JUAN 6:27
“Trabajad no por
la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual
el Hijo del hombre os dará, porque a éste señaló Dios el Padre”
La
multitud ansiosa busca a Jesús. Cuando lo encuentran le dicen: “¿cuándo llegaste acá?” Jesús que conoce lo
que hay en el corazón del hombre, les dice: “De cierto de cierto os digo que me buscáis, no porque
habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis” (v.26). A continuación
les dice: “trabajad no por
la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece”
El
pecado que ha alterado el orden de las prioridades, hace que las personas se
interesen más por lo que es secundario que de lo es verdaderamente prioritario.
¿Nos acordamos de lo que Jesús le dijo a Marta cuando ésta se le acercó para
quejarse del comportamiento de su hermana María? “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas
cosas. Pero sólo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la
cual no le será quitada” (Lucas 10: 38-42). Jesús reprende a Marta “porque se preocupaba con muchos
quehaceres”.
No es que estuviese mal por parte de Marta procurar obsequiar a Jesús con una
buena comida. Pero se excedía en su propósito de atenderle. Intereses
materiales se anteponían a los espirituales. En su intento de agasajar a Jesús
“como se merecía”, perdía la oportunidad de gozar de las palabras de vida
eterna que brotaban de los labios de Jesús.
Para
vivir es preciso trabajar para poder comer. Seis días trabajarás. El que no trabaje tampoco coma. El
séptimo día descansarás. El afán por las cosas materiales roba al Señor el día
que le pertenece. ¿Por qué se dan tantos trastornos mentales: depresiones,
estrés y cada vez más en edades más tempranas? Porque se le roba a Dios el
tiempo que Él se ha reservado para sí. El Señor no necesita el día de reposo,
el hombre sí. Para el hombre lo ha reservado para que encuentre a Jesús el
verdadero Pan y la verdadera Agua de vida.
“Pero
entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de Él y hacerle rey”, se retiró. En verdad
Jesús es el Rey del reino eterno de Dios, pero no un rey terrenal que sólo implica llenar el buche de
los súbditos. Jesús, el Rey en primer lugar se preocupa del bienestar
espiritual de sus súbditos. Desea bendecir materialmente a sus súbditos pero
ante todo que vean en Él el Pan de vida que nutre y aporta salud a sus almas.
¿Qué importancia tiene ganar el mundo si se pierde el alma. Vale la pena ser
pobre en este mundo y poseer a Jesús que es el tesoro eterno que sigue a la muerte.
ROMANOS, 16: 17
“Os ruego
hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de
la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”
El
apóstol insta a los cristianos que residían en Roma a que se mantengan vigilantes
para así descubrir a los que causan divisiones y tropiezos contra la doctrina.
No es solamente un encargo que transmite a los pastores de la iglesia en Roma.
Por medio de su carta que debía ser leída públicamente en las iglesias, el
aviso llega a todos los cristianos romanos y por medio de esta carta que la
providencia de Dios ha preservado durante más de dos mil años hasta nuestros
días, todos los cristianos de la actualidad tenemos la obligación de permanecer
vigilantes del peligro del que nos alerta el apóstol Pablo.
El
31 de octubre de 2016 el Obispo Munib Yuman, Presidente de la Federación
Luterana Mundial y el Papa Francisco firman un documento que empieza diciendo: “Con esta Declaración Conjunta, expresan
gratitud gozosa a Dios por este momento de plegaria en común en la catedral(luterana) de Lund” (Suecia)…El documento finaliza
diciendo: “Exhortamos a
todas la comunidades (no dice iglesias) y parroquias luteranas y católicas…en vez de los
conflictos del pasado (buscar)
el don de Dios de la unidad”. La cita de la Declaración Conjunta la transcribe Guillem
Correa en su escrito Viento
apacible.
Me
ha impulsado a escribir sobre este encuentro ecuménico el hecho que pocos días
después del acontecimiento una mujer me dijera “ya todos somos uno”.
Siempre
con la Biblia abierta debemos fijarnos en los que causan divisiones y tropiezos
en contra de la doctrina que hemos aprendido. Si verdaderamente hemos creído en
Cristo, la doctrina que hemos aprendido es que siendo “conciudadanos de los santos, y miembros
de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo
el edificio, bien coordinado, va creciendo para sr un templo santo en el Señor” (Efesios 2: 19-21). Los
luteranos, los católicos, los anglicanos, los bautistas, las iglesias
independientes, dicen que están en el buen camino. El apóstol Pablo escribiendo
a los Corintios, nos dice:
“Mas bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuese fornicario o avaro, o idólatra, o maldiciente, o
borracho, o ladrón, con el tal ni aún comáis” (1 Corintios 5: 11). El texto que
encabeza este escrito nos dice enfáticamente “Que os apartéis de ellos”
http://octaviperenyacortina22.blogspot.com
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