1 TIMOTEO 3: 1
“Palabra fiel: si alguien desea ser pastor
buena obra desea”
¿Por
qué un obispo como Xavier Novell que según la prensa es un hombre inteligente y
posible candidato al cardenalato no puede casarse? El celibato del clero no
tiene base bíblica. Se introdujo en el siglo XI siendo papa Gregorio VII y
reformado durante el pontificado de Pablo VI en el Concilio Vaticano II, en el
capítulo 2, punto 16 en donde se lee: “Por medio de la virginidad o el celibato
por causa del reino de los cielos los sacerdotes son consagrados a Cristo de
una manera especial y distinguida”.
¿Qué
tiene prioridad: la ley humana o la divina? Indiscutiblemente la divina. ¿Qué
nos dice dicha Ley? “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañosos y a
doctrina de demonios, por la hipocresía de mentirosos que teniendo cauterizada
la conciencia, prohibirán casarse” (1 Timoteo 4: 1-3a).
Parece
ser que en plena actividad apostólica y posiblemente por la influencia que
habían recibido algunos cristianos procedentes del paganismo, eran partidarios
del celibato de sus pastores. Del judaísmo no puede extraerse la doctrina del
celibato de los ancianos que pastoreaban a las iglesias. Los profetas eran
hombres casados y desconocían que era el celibato profético.
El
apóstol Pablo escribiendo a la iglesia de Corintio, redacta: “¿No tenemos
derecho de llevar con nosotros a una hermana por esposa como los otros
apóstoles, y los hermanos del Señor y Cefas (Pedro)?” (1 Corintios 9: 5). La
cuestión del celibato no se planteó a la hora de elegir a los ancianos que
tenían que pastorear las iglesias
Escribiendo
a su discípulo Timoteo el apóstol Pablo le dice; “Palabra fiel: si alguien
desea ser pastor buena obra desea, Pero
es necesario que el pastor sea irreprensiblemente marido de una sola mujer…” (1
Timoteo 3: 1-7). Monogamia estricta, no celibato.
Jesús
dice: “Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre” (Mateo 19:
12). De manera natural no necesitan
mujer. Esta excepción de la regla no excluye a los auténticos eunucos, si son
verdaderos cristianos y hayan recibido el don del ministerio de pastorear una
iglesia del Señor. El principio general es “que el pastor sea
irreprensiblemente marido de una sola mujer"
1 REYES 10: 7
“Pero yo no lo creía, hasta que he venido, y
mis ojos han visto que ni aún se me dijo la mitad, es mayor tu sabiduría y
bien, que la fama que yo había oído”
El rey
Salomón en los momentos de su mayor esplendor alcanzó fama mundial. La reina de
Sabá cuando oyó “la fama que Salomón
había alcanzado por el Nombre del Señor, vino a probarlo con preguntas
difíciles” (v. 1). “Y cuando la reina
de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón…se quedó asombrada” (vv. 4, 5).
Nada más se sabe de esta misteriosa reina. Hollywood ha sacado tajada de esta
reina fantaseando con ella en sus películas.
La
mítica reina no ha quedado en el olvido. Su nombre no solo ha quedado registrado en las páginas del Antiguo
Testamento. Jesús la saca del cajón del olvido y la pone como ejemplo para los
cristianos y para los hombres en
general. Las palabras encomiadoras que Jesús dijo de ella merecen que sean
reproducidas en este escrito para que sirvan de repulsivo que nos saque de la
modorra espiritual en que hemos caído los cristianos. Debería entristecernos
ver como multitudes se rinden a los ídolos del espectáculo y del deporte y que
no les importan las inclemencias del tiempo con tal de poder conseguir un
autógrafo de sus ídolos. He aquí las encomiadoras palabras que Jesús dijo, para
vergüenza nuestra, a la mítica y misteriosa reina de Sabá: “La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta
generación, y los condenará, porque ella vino de los confines de la Tierra para
oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar”
(Lucas 11: 31). ¿Cómo alcanzó Salomón la sabiduría que le hizo famoso? Al
inicio de su reinado, comprendiendo la dificultad que comporta reinar para bien
de los súbditos, se dirigió al Señor en
estos términos: “Da pues a tu siervo
corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo
malo, porqué, ¿quién podrá gobernar este pueblo tan grande? Y el Señor le
respondió: Porque has demandado esto, y no has pedido para ti muchos días, ni
pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que
demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí te he dado conforme a
tus palabras, he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha
habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú” (1
Reyes 3: 11,12).
La
reina de Sabá emprendió un largo viaje acompañado de muchas incomodidades para
ver a un hombre a quien Dios llenó de sabiduría. ¿Qué esfuerzo ponemos de
nuestra parte para encontrarnos con Jesús
que es quien dio sabiduría a Salomón porque se la pidió? Tengamos
presente que cuando compareceremos ante el tribunal presidido por Jesús para
dar cuenta de lo bueno y lo malo que hagamos hecho durante nuestro peregrinaje
por la Tierra “La reina del Sur se
levantará en el juicio contra los hombres de esta generación, y los condenará,
porque ella vino de los confines de la Tierra para oír la sabiduría de Salomón,
y he aquí más que Salomón en este lugar”
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