diumenge, 21 de setembre del 2025

 

INMADUREZ COLECTIVA

La manera como como crece la juventud actual contribuye a agravar todavía más el descenso de los valores éticos y morales

El título de este escrito lo ha tomado prestado a Josep Lluís Rovira, que es de rabiosa actualidad. El comentarista dice que la inmadurez colectiva tiene tres  causas:  (1)  La sobreprotección que los padres dan a los hijos, por lo cual no están preparados para tomar decisiones. (2) El enfoque que en España se le da al sistema educativo que tiene la mala costumbre de cambiar cada dos por tres. Además se le añade la devaluación de Humanidades por lo que los alumnos abandonan las aulas con graves carencias a la hora de interpretar textos. (3) Reproduzco casi íntegramente lo que el comentarista dice de las redes sociales: “A pesar de aprovechar las muchas ventajas de las nuevas tecnologías, son un contenido que a pesar delas fake news provocan  unas reacciones que llevan a un infantilismo total y absoluto por la forma como las tratan las publicaciones. A consecuencia de todo esto, es decir, de esta inmadurez colectiva que provoca infantilismo, tenemos casos paradigmáticos de gente que, fruto de estas características y votados democráticamente, lo han hecho, o siguen liderando países de los más importantes del mundo. Nos referimos como ejemplo a Boris Johnson, Donald Trump, Javier Milei y Vicktor Orlan, entre otros. Y ya que nos referimos a los políticos, tenemos también el ejemplo de la situación en nuestro país, fruto de la inmadurez colectiva, con unos niveles de enfrentamiento que se hacen insoportables y que impiden que las cosas importantes se traten de manera conveniente para llegar a soluciones adecuadas para bien de toda la población. Esto no hace más que demostrar que la juventud que crece lo haga de manera que contribuirá a intensificar todavía más el deterioro  de los valores éticos y morales que estamos sufriendo desde hace tiempo en nuestra sociedad y que eliminará los principios fundamentales básicos para mantener una convivencia con unos mínimos de aceptación”.

Josep Lluís Rovira hace un diagnóstico acertado de la pandemia ético moral que padece nuestra sociedad, pero no da la receta para poderla combatir eficazmente. El comentarista muestra los efectos de la pandemia pero se queda mudo a la hora de expresar  la causa que la produce.

El actual ministro de sanidad de los Estados Unidos es uno de los muchos negacionistas de las vacunas. En el campo espiritual son muchos, demasiados, los que niegan el valor que tiene la sangre que Jesús vertió en la cruz para limpiar el pecado de los hombres. Jesús termina el relato que se conoce como el “Sermón de la Montaña” con la parábola de “Los dos cimientos”: “Cualquiera, pues, que oye estas palabras, y las hace, lo compararé  a un hombre prudente que edificó su casa sobre la arena” (Mateo 7: 24). Fíjese bien el lector lo que Jesús deja bien claro: “Cualquiera, pues, que oye estas palabras, y las hace”. Santiago hace diana cuando escribe: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (1: 22). Las clases de Religión tienen como objetivo que los alumnos memoricen la letra de la doctrina cristiana. Con el aprendizaje los maestros han cumplido con su objetivo. En el examen, si los alumnos responden correctamente a las preguntas reciben el correspondiente aprobado. Pero se olvidan de algo muy importante y es “que su competencia proviene de Dios, el cual asimismo los hace ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata mas el Espíritu vivifica” (2 Corintios 3: 5, 6).

A la personas que escuchan las palabras de Jesús y las hacen viviendo santamente en un ambiente hostil, el Señor les dice: “Le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y soplaron sobre aquella casa, y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7: 24, 25). El apóstol Pedro a quien la Iglesia Católica considera que es la roca sobre la que Cristo edifica su iglesia, se quita de sus espaldas tal responsabilidad cuando escribe: “Acercándoos a Él (Jesús), piedra viva, desechada  ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa, y el que cree en Él no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, Él es precioso, pero para los que no creen, la Piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo, y, piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes, a lo cual también fueron destinados” (1 Pedro 2: 4-8).

Vayamos a la segunda parte de la parábola: “Pero cualquiera que oye estas palabras y no las hace, le consideraré a un hombre insensato que edificó sus casa sobre la arena, y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa, y cayó y fue grande su ruina” (Mateo 7: 26-27). La reacción de los oyentes fue: “La gente se admiraba de su doctrina, porque los enseñaba como alguien que tiene autoridad, y no como los escribas” (vv. 28, 29). Aparentemente la multitud creyó en Jesús. Si nos fijamos en la respuesta que la muchedumbre dio a la oferta que dio Pilato de escoger entre Jesús y Barrabás, eligió a Barrabás, el bandolero. La multitud que ignoraba en quien había creído, influenciada por el odio que escribas y sacerdotes sentían hacia Jesús, escogió a Barrabás, por lo que indirectamente pidieron que se crucificase a Jesús. Las multitudes que de labios confesaron el nombre de Jesús edificaron sus vidas sobre un cimiento de arena. Lo confirma el hecho de ver cómo reaccionan ante las pequeñas contrariedades  de la vida. Pone de manifiesto la inmadurez colectiva.

Octavi Pereña Cortina

JUAN 18: 38

“Pilato le dijo: ¿Qué es la verdad?”

De la comparecencia de Jesús ante Pilato destaco este texto: “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo, si mi reino fuese de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuese entregado a los judíos, pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (vv.36, 37). Acto seguido Pilato hace la pregunta: “¿Qué es la verdad?” Sin esperar respuesta Pilato abandona la sala para reunirse con las autoridades judías. Da la impresión que a Pilato no le interesa saber qué es la verdad a pesar que pregunta por ella. Saber qué es la verdad  es primordial porque la verdad es la luz que nos saca de las tinieblas que nos envuelven, lo cual no impide que nos movamos por este mundo tropezando aquí y acullá.

¿Está Pilato verdaderamente interesado en conocer qué es la verdad? Si lo hubiese sido habría esperado a que Jesús le diese la respuesta. El verdadero problema es Jesús. Si como dijo Pilato a los judíos: “Yo no hallo en Él ningún delito”, la obligación de Pilato como juez era dictar: Inocente, y de inmediato poner a Jesús de patitas a la calle. Pero no, dejó plantado a Jesús y abandonó la sala para hablar con los acusadores de Jesús. El resultado fue que los oídos de Pilato escucharon los gritos frenéticos de los judíos que pedían la muerte de Jesús y la liberación de Barrabás que era ladrón.

La pregunta de Pilato: “¿Qué es la verdad?”, sigue siendo de rabiosa actualidad. De verdades hay muchas. La  VERDAD es única. ¿Dónde encontrarla? Jesús nos da la respuesta: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14: 6). Satanás se encarga de propagar muchas religiones que presumen ser verdaderas, pero que llevan directamente al infierno. Sus seguidores son millones. Jesús que es la VERDAD absoluta, el único camino a Dios, pocos le siguen. La decisión está en manos del lector


 

TITO 1: 13, 14

“Este testimonio es verdadero, por tanto repréndelos duramente, para que seaanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que apartan de la verdad”

Este texto es un toque de atención para que seamos “sanos en la fe”. En cuestión de fe no todo vale. Dios es muy exigente y no permite que con el trigo se mezcle ni un solo grano de cizaña. La exhortación del apóstol Pablo es muy oportuna: “No es buena vuestra jactancia, ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (1 Corintios 5: 6). Toda enseñanza que no se ajuste a la doctrina bíblica tiene que rechazarse sin pestañear. Una mentira piadosa como vulgarmente se dice, si se introduce en la doctrina cristiana actúa como si fuese levadura, que tiene el poder de infectar todo el cuerpo doctrinal. Una mentira piadosa tiene el poder de leudar la doctrina y convertirla en una asquerosidad. Es como la cizaña entre el trigo.

El apóstol Pablo ordena a su discípulo Tito que hay “muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores” (v.9). “A los cuales es preciso tapar la boca” (v. 11). El pastor de una iglesia es el máximo responsable de sembrar la sana doctrina en la congregación. El creyente que no tiene ninguna responsabilidad en la iglesia a la que pertenece,  no tiene por qué convertirse en calienta bancos y despreocuparse de lo que se enseña desde el púlpito. El pastor o predicador invitado, por más respetados  que sean, no dejan de ser hombres pecadores. Satanás, el padre de la mentira, siempre está dispuesto a sembrar un  grano de cizaña en el pastor o en el predicador invitado. El creyente que se sienta en el banco, en privado tiene que ser un verdadero hombre o mujer de Dios, que tiene que crecer en el conocimiento de Él, conocimiento que no tiene límite, ya que Dios el Infinito nunca se le podrá conocer al detalle. Los creyentes en Cristo “son como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios 4: 18).

Cada creyente en Cristo es responsable de velar por la santidad de la predicación y, con el amor de Dios, denunciar los mandamientos de hombres que apartan de la verdad. Una fe pasiva que acepta sin pestañear cualquier enseñanza que no se ajuste a la verdad bíblica en su día tendrá que dar cuenta al Señor.

 


 

JUAN 18: 38

“Pilato le dijo: ¿Qué es la verdad?”

De la comparecencia de Jesús ante Pilato destaco este texto: “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo, si mi reino fuese de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuese entregado a los judíos, pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (vv.36, 37). Acto seguido Pilato hace la pregunta: “¿Qué es la verdad?” Sin esperar respuesta Pilato abandona la sala para reunirse con las autoridades judías. Da la impresión que a Pilato no le interesa saber qué es la verdad a pesar que pregunta por ella. Saber qué es la verdad  es primordial porque la verdad es la luz que nos saca de las tinieblas que nos envuelven, lo cual no impide que nos movamos por este mundo tropezando aquí y acullá.

¿Está Pilato verdaderamente interesado en conocer qué es la verdad? Si lo hubiese sido habría esperado a que Jesús le diese la respuesta. El verdadero problema es Jesús. Si como dijo Pilato a los judíos: “Yo no hallo en Él ningún delito”, la obligación de Pilato como juez era dictar: Inocente, y de inmediato poner a Jesús de patitas a la calle. Pero no, dejó plantado a Jesús y abandonó la sala para hablar con los acusadores de Jesús. El resultado fue que los oídos de Pilato escucharon los gritos frenéticos de los judíos que pedían la muerte de Jesús y la liberación de Barrabás que era ladrón.

La pregunta de Pilato: “¿Qué es la verdad?”, sigue siendo de rabiosa actualidad. De verdades hay muchas. La  VERDAD es única. ¿Dónde encontrarla? Jesús nos da la respuesta: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14: 6). Satanás se encarga de propagar muchas religiones que presumen ser verdaderas, pero que llevan directamente al infierno. Sus seguidores son millones. Jesús que es la VERDAD absoluta, el único camino a Dios, pocos le siguen. La decisión está en manos del lector


 

TITO 1: 13, 14

“Este testimonio es verdadero, por tanto repréndelos duramente, para que seaanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que apartan de la verdad”

Este texto es un toque de atención para que seamos “sanos en la fe”. En cuestión de fe no todo vale. Dios es muy exigente y no permite que con el trigo se mezcle ni un solo grano de cizaña. La exhortación del apóstol Pablo es muy oportuna: “No es buena vuestra jactancia, ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (1 Corintios 5: 6). Toda enseñanza que no se ajuste a la doctrina bíblica tiene que rechazarse sin pestañear. Una mentira piadosa como vulgarmente se dice, si se introduce en la doctrina cristiana actúa como si fuese levadura, que tiene el poder de infectar todo el cuerpo doctrinal. Una mentira piadosa tiene el poder de leudar la doctrina y convertirla en una asquerosidad. Es como la cizaña entre el trigo.

El apóstol Pablo ordena a su discípulo Tito que hay “muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores” (v.9). “A los cuales es preciso tapar la boca” (v. 11). El pastor de una iglesia es el máximo responsable de sembrar la sana doctrina en la congregación. El creyente que no tiene ninguna responsabilidad en la iglesia a la que pertenece,  no tiene por qué convertirse en calienta bancos y despreocuparse de lo que se enseña desde el púlpito. El pastor o predicador invitado, por más respetados  que sean, no dejan de ser hombres pecadores. Satanás, el padre de la mentira, siempre está dispuesto a sembrar un  grano de cizaña en el pastor o en el predicador invitado. El creyente que se sienta en el banco, en privado tiene que ser un verdadero hombre o mujer de Dios, que tiene que crecer en el conocimiento de Él, conocimiento que no tiene límite, ya que Dios el Infinito nunca se le podrá conocer al detalle. Los creyentes en Cristo “son como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios 4: 18).

Cada creyente en Cristo es responsable de velar por la santidad de la predicación y, con el amor de Dios, denunciar los mandamientos de hombres que apartan de la verdad. Una fe pasiva que acepta sin pestañear cualquier enseñanza que no se ajuste a la verdad bíblica en su día tendrá que dar cuenta al Señor.

 

dilluns, 15 de setembre del 2025

 

SABIDURÍA O CONOCIMIENTO

“De tus mandamientos he adquirido sabiduría”

Pere Lluís Font, premio de honor de las Letras Catalanas, le dice al entrevistador: “Si tienes la suerte de que tu mente resista, tienes alguna ventaja, como haber aprendido a distinguir entre lo que es  esencial  de lo que no es necesario, entre el saber y la sabiduría. Hoy con los medios tecnológicos de que disponemos tenemos al alcance un océano de información que nos sobrepasa. Si carecemos de la capacidad de saber separar el trigo de la paja, el océano de información que hoy disponemos nos sumerge en un mar de confusión que en vez de hacernos sabios nos confunde. Con un clic en el móvil tenemos una montaña de información que somos incapaces de digerirla. Vayamos  paso a paso. En vez de querernos sumergir en la infinitud de la información que la tecnología pone a nuestro alcance y que somos incapaces de digerir, ¿por qué no ponemos sentido común y nos limitamos a querer saber que esencialmente necesitamos?  Saber distinguir entre lo que es esencial y lo que es accesorio, entre el saber y la sabiduría”. Nuestro cerebro no es un disco duro que puede almacenar una cantidad ilimitada de información. Debido a esta limitación, es conveniente tener en cuenta la recomendación del apóstol Pablo: “Examinadlo todo, retened aquello que es bueno”    (1 Tesalonicenses 5. 21). Tenemos que ser auto censores de nuestra lecturas. Hay lecturas que no aportan nada. Te roban el escaso tiempo de que dispones. Te distraen, indiscutiblemente. Pero no aportan nada valioso y duradero. Cuando cierras el libro, las dudas existenciales que preocupan siguen vivas y coleando. Tenemos, pues, que aprender a escoger entre lo que es esencial y lo que es accesorio. Entre el conocimiento y la sabiduría.

Que el Señor Jesús no haga sabios para que podamos ser personas dignas de serlo. Tenemos que ser personas exclusivamente de un libro: la Biblia que nos enseña que “el temor (reverencia) del Señor es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Altísimo es la inteligencia” (Proverbios 9: 10). Agustín de Hipona nos da un consejo que aporta inmensos dividendos si se le tiene en cuenta: “El entendimiento es la consecuencia de la fe, no busques entender para poder creer, tienes que creer para poder entender”. Si estas palabras hacen mella en el lector le ayudarán a buscar a Dios que es el Autor de la fe: “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no es de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2: 8). Una pregunta muy importante que tenemos que hacernos: yo soy incrédulo, ateo, ¿qué tengo que hacer para recibir el don de la fe? El mero hecho de que alguien haga sinceramente esta pregunta  ya está en contacto con Él. Ello nos lleva a lo que Santiago escribe: “Y si alguien de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos   abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1: 5, 6). La vida cristiana no es una carrera de 100m, es una maratón que dura toda la vida: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios 4: 18).

La vida cristiana no es pan comido. Se asemeja a la vida que se encuentra en  el embrión escondido en el seno materno que se desarrolla pasando por diversas fases hasta llegar a ser adulto. Es una tragedia que después de un tiempo de haber nacido como hijo de Dios por la fe en Jesús el apóstol Pablo tenga que amonestarnos: De manera que yo, hermanos, no puedo hablaros como espirituales, sino como carnales, como niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda, porque aún no eráis capaces, ni sois capaces todavía, porque aun sois carnales” (1 Corintios 3: 1-3). Los cristianos de Corintio, sea por la causa que sea, a pesar del tiempo transcurrido desde que se convirtieron en hijos de Dios por la fe en Jesús, no habían crecido. Espiritualmente seguían siendo bebés. Solamente asimilaban la leche espiritual que es el ABC del Evangelio. No se les podía suministrar vianda porque los dientes de leche que tenían no les permitían masticarla.

Que la repulsa que el apóstol Pablo dirige a los cristianos de Corintio no tenga que aplicarse en nosotros. ¿Qué tenemos que hacer para que la amonestación no se aplique a nosotros? Sin prisas, pero sin pausas, tenemos que mantener vivo el crecimiento espiritual. Ello exige perseverancia. Pide la obligación diaria de retirarnos a una habitación y, alejados del mundanal ruido,  a solas con Jesús, que es nuestro mejor amigo, abrirle de par en par la puerta de nuestro corazón. Dejemos que su palabra que es la Biblia nos hable. Una conversación no es un monólogo, es un diálogo entre dos. Si en la privacidad no aparece la Biblia no existe diálogo con Él. A lo sumo es una verborrea lanzada al vacío.  Dispuestos a encontrarnos con el Señor Jesús permitamos que nos hable por medio de su palabra escrita que es la Biblia, redactada por unos hombres que han sido inspirados por el Espíritu Santo a redactarla. Pidámosle que perdone nuestros pecados. No imitemos a los fariseos que veían los pecados del prójimo, pero no el propio. Expongámosle todo aquello que nos afecta. No olvidemos interceder por nuestros amigos y familiares. No  dejemos en el tintero a los políticos y gobernantes que tanto necesitan nuestras oraciones. Encerrarnos diariamente en la habitación es una actividad que durará todo el tiempo que el Señor quiera tenernos aquí en la tierra. Si perseveramos en ello descubriremos que el interés por las cosas materiales que son efímeras disminuye y se refuerza la atención por las celestiales que son eternas.

Ante Cristo somos oro en bruto. Poco a poco la escoria que lo desmerece desaparece  y el oro luce con más esplendor. Llegada la muerte el oro resplandecerá con todo su esplendor porque no queda la más mínima molécula de pecado. Esperando la resurrección del cuerpo para ser totalmente salvos. Solamente la sabiduría que brota del corazón del Padre celestial puede darnos esta esperanza.

Octavi Pereña Cortina

 

diumenge, 7 de setembre del 2025

 

CORRUPCIÓN IMPARABLE <b>palabra<b>

La corrupción política es un mal que atenta contra el bienestar de la sociedad

Muchos creen  que en la puerta del cielo cuelga un cartel que dice: “Cerrado por vacaciones”. Para muchas personas la condición humana se ha convertido en inhumana. Si Dios está de vacaciones o muerto para muchos, el hombre creado a imagen y semejanza de Dios, se ha convertido en imagen y semejanza de Satanás que es homicida desde el principio y padre de la mentira (Juan 8: 44).

Thomas More que fue un jurista inglés brillante, consejero del rey Enrique VIII de Inglaterra. Es un ejemplo de político que no se deja llevar por la corrupción. Prefirió morir decapitado antes que abandonar sus principios cristianos. Antes de que el verdugo le cortase el cuello dijo unas palabras que han quedado registradas  para la posteridad: “Soy el fiel servidor del rey, pero primero lo soy de Dios”. Thomas More prefirió morir que perder su humanidad. En un momento como el nuestro que en política se hace mucho ruido pero se dan pocas nueces, sería muy conveniente conocer la causa de la humanidad de Thomas More. La inhumanidad de los políticos de nuestros días hace que la política se parezca a una nave que se hunde debido a las vías de agua en el casco.

Para regenerar la política es imprescindible ir al cimiento. ¿Quién es el ser humano? Si no se va a la raíz del problema que consiste en reconocer que las personas, todas sin excepción, son seres caídos en pecado. Si tal reconocimiento no se efectúa, el problema de la corrupción política que tanto nos preocupa no tiene solución. La política que puede ser un medio para que las personas que se dedican a ella trabajen para el bienestar de la sociedad, dada su condición de pecadores los políticos tienen vivo el virus de la corrupción. Las leyes que se puedan legislar para luchar contra ella no sirven de nada. Pueden cortar alguna rama, pero la raíz permanece bien viva. La conciencia de los políticos si no ha sido regenerada por la fe en Jesús es totalmente imposible que los guie por el camino de la justicia. Del árbol malo no puede esperarse que dé frutos de calidad.

Dado que el ser humano está muerto en sus delitos y pecados, el apóstol Pablo intenta abrirnos los ojos cuando escribe: “Y en los cuales anduvimos en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al Príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne  y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de la ira, lo mismo que los demás” (Efesios 2: 1-3).

Si los políticos no dejan de ser hijos de la ira y se convierten en hijos de Dios por la fe en Jesús, es totalmente imposible que puedan andar por el camino de la justicia. Del árbol malo no se puede esperar que dé fruto bueno. Así que, si el ser humano persiste en dejarse guiar por Satanás que es el padre de la mentira y homicida desde el principio (Juan 8: 44), la corrupción política no tiene  solución.

La sociedad no necesita políticos perfectos, impolutos. No se encontrarán. Diógenes, con el candil de aceite encendido en plena luz del sol, no encontró al hombre perfecto que buscaba, porque no existe. La sociedad no necesita políticos, hombres y mujeres perfectos, porque no se encontrarán. Con urgencia necesita hombres y mujeres  que por la fe en Jesucristo aborrecen su pasado carnal y andan en novedad de vida. No son perfectos pero andan por el camino de la santidad.  No son perfectos pero andan por el camino de la justicia. Cometen errores, sí, pero no se embolsan ni un euro ilegalmente. Antes de creer en Jesús fueron ladrones, mentirosos, corruptos…  Ahora son hijos de Dios que andan en santidad.

Si no es por la intervención divina que cambia la naturaleza espiritual de los políticos y de aquellos que quieren dedicarse a la política, la corrupción que tanto abunda en este sector no desaparecerá a pesar de las medidas anti corrupción que puedan tomarse. Los impíos que se creen ser muy listos piensan que a ellos no los atraparán. Pero Dios que supervisa todo lo que sucede en la tierra los hace caer en su propia trampa.

Octavi Pereña Cortina

PROVERBIOS 28: 16

“El gobernante falto de entendimiento multiplicará la extorsión”

Los gobernantes se encuentran en el ojo del huracán no porque cumplen los preceptos éticos, sino porque se comportan como auténticos desvergonzados. El texto que comentamos se refiere a ellos no porque se comportan como Dios manda, sino por la falta de entendimiento. El texto no dice que carecen de cultura. La mayoría de ellos poseen títulos universitarios. No son unos analfabetos. El texto que comentamos no dice que son unos incultos, sino “faltos de entendimiento”. Poderoso caballero es don dinero.

Con el dinero de sus padres han podido estudiar en la universidad. Tanta importancia se da a los títulos académicos que algunos políticos los falsifican. Aun cuando los títulos acrediten que han estudiado en la universidad y que poseen conocimientos en alguna materia académica. Los títulos, no acreditan que poseen sabiduría. La sabiduría es un don de Dios: “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2: 8). “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría  y de revelación en el conocimiento de Él” (Efesios 1: 11). “El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia” (Proverbios 9: 10). ¿Dónde vemos que los políticos practican  los mandamientos de Dios? Honrar a Dios de labios no funciona. Que vayan a misa en determinados momentos es una memez. Honrar a Dios de labios no funciona.  El político “que confía en su propio corazón es un necio” (Proverbios 28: 26). A los ciudadanos que tenemos un conocimiento limitado de lo que sucede  a nuestro alrededor, los políticos nos pueden dar gato por liebre. Recuerden que por encima del hombre está Dios. Citaré un texto, que los políticos se acusan mutuamente los unos a los otros desearían que no se hubiese escrito: “Por lo cual eres responsable, oh hombre, quienquiera que seas, pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo, porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que te escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a  cada uno conforme a sus obras” (Romanos 1: 2-6).

¡Cuán beneficioso sería para los políticos si se dirigieran a Dios de la manera como lo hace el salmista: “¡examíname, oh Dios, y conoce mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos, y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno!”   (Salmo 139: 23, 24).


 

MIQUEAS 3: 11

“Sus dirigentes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero, y se apoyan en el Señor diciendo: ¿No está el Señor entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros”

Son muchos quienes desean que Dios no sea como lo describe la Biblia. Piensan que tendría que ser condescendiente como muchos padres lo son con sus hijos por haber borrado del diccionario la palabra disciplina. Tenemos que prestarle mucha atención al texto que sirve de base de esta reflexión. Las autoridades civiles y religiosas actúan motivadas por el amor al dinero que es la raíz de todos los males. ¿Qué piensan estos dirigentes civiles y religiosos que está sujetos al vasallaje de don dinero? Dicen: “¿No está el Señor entre nosotros? No vendrá el mal sobre nosotros”. Creen que Dios lo consiente todo como ellos lo hacen con sus hijos que se lo consienten todo porque ignoran qué es disciplina.

Cierto, Dios es amor, pero no olvidemos que a la vez es justo. Los adoradores del dinero no lo ven así: “Se apoyan en el Señor diciendo: ¿No está el Señor entre nosotros? No vendrá el mal sobre nosotros”. ¡Qué bien que nuestro pecado no tenga consecuencias punitivas! El Señor que es justo en grado máximo no es de este parecer. “No tomes el nombre del Señor tu Dios en vano, porque no dará por inocente al que tome su Nombre en vano” (Éxodo 20: 7). ”Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6: 23). El apóstol Pablo no disuelve las consecuencias del pecado: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. El hecho de que la sentencia no se aplica de inmediato no significa que su ira haya desaparecido. Palabras del apóstol Pablo que deberían estar gravadas en nuestro corazón: “Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues en lo que juzgas a otro te condenas a ti mismo, porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican estas osas es según verdad. ¿Y piensas, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia, y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por la dureza  y por tu corazón no arrepentido atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras” (Romanos 2: 1-6).

¿Qué les dice el profeta Miqueas a aquellos dirigentes que creían “que no vendrá mal sobre nosotros”? He aquí la sentencia: “Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas” (Miqueas 3: 12). Hay esperanza: “Volveos al Señor y Él se volverá a vosotros”