dilluns, 26 de maig del 2014


DEPRESIONES VENCIDAS


 “Más del 50% de visitas que atienden los Centros de Atención Primaria son por ansiedad o depresión”, es el título que ocupa todo el ancho de la página. En letra más pequeña se lee: “Los médicos alertan que la crisis ha hecho aumentar este tipo de enfermedades”.

La <b>Dra. Teresa Vilá</b> aseguró que esta cifra incluye a pacientes que llegan a la consulta con somatizaciones de estas enfermedades: Vienen porque les duele el estómago, sufren migrañas o están contracturados, por situaciones que se derivan del estrés o la ansiedad”. Según la Organización Mundial de la Salud en el año 2025 el 25% de la población de los países desarrollados padecerá alguna enfermedad mental. “Suelen generarse por el aislamiento, la competitividad y el estrés que hay en estos países teóricamente desarrollados”

<b>Simon Castles</b> en su escrito: <i>”Cuando el estrés es más que un dolor en la nuca</i>, dice. “Hacer patológico (el estrés),en otras palabras hace triunfar la politización. Las enfermedades individuales apagan la acción sobre los males de la sociedad. Este proceso no necesita publicidad, funciona muy bien para mantener el estatu quo. También, indiscutiblemente proporciona considerables beneficios al capitalismo, ya que un siempre creciente número de productos  y servicios (masajes, libros de autoayuda, terapias, alcohol, vitaminas, productos farmacéuticos) se venden a una población derrotada con el fin de ayudarla con el estrés y la ansiedad”. <b>Simon Castles</b>, añade: “Cojamos un ejemplo de los derrotados: la madre que está sola y que vemos que lucha en el tranvía. Indiscutiblemente se beneficiará de un masaje y de un tratamiento en un balneario, si se lo puede permitir y tiene tiempo. Lo encontrará relajante en un aspecto corporal. Por esto no se debería permitir pasar por alto las cosas que ayudarían a reducir de manera considerable el estrés: facilidad en la vivienda, mejores condiciones para los inquilinos, disponer a precios razonables guarderías, lugares de trabajo que respiren amistad y familiaridad, sueldos justos, y transporte público mejor que permita que familias y amigos se puedan relacionar, ya que evitaría caer en el aislacionismo”.

Indiscutiblemente en un mundo manchado por el pecado y por el gobierno de Satanás entre bastidores es imposible convertir la tierra en un paraíso. Ello no significa que no se tenga que hacer todo lo que esté en nuestras manos para reducir los factores estresantes. Pero no se podrá evitar su presencia. Si alguien asegura que se puede recuperar el paraíso perdido en las actuales circunstancias, miente.

La medicación del estrés no es la manera más adecuada para combatirlo. Puede ser la manera más fácil de intentar solucionar el problema, pero la pastilla no solventa la dificultad, la agrava porque provoca adicción y en algunos casos se la debe tratar con las dificultades añadidas que la acompañan. A menudo una situación estresante no se la puede cambiar a corto plazo, por lo tanto debemos convivir con ella. Si se soluciona la actual se presentará otra nueva. Esta es la realidad aunque no guste. Darse cabezazos agrava la crisis mental.

Alguien ha dicho: “No es lo que comes lo que te produce úlceras…es lo que se te come a ti”. Esto es lo que ocurre cuando interiorizamos lo que es externo. Si lo guardamos en el alma se convierte en carcoma que la consume, y hace la vida trágica e insoportable. Lo que está fuera, real o imaginario jamás deberíamos permitir que nos aterrorizase. Debemos dejarlo allí en donde está, a fuera. En todo caso intentar hacerlo desaparecer, si ello es posible.

La realidad es que el ser humano es muy débil. Hoy mucha gimnasia, muchas carreras atléticas, mucho deporte, pero el alma muy débil. El hombre de hoy olvida fortalecer el alma y el resultado es un dios con pies de barro incapaz de afrontar las situaciones externas que intentan abatirlo.

Las Sagradas Escrituras cristianas comparan al hombre con jarrón de arcilla o de cristal que es muy frágil. Esta es la situación en que se encuentra el hombre independizado de Dios: manifiesta con suma claridad su fragilidad. Factores externos lo golpean y lo dejan fuera de combate. Si no deseamos que las circunstancias nos abrumen y nos hundan en el estrés, la ansiedad, la depresión debemos buscar la fuerza interior necesaria, pero no dentro de nosotros donde sólo encontramos debilidad. Debemos buscarla fuera de nosotros, en Dios que fortalece al débil y fatigado. Puede encontrar en Él el vigor que necesita porque “el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra. No desfallece, ni se fatiga con cansancio…Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:28-31).

La victoria contra la ansiedad, el estrés, la depresión, la angustia se encuentra en el Señor Jesucristo que invita a los ansiosos, a los estresados, a los deprimidos, a los angustiados a cobijarse bajo sus alas protectoras para recibir el descanso que sus almas necesitan.

Octavi Pereña i Cortina

 

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