SALMO 105
“Hasta que se cumplió su
predicción: La palabra del Señor lo refinó”
Cuando Dios por medio del profeta Isaías habla y dice:
Porque mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo el Señor. Como son más
altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros
caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (55:8,9), nos
viene a decir que a pesar de que en Cristo somos adoptados como hijos suyos y
somos participantes de la naturaleza divina por el Espíritu Santo que habita en
nosotros, Dios nos es incomprensible. Creerlo despierta en nosotros la humildad
necesaria para depender completamente de de Él.
¿Quién se podía imaginar que aquel joven José a quien
su padre Jacob “amaba más que a todos sus
hermanos” y que vestía “una túnica de
diversos colores” que lo distinguía de sus hermanos, llegaría a ser el
hombre más importante de Egipto después del faraón? Quienes llevamos un cierto
tiempo en el evangelio conocemos l historia de José: que fue venido como
esclavo por sus hermanos a unos mercaderes que lo condujeron a Egipto en donde
fue de bendición para su señor, que por mantener su pureza sexual se le
encarceló. Privado de libertad, Dios le siguió bendiciendo hasta que un día el
copero del faraón a quien José había interpretado su sueño se acordó de él y le
dijo al faraón que el hebreo encarcelado le podría interpretar el sueño que
tanto le angustiaba. Así fue. José interpretó el sueño del faraón y el esclavo
fue encumbrado hasta la cúspide del poder de Egipto. ¿Quién se lo podría haber
imaginado? Nadie
El salmo 105 nos aporta unos detalles de la vida de
José que nos ayudan a entender que las penalidades por las que pasó tenían
sentido. José había recibido de Dios el don de interpretar sueños. En su
adolescencia tuvo dos que tenían que ver con sus relaciones familiares. Ambos
indicaban que tanto sus padres como los hermanos tendrían que inclinarse ante
él. Los sueños se cumplieron pero el uso que hizo de ellos provocó la enemistad
de sus hermanos. Podríamos decir que José era un engreído. La esclavitud a la
que se vio sujeto sirvió para moldear su carácter. De un petulante se convirtió
en una persona humilde que amaba a sus hermanos a pesar del mal que le habían
hecho. Creo que hay algo más. Dios castiga la falta de santidad no para
destruir sino para hacer bien a la persona que disciplina. A la vez, el pecado
que un hijo suyo cometió, Dios lo utilizó para que se cumplieran sus
propósitos. Sin el orgullo del joven,
José no habría ido a Egipto y no hubiese podido preservar a su familia
de morir de hambre. Un pecado permitió que se pudiesen cumplir los propósitos
de Dios. ¿Quién puede entender los planes de Dios antes de que se cumplan? ¡La
mente de Dios es insondable!
SALMO 119:24
“Tus testimonios son mis
delicias y mis consejeros”
El texto que comentamos hoy tiene que ver con los
individuos, aún cuando también puede aplicarse a las comunidades.
El salmista, cuando escribe el texto que comentamos
estaba pasando por un situación difícil: “Príncipes
también se sentaron y hablaron contra mí” (v.23). El salmista deja entrever que además de los poderosos tal
vez también había personas de capas sociales inferiores, quizás conocidos suyos
que se reunían para hablar mal de él.
Dejemos las especulaciones y permitamos que nos hable el texto puesto
que también tenemos enemigos que hablan mal de nosotros. ¿Qué hace el salmista
cuando los príncipes se sentaron a hablar mal de él? A nosotros, lo más
probable es que ello nos irritaría y diríamos palabrotas contra aquellos que nos desprestigian. Si fuésemos de clase
principesca los amenazaríamos con llevarlos a los tribunales, si no rectifican
y piden disculpas públicamente. Pero el salmista no hace lo que nosotros
haríamos en una situación parecida. Nos dice: “Mas tu siervo meditaba en tus estatutos”. En vez de llenar el vaso de alcohol para mitigar
su pena o salir corriendo hacia el despacho del abogado para preparar una defensa judicial, el
salmista comete según el pensar de muchos, la sandez de meditar los estatutos
de Dios que además de producirle deleite le aportan la luz que alumbra su
camino, lo cual, le permite sortear los obstáculos que se le presentan.
¡Cuántos conflictos no evitaríamos si los
testimonios del Señor fuesen motivo de nuestra meditación diaria y ocupasen un
lugar preferente en nuestras vidas! La vida familiar sería más plácida. Las relaciones sociales sin sobresaltos
porque el engranaje no chirriaría al estar ungido por el Espíritu Santo. Los
empresarios verían con otros ojos a los trabajadores y no los tratarían como
esclavos sin derechos laborales ni de cualquier otra índole y les
proporcionarían sueldos justos. Los trabajadores por su parte pondrían todo su
empeño en conseguir que las empresas funcionen bien porque es un bien para
todos. Los políticos tomarían decisiones justas, promulgando leyes beneficiosas
para todos los ciudadanos. Conscientes de que existe un Dios que lo ve todo, incluso los pensamientos más
recónditos, se lo pensarían dos veces antes de poner mano en las arcas públicas
para provecho propio. Para todos será un buena decisión que los testimonios del
señor fuesen nuestras delicias y nuestros consejeros.
http://octavipdrenyacortina22.blogspot.com
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