MONSTRUOS DOMÉSTICOS
<b>La
violencia doméstica es como una mancha de aceite que se extiende por todas las
clases sociales, sin olvidarse de los estamentos económicos y de alto nivel
cultural</b>
En
el mercado de la violencia de género surgen demonios como <b>Josef Frizl
</b>que mantuvo secuestrada a su hija Elisabeth durante 25 años de quien
tuvo 7 hijos. Otra noticia de este tipo es la de <b>Murphy
Ariel</b>, de Cleveland, que mantuvo secuestradas a 3 mujeres durante 10
años. La gente busca explicaciones a este tipo de comportamiento. Esto no es
todo, <b>Murphy</b> no se esconde de considerarse “un depredador,
un adicto al sexo”.
Estos
demonios encarnados en nombres concretos no llevan cuernos, ni cola, ni
tridente en la mano. Son personas totalmente normales que no se distinguen del
resto de las personas. Refiriéndose a <b>Murphy</b> los vecinos y
allegados se sorprendieron de haber vivido durante años con un dragón.
Afirmaban: “Era afable, nos invitaba a barbacoas. Un hombre normal. <b>Miguel
Lorente</b> experto en violencia de género, profesor de la facultad de
Medicina de Granada, afirma: “La normalidad está cargada de violencia”.
Es
un hecho que los violadores, los agresores sexuales, los maltratadores
reproducen lo que han vivido en sus casas durante la infancia. <b>Miguel
Lorente</b> describe: “El perfil del maltratador siempre es el mismo: un
hombre que sufrió malos tratos de un
padre machista, que pegaba a su madre y que vivió una infancia de violencia. Un
hombre que reproduce estos valores recibidos y que fuera de casa muestra una
cara amable. Porque la violencia la reserva para su casa, el espacio que
considera de su propiedad, en donde su palabra es ley y sus deseos ordenes”.
Proverbios nos dice: “Instruye al niño en su camino y aún cuando sea viejo no
se apartará de él” (22:6).
El
estilo de vida que se inocula a los niños, menos las excepciones de la regla,
es lo que serán en la adolescencia o cuando sean adultos. El ciclo de violencia
en sus diversos grados se inicia en el hogar. Si los padres chillan y su
relación es una riña constante. Si el marido pega a la esposa y el niño es
testigo. Si el padre a la más mínima indisciplina golpea al hijo
salvajadamente, el niño carente de la capacidad de razonar considerará que el
modelo educativo que recibe es el correcto. Más adelante lo reproducirá en su
esposa e hijos. La Biblia responsabiliza a los padres de la educación de sus
hijos. Es una tarea personal e intransferible. La escuela no puede suplantar la
educación paterna. Puede colaborar, sí, pero los padres no pueden ni deben
renunciar a su deber. A veces se suele decir como excusa: “Nadie me ha enseñado
a ser padre o madre”. Es cierto que no existe ninguna institución que entregue
diplomas que acrediten el aprendizaje. Pero ello no debe servir de excusa para
justificar un comportamiento agresivo. A la hora de analizar el problema de la
violencia doméstica normalmente se olvida de un factor que se debe tener en
consideración.
El
siquiatra <b>Pere Planas Casas</b> da esta visión del problema:
“Alguna pregunta que se plantea a menudo es: ¿Es el maltratador un enfermo
psiquiátrico? No necesariamente. Factores condicionantes agravan el
maltratamiento, entre los cuales se encuentra el alcohol y las drogas que
alteran el control, la crisis actual, sociolaboral y cultural, pero nada de
ello sirve para justificar los malos tratos”. Si los maltratadores no son
enfermos mentales, ¿qué son entonces? Debemos analizar la Biblia para encontrar
la respuesta.
En
el capítulo 1 de la carta a los Romanos
encontramos esta descripción del comportamiento humano: “Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios
los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen, estando
atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad,
llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades,
murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios,
altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales,
sin afecto natural, implacables, sin misericordia, quienes habiendo entendido
el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no
solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican”
(vv.28-32). ¿Por qué Dios los entrega a una mente reprobada para hacer cosas
que no convienen? La misma Escritura da la respuesta. El hecho de que Dios
entregue a los hombres “a una mente reprobada para hacer cosas que no
convienen” se debe a que teniendo ante sus ojos a la creación que es un libro
abierto que declara la gloria de Dos, “no le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos , y su necio
corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios y
cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de hombre corruptible,
de ave, de cuadrúpedos y de reptiles” (vv.21-23).
La
idolatría que es la substitución del Creador por un dios de humana invención es
el origen de los daños que afectan a la humanidad y, en concreto de estos crímenes
horripilantes que se quieren desterrar con constreñimientos legales y
policiales, que fracasan. En el caso concreto de la violencia doméstica no
sirve la educación, no funciona la sicología, no actúa la represión legal
porque todos estos aspectos afectan exclusivamente a la epidermis del mal y
dejan al corazón que es de donde salen todas las maldades, sin tocar. Los
blanqueadores de la piel no convierte al negro en blanco. Solamente la fe en
Cristo muerto y resucitado puede blanquear el corazón de donde brotan los
pensamientos que se convierten en violencia doméstica.
Octavi Pereña i Cortina
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada