¿POR QUÈ LOS NIÑOS NECESITAN SER ESPIRITUALES?
<B>Los
niños necesitan ser verdaderamente espirituales para evitar que caigan en la
brutalidad</b>
La
psicóloga <b>Lisa Miller</b> dice que los niños que han sido
educados en una robusta y bien desarrollada vida espiritual son más felices,
más optimistas, más flexibles y más bien capacitados para afrontar las
dificultades normales y extraordinarias
que aquellos que no lo han sido. Los adolescentes que tienen un sentido de
trascendencia es menos probable que abusen del alcohol, de las drogas y del
sexo. No existe ningún otro factor que proteja a los niños y a los adolescentes
como un sentido personal de espiritualidad. En una cultura en que ganar
montones de dinero, fama sin contenido y cinismo se han convertido en los
valores tóxicos dominantes. Nuestros niños necesitan urgentemente padres que
los apoyen transmitiéndoles valores espirituales bien fundamentados.
Recientemente
la Asociación de Vecinos de la Bordeta, (barrio de la ciudad de Lleida) ha
iniciado una campaña de concienciación con el propósito de que los padres que
no evitan las actitudes incívicas de sus hijos corrijan sus maneras equivocadas
de comportarse. La presidenta de la
Entidad <b>Mari Carmen Guerrero</b> dijo: “Es lamentable que haya
niños que destrozan y ensucian los parques sin que nadie les diga nada”. El
problema que denuncia la Asociación de Vecinos no es exclusivo de dicho barrio
leridano. Todos los parques de la ciudad padecen el vandalismo infantil
consentido por su madres que deben ser las primeras responsables de evitarlo.
La señora <b>Guerrero</b> denuncia que la plaza del Esplai
recientemente reformada “ya está destrozada, principalmente las jardineras de
donde se han arrancado las plantas” La señora <b>Guerrero</b>
también informa que cada mañana los servicios de limpieza del ayuntamiento la
limpian pero que por la tarde “está llena de suciedad y de objetos que los
niños tiran al suelo mientras sus madres están sentadas en las terrazas de los
bares” charlando entre ellas y olvidándose de lo que hacen los niños.
Los
padres no pueden dar a los hijos lo que no tienen. Si no son espirituales no
les pueden transmitir la espiritualidad que los convierta en ciudadanos
ejemplares. Comparto una vivencia personal. Iba en autobús sentado en la parte
posterior del vehículo. En una parada sube una mujer acompañada de un niño. La
criatura se sienta en el asiento de detrás del conductor. La seguía un hombre
también acompañado de un niño. Por los movimientos deduzco que el hombre y la
mujer discuten. De repente la mujer coge al niño y viene a sentarse donde yo
estoy. Le pregunto: ¿qué ha pasado? Me dice que el hombre le exigía que su
nieto abandonase el asiento porque aquel era el sitio que a su nieto le gustaba
sentarse. El abuelo malcriaba a su nieto y lo convertía en un consentido, en un
pequeño dictador que en el futuro le aportaría muchos problemas. Con una
educación de este tipo no debe extrañarnos que las madres estén sentadas en las
terrazas de los bares mientas sus hijos y nietos se entretienen haciendo
diabluras que perturban la convivencia ciudadana. “De tal palo tal astilla”,
dice el proverbio popular.
A
finales de mayo de 2015 una noticia procedente de México hace poner la piel de
gallina. Cinco chicos y dos chicas de entre 11 y 15 años mataron cruelmente a
<b>Christopher Raymundo</b>
de 6 años jugando al <i>secuestro</i>. Los
<i>secuestradores</i> infantiles reprodujeron en su juego la
violencia que se respira cada día efectuada por las mafias de narcotraficantes
y del crimen organizado. <b>Elisabet Sabartés</b>, corresponsal de
la Vanguardia en México cita al fiscal que lleva el caso “Más que un problema de policía este
homicidio constituye un factor de descomposición social, de ausencia de
valores”
<b>Lisa Miller</b> se
refiere a una robusta y bien desarrollada vida espiritual“, <b>Elisabet
Sabartés</b>a la “ausencia de valores”, como factores que promueven el
gamberrismo infantil y adolescente del que se queja la Asociación de Vecinos de
la Bordeta hasta la extrema gravedad que denuncia <b>Elisabet
Sabartés</b>al citar al fiscal en su escrito <i>Jugando a
secuestros</i>. ¿Dónde encontrar la espiritualidad y los valores que se
necesitan para cortar de raíz el vandalismo creciente que en hechos puntuales
terminan con casos como el que describe la periodista y que es el menú de cada
día en la sociedad adulta?
La
espiritualidad y los valores que le faltan a la sociedad actual que son
necesarios para hacerla más justa no son de fabricación humana. Los buenos
propósitos de las personas se degradan hasta situaciones extremas como se
encargan de recordárnoslo los medios de comunicación.
El
Dios que mediante la obra de la creación nos dice “estoy aquí”, nos ha hablado
de diversas maneras mediante los profetas de la antigüedad y en los últimos tiempos
mediante su Hijo Jesucristo, ha dejado constancia de sus dichos en la Biblia:
“Escucha, pueblo mío, mi ley, inclinad
vuestro oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca en proverbios, hablaré
cosas escondidas desde tiempos antiguos las cuales hemos oído y entendido, que
nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos , contando a
la generación venidera las alabanzas del Señor y su potencia, y las maravillas
que hizo” (Salmo78: 1-4). Este texto nos muestra la importancia que tienen los
padres a la hora de transmitir la espiritualidad y los valores que pueden darle
la vuelta a la tendencia actual hacia el incivismo y el vandalismo infantil y
adolescente” La neutralidad no cabe en el campo de una sana educación.
Octavi Pereña i Cortina
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada