SALMO 143:8
“Hazme oír por la mañana tu
misericordia, porque en ti he confiado, hazme saber el camino por donde ando
porque a ti he elevado mi alma”
¿Cómo empezamos el día? Algunos tienen el despertador
conectado a la radio o al televisor. A la hora establecida el instrumento se
pone en marcha. Este es un ejemplo de cómo muchas personas
comienzan el día. Si no es de manera automática, si manual, numerosas personas
empiezan el día informándose de lo que
sucede en nuestro país y en todo el mundo. Existe un afán de información. No
queremos aislarnos del mundo pues somos ciudadanos del mundo. Pero
despertándonos e iniciar el día escuchando noticias y música, no es la mejor
manera de empezar el día.
El salmista, si viviera en nuestros días no tendría conectado
el despertador con la radio o el televisor, si ello fuera posible lo tendría
conectado con el trono de la gracia de Dios en donde Jesús sentado a la diestra
del Padre intercede por nosotros. Dios no es un emisor de noticias
convencional, emite sí la buena noticia de que ha dado a su Hijo unigénito para
que todo aquel que cree en Jesús sus pecados son perdonados y reciba la vida
eterna. Este mensaje tan maravilloso, Dios por medio del Espíritu Santo se
encarga de difundir por toda la tierra. La pregunta es: ¿Quieren los receptores
escuchar el mensaje que Dios transmite o prefieren cambiar de canal y prestar
atención a las noticias sobre el reciente ataque terrorista o sobre el huracán
que ha sacudido Houston?
Si el salmista viviese en nuestro tiempo sería muy selectivo
a la hora de escoger canales informativos. Tiene muy claro sus preferencias.
Justo en el momento de abrir los ojos, su pensamiento sería: “Hazme oír por la
mañana tu misericordia”. Antes de empezar la jornada y enfrentarse con las
dificultadas que se encontrará, necesita una vez más oír el mensaje de
misericordia de Dios que le dará fuerzas para enfrentarse a la problemática
diaria. “Hazme oír…porque en ti he confiado” La experiencia le ha enseñado que
puede confiar en la misericordia de Dios. ¿Qué me deparará el día que ha
amanecido? Lo desconoce. En el día a día se presentan muchos imprevistos.
Podemos decir que haremos esto o aquello, pero a la hora de la verdad no se
puede realizar. El Señor conoce el futuro inmediato con certeza, por esto, el salmista en su oración primeriza le dice al Señor
misericordioso: “Hazme saber el camino por done ande, porque a ti he elevado mi
alma”. El salmista reconoce que es un ciego que necesita que el Buen Pastor,
con voz apacible le guie ayudándole a sortear los escollos que se le presenten
a lo largo de la jornada. Que las primeras palabras que broten de nuestros
labios al despertar sean: “Hazme oír por la mañana tu misericordia”
PROVERBIOS 24.12
“Si dices:
Ciertamente no lo supimos, ¿acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El
que mira por tu alma Él lo conocerá, y dará a los hombres según sus obras”
Los últimos casos de corrupción que se
han dado en España en los que están involucrados altos cargos del PP, como si
fuese un disco rayado todos van diciendo que no sabían nada del asunto. Pero
los hombres estamos todos cortados por el mismo patrón. Todos reaccionamos de
la misma manera ante el pecado: No sé nada.
El texto que comentamos tiene un
aplicación directa a los altos cargos del PP, aplicación que se hace extensiva
a los políticos de otros grupos y, a quienes son simplemente ciudadanos de a
pie. “Ciertamente no lo supimos”. Quienes hacen esta declaración pretenden
esconder el delito cometido, sea cual sea la intensidad de la corruptela
cometida y que aflora en los tribunales. Se pueden negar los hechos
delictivos y con la ayuda de buenos
abogados ser declarados inocentes. Se hacen muchas declaraciones de inocencia
que dejan en entredicho la imparcialidad de la justicia. No debe extrañarnos,
pues, que los ciudadanos dudan de que la justicia sea justa.
Los ciudadanos están quemados al
considerar que la justicia no es tal cosa y que los corruptos a gran escala,
por una razón u otra las sentencias sean ínfimas y el dinero desaparecido no
aparezca. El salmista se hace esta pregunta: “¿Quién podrá entender sus propios
errores?” (Salmo 19:12). Dada la condición pecadora del ser humano que de
manera inconsciente uno no sepa que haya pecado. Es por ello que a continuación
escriba: “Líbrame de los que me son ocultos”. El texto de Proverbios que
comentamos no se refiere a los “errores ocultos”, sino a los evidentes que se
han cometido conscientemente pero que se niega su existencia. Si la existencia
del delincuente de cuello blanco o de mono azul finalizase en la tumba y después nada, infinidad de delitos
quedarían impunes. La segunda parte del texto de Proverbios que comentamos
dice: “¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu
alma Él lo conocerá, y dará a los hombres según sus obras”. La justicia de Dios
es justa. No acepta el cohecho. Da a cada uno según sus obras. A nuestro
entender puede parecernos que la justicia de Dios tarde en llegar. Como todos
somos pecadores y tenemos muchas cosas que esconder, si en el momento de
cometer el delito Dios nos quitara la vida, no tendríamos la oportunidad de
arrepentirnos. En su misericordia Dios nos concede un tiempo de gracia para que
tengamos a oportunidad de arrepentirnos, abandonar el pecado y por la fe en
Jesús ser perdonados y recibir el don de la vida eterna. Lector, como pecador
que eres, ¿aprovechas el tiempo que Dios te concede para que puedas arrepentirte, recibir el perdón de tus
pecados y la vida eterna?
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada