dissabte, 28 d’agost del 2021

 

SALMO 37: 39

“Pero la salvación de los justos es del Señor, y Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia”

Job se hace esta pregunta. “¿Cómo puede el hombre llegar a ser justo delante de Dios?” (9:2). El salmista dice: ”La salvación de los justos es del Señor” .  El apóstol Pablo responde a la pregunta de Job escribieno: “Justificados, pues por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5: 11). Por nacimiento natural y por el hecho de que todos somos descendencia de Adán todos sin excepción nacemos siendo injustos. El destino del hombre natural es la condenación eterna. La doctrina católica de la inmaculada concepción de María es una herejía ya que Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres” (Hechos 17: 26).

La fe, que es don de Dios, es el medio que utiliza Dios para que el injusto crea que Jesús es el único camino para que el pecador obtenga el perdón de los pecados. ”En ningún otro hay salvación, porque no hay otro Nombre  bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4: 12). “La salvación de los justos es del Señor”, dice el salmista. No puede ser de otra manera. No existe otro camino de salvación que no sea Jesús porque Él es el camino estrecho que lleva al Padre. El hombre inventa muchos caminos d salvación, la doctrina de la inmaculada concepción de María es uno de ellos. Ninguno de ellos cumple su objetivo porque únicamente la sangre de Jesús tiene el poder de perdonar todos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1: 9).

Un error que tenemos que descartar: El hecho de que Dios declare justo al pecador que cree en Jesús como su único Salvador no significa que el justificado sea alguien que haya dejado de ser pecador. Lo seguirá siendo hasta el día de la eternidad, el día de la resurrección cuando compareceremos delante de la presencia del Señor que nos presentará “a sí mismo, una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5: 27). Hasta que no llegue el día de la resurrección de nuestros labios tendrá que salir infinidad de veces la súplica: “Dios, sé propicio a mí  pecador” (Lucas 18: 13). Para el justo el Señor “es su fortaleza en el tiempo de la angustia”. Dificultades mil nos acecharán en tanto estemos en este mundo manchado por el pecado. Como lo intentó con Job, Satanás nuestro enemigo acérrimo hará lo imposible para desanimarnos. Pero el Señor sentado en su trono celestial intercede por nosotros ante su Padre para que no nos falte la fe salvadora.


 

1 SAMUEL 3: 18

“Entonces” (Elí) “dijo: El Señor es, haga lo que bien le parezca”

Vayamos al inicio. Un varón de Dios de nombre desconocido se acerca al sacerdote  Elí. Entre otras cosas le dice: “¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel” (2: 27-32). Con antelación el Señor avisa a Elí que tanto él como sus hijos no cumplen con sus obligaciones  adquiridas como sacerdotes que ministran en el tabernáculo.

Entre tanto, Ana que era estéril “oraba largamente delante del Señor. Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía”. Elí que estaba cerca de la mujer contempla el extraño comportamiento de Ana, le dice: “Ve en paz, y que el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho” (1: 17). “Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí al Señor” (v. 20). “Después de haberlo destetado, lo llevó consigo a la tienda del tabernáculo…Trajeron al niño a Elí. Y ella dijo: ¡Oh señor mío! Vive mi alma Señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo junto a ti orando al Señor. Por este niño oraba, y el Señor me dio lo que le pedí. Yo pues, lo dedico también al Señor, todos los días que viva, será del Señor. Y adoró allí al Señor” (vv. 24-28). “Y el niño ministraba al Señor delante del sacerdote Elí” (2: 11).

Al cabo de unos días durmiendo Samuel el Señor lo llama. Creyendo que era Elí quien le llamaba se levanta y se acerca al sacerdote para peguntarle qué quería. El sacerdote le dice que no lo ha llamado. La cosa se repite tres veces. A la tercera Elí entiende que es el Señor  es quien llama a Samuel le dice al adolescente: “Acuéstate, y si te llama, dirás. Habla Señor, porque tu siervo oye” (3: 9). El joven vuelve a acostarse  y cuando el señor le llama, Samuel le dice: “Habla porque tu siervo oye” (v.10). El Señor le habla  y le confirma el juicio que haría con Elí y sus hijos (vv.11-14). Al amanecer Elí le pide a Samuel que le diga lo que el Señor le había dicho. “Samuel se lo manifestó todo, sin encubrir nada” (v. 18). Entonces es cuando Elí le dice a Samuel las palabras que han servido para hacer esta reflexión. ”El Señor es, haga lo que bien le parezca”. Es muy grande la responsabilidad que los pastores adquieren cuando se hacen cargo del pastoreo de una iglesia. El apóstol Pedro pastor entre pastores escribe: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente , no por ganancia deshonesta, con ánimo pronto, no teniendo señorío sobre los que está a vuestro cuidado, sino siendo ejemplares de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible  de gloria”  (vv. 5. 2-4). De lo contrario el final será deshonroso como lo fue el ministerio de Elí y de sus hijos (1 Samuel 4: 12-22).

 

 

HOGAR PARA EL SOLITARIO

<b>La búsqueda de bienes materiales y experiencias  hace sentir más solos e infelices a quienes buscan la felicidad por estos caminos”

<b>Celeste López</b> comienza así su escrito <i>Soledad femenina</i>: “Una buena parte de los ciudadanos se ha sentido solo en un momento determinado. Es un sentimiento triste, que apaga el ánimo, que desanima y angustia. Solo en medio de la multitud. El problema se presenta cuando el sentimiento de soledad entra a formar parte de la rutina diaria. La soledad es uno de los grandes males de la sociedad moderna debido al materialismo que fomenta el individualismo”.

A pesar de que la soledad es una pandemia que golpea especialmente al mundo occidental y que en España afecta a unos cuatro millones de ciudadanos, uno no debe sentirse forzosamente candidato a padecerla, Una tal <b>Yolanda</b> escribe: “He incorporado en mi vida el yoga, el tai-txi y el senderismo. Estoy muy sana pero a veces me viene una especie de desazón, sobre todo cuando pregunto por la vida, su sentido, su misterio. De repente me viene aquella conciencia especial y siento mucha soledad, un aislamiento que no tiene nada que ver con la soledad ordinaria, aun cuando esté con mi marido y mis hijos”. La  <b>Yolanda</b> no se refiere a una soledad ordinaria  como ella la llama ya que está en compañía de su marido y de sus hijos, sino a la el alma que no se sacia ni aun estando en compañía de sus seres queridos.

La  sociedad es consciente del problema sanitario que representa la soledad porque puede generar depresión y en casos extremos: suicidio. Se pretende luchar contra ella fomentando relaciones sociales, especialmente entre las personas mayores. Los viajes sociales, los centros de jubilados y otros centros cívicos, fomentan las relaciones. Como alguien muy bien ha dicho: “No es que me siente solo porque no tenga amigos. Tengo muchos. Sé que hay personas que se preocupan por mí, que me animan, me hablan y cuidan de mí, y piensan en mí. Pero ellas no pueden estar siempre conmigo”. Aun cuando las tuviese a su lado de noche y de día, su compañía resolvería la “soledad ordinaria” a la que se refiere <b>Yolanda</b>, pero la soledad existencial, la del alma que es la que genera los problemas, permanece intacta. Por más bien que pueda producir el mejor de los consejos, no se puede meter la nariz en la intimidad del alma ajena.

“Dios hace habitar en familia a los solitarios” (Salmo 68:6). El salmista expresa de manera metafórica lo que sucede en el alma del solitario existencial. En el momento en que Dios entra a formar parte de la vida de alguien, desaparece la soledad existencial porque la presencia divina llena el vacío del alma y la sacia con la paz, el gozo y la esperanza que la proporciona. Los psicólogos aseguran que se puede estar socialmente aislado y no padecer soledad y se puede estar socialmente acompañado y sufrir soledad.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué Dios hace vivir en familia a los solitarios? En el mundo existen cincuenta mil dioses. La crisis actual ha disparado la práctica religiosa, pero la religión no ofrece la solución de la soledad existencial. Cuando alguien en el desespero se cobija debajo  de las alas de la religión en busca de la compañía liberadora, momentáneamente encuentra cierto alivio, pero a medida que se va diluyendo el primer amor la soledad existencial recupera su protagonismo, a menudo con más fuerza. Cuando alguien se hace inmune al sedante de la religión puede suceder lo que ocurre con la adicción a cualquier tipo de droga, para obtener el mismo grado de placer se debe intensificar el consumo de la droga, situación que acaba con la destrucción del adicto. El uso exagerado de la religión convierte en fanáticos a sus adictos y los pone en manos de los gurús que los manipulan a placer.

El Dios que hace vivir en familia a los solitarios es el Creador, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, La soledad existencial que produce la soledad dañina debe tratarse con fármacos porque las relaciones sociales no satisfacen y a menudo son fuente de conflictos, se debe a que se han desconectado del Dios que hace vivir en familia a los solitarios.

El Dios que resuelve la dificultad de la soledad existencial no es un dios abstracto al que se le puede dar una diversidad de nombres y representarlo en imágenes, es el Invisible que se ha relacionado directamente con el hombre desde el momento de su creación y después de la Caída mediante intermediarios humanos hasta el día de la encarnación de su Hijo en la persona de Jesús que lo (v.8)  da a conocer: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan 14:9) le dice Jesús a Felipe que le pide. “Muéstranos al Padre y nos basta” (v.8). Previamente Jesús anuncia su marcha de este mundo. Es en este contexto que Tomás le pregunta a Jesús: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino?” En respuesta a esta pegunta Jesús le dice: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí” (vv.5,6). Dicha declaración de Jesús pone al alcance del hombre que padece soledad existencial el “Dios que hace habitar en familia a los solitarios”

Octavi Pereña i Cortina

dijous, 19 d’agost del 2021

 

JOB 13: 45

“Porque ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira, sois todos vosotros médicos nulos. Ojalá callarais por completo, porque os fuese sabiduría”

Estas palabras las dice Job a sus amigos que le visitaban para consolarle en su dolor. Pueden perfectamente aplicarse en aquellos que en las iglesias enseñan doctrinas falsas que recubiertas de una capa de piedad destilan veneno puro.

Juan Planellas, arzobispo de Tarragona en uno de sus escritos dominicales María en la fe del pueblo dice esta estupidez: “La devoción a la madre de Dios debe ser inteligente. Sin caer en la aridez de los conceptos, debe estar basada en la Sagrada Escritura y en la genuina Tradición de la Iglesia”. El arzobispo equipara la Ttradición a la Sagrada Escritura. Si la Tradición está basada en la Sagrada Escritura, nada que decir. Cuando tergiversa la Escritura, Jesús sí que tiene algo que decir: “Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición” (Mateo 15: 6). La devoción a la “Madre de Dios” no tiene fundamento bíblico. Jesús dirigiéndose a aquellos que habían invalidado el mandamiento de Dios por su tradición les dice palabras muy duras de censura. Cita al profeta Isaías: “Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres”  (vv.8, 9).

El arzobispo citando al apóstol Juan y refiriéndose a María escribe: “En su Evangelio nos la presenta vinculada estrechamente en la persona de Jesús, sin comediadora de nuestra salvación”. No puede ser de otra manera. Jesús como estricto cumplidor de la Ley de Dios no puede dejar de amar a su madre. Honrándola tal como se merece. Su amor por ella llega hasta el punto que clavado en la cruz y sus otros hijos no habían creído en Él como el Salvador de Israel, encontrándose su  madre al pie de la cruz y Juan con ella, pronuncia estas palabras que expresa el profundo amor que sentía por su madre: “Mujer, he ahí tu hijo”, después dijo a Juan su discípulo, “he ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa” (Juan 19: 26, 27).

Después de la ascensión de Jesús, encontrándose los discípulos reunidos en el aposento alto: ”Todos estos perseveraban unánimes en oración  y ruego, con las mujeres y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos 1: 13, 14).

La supuesta ascensión de María en cuerpo y alma, María como corredentora, a Jesús por María como insinúa el arzobispo son fruto de la Tradición en que se apoya la Iglesia Católica le roban a Jesús la exclusividad de ser el Mesías anunciado desde antes de la fundación del mundo. El apóstol Pedro lo deja claro: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro y plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros”  (1 Pedro 1: 18-20).


 

NEHEMÍAS  1: 4

“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del  Dios de los cielos”

¿Cuál fue la noticia que afligió a Nehemías con tanta fuerza? Saber que “el remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego” (v.3).

Que Nabucodonosor destruyó el templo y arrasó Jerusalén tuvo una causa. Nehemías la expone en la oración que dirigió al Señor tan pronto como tuvo noticia del lastimoso estado en que se encontraba Jerusalén, la ciudad de Dios. La oración de Nehemías contiene algunas verdades que de ser reconocidas servirían para levantar a la Iglesia de su incompetencia y a los gobiernos la injusta manera de gobernar.

Comienza Nehemías su oración diciendo: “te ruego, oh Señor, Dios de los cielos, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos”  (v.5). La misericordia de Dios desciende como rocío vivificador en ”los que aman y guardan sus mandamientos” Implícitamente nos viene a decir que la causa de la destrucción de Jerusalén y del templo fue debido a que el pueblo no amó ni guardó los mandamientos de Dios. ¿Nos hace reflexionar esta denuncia? ¿Guarda algún parecido nuestra situación actual con la que se daba en tiempos de Nehemías? ¿No nos encontramos en la misma situación actual en que el hombre no ama a Dios ni gurda sus mandamientos?

“Esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos, y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti, sí yo y la casa de mis padres hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo”                        (vv.6, 7). Por precepto religioso se puede leer de carretilla de un manual una pregaria por los gobernantes y por los pastores de la Iglesia, sin poner sentimiento en lo que se lee y a los asistentes les entra por un oído y les sale por el otro. ¿Dónde se ve en estas lecturas convencionales que se pida perdón por ”los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti, sí yo y la casa de mi padre hemos pecado”.  Si el pecado cierra los oídos de Dios para no oír las súplicas que le dirigen quienes no le aman ni se arrepienten de sus pecados, ¿cómo se puede esperar que la  misericordia de Dios descienda como llovizna vivificante?

Cuando Dios prometió a Abraham que su descendencia heredaría la Tierra Prometida, le dijo: “Y en la cuarta generación volverán acá, porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí” (Génesis 15: 16). La paciencia de Dios para no castigar tiene un límite. Aún estamos  tiempo para el arrepentimiento. ¿Aprovecharemos la paciencia del Señor?

 

 

 

 

 

EL PELIGRO DEL GRUPO

<b>para bien o para mal la pertenencia a un grupo es evidente. Educar bien a los hijos es la gran responsabilidad de los padres, de ello depende su futuro feliz>/b>

El comportamiento es contagioso entre los adolescentes. El buen hacer de los compañeros configura el grupo. Asimismo le da  forma la mala conducta. La influencia que los adolescentes se ejercen mutuamente es muy fuerte. Las consecuencias de pertenecer a un grupo, para bien o para mal, es evidente. Para no ser expulsados de la pandilla se abandonan las propias convicciones y se aceptan las que se establecen. En la adolescencia las convicciones no están claramente  definidas. Los adolescentes necesitan ser guiados por los padres, no por las redes sociales y otras influencias ajenas, castigando o premiando, según sea su comportamiento. “Instruye al niño en su camino, y aun cuando sea viejo no se apartará de él” (Proverbios 22: 6).

La influencia que mutuamente se hacen los adolescentes es muy fuerte y  con mucha frecuencia indeseable. Los comportamientos incorrectos de los adolescentes son muchos, por ello es tan importante que los chicos y las chicas que se inician en el camino de independizarse sepan elegir el grupo. A menudo es demasiado tarde para enderezar el arbolito que se le ha permitido crecer torcido cuando el tronco ha perdido flexibilidad. Llegada esta situación, si se intenta enderezarlo lo que se consigue es que se rompa. Cuando la influencia del grupo ha enraizado profundamente en el alma es muy difícil reparar el mal causado. Para evitar llegar a este extremo, que sea el grupo que marque el comportamiento de sus componentes es necesario prevenir el mal. La prevención se llama educación: que tiene el objetivo de formar personas capaces de autogobernarse para no ser dirigidas por los otros. La tiranía del grupo atrapa a los adolescentes de personalidad débil. Por esto, una sana formación religiosa debe ser la base de una buena educación. Aquí se presenta un dilema: ¿Quién es el responsable de impartir una formación religiosa sana?

Hoy sigue estando sobre la mesa el problema que no se termina de solucionar: Religión en la escuela, sí o no. La solución de este problema se plantea mal porque se busca el interés partidista y no el bienestar del niño. La iglesia, sea cual sea su nombre o el estado, sea cual sea su color político, ambas persiguen controlar la educación infantil porque saben que los niños educados bajo su influencia, cuando sean mayores no abandonarán las enseñanzas recibidas durante la etapa escolar: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando sea viejo no se apartará de él”. No debe olvidarse esta verdad.

Por inferencia nos hemos referido a que sean los padres quienes, por declaración divina,  deben impartir una sana instrucción religiosa para que sus hijos crezcan fuertes y cuando empiecen a volar no caigan en las redes de la tiranía del grupo. Moisés, dirigiéndose al pueblo, dijo: ” Estas son las palabras que yo te mando hoy, y estarán en tu corazón y las enseñarás diligentemente a tus hijos…” (Éxodo 6: 4-9). El Señor le manda a Moisés que diga al pueblo que enseñe a sus hijos la palabra revelada: “Para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho el Señor, el Dios de tus padres” (Éxodo 6:3). La formación religiosa de los hijos basada en la verdad de la Palabra de Dios sirve para que los que beben en su fuente les vaya bien en la tierra en que habitan.

Debido que tratamos el tema de la influencia que el grupo ejerce en quienes forman parte de él., la Biblia tiene algo que decir para que los hijos no se dejen atrapar por él y les “vaya bien” su andadura por este mundo. Avisa de lo  peligroso que pueden ser determinados grupos: “Hijo mío, si los pecadores te quieren engañar, no lo consientas. Si dicen: ven  con nosotros, pongamos asechanzas para derramar sangre, acechemos sin motivo al inocente, los tragaremos vivos como el sepulcro, y enteros, y enteros como los que caen en un abismo, hallaremos riquezas de toda clase, llenaremos nuestra casas de despojos, echa tu suerte entre  nosotros, tengamos todos una bolsa, hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas, porque sus pies corren hacia el mal, y van presurosos a derramar sangre. Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave, pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, y a sus almas tienden lazo. Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores” (Proverbios1: 10-19).

Este texto describe de manera excelente las pandillas callejeras que tanto estrago produce a personas y a mobiliario público y tanto dispendio al erario municipal. La influencia que mutuamente  ejercen los adolescentes a menudo son muy contagiosas: Aprenden a beber sin control, drogarse hasta  perder la autoestima, los chicos a ser agresivos con las chicas y con las personas que no son de su gusto, a practicar comportamientos ilegales que son perjudiciales para sí mismos  y muy dolorosas para sus familias.

Antes que los hijos se vean atrapados en las redes de los grupos nocivos, los padres deben instruir a sus hijos en los caminos del Señor para su bien, para que puedan andar por este mundo tan repleto de trampas estratégicamente colocadas para atrapar a los incautos.

Los padres que invierten en el Señor Jesús son un gozo para ellos y un seguro para la felicidad de sus hijos.

Octavi Pereña i Cortina

divendres, 13 d’agost del 2021

 

ISAÍAS 46: 1

“Confusos y avergonzados serán todos ellos, irán con afrenta todos los fabricantes de imágenes”

Una vida luminosa  es el título que Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona le da a uno de sus artículos dominicales. Es un título muy sugerente porque en un mundo envuelto de espesas tinieblas espirituales, ¿quién no desea un rayo de luz que le ayude a salir del laberinto en que se encuentra? Me temo que las expectativas que aporta el título no sean tales. Una declaración categórica de Jesús: “Yo soy la luz del mundo, quien me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8: 12). A pesar de que el arzobispo utiliza las expresiones  acercar a los otros a Cristo y  ver el rostro de Cristo, en ningún momento de su escrito el arzobispo enfatiza lo que Jesús dice de sí mismo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al padre sino por mí” (Juan 14: 6).  Resentidos los sacerdotes de que los apóstoles “anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Y les echaron mano y los pusieron en la cárcel” (Hechos 2: 3). Al comparecer los apóstoles ante el Sanedrín se les preguntó: “¿Con qué potestad o en qué nombre habéis hecho vosotros esto?”.(v. 7). “Entonces Pedro lleno del Espíritu Santo les dijo: …Este Jesús es la piedra reprobada  por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro Nombre bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos salvarnos” (vv. 8, 11, 12). Ante las amenazas de las autoridades religiosas el apóstol Pedro podría haber optado por emplear un lenguaje ambiguo para eludir responsabilidades. Nada de eso hizo. Con toda firmeza afirmó: ”Juzgad si es justo de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios, porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” 8vv. 19, 20).  La postura de Pedo y de los otros apósteles fue Cristo céntrica. Nada de medias tintas. Cristo es la luz del mundo y fuera de Él tinieblas. Así de claro.

Pedro que es considerado el primer papa de la Iglesia Católica es taxativo; ”no hay otro Nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos salvarnos”. El arzobispo Omella en representación de la Iglesia  a la que sirve, al citar al beato Carlo Acutis : “ que sentía una gran devoción por la Madre de Dios. Siempre decía que era la única mujer de su vida. Rezaba el rosario cada día. Durante su corta vida Carlo se consagró diversas veces a María para renovar su amor por ella” . No hay duda de que el sentir de Carlo es el del arzobispo. Finaliza su escrito diciendo; “Que María nos anime a encontrar la verdadera felicidad en el servicio generoso a Dios y a los hermanos”. ¡Qué lejos está la teología católica de la de Pedro y del resto de los apóstoles! ¡Cuán necesario   es meditar más en la doctrina apostólica  y menos en la tradición eclesiástica!


 

SALMO 119: 71

“Bueno es haberme afligido” (humillado) “para que aprenda tus estatutos”

La vida fácil no es un buen medio para crecer en el conocimiento del Señor. El Señor como buen educador que es no malcría a sus hijos. Si sus hijos no fuesen pecadores la disciplina no sería necesaria. Como la cosa no es así se ve obligado a poner restricciones  para el buen desarrollo espiritual de sus hijos.

El salmista entiende bien su condición de pecador y que tiene la necesidad de que el Señor ponga tropiezos en su vida. ”Bueno es haberme afligido”. El deseo del salmista tendría que ser también el nuestro porque la tristeza que es según Dios sirve para que aprendamos sus estatutos.

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación” (Santiago 1: 12). El diablo que es el tentador llegó incluso a tentar a Jesús cuando iba a empezar su ministerio público con el propósito de impedir que ocupara su posición de Salvador. Si Jesús hubiese pecado, si no hubiese resistido la tentación seguiríamos muertos en nuestros delitos y pecados. Jesús “que no conoce pecado, por nosotros se hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5: 21). Gracias a Dios que Jesús resistió la tentación. Como muy bien dice Santiago “cuando somos tentados no digamos que somos tentados de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta a nadie” (Santiago 1: 13). El diablo aprovechándose de nuestra debilidad intenta seducirnos apelando a nuestra concupiscencia, el apetito desordenado de placeres sensuales. Si nos dejamos seducir “entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz al pecado, y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1: 15). Santiago nos dice qué podemos hacer para que el diablo no nos seduzca apelando a nuestro apetito desordenado de placeres sensuales: “Someteos, pues, a Dios, resistid al diablo, y huirá de vosotros” (4:7).

¿Cómo podemos resistir al diablo si es mucho más fuerte que nosotros? El apóstol Pablo  escribiendo a los cristianos en Éfeso, nos dice: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes  contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6: 11,12). Y sigue diciendo el apóstol: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (v. 13). A continuación el apóstol describe el equipo militar que tenemos que utilizar para poder vencer al Maligno. El resultado de la victoria es que aprenderemos los estatutos de Dios.

 

 

JOLGORIO SEXUAL

<b>La mezcla sexo y drogas no solamente es un problema  de salud pública, debe serlo también de moral porque están interconectados</b>

<b>Ana Macpherson</b> comienza con estas palabras su escrito “CHEMSEX, sexo de alto riesgo”: “El uso  de drogas para tener mejor sexo o para atreverse a tener es un clásico de la humanidad, pero en las grandes ciudades y entre hombres que tienen sexo con hombres adquiere actualmente talla de problema de salud pública, reconocido como tal en Barcelona y Madrid, porque las consecuencias comienzan a ser visibles en las consultas de hospital e incluso en urgencias”.

La adicción al sexo es tan fuerte que para no desfallecer se utiliza mezclas de drogas. Así lo explica  <b> Macpherson</b>: “La de más impacto, y probablemente la que más aumenta el fenómeno es la extensión de la <i>tina</i>, la mentafetamina que a menudo sustituye la del uso clásico de la cocaína, porque resulta más barata y accesible, pero que también es la más peligrosa, porque provoca más rápidamente adicción e inhibe el sueño y el cansancio, quita el hambre  y aumenta el deseo sexual”. Como la droga entumece el raciocinio se descuida el uso del preservativo con lo cual aumenta el riesgo de contagio de Sida y de otras enfermedades de transmisión sexual. Con la mentafetamina se facilita la celebración de maratonianas orgías sexuales grupales que pueden durar de entre 24 a 48 horas. Todo un fin de semana.

<b>Percy Fernández</b>, responsable de investigación de <i>Stop Sida</i>, ha afirmado: “Estamos a tiempo para actuar. Si la <i>tina</i> salta a la sociedad en general será catastrófico. Ahora está concentrada”.

No existe efecto sin  causa. ¿Qué es lo que impulsa al hombre a hacer que para conservar la energía tenga que drogarse, poniendo en peligro su propia vida y la de aquellos con quien mantiene relaciones sexuales? La respuesta a la pregunta  encuentra en Romanos 1: 18-32, carta apostólica.

El texto indicado comienza diciendo: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injustica la verdad” (v.18). De entrada el texto nos dice que Dios no se queda al margen de los asuntos humanos y de su comportamiento como muchos desearían. Despierta su enojo al ver que la justicia es pisoteada. La justicia de Dios no es insensible a sus transgresiones. Por lo que dice el v. 19 la injusticia humana nace del hecho de que no se reconoce la existencia de Dios. Dicho no reconocimiento no se puede justificar en modo alguno: “Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto., pues se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eteno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendida por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (vv. 19,20). La obcecación del ser humano es tan fuerte que teniendo ojos para ver se obstina en no querer ver lo que es evidente. La creación no ha podido haberse hecho por sí misma porque la materia no tiene vida, lo cual hace evidente que su realidad es fruto de un Agente externo. La existencia de este Agente creador la pone de manifiesto la declaración que aparece al principio de la Biblia: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Es evidente que para creer esta declaración se precisa fe. La fe no es de fabricación humana. Si el hombre reconoce que no la posee, pídasela a Dios “el  cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). El hecho de recibir este precioso regalo de Dios hará caer las escamas que ciegan los ojos que le impiden ver. La luz de Cristo penetrará en el alma iluminando la oscuridad existente en ella, lo cual le hará decir: ¡Qué imbécil he sido durante tantos años que no haya visto lo que es tan evidente! Si algún esclavo del sexo y de las drogas recupera la vista se rompe la cadena que ata esta doble adicción. Así se inicia el camino hacia la verdadera libertad.

A pesar de la evidencia de que el mundo es obra del Creador muchos prefieren seguir en la ceguera, cuya consecuencia es: “Y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles” (v.23). El resultado de la ceguera del alma es la idolatría. Ser idólatra no consiste únicamente  en fabricarse imágenes de madera, oro y otros materiales preciosos y vestirlas con magnificencia. Los ídolos se esconden en el corazón. Quizás el más extendido es “el amor al dinero que  es la  raíz de todos los males” (1 Timoteo 6:10). Pero la idolatría no finaliza con el amor al dinero. Existen ídolos de carne y hueso que cambian según la actualidad: las estrella del espectáculo, los deportistas famosos, el fanatismo hacia los políticos que impide ver que son dioses con pies de barro, el coleccionismo obsesivo…

La idolatría tiene sus consecuencias: “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío” (vv. 26,27).

A pesar de que la creación habla del Creador, el ser humano en su insensatez prefiere adorar ídolos que son falsos dioses de fabricación humana. Las denuncias que hacen escritos como “CHEMSEX, sexo de alto riesgo” ponen de manifiesto que no es inocuo abandonar al Creador de todo lo existente por los ídolos.

Octavi Pereña i Cortina

 

dijous, 5 d’agost del 2021

 

DIA DE DESCANSO

<b>El ocio que promueve la sociedad actual, ¿produce auténtico descanso?</b>

Una encuesta promovida por la agencia de viajes eDreams, realizada por Internet con 12.000 encuestados pone de manifiesto que los americanos son quienes tienen más necesidad de ampliar el tiempo de descaso con tiempo sabático. Un 52% de los encuestados admite que un descanso planificado en el trabajo mejoraría la salud mental. La media europea que incluye España es del 39%.

La cadena de televisión pública japonesa NHK, anunció la muerte de la periodista de 31 años Miwa Sado por exceso de trabajo. Largas jornadas laborales sin descanso, 159 horas extras en un mes con sólo dos días de descanso. La periodista cubría una campaña electoral el 2013. “Se encontraba bajo unas circunstancias que no le garantizaban suficientes días de descanso debido a la responsabilidad que le requería trabajar hasta muy tarde…Se puede decir que se encontraba en un estado de fatiga acumulada y de privación crónica de dormir”.

El juzgado social número 1 de Eibar (Gipuzcoa), “ha dado reconocimiento de accidente de trabajo a la crisis de ansiedad padecida por una trabajadora del Servicio Vasco de Salud, debido al “exceso de carga de faena”, según el comunicado sindical.

“La Agencia Europea de Seguridad y la Salud en el Trabajo considera el estrés laboral como uno de los problemas más importantes en el mundo del trabajo que se manifiestan cuando los empleados no pueden hacer frente a las elevadas exigencias de su tarea diaria por falta de capacidad”.

El 3 de marzo de 1904 se aprobó en España la Ley del Descanso Dominical que entró en vigor el 11 de septiembre del mismo año, la primera norma que prohibía trabajar en domingo. La Ley levantó mucha polémica entre el empresariado, en la clase trabajadora también. La clase trabajadora estaba acostumbrada a que el domingo fuese un día laborable, como mucho, un pequeño receso para asistir a misa. No sabía qué hacer con tanto tiempo libre.

En El Imparcial una mujer escribió quejándose que su marido malgastaba en la taberna “lo que le hacía falta para vivir”. Añadía. “Esto es lo que nos ha llevado a esta casa, llena de paz y de gloria, la ley del descanso dominical.

“El descanso semanal tiene raíces antiguas. Según algunos autores, el primer antecedente es una ley que promulgó el emperador romano Constantino el 7 de marzo del año 321d.C. El edicto establecía que se tenía que respetar la festividad del Sol Invicto (deidad pagana), no se podía trabajar en las ciudades, aunque sí en el campo” (José Carlos Huerta).

1500 años antes de Cristo ya se legisló una ley que regulaba el descanso semanal. El cuarto mandamiento del Decálogo dice: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es reposo para el Señor, no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de  tus puertas. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día, por tanto el Señor  bendijo el día de reposo y lo santificó” (Éxodo 20: 8-11)

Quiera el Señor que el día de descanso semanal se implante sobre toda la faz de la tierra ya que haría más soportable la vida de millones de obreros que trabajan de sol a sol los 365 días del año. Recuérdese que el descanso semanal no es de invención humana. Fue instituido por el mismo Creador para que la criatura de manera especial tuviese recuerdo de Él, de quien provienen todas las bendiciones que disfruta. La ingratitud humana conduce a olvidarse del Creador del quien procede todo lo que tiene. El pueblo de Israel favorecido por Dios de entre todos los pueblos de la tierra, a lo largo de su historia mereció ser censurado en diversas ocasiones por su Salvador por no respetar la ley del descanso semanal para dedicarlo a Él.

La institución del séptimo día se hizo antes de que existiese Israel. Está pensado para todos los pueblos de la tierra: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios el día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”                         (Génesis 2: 2,3)

El cuarto mandamiento del Decálogo nos recuerda que no tenemos memoria de nuestro Creador y Salvador que da “buen entendimiento a todos los que practican sus mandamientos” (Salmo 111: 10) y que desobedecerlos tiene también sus graves consecuencias: “Meditad bien sobre vuestros caminos.  Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos” (Hageo 1: 5-7). Las palabras del profeta ¿no ilustran la situación actual?

Octavi Pereña i Cortina

 

 

 

SALMO 65: 4

“Feliz el que tu escoges y atraes a ti, para que habite en tus atrios, seremos saciados del bien de tu casa”

La felicidad 0 bienaventuranza no son de fabricación humana. La verdadera felicidad no es un producto de la voluntad. Es la consecuencia de la elección divina. Los escogidos desde antes de la fundación del mundo lo son  por los medios de gracia de que dispone Dios. Los elegidos entran en contacto con Él. En este instante Dios deja de ser algo irreal para convertirse en Yo sé en quien he creído.

Por la predicación del Evangelio, encargo que Jesús dio al grupo de discípulos que había reunido, el Padre atrae hacia Él a los elegidos. La predicación del Evangelio ejerce de tamiz para separar el grano de la paja. “Muchos son llamados” porque la predicación no discrimina. El tamiz separa el trigo de la paja. La parábola el sembrador nos enseña lo mismo. El sembrador esparce el trigo que cae en distintos tipos de suelo. El trigo que cae junto al camino son aquellos que no entienden y “viene el maligno y arrebata lo que fue sembrado en su corazón” (Mateo 13: 19). La simiente que cayó entre pedregales  “son aquellos que oyen la palabra, y al momento la reciben con gozo…al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan” (v. 21). La simiente que cae entre espinos representa a los “que oyen la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa”  (v.22). Por último, una parte de la semilla cayó en buena tierra, representa a la persona que “oye y entiende la palabra, y da fruto, y produce a ciento, a setenta, y a treinta por uno” (v.23). Los cuatro tipos de personas oyen el Evangelio pero sólo una de ellas lo cree. ¿a qué se debe? A que el corazón es engañoso más que todas las cosas (Jeremías 17. 9). No le permite entender la magnitud del pecado. En el mundo no existe dinero suficiente para poder pagar el precio de una mentira piadosa. Únicamente la sangre que Jesús derramó en el Gólgota puede pagarlo.

La persona que “oye y entiende la palabra” no lo hace porque sea más inteligente que las otras tres. Puede hacerlo porque por la misericordia de Dios ha recibido el don de la fe que le permite creer. A partir d este instante se accede a los atrios de Dios que es una manera de decir que se goza de íntima comunión con Dios. Se conoce “el amor de Cristo que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3: 15). ¿Se puede desear algo mejor que ser un escogido de Dios?


 

1 SAMUEL 15: 22

“Y Samuel dijo: ¿se complace el Señor tanto en los holocaustos y víctimas, como que se obedezca a las palabras del Señor? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios y el prestar atención que la grosura de los carneros”

Las órdenes del Rey son para ser obedecidas. El pueblo de Israel deseando asemejarse al resto de los pueblos le pide a Samuel que busque un rey. No te han desechado a ti, le dice el Señor a Samuel. A mí han desechado. Se elige a Saúl como autoridad delegada para que acate las órdenes que reciba de su Superior. Samuel en Nombre del rey le dice a Saúl: “Está atento a las palabras del Señor” (v.1). La orden es tajante: “Vé, pues, e hiere a Amalec y destruye todo lo que tiene…” (v.3). Saúl y sus tropas vencen a los amalecitas (v.7). Pero Saúl no obedeció la orden del Rey (v.9). Saúl no reconoce haber desobedecido la orden del Rey (v. 13). Samuel le dice que sí ha desobedecido (v.14). Saúl justifica su desobediencia (v. 15).

Entonces es cuando Samuel le dice a Saúl las palabras del texto que sirve de base a nuestra reflexión. El Señor no acepta la religión externa si no va acompañada de la obediencia a la Palabra de Dios, unos representantes de la religión basada en ceremonias sin ir acompañada de la obediencia a la Palabra de Dios lo fueron las fariseos, furibundos enemigos de Jesús que no quedaron satisfechos hasta ver al Hijo de Dios clavado en la cruz. La parábola del fariseo y el publicano ilustra el carácter de los fariseos que convierten la Religión en un ceremonialismo carente de sentido: “Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano, ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano”  (Lucas 18: 11, 12). En otras palabras, el fariseo era un estricto cumplidor de la Ley de Dios.

Juan el Bautista describe a la perfección el carácter de los fariseos cuando iluminado por el Espíritu Santo describe con corrección lo que se esconde en las profundidades de sus corazones, El texto nos dice que muchos eran bautizados por Juan en el Jordán “confesando sus pecados”. “Pero, al ver que muchos de los fariseos  y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? (Mateo 3: 6,7).

La desobediencia de Saúl lo llevó a perder el reino y a morir miserablemente en el campo de batalla.  “¿El que formó el ojo, no verá?” /Salmo 94: 9). El ceremonialismo no engaña al Señor.