dilluns, 23 de setembre del 2019


NI FRIO NI CALIENTE

<b>Ni frío ni caliente es igual a pasota</b>
El apóstol Juan escribe a las siete iglesias de Asia, actual Turquía. A la de Laodicea le dice: “Yo conozco tus obras, que no eres frio ni caliente. ¡Ojalá fueses frio o caliente! Pero por cuando eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3: 15,16). Es una acusación a la indiferencia. Denuncia que los cristianos de la iglesia de Laodicea eran tibios. Todo les estaba bien. No querían complicarse la vida. Este asunto no me concierne,  decían. Es el pastor quien debe encargarse de poner orden en la iglesia. Los problemas de la congregación a mí no me afectan. Digan lo que digan todo me está bien. Debido a la tibieza o pasotismo de los fieles de Laodicea, la denuncia del Señor les dice: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad, y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”  (v.7). Creer que uno lo tiene todo y que no necesita nada es ignorar la conveniencia de recibir la reprimenda que cayó sobre la iglesia de Laodicea. Es un regaño muy duro que debería hacernos reflexionar a los cristianos y a los ciudadanos del siglo XXI. Tendríamos que aprender del Maligno: No hace fiesta los fines de semana. Desconoce qué es hacer puente. No duerme. Siempre vigilando. No se cansa de sembrar cizaña ni se distrae del trabajo yendo a beber agua fresca del botijo.  Siempre dispuesto a asaltar a aquellos que viviendo en zona de confort no son ni fríos ni calientes. Son tibios. Así que caen en a indolencia. Están faltos de sentido crítico. Fertilizan sus almas para que a través de ellas el Maligno pueda perpetrar todas  las fechorías que maquina.
El maligno tiene un instrumento muy poderoso en sus manos para mantenernos en situación acrítica: la publicidad. Trabaja con el propósito de hacernos sentir ricos. Lo consigue. Creemos ser una sociedad opulenta. Incluso algunos que dependen de la ayuda social se pueden permitir el lujo de tirar en el contenedor alimentos que no les apetecen. La publicidad nos hace sentir más ricos de lo que realmente somos. Es una realidad el mensaje del tango; Quien tiene un peso quiere tener dos, el que tiene dos aspira a cuatro… Jamás se tiene bastante. Somos ricos como los cristianos de Laodicea que ignoraban que eran desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos. No somos ni chicha ni limonada.
Esta situación nos lleva a la denuncia que hace <b>Géraldine Schwarz, escritora  franco-alemana que nos advierte que la indiferencia puede llevarnos a cometer crímenes contra la humanidad o genocidios. A la pegunta que el periodista  <b>Marc Bassets</b> le hace: ¿Su abuelo fue una víctima de la historia?, la escritora responde: “No. Creo que no somos víctimas de la historia, sino que  debemos tener un papel en la historia. Para que una democracia funcione es indispensable que las personas se den cuenta de que tienen responsabilidades: Comprometerse, participar en la sociedad civil y también demostrar capacidad de discernimiento. La historia puede ayudarnos  a identificar a los demagogos como <b>Salvini y Orbán</b>, que se parecen a los de hace un siglo, difundir el miedo, inventar enemigos o chivos expiatorios, haciéndonos perder los puntos de referencia difuminando la frontera entre lo verdadero y lo falso y difundiendo teorías de la conspiración. El objetivo es que el pueblo no crea en nada para manipularlo e invertir los valores”.
¿Cómo puede conseguirse que la población no sea indiferente a la política, a la religión, no permaneciendo adormecida para hacer análisis ponderados de la realidad, que no esté entretenida en el consumismo y en el espectáculo permanente? ¿Dónde se encuentra la respuesta? Solamente hay una: la Biblia y el Personaje central  que es Jesús el Hijo de Dios encarnado. Jesús es la luz que ilumina el corazón y hace desaparecer la oscuridad que nos extravía y lleva a defenestrarnos. Fuera de Él no existen puntos de referencia que nos señalen el camino en las diferentes encrucijadas de la vida. Por el hecho de vivir en una sociedad que se considera cristiana hemos oído hablar de Jesús, pero ignoramos quién es. Es el Gran Desconocido. Debido a ello la sociedad se encuentra en un caos en que no se encuentra solución a los eternos conflictos sociales existentes porque el Maligno se mueve a sus anchas utilizando a las personas acríticas para realizar sus propósitos criminales. Mientras prefiramos permanecer en la cuneta o escondernos en el burladero, no creamos que nos vayamos a liberar de nuestras responsabilidades. El Señor del universo conoce todo lo que hacemos y lo que dejamos de hacer. Un día tendremos que comparecer ante Él para darle cuenta de todo lo que hayamos hecho durante la travesía por este mundo. ¿Cómo podremos exculparnos  de haber sido tibios cuando deberíamos haber sido ardientes en el compromiso social?
Octavi Pereña i Cortina



PROVERBIOS  28:2

“Por la rebeldía de un país sus príncipes son muchos, mas por un hombre entendido y sabio permanece estable”
La inestabilidad mundial es pública y notoria. No existe ningún rincón del planeta que pueda decir: Aquí no ocurre nada. Soy una balsa de aceite. Todo funciona a la perfección. Tal vez no se producen noticias que acaparen el interés internacional, pero se dan noticias que manifiestan que los países no funcionan a la perfección de un reloj suizo.
“Por la rebeldía de un país sus príncipes son muchos”. Cuando se incrementa la inestabilidad de un país. Cuando sus ciudadanos se manifiestan una y otra vez. Cuando los problemas laborales tienen que solucionarse con huelgas. Cuando los gobiernos no reciben el apoyo necesario. Elecciones a la vista. Crisis aparentemente resuelta. Pero no, el mal está tan profundamente arraigado que no hay hombre alguno que pueda solucionar la crisis definitivamente.
El texto nos dice que “por la rebeldía de un país”, cuando las masas son como volcán en erupción, la inestabilidad pública es evidente. Ni la mano dura judicial, ni la represión policial son capaces de solucionar el conflicto. Aparentemente controlan la situación. Da la sensación de que el volcán se ha apagado. Descansa. En cualquier momento puede activarse. Lava y fuego sobre la sociedad.
La segunda parte del texto motivo de reflexión, dice: “Mas por un hombre entendido y sabio (el país) permanece estable”. Desgraciadamente gobernantes de esta naturaleza hoy no se encuentran y, no aparecen por la sencilla razón de que la humanidad en general da la espalda a Dios. Cuando esto sucede, los seres humanos son controlados por el diablo que es el padre de mentira y homicida desde el principio. La mentira y el homicidio se encuentran en el ADN, siendo la característica de los políticos de la actualidad.
Los verdaderos cristianos no podemos caer en el nihilismo porque conocemos el final de la historia. Al diablo se le cortarán las alas y ya no podrá incitar a los hombres a hacer el mal. También sabemos que en el día final Jesús que es el Hombre entendido y sabio, establecerá el Reino de Dios eterno. La estabilidad perfecta será la característica de su Reino porque en él no habrá lugar para al pecado, la injusticia y la muerte. Por ello a los cristianos verdaderos, que también nos afecta la inestabilidad que hay en este mundo, en el Reino de Dios eterno encontraremos la estabilidad perfecta que hoy anhelamos.


DEUTERONOMIO 23: 23

“Pero lo que hubiere salido de tus labios lo guardarás y lo cumplirás conforme lo prometiste al Señor tu Dios”
¿Qué nos dice el Señor Jesús sobre la mentira? Lo que afirma no va a gustar a quienes viven en la era de la posverdad: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer…y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44). Como padre de mentira se presentó ante Eva haciéndole  creer que Dios era mentiroso cuando les dijo las consecuencias de comer el fruto “del árbol de la ciencia del bien y del mal” (Génesis 2. 17). Contradiciendo a Dios el diablo le dice a Eva que no moriréis si coméis el fruto del árbol prohibido, sino que “serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (3:5). Adán y Eva desobedecieron y conocieron por experiencia lo que es mal. A la vez perdieron el bien que gozaban. A partir del momento en que Adán mordió el fruto prohibido, él y su esposa se convierten en hijos del diablo y transmiten a su descendencia ser mentirosos. Como no quieren reconocer lo que son, se han inventado el eufemismo posverdad para evitar pronunciar la palabra mentira. Ahí están las consecuencias del pecado de Adán. Somos hijos del padre de la mentira y por ello mentirosos por naturaleza. A pesar que el noveno mandamiento dice: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 10:16), no lo dice con el propósito de hacernos creer que porque lo sepamos vamos a dejar de mentir voluntariamente.  “El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2 Pedro 2:22). La señal del diablo está marcada en nuestro corazón.
Si por descendencia de Adán somos mentirosos empedernidos  no dejaremos de serlo por propia voluntad. Puede más la condición mentirosa que la voluntad de dejar de serlo. Tenemos que levantar los ojos a Dios y pedirle que por la fe en su Hijo Jesús que nos haga hijos adoptivos suyos. La adopción va acompañada de un corazón nuevo predispuesto en abandonar la mentira. A que nuestro hablar sea sí cuando sea sí, y no cuando se no. Dada nuestra condición pecadora y con la ayuda del Señor podemos ir superando nuestra condición de mentirosos y hablar verdad como nos corresponde como hijos de Dios.



dilluns, 16 de setembre del 2019


SALMO 12: 6

“Las palabras del Señor son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces”
El salmista comienza su poema con estas palabras: “Salva, oh Señor, porque se acabaron los piadosos. Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres. Habla mentira cada uno con su prójimo. Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón” (vv. 1,2). Viviendo en un mundo tan malvado como esboza el salmista, ¿qué posibilidad tiene el fiel de salir victorioso en la lucha contra el mal ajeno y propio? El salmista responde a esa pregunta: “Tú, Señor los guardarás, de esta generación, los preservarás para siempre” (v.7). Y, ¿cómo lo hace?
La Palabra de Dios nos dice que los cristianos no tenemos que dejarnos contaminar de la corrupción existente en este mundo gobernado por Satanás. El Señor nos protege de ella. Lo hace por medio de nuestra voluntaria participación en la contienda con la colaboración de su Palabra y del Espíritu Santo que la grava en nuestro corazón. El salmista lo dice en plural: “Las palabras del Señor”. Todos los dichos de su boca se resumen en una sola palabra: Ley. Todas las palabras que pronuncian los labios del Señor y que han quedado registradas  en la biblia “son palabras limpias” que tienen poder para limpiar los corazones contaminados de pecado. Así se consigue que resplandezcan.
La Palabra de Dios es como un crisol que cuando el creyente se introduce en él, tiene el poder de separar el oro que es el fiel de las escorias que es el pecado. A medida que las escorias se vayan separando, el oro irá brillando con más fulgor. El salmista se hace esta pregunta: “¿Con qué limpiará el joven su camino? En lugar de joven podemos poner nuestro propio nombre. ¿Con qué limpiará el lector su camino? El salmista responde. “Con guardar tu palabra” (Salmo 119: 9). Esa es la tarea que como cristianos nos compete hacer en medio de una generación corrompida por el pecado. Recuerdo al lector que el lavado de los pies debe hacerse periódicamente pues durante el peregrinaje por este mundo el polvo del pecado se adhiere en nuestros pides. Si no los lavamos, nuestro testimonio se resentirá. Si nos parecemos mucho a los incrédulos, ¿cómo van estos a escuchar nuestras palabras? El mensaje no será creíble.


PROVERBIOS 14: 17

“El que fácilmente se enoja hará locuras y el hombre perverso será aborrecido”
Otras versiones dicen: “El hombre pronto a la ira obra neciamente”. ¿Cuál es la causa de que una persona explote con facilidad y se deje arrastrar por la ira o el enojo? Algo habrá tocado a su fibra sensible: el amor propio. Se siente ultrajado. Una opinión contraía a la propia es como una cerilla encendida arrojada dentro de un bidón de gasolina. El estallido es inmediato y el daño irreparable.
La persona de enojo fácil, fácilmente irritable, comete muchas necedades y locuras normalmente irreparables. Es un narciso que no puede soportar opiniones distintas a las suyas. Las relaciones se resienten, llegando incluso a romperse. La Biblia nos avisa de los peligros de ser sabio en la propia opinión. Quien pronto se sube por las paredes tiene un problema espiritual que no curarán  ni sicólogos ni siquiatras. Ni las pastillas recetadas consiguen la tranquilidad. Quien se da pronto a la ira no padece una enfermedad mental, sino una de espiritual que únicamente puede curar Jesús que es el Médico del alma. Si Jesús no interviene en el proceso curativo, la persona iracunda no será consciente de su pecado. Si algún indicio de iracundia observa en sí mismo la achacará a la responsabilidad del otro. La responsabilidad, según su opinión recaerá en el otro, no en sí mismo.
La Biblia cita el caso de Moisés que a pesar de ser considerado el más humilde de los hombres, cayó en la trampa de enojarse fácilmente. Dios le ordenó que hablara a la roca para que de ella brotase el agua que el pueblo pedía. Ante la infidelidad a Dios de quienes demandaban agua, en vez de hablar a la roca como le ordenó, Moisés airado la golpeó dos veces con su bastón. El comportamiento de Moisés tuvo sus consecuencias. No pudo poner los pies en la Tierra Prometida. Se le permitió verla desde lo alto del monte. Se le prohibió su entrada.
Si un hombre de la calidad moral y espiritual de Moisés se dejó llevar por el enojo fácil, ¿Qué será de nosotros que no le llegamos ni a la suela de sus zapatos?. El ser humano no acostumbra a ver sus propios errores. Los creyentes en Jesús debemos pedirle que nos muestre los que están ocultos. Para ello necesitamos humildad. Aprended de mí que soy maso y humilde de corazón, nos dice Jesús. Señor, soy ciego y no me doy cuenta de mi iracundia. Abre mis ojos para que pueda verla y pedirte perdón por este pecado que tanto afea mi vida y que impide que los hombres puedan ver tu gloria en mí. Perdóname Señor  y haz que con tu ayuda pueda quitarme de encima este pecado que tan a menudo me impide ser una luz que alumbre en las tinieblas de este mundo. ¡Ayúdame Señor, en verdad te necesito!



dilluns, 9 de setembre del 2019


RAZÓN DE ESTADO

<b>La “razón de Estado” no siempre es justa  a menudo se empara en la injusticia</b>
<b>Félix Riera</b> en su escrito <i>Soportar la verdad</i> afirma que el <b>cardenal Richelieu</b> encontró la clave para dar sentido moral a la máxima política <i>el fin justifica los medios</i> estableciendo la <i>razón de Estado</i> que continua guiando buena parte de las decisiones políticas…los partidarios de la tazón de Estado han esgrimido que los ciudadanos no podrán soportar la verdad. Nadie aprobaría actos ilegales sin los cuales la sociedad no podría defenderse de quienes quieren acabar con ella”.
<b>Nicolás Maquiavelo</b> defensor de que todo vale en política, escribió: “La Patria debe defenderse siempre con la ignominia o con gloria, de cualquier manera se defenderá. Es algo que merece destacarse e imitar, que cualquier ciudadano que quiera aconsejar a su Patria, pues en las deliberaciones que están en juego, la salvación de la Patria, no debe guardarse ninguna consideración a lo que es justo o injusto, a lo que es piadoso o cruel, aquello loable o vergonzoso, sino que, dejando de lado cualquier otro respecto, debe seguirse aquel camino que salve la vida de la patria y mantenga su libertad”.
Con estas consideraciones el famoso politólogo está enseñando a sus discípulos que salven a la Patria  aun cuando sea mediante las cloacas del Estado. En política todo es válido. Debemos preguntarnos. Qué es patria. Es un ente imaginario que se fabrican aquellos que siguiendo la política que establecieron los antiguos habitantes de la tierra de Sinar: “Vamos edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo, y hagámonos un <b>nombre</b>, por si fuéramos esparcidos sobre toda la faz de la tierra” (Génesis 11: 4). Cada caudillo que crea una Patria desea hacerse un nombre. Pretende sobresalir de entre los otros nombres sin darse cuenta que sin excepción alguna termina llamándose Babel “porque allí el Señor confundió el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre toda la faz de la tierra” (v.9). La primera Patria se disolvió como la neblina al salir el sol. ¿Qué queda de todas las patrias que la historia ha registrado? Recuerdos que les gusta rememorar a los historiadores. Nada más. Todas sin excepción acaban convirtiéndose en polvo. Los caudillos de las patrias se convierten en dioses que se envuelven en sus banderas que se han creado para satisfacer su orgullo. Todo para acabar sin dejar rastro. Cómo terminó Herodes Agripa que cubierto con su ropaje real arengó al pueblo y consintió que le aclamase: “¡Voz de un dios y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio gloria a Dios, y expió comido de gusanos” (Hechos 12: 21-23).
Todos los políticos tienen sus razones de Estado para justificar sus medidas de dudosa justicia o claramente tiránicas para mantener en alto la Patria imaginada. No se dan cuenta que son como la estatua que soñó el rey Nabucodonosor de Babilonia. Estatua que representaba las diversas patrias que nacen y desaparecen al paso del tiempo (Daniel 2: 1-49). Solo el reino de dios eterno es el que permanece.
Los caudillos que construyen patrias no son claros en sus actuaciones. A pesar que se consideran dioses son conscientes que son injustos y proceden a escondidas para que sus obras perversas no sean conocidas. Utilizan las cloacas del Estado para ejecutarlas. No quieren que nadie que no sea de su círculo íntimo intervenga en el gobierno del Estado para que no se conozcan los secretos que se mantienen encerrados a cal y  canto. Nadie indeseado husmee en ellos. ¡Ay, todos los deseos de querer mantener a buen recaudo los secretos de Estado son inútiles! Los dioses que gobiernan las patrias harían bien en tener las orejas bien abiertas para que las palabras de Jesús que citaré no entren por una oreja y salgan por la otra y no quede nada en el interior: “Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse, ni oculto que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá, y lo que habéis hablado al  oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas” (Lucas 12: 2,3).
Las injusticias que se pretende mantener en secreto por razón de Estado, para Dios son realizadas a la luz del sol. Por eso puede juzgar con justicia y dar a cada uno lo que sus obras se merecen. La oscuridad de las razones de Estado que tanto daño causan a las patrias debe iluminarse con la luz que desprende la Biblia para que florezca la justicia que aporta prosperidad a la Patria que es una comunidad de personas que debe protegerse.
Octavi Pereña i Cortina




LUCAS 24:45

“Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras”
Los que se conoce como los dos discípulos de Emaús que regresaban a su aldea después de que se empezase a divulgar noticias sobre la resurrección de Jesús que no se daban como ciertas. Durante el trayecto dialogaban sobre lo que había sucedido, Jesús se pone a su lado e interviene en la conversación. “Mas los ojos de ellos estaban velados para que no le conociesen” (v. 16). Más tarde, sentados en la mesa, cuando Jesús tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio, entonces fueron abiertos los ojos y le reconocieron (v. 31). Si no es por la intervención del Espíritu que quita el velo de los ojos, es imposible conocer al Jesús real. No basta con conocer las Escrituras. Se dan personas versadas en las mismas que desconocen al Jesús verdadero. Qué dice la gente que soy yo, pregunta Jesús a sus discípulos. Le responden que si Moisés, Elías o alguno de los profetas. Y vosotros ¿qué creéis? les pregunta el Maestro. Responde Pedro: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16: 16). Acto seguido Jesús explica por qué Pedro pudo decir la declaración de fe que hizo: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (v.17).
El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de Corintio que estaban enzarzados en discusiones estériles, les dice: “¿No sois carnales, y andáis como hombres?” (1 Corintios 3: 3). A continuación expone: “¿Qué, pues, es Pablo, y qué Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído, y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento” (vv. 5-7).
¿No será que la crisis evangelizadora que padece la iglesia en general se debe a que hemos dejado de considerarnos siervos de Dios Altísimo y presumir de ser elementos imprescindibles en la tarea evangelizadora? En el momento en que el evangelista se convierte en un gigante, al Dios todopoderoso se lo rebaja al tamaño de un enano. Al Dios devaluado no se le permite ejercer su poder. Se da la urgente necesidad de poner las cosas en su sitio. Debemos permitir que Dios nuestro Señor Jesucristo vuelva a ocupar el señorío que le hemos despojado en las iglesias y recordar que Él está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

HEBREOS 4: 12

“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas  y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
El conocimiento del mundo occidental indiscutiblemente ha alcanzado niveles espectaculares. Se evalúa crecimiento según sea  su influencia en el progreso económico. Pero la economía occidental tiene su talón de Aquiles por donde llegará su destrucción.
Leía hace poco un escrito que decía que de ateos no había porque todas las personas creen en dioses de su fabricación. Cierto. Cuando hablamos de ateísmo nos referimos a la increencia en el Dios único y verdadero que es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. El ateísmo es el causante  de que nuestro talón de Aquiles esté desprotegido. Es por esta debilidad que llegará el colapso de la economía occidental.
No es necesario ser muy avispado para uno darse cuenta que el mundo occidental no funciona. Junto con el florecimiento económico se da el suspenso en ética. La moralidad de la ciudadanía occidental se encuentra en un nivel muy bajo, cosa que repercute negativamente en la economía. Se da un alto nivel de corrupción en todos los niveles, especialmente en las altas instancias políticas. La prosperidad inmensurable de unos pocos afecta desfavorablemente el nivel de vida de los muchos. La baja moralidad general repercute en el bienestar de las familias y de la sociedad en general. Se es consciente de ello, pero no se encuentra la fórmula que permita regenerar éticamente a la sociedad. El talón de Aquiles de la sociedad en general sigue estando desprotegido en tanto persista el ateísmo en el Dios único y verdadero.
Al ateísmo le acompaña el analfabetismo bíblico que es la Palabra de Dios. El texto que comentamos expone su utilidad. Nos dice que la Palabra de Dios es viva. Lo es porque por entre sus letras circula el Espíritu Santo que la convierte en una espada de dos filos que penetra hasta lo profundo del alma  haciendo que el lector discierna los pensamientos y las intenciones del corazón. Al verdadero creyente en Cristo el Espíritu grava en su corazón la Palabra de Dios convirtiéndose en guía permanente que alerta de los desvíos doctrinales y éticos a que estamos inclinados debido a que el pecado aun colea en nosotros. En Cristo tenemos la salvación garantizada. Todavía no somos lo que tenemos que ser: perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto. Nos ayuda a la conquista de la perfección a que somos llamados cuando por el Espíritu Santo “la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. Con la Palabra grabada en el corazón la santificación está asegurada y con ella activada la ética que hace la Tierra sea un poco más habitable.


dilluns, 2 de setembre del 2019


LA DOCTRINA DE LA MUERTE

<b>Muerte es igual a destrucción. La doctrina de la muerte representa la destrucción de las naciones en las que está en vigor</b>
“El nivel más alto de  la  cultura moral es aquel en que las personas que forman una nación reconocen y protegen inviolabilidad de la vida humana inocente…Las grandes naciones desaparecerán cuando dejen de vivir  según los grandes principios que les dan la visión y la fuerza de superar la tiranía y la degradación humana…No existe nación que pueda seguir siendo libre y ejercer liderazgo moral después de haber adoptado la doctrina de la muerte” (Fragmento que forma parte del discurso pronunciado por el senador norteamericano <b>Jesse Helms</b> en el Senado el 11/01/1977).
¿En qué momento se pone e movimiento la doctrina de la muerte? Tan pronto como el ser humano se le despoja de su condición de criatura creada a imagen y semejanza de Dios se le roba el derecho a la vida. Es muy posible que cuando el senador norteamericano dijo:” “El nivel más alto de  la  cultura moral es aquel en que las personas que forman una nación reconocen y protegen inviolabilidad de la vida humana inocente” se refiriese al aborto que tantos millones de víctimas inocentes mata no solamente en Estados Unidos sino también por doquier. Esta crueldad solamente es posible cuando el feto que es un ser humano en proceso de crecimiento se le despoja se su condición de persona creada a imagen y semejanza de Dios. Este expolio no solamente afecta al embrión, también repercute en todas las situaciones en que el ser humano se reduce a la condición de objeto, desprovisto de alma, reducido a la condición de animal, lo cual permite a quien roba la condición de persona a alguien, reducirla a objeto, tratarla con todas las bajezas que uno se pueda imaginar.
Son muchas las situaciones en que el odio convierte al prójimo en objeto al que se le pueda maltratar a placer. Es de rabiosa actualidad lo que ocurre con los emigrantes. <b>Armengol</b> en una viñeta dedicada al <i>Open Arms</i> presenta a una pareja sentada al extremo de un embarcadero mirando al mar. Dicen: “Ya no les es necesario construir campos de exterminio, tienen el Mediterráneo”. Añadamos la guerra para construir la paz con lo que se justifica la fabricación y venta de armamento que enriquece a unos pocos para producir millones de muertos. La violencia machista que considera a la mujer propiedad del macho que cree que si no es suya no puede pertenecer a nadie más. Que nadie escurra el bulto. Jesús considera el odio como una forma de homicidio. El odio no siempre conduce al derramamiento de sangre. Jesús, pero, lo considera un asesinato espiritual, “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás, y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano será culpable de juicio, y cualquiera que diga. Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio, y cualquiera que le diga. Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo 5: 21,22). Visto desde la perspectiva de Jesús, la muerte no natural tiene una dimensión estratosférica.
Volviendo al <i>Open Arms</i>. Una viñeta publicada en “eldiario.es” muestra al barco que se dedica al salvamento marítimo de emigrantes, navegando de noche. Del firmamento cae una lluvia de estrellas. Desde la cubierta de la embarcación una madre y su hijo conversan: “Mami, me dijiste que las estrellas de la Unión Europea simbolizaban valores  como la paz y la solidaridad, ¿no? La  madre le responde con un escueto “Sí”. El muchacho hace esta reflexión: “Pues entonces no me extraña nada que se les estén cayendo”. A la Unión Europea se le pueden aplicar las palabras del senador norteamericano <b>Jesse Helms</b>: “No existe nación que pueda seguir siendo libre y ejercer liderazgo moral después de haber adoptado la doctrina de la muerte”.
Con el crecimiento espectacular de la extrema derecha, la situación peligrosa que se está produciendo nos alerta de un futuro muy inseguro que se nos echa encima. Es muy necesario que reflexionemos en las palabras del apóstol Juan: “El que odia a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va,  porque las tinieblas le han cegado los ojos” (1 Juan 2. 11). El odio es lo apuesto al amor de Dios, lo que significa que el que odia a pesar de que se manifieste cristiano no tiene nada que ver con Cristo, que es la luz del mundo y que vierte su amor en quienes creen en Él. El apóstol Juan no puede ser más claro: “El que odia a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos”. Ceguera y tinieblas son sinónimas. Por esto a la Unión Europea le van como anillo al dedo las palabras de Jesús: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? (Lucas 6:39). Con la doctrina de la muerte como guía no debe asombrarnos que las democracias occidentales se parezcan a un navío al mando de un capitán inexperto navegando en aguas salpicadas de arrecifes. La ceguera del capitán le impide ver la luz del faro que le señala el puerto seguro. La doctrina de la muerte que occidente tiene como guía ha cegado a sus dirigentes para que no encuentren la salida del laberinto en que la han metido la                           incapacidad de sus dirigentes.
Octavi Pereña i Cortina