1 SAMUEL 1:18
“Y ella le dijo(a Elí): Halle tu
sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió y
no estuvo más triste”
Una mujer estéril no era
bien vista en Israel. De alguna manera se la consideraba que no gozaba del
favor de Dios. Ana, la mujer del texto que comentamos era una de las mujeres
consideradas desfavorecidas del favor de
Dios debido a su esterilidad. A pesar de las apariencias “con amargura de
alma oró al Señor, y lloró abundantemente” (v.10), pone de manifiesto su fe
en Dios. ¿Dónde podía encontrar consuelo una mujer que cargaba con el pesado
fardo de la esterilidad?
La amargura del alma de Ana
se expresaba externamente mientras suplicaba al Señor le quitara la afrenta que
la oprimía. “Mientras ella oraba largamente delante del Señor, Elí estaba
observando la boca de ella” (v.12). Elí, sacerdote y juez de Israel no
entiende la amargura de Ana. “La tuvo por ebria. Entonces le dijo: ¿Hasta
cuándo estarás ebria? Digiere el vino” (vv. 13,14). Ana le expone la
magnitud de sus congojas y de su aflicción. Entonces le dijo Elí: “Vé en
paz, y que el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho” (v.17).
“Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste”.
¿Cómo fue posible que Elí un
hombre que fue reprendido con dureza por Dios pudiese consolar de tal manera a
una mujer que después de hablar con ella no estuviese más triste? “Porque
como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que
riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y
pan al que come, así será la palabra que sale de mi boca, no volverá a mí
vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la
envié” (Isaías 55:10,11). Dios no está limitado en el uso de los canales
que quiere utilizar para bendecir a la persona elegida para ello. Caifás, un
sumo sacerdote impío “profetizó que Jesús había de morir por la nación, y no
solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios
que estaban dispersos” (Juan 11:51,52).
La palabra que sale de la
boca de Dios y que se transmite por labios un tanto indeseables llega al
corazón de la persona a que ha sido enviada. Es por ello que Ana deja de estar
triste a pesar de que la bendición le llegó por medio de unos labios impuros.
SALMO 19:8
“Los mandamientos del Señor, son rectos, que alegran el corazón”
En este poema el salmista
expone dos maneras de hablar Dios al hombre. En los versículos 1 al 6 el Señor
habla por medio de la creación. En el resto del salmo el poeta expone como Dios
habla al hombre por medio de su Palabra. Cuando los hombres afirman que la
creación no es obra de Dios, niegan a Dios. Persistir en dicha negación no es
algo inocuo. Es un veneno que corrompe la naturaleza espiritual del hombre,
convirtiéndole es esclavo del pecado. Los ateístas consideran que su filosofía es una señal de erudición. Y
de progreso al abandonar el oscurantismo de épocas pasadas. Lo cierto es que el
ateísmo, con su negación del Creador conduce a la humanidad a la barbarie más
sórdida. El ateismo no convierte al bruto a ser el homo sapiens. Todo lo
contrario lleva al hombre racional a ser irracional. Testimonios recientes
acreditan la sordidez del comportamiento humano alejado de Dios. El apóstol
Pablo describe la degeneración moral del ser humano que en su necedad persiste
en no leer en el libro de la creación. que habla del Creador eterno. Profesando
ser sabios, se hicieron necios” (Romanos 1:18-221).
Para el salmista Dios le
habla por medio de la Palabra revelada. No basta con que se crea que Dios es el
Creador que finalizada su obra que pone de manifiesto su eterno poder, se tumba
en la gandula sorbiendo un refresco. Descansó finalizada la creación, sí, después de haber visto que era buena en gran
manera. Pero no se desentiende de la obra de sus manos. Cuida de ella y de
manera muy especial al hombre creado a su imagen. Desde su creación Dios
mantiene tratos personales con el hombre, instruyéndolo para que en las
encrucijadas de la vida sepa escoger el camino estrecho que lleva a la
salvación, que desgraciadamente pocos lo siguen. No se deja engañar por la filosofía que dice que la
mayoría siempre tiene razón . Esta doctrina se pone en evidencia en la
democracia, de la que estamos tan orgullosos, con la corrupción que ha generado
al dejarse guiar por el eslogan: Una persona un voto. La mayoría yerra
de manera manifiesta. El camino ancho que muchos siguen lleva a la muerte.
Dios habiendo hablado muchas
veces y de muchas manera por medio de los profetas, en los postreros días lo ha
hecho por su Hijo. Estas enseñanzas han quedado escritas y recopiladas en el
Libro que denominamos Biblia. Las enseñanzas recogidas en las Escrituras si se
atienden y se creen llevan al hombre a Jesús, el camino estrecho que lleva a la
vida eterna.
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