dilluns, 7 de novembre del 2016

JUAN 6:27

“Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará, porque a éste señaló Dios el Padre”
La multitud ansiosa busca a Jesús. Cuando lo encuentran le dicen: “¿cuándo llegaste acá?” Jesús que conoce lo que hay en el corazón del hombre, les dice: “De cierto de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis” (v.26). A continuación les dice: “trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece
El pecado que ha alterado el orden de las prioridades, hace que las personas se interesen más por lo que es secundario que de lo es verdaderamente prioritario. ¿Nos acordamos de lo que Jesús le dijo a Marta cuando ésta se le acercó para quejarse del comportamiento de su hermana María? “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” (Lucas 10: 38-42). Jesús reprende a Marta “porque se preocupaba con muchos quehaceres”. No es que estuviese mal por parte de Marta procurar obsequiar a Jesús con una buena comida. Pero se excedía en su propósito de atenderle. Intereses materiales se anteponían a los espirituales. En su intento de agasajar a Jesús “como se merecía”, perdía la oportunidad de gozar de las palabras de vida eterna que brotaban de los labios de Jesús.
Para vivir es preciso trabajar para poder comer. Seis días trabajarás. El que no trabaje tampoco coma. El séptimo día descansarás. El afán por las cosas materiales roba al Señor el día que le pertenece. ¿Por qué se dan tantos trastornos mentales: depresiones, estrés y cada vez más en edades más tempranas? Porque se le roba a Dios el tiempo que Él se ha reservado para sí. El Señor no necesita el día de reposo, el hombre sí. Para el hombre lo ha reservado para que encuentre a Jesús el verdadero Pan y la verdadera Agua de vida.
“Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de Él y hacerle rey”, se retiró. En verdad Jesús es el Rey del reino eterno de Dios, pero no un rey  terrenal que sólo implica llenar el buche de los súbditos. Jesús, el Rey en primer lugar se preocupa del bienestar espiritual de sus súbditos. Desea bendecir materialmente a sus súbditos pero ante todo que vean en Él el Pan de vida que nutre y aporta salud a sus almas. ¿Qué importancia tiene ganar el mundo si se pierde el alma. Vale la pena ser pobre en este mundo y poseer a Jesús que es el tesoro eterno que sigue a la muerte.


ROMANOS, 16: 17

“Os ruego hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”
El apóstol insta a los cristianos que residían en Roma a que se mantengan vigilantes para así descubrir a los que causan divisiones y tropiezos contra la doctrina. No es solamente un encargo que transmite a los pastores de la iglesia en Roma. Por medio de su carta que debía ser leída públicamente en las iglesias, el aviso llega a todos los cristianos romanos y por medio de esta carta que la providencia de Dios ha preservado durante más de dos mil años hasta nuestros días, todos los cristianos de la actualidad tenemos la obligación de permanecer vigilantes del peligro del que nos alerta el apóstol Pablo.
El 31 de octubre de 2016 el Obispo Munib Yuman, Presidente de la Federación Luterana Mundial y el Papa Francisco firman un documento que empieza diciendo: “Con esta Declaración Conjunta, expresan gratitud gozosa a Dios por este momento de plegaria en común en la catedral(luterana) de Lund” (Suecia)…El documento finaliza diciendo: “Exhortamos a todas la comunidades (no dice iglesias) y parroquias luteranas y católicas…en vez de los conflictos del pasado (buscar) el don de Dios de la unidad”. La cita de la Declaración Conjunta la transcribe Guillem Correa en su escrito Viento apacible.
Me ha impulsado a escribir sobre este encuentro ecuménico el hecho que pocos días después del acontecimiento una mujer me dijera “ya todos somos uno”.
Siempre con la Biblia abierta debemos fijarnos en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que hemos aprendido. Si verdaderamente hemos creído en Cristo, la doctrina que hemos aprendido es que siendo “conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para sr un templo santo en el Señor” (Efesios 2: 19-21). Los luteranos, los católicos, los anglicanos, los bautistas, las iglesias independientes, dicen que están en el buen camino. El apóstol Pablo escribiendo a los Corintios, nos dice: “Mas bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuese fornicario o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón, con el tal ni aún comáis” (1 Corintios 5: 11). El texto que encabeza este escrito nos dice enfáticamente “Que os apartéis de ellos”
                      http://octaviperenyacortina22.blogspot.com



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