pesar que conocía muy bien a los que le aclamaban, a pesar de ello no dejó de proseguir el cumplimiento de la misión que le había encargado su Padre de renunciar a su gloria divina, humillarse haciéndose hombres y como hombre morir de la manera más ignominiosa de aquella época: la crucifixión.
Como cristianos debemos tener siempre bien presente el exhaustivo conocimiento que el Señor tiene de los hombres   y apartar la mirada de la apariencia externa y depositarla en su interior y ver si poseen las características que hacen de ellos verdaderos  cristianos. Cristianos de nombre, de fachada hay muchos, pero de Natanaeles a quienes el Señor les pueda decir: “He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño” (Juan 1:47), los hay muy pocos, por lo que para encontrarlos se debe ir a plena luz del sol con un candil encendido para hallarlos.  El candil es la Palabra de Dios  y debe ser el instrumento que puesto en nuestras manos ayuda a descubrir si lo que hay en lo más recóndito del alma se ajusta a lo que debe encontrarse en un verdadero cristiano.
Los cristianos no somos como Jesús que conoce al dedillo lo que se esconde en el alma de los hombres, pero se nos ha dado la herramienta, la Biblia, la Palabra de Dios dada a los hombres  que, haciendo un buen uso de ella, estudiándola con diligencia y si el estudio lo empapamos de oración, el resultado será, con las debidas limitaciones, que seremos  conocedores de lo que hay en el hombre con lo que impedimos que se nos dé gato por liebre. Las iglesias para prosperar espiritualmente  y evitar conceder ministerios a personas que no son merecedoras de ellos, los pastores y supervisores deben ser personas a las que Jesús les pueda decir: “He aquí unos verdaderos israelitas en quienes no hay engaño”. De ser así de otra manera irían las iglesias.

PROVERBIOS 23:22

“Oye a tu padre, a aquel que te engendró, y cuando tu madre envejezca, no la menosprecies”
Hoy, el materialismo ha endurecido a muchos corazones haciéndoles perder los sentimientos de amor que se debe a los padres. En el tiempo de Jesús el desamor hacia los padres se debía a razones religiosas. Sea por materialismo, sea por religiosidad, lo cierto es que el mandamientos que nos obliga a honrar al padre y a la madre no se tiene en cuenta.
El texto que comentamos nos recuerda el mandamiento de Deuteronomio 20:12 que a la vez nos previene de las consecuencias que conllevan su desobediencia: “para que tus días se alarguen  en la tierra que el Señor tu Dios te da”. La desobediencia al precepto de honrar al padre y a la madre tiene un efecto bumerang: Acorta la vida de los transgresores.
El mandamiento de honrar al padre y a la madre ocupa el primer lugar en la lista de mandamientos que tienen que ver con las relaciones sociales. Después de amar a Dios sobre todas las cosas que es una de las caras de la moneda que lo es el gran mandamiento, la otra que  es: amarás al prójimo como a ti mismo, empieza con honrar al padre y a la madre.
En la multiplicación, el orden de los factores no altera el producto. El resultado es el mismo. En el caso el hombre y su bienestar, no puede alterarse el orden de los factores. Si amar al prójimo como a uno mismo ocupa el lugar que debe dársele a Dios de amarlo sobre todas las cosas, el resultado no es largura de días en la tierra que el Señor nos da. Dios deja de ser Dios y el hombre se convierte en dios.  En nuestro entorno social podemos percibir claramente las funestas consecuencias de pretender el hombre sentarse en el trono de Dios. Impedir que Dios gobierne y que seamos nosotros quienes tomemos las riendas de nuestros asuntos, tiene sus consecuencias. A pesar de que la sanidad y otros factores anexos contribuye a que se alargue la vida de las personas, este avance no tienen nada que ver con la largura de días que promete la obediencia al mandamiento de honrar el padre y a la madre. Es un infierno en la tierra la longevidad  obtenida por medios humanos.
Deber restablecerse el amor a Dios sobre todas las cosas y la confusión social será substituida por el orden. Honrar al padre y a la madre ocupará el lugar que le corresponde en el orden establecido por Dios. Puestos los factores en su debido lugar,  la confusión social consecuencia de no amar a Dios sobre todas las cosas  y al prójimo comenzando por el pare y la madre, dará paso al orden que todos deseamos porque el gobierno del mundo volverá a estar en las manos del sabio Dios que por ser nuestro Creador conoce al dedillo nuestras estupideces y que como Juez justo castiga nuestras desobediencias en conformidad a la Ley.

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dilluns, 1 de febrer del 2016

¿ECUMENISMO A CUALQUIER PRECIO?

<b>Las religiones no llevan a Dios y separan a los hombres. Sólo Jesucristo es el camino que lleva a Dios y favorece la paz entre los hombres</b>
El problema de los falsos profetas no es reciente. Es tan antiguo como la existencia del ángel de luz que se convirtió en Satanás, el padre de la mentira des de su rebelión en los ámbitos celestiales contra Dios que es la Verdad. En el campo terrenal Satanás se convirtió en el Falso Profeta cuando introduciéndose en una serpiente que le proporcionó cuerpo físico engañó a Adán y a Eva al despertarles dudas del amor de Dios cuando éste les prohibió que comiesen del árbol de la ciencia del bien y del mal porque morirían si así lo hiciesen (Génesis 2:17). Por la fe en Cristo Dios es el Padre de todos los verdaderos cristianos. Por la fe inconsciente en Satanás, este se convierte en el padre de todos los incrédulos y de manera especial de los falsos profetas que se dedican a propagar la mentira. De falsos profetas que se dedican a propagar la mentira los ha habido en todas las épocas. Los profetas de Dios del Antiguo Testamento no se cansaron de denunciarlos por la transmisión de mensajes engañosos que dañaban a quienes los creían, sea individualmente, sea colectivamente.
En el Nuevo Testamento, Jesús que es la Verdad, dice al pueblo: “Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos” (Marcos 8:15). Los oyentes, que confunden la levadura con el pan que poco antes habían comido, tiene que decirles: “¿Qué discutís porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? (v.17). Con estas palabras Jesús recuerda a los judíos que vigilen las enseñanzas de los dirigentes religiosos, que se guarden de las enseñanzas de los fariseos. Si no hubiese sido por el endurecimiento de sus corazones habrían entendido que las enseñanzas de los fariseos eran engañosas porque sabrían que la levadura era símbolo del pecado.
Antes de ascender a los cielos Jesús   encargó a sus discípulos que enseñasen a todos los pueblos “que guardaran todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:20). El antídoto contra los falsos profetas es que las personas conozcan la verdad de Dios que ha sido revelada. Desgraciadamente, mucha de la semilla que esparcen los profetas de Dios cae al lado del camino. Es el mismo Jesús quien explica el significado que tiene la semilla que se pierde: “Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven” (Lucas 8:12).
Siendo que solamente una cuarta parte de la simiente que se esparce cae en buena tierra, “éstos son los que retienen la palabra con corazón sincero y bueno y dan fruto con perseverancia” ((v.15). Ya que son “muchos los llamados, mas pocos escogidos” (Mateo 20:16), la siembra de la Palabra debe seguirse haciendo con perseverancia con la esperanza de que una cuarta parte caiga en buena tierra. Como quiera que el hombre es responsable de su destino eterno, el apóstol Pedro, entre otros, nos alerta de los falsos profetas cuando escribe: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre si mismos destrucción repentina. Y muchas serán sus disoluciones por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado” (2 Pedro 2:1,2). El apóstol Pedro dice que en el pasado hubo falsos profetas, también nos alerta de que en la Iglesia habrá falsos maestros que tergiversarán las enseñanzas que Jesús antes de su ascensión a los cielos mando a sus discípulos que las sembraran en todos los pueblos (Mateo28:19,20).
13tv, la televisión de la Conferencia Episcopal Española, popularmente conocida como la televisión de los curas, ha difundido un video en el que el Papa con voz melosa dice: “La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, esto debería provocar un diálogo entre las religiones, no debemos dejar de orar por ellos y colaborar con quienes piensan distinto”. A continuación, cuatro representantes de religiones comparten su fe: “Confío en Buda”, “creo en Dios”, “creo en Jesucristo”, “creo en Dios, Alá”. La voz papal con cadencia pausada, sigue diciendo: “Muchos piensan distinto, sienten distinto, buscan a Dios o encuentran a Dios de diversas maneras, en esta multitud, en este abanico de religiones hay una sola certeza que tenemos para todos”. Después de decir: “Todos somos hijos de Dios”, cada uno de los representantes de las cuatro religiones dice: “Creo en el amor”. Finaliza así la disertación papal: “Confío en vos para difundir mi petición de este mes, que el diálogo sincero entre hombres y mujeres de diversas religiones conlleve frutos de paz y de justicia. Confío en tu oración”.
Para los fieles católicos que desconocen lo que dice la Biblia pueden encontrar muy bonitas las palabras del Papa porque extasía escuchar palabras de amor universal. Pero en las Escrituras no se encuentra el más pequeño pensamiento de que todas las religiones llevan a Dios. Es muy taxativa: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad si los espíritus son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios, y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios, y este es el espíritu del Anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora está en el mundo” (1 Juan 4:1-3). Solamente existe un camino para ir a Dios: Jesucristo. Cualquier maestro, por respetable que sea, que enseñe lo contrario se convierte en un profeta de Satanás, el padre de la mentira.
Octavi Pereña i Cortina 


JEREMÍAS 23:6

“En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado, y este será su nombre con el cual le llamarán: El Señor, justicia nuestra”
En todas la épocas han existido falsos pastores que han causado estragos entre el pueblo de Dios.  La Biblia lo dice explícitamente, por tanto, no debe causarnos sorpresa cuando se descubre a alguno de estos falsos pastores cuyo único propósito es llenarse el vientre. Pero Jesús, el Buen Pastor, no le gusta que esto suceda y por la pluma del profeta Jeremías da este aviso: “¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!, dice el Señor. Por tanto así ha dicho el Señor Dios de Israel a los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros dispersasteis  mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí yo castigo la maldad de vuestras obras, dice el Señor” (vv.1,2)
Se dice que a los trabajadores que ingresan en la banca se les enseña a detectar  los billetes falsos dándoles a conocer los de curso legal. Así conociendo al dedillo los billetes buenos sin dilación detectan los falsos. Algo parecido ocurre con los pastores de las iglesias. Cuando existe de necesidad de pastor las iglesias se preguntan cómo debe ser el hombre   a elegir.
La Biblia es el guía que ayudará a hacer la elección correcta porque nos da a conocer las características que deben tener los buenos pastores. Si alguna de ellas no se ve en el candidato a pastor, la iglesia no debe escogerlo porque será uno de los que destruyen y dispersan a las ovejas del rebaño del Señor. Un resumen de las características que debe tener un buen pastor, el apóstol Pablo las transmite a su discípulo Timoteo cuando le dice: “Pero es necesario que el obispo (supervisor) sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro, que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo gobernará la iglesia de Dios?, no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo” (1 Timoteo 3:1-7).
Teniendo estas instrucciones a nuestra disposición no dejemos que se cubran de telarañas en el desván. Quitémosles el polvo y tengámoslas en cuenta a la hora de escoger pastor para la iglesia de Dios. Una sabia elección produce grandes beneficios.


 LUCAS 24: 45

“Entonces les abrió la mente para que comprendiesen las Escrituras”.
“Como también nuestro hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en toda sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas, entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3: 15,16).
Las Escrituras deben examinarse espiritualmente, es decir, que la interpretación que se haga de las mismas debe hacerse bajo la inspiración del Espíritu Santo. El texto de Lucas que da pie a esta meditación está vinculado con el hecho de que Jesús debía morir y resucitar para salvación del pueblo de Dios. La mente carnal no puede descifrar el significado de esta doctrina si no es por la iluminación de la mente por obra del Espíritu Santo. El Señor tiene que abrirnos la mente para que podamos entender las Escrituras. Recordemos lo que sucedió en Atenas cuando el apóstol Pablo en el Areópago predicó sobre la resurrección de los muertos: “unos se burlaban, y otros decían: ya te oiremos acerca de esto otra vez” (Hechos 17:32). E
El mundo desea oír filosofías mundanas. Se complace en ellas. Rechaza la verdad de Dios porque no puede analizarse racionalmente. De ahí aquí los hombres estén incapacitados para entender las Escrituras y, por no entenderlas rechazan todo lo de milagroso que hay en ellas, considerándolo fábulas y no como verdades que manifiestan el omnipotente poder de Dios. Ante la incredulidad motivada por la razón que sea, solamente nos queda orar por los incrédulos en la esperanza de que Dios les quite la venda que tienen ante los ojos que les impide ver el origen de los portentos que narran las Escrituras.
La verdad que los creyentes en Cristo hemos descubierto  en las páginas de la Biblia que tanto bien no han hecho al proporcionarnos seguridad en el tiempo presente y esperanza para el venidero, no la podemos imponer ni a nuestros familiares ni a la sociedad. Nos entristece la miseria en que viven las personas que conocemos y amamos. La fe verdadera no entra a presión, sino siendo un regalo de Dios debemos dejarlos en las manos del Señor esperando que obre en ellos para que puedan decir con el padre que tenía un hijo con un espíritu inmundo: “Ayuda mi incredulidad”.
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