GÉNESIS 3:6
“Y vio la mujer
que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar sabiduría”
Dios prohibió a
·Adán y Eva comer del árbol del conocimiento del bien y del mal que estaba en
medio del huerto. Allí estaba sin despertar el menor interés de nuestros
primeros padres. Un día, pero, se acerca a Eva camuflado en una serpiente, un
astuto y mezquino personaje con el propósito de despertar la duda a la bondad
de la prohibición de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. La
maligna zalamería del malvado Satanás le dice a la mujer: no moriréis si coméis
de este árbol como os ha dicho Dios. “sino que Dios sabe que el día que comáis
de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el
mal” (v.5)
Aquí, en el
Edén maltrecho por la Caída empieza la historia del ocultismo con sus diversas
variantes que todas coinciden en buscar sabiduría aparte de Dios.
El engaño
satánico hoy es muy popular gracias al uso que Satanás hace de los medios de
comunicación: la difusión del horóscopo, con lo cual las personas hacen uso de
su signo del zodiaco con la máxima naturalidad. El periodista Jon Sistiaga dice de los inicios de su
profesión: “Conseguí quedarme (en la
redacción). Haciendo horóscopos. Por eso no los leo, sé como se hacen, ja,
ja,…La necedad humana hace que se los traguen sin el menor reparo. Así dice el
Señor: “Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te
defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los
que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti” (Isaías 47:
13).
En la época
oscura de la Edad Media, como lo es en la actualidad, era cosa corriente
atribuir poderes sobrenaturales a las estrellas y a los signos del zodiaco, el
filósofo judío Maimónides decía de
ello: “Estas cosas no son sino farsa y engaño”.
“Estas cosas
(las fábulas de los curanderos) no son más que mentiras y engaños con los que
los antiguos idólatras embaucaban a muchos pueblos ganándolos así para sus
falsas doctrinas, y no está bien que los hijos de Israel (podemos poner muy
bien cristianos) que son un pueblo intelectualmente superior, crea también en
tales vanidades ni que crea que les pueden aportar algún beneficio” (Maimónides).
Sentencia
inapelable a menos que se dé el arrepentimiento ante Dios y el firme propósito
de abandonar el ocultismo: “Y la persona que atienda a encantadores y adivinos
para prostituirse detrás de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y
la cortaré de entre su pueblo” (Levítico 20:6).
Mas los
hechiceros estarán fuera de la Jerusalén celestial en donde se encuentra el
árbol de la vida (Apocalipsis 22. 14,15).
GÉNESIS 6:5
“Y el Señor vio
que la maldad de los hombres era mucha sobre la tierra y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”
Tan pronto como
Adán pecó la maldad se introdujo en la humanidad. Bien pronto se manifiesta en
la sociedad la gravedad de la maldad. Caín mató a su hermano Abel por
diferencias religiosas. La primera guerra de religión estalló en el mismo
inicio de la humanidad. Pasa un cierto tiempo y crece el número de personas y,
Dios que contempla desde los cielos lo que ocurre en la tierra “vio que la maldad de los hombres era mucha sobre la tierra, y que
todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal”
“Y se arrepintió Dios de haber hecho el
hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo el Señor: Raeré de sobre
la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la
bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo, pues me arrepiento de haberlos
hecho” (vv. 6,7). Pero de
entre una multitud el pensamiento de la cual era de continuo el mal, una
manifestación de la gracia de Dios: “Pero Noé halló
gracia ante los ojos del Señor” (v.8). ¿Cómo reaccionó Noé al saber que Dios iba raer a los hombres de
sobre la faz de la tierra? El libro de Hebreos nos da la respuesta:”Por la fe Noé, cuando fue advertido
por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que
su case salvase, y por esta fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la
justicia que viene por la fe” (11.7).
El tiempo que
tardó Noé en construir el arca, fue el tiempo que Dios concedió a aquella
humanidad el pensamiento de la cual era de continuo el mal, para que quien se
arrepintiese pudiera huir de la ira que
se acercaba. El amor de Dios por los hombres no se había borrado: “De tal manera ha amado Dios a los hombres que ha dado a su Hijo
unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda mas tenga vida
eterna” (Juan 3:16). Dios
amaba a aquella sociedad el pensamiento de la cual era solamente el mal y
convirtió a Noé en “pregonero de justicia” (2 Pedro 2:5). Al mensaje de Perdón que
Noé proclamaba en nombre de Dios recibió por respuesta: “No oiremos”.
Aquella multitud rechazó la mano tendida de Dios dispuesta a rescatarlos de la
condenación eterna que se aproximaba. Cuando Dios cerró la puerta del arca se
acabó el tiempo de la gracia. Toda aquella multitud de impenitentes pereció
eternamente al ser sepultada por el agua, señal de lo que ocurre cuando llega a
la muerte y lo que sucederá al final del tiempo cuando el Señor venga en su
gloria a buscar a su pueblo a buscar a su pueblo para pasar la eternidad con
Él.
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