MODELO DEMOCRÁTICO
La Democracia es la menos mala de la filosofías políticas, pero se
la hace más mala cuando se carece del espíritu de justicia que debe
caracterizarla
El concepto que tenemos de Democracia no procede de la Grecia clásica sino
del modelo norteamericano que se implantó finalizada la Guerra de la
Independencia de la Corona Británica. De este modelo sobresale George
Washington que lideró las tropas independentistas. Finalizada la guerra, el 23
de diciembre de 1783 Washington dimitía de comandante en jefe del ejército.
Llegada la paz se convirtió en el primer presidente del nuevo estado
independiente. Rechazó la corona que algunos nobles le ofrecieron porque
consideraba que la monarquía era contraria a sus ideales democráticos.
El historiador Richard Brookhiser dice que por el hecho de que George
Washington renunciara voluntariamente al poder <i>fue digno de honor
porque la última cosa que hizo con el poder fue dimitir</i>. Su actuación
desinteresada hacia el país causó admiración entre la aristocracia europea. El
rey de Inglaterra George III consideró a Washington “la personalidad más grande
de la época”. Su primer mandato como presidente duró cuatro años. Al finalizar
el plazo se le volvió a elegir. A regañadientes aceptó la reelección. Pero
rechazó un tercer mandato porque “lo frenaba el miedo a la tentación
dictatorial” que desvirtuaría el origen democrático de su lucha por la
independencia. Se retiró de toda responsabilidad pública en
su finca en Mount Vermon, Virginia.
Se ha copiado muy mal el modelo democrático que George Washington dejó con
su ejemplo porque se intenta imitar las formas sin el espíritu cristiano que le
impulsó a actuar de la manera como lo hizo. Aquí, cuando los políticos dejan el
poder, no voluntariamente, sino porque no se los elige se retiran con
suculentas pensiones y cargos honoríficos renumerados. No dejan en el trastero
el deseo de seguir influyendo de manera directa en la toma de decisiones
políticas. Todo ello contribuye a que el hedor de la corrupción se
intensifique.
Octavi Pereña i Cortina
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada