dilluns, 26 de maig del 2014


JUAN 4: 17,18


Jesús dice a la samaritana: Bien has dicho: No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido, esto has dicho con verdad”

Nada es nuevo bajo el sol. La historia se repite. Creemos que la liberación  sexual de nuestros días es fruto de la modernidad . Que se han roto viejos tabúes y la liberación de las asfixiantes reglas de la Religión. Nada más erróneo. El texto de Juan nos dice que la sociedad actual no ha progresado nada desde la antigüedad. Lo que nos enseña el relato de la samaritana es que “vivir juntos o en pareja”, tal como hoy se, dice no es de recibo. A pesar que Jesús no le dice claramente  a la samaritana que vivir con su sexto marido que no es su marido es pecado, la mujer entiende que su relación “sentimental” no es correcta cuando dice: “Señor, me parece que tú eres profeta”.

A pesar que el caso de inmoralidad sexual que el apóstol Pablo pide a la iglesia de Corinto juzgue: “alguno tiene la mujer de su padre”  (1 Corintios 5:1), es distinto del que comentamos, la convivencia no conyugal es pecado según la Biblia. Con la libertad, mejor dicho, libertinaje sexual alcanzado en nuestros días son muchas las mujeres cuyo marido no es su marido, o, muchos hombres cuyas esposas no son sus esposas.

Las iglesias deben ser luces que brillen en medio de las tinieblas espirituales que nos envuelven. Son muchos los aspectos éticos que las iglesias tienen el deber de desenmascarar porque son los labios que proclaman la Palabra de Dios y su santidad. Para poder hacerlo, los cristianos, a pesar que son ciudadanos de este mundo, de hecho lo son del reino de Dios. Dicha ciudadanía debe marcar la diferencia. Un antes y un después. Antes de la conversión a Cristo éramos como las personas de este mundo viviendo para la carne, ahora que somos de Cristo debemos vivir en santidad como corresponde a un pueblo que ha sido hecho santo por la sangre de Jesús. Hoy, los cristianos deben ser la sal que preserve el mundo de la corrupción, pero si la sal se hace insípida, Jesús dice que sólo sirve para ser desechada y pisoteada por los hombres.

Al convertirse los cristianos en sal insípida, la filosofía del mundo invade las iglesias y éstas dejan de ser sal que preserva de la corrupción moral. La convivencia de parejas que no son   matrimonio abundan en las iglesias. Este estilo de vida carnal socialmente aceptado se ve eclesialmente asumido. Según la Palabra de Dios dicha manera de vivir no es correcta porque es pecado. El apóstol Pablo ordena a la iglesia de Corinto: “Quitad, pues a este perverso de entre vosotros” (v.13), no para condenarlo, sino “a fin que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (v.5). “¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois, porque nuestra pascua que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (vv.6,7). El apóstol Pablo insta a las iglesias a disciplinar aquellos miembros que se han convertido  en sal insípida para que su corrupción no contagie al resto de los fieles, y las iglesias sean luces que brillan en medio de las tinieblas.

PROVERBIOS 14:14


“De sus caminos será hastiado el necio de corazón, pero el hombre de bien estará contento del suyo”

El necio de corazón está hastiado de sus caminos. ¿Quién es el necio de corazón? Quien dice que no hay Dios. Quien afirma que la creación es fruto de la evolución, de un accidente fortuito denominado Big Bang. Que el hombre está emparentado con los monos porque sus antecesores son los simios. En definitiva, el necio de corazón es aquel que considera que él y la creación todo es fruto del azar y que hace millones de años una fuerza ciega echó los dados y así surgió el basto universo, la tierra con todo lo que contiene y, el hombre.

No debe extrañarnos que el necio esté hastiado de sus caminos. Debido al pecado la tierra h sido maldecida y fruto de esta maldición produce cardos y espinas y el trabajo del hombre se hace fastidioso. Como que el necio dice que no hay Dios no sabe donde cobijarse para protegerse cuando las inclemencias de la vida le golpean duramente. Dios quiere cobijarlo bajo sus alas protectoras como la gallina extiende sus alas para proteger a sus polluelos del peligro amenazante. Como Dios no existe tampoco existen las alas divinas que pueden protegerle. El necio de corazón está hastiado de sus caminos. Vive en un permanente estado de frustración. Por doquier ve enemigos inexistentes que le acechan y convierten su vida en un fastidio. No hay paz para el impío, el necio, dice el Señor.

El contraste es espectacular: “Pero el hombre de bien está contento con el suyo”. Distinguiéndose del necio, “el hombre de bien” es el que cree en Dios. Que Dios es el creador y el sustentador de la creación y que su existencia no se debe al encuentro fortuito de dos átomos. Dios lo ha creado todo con un propósito y que este Dios, en las adversidades de la vida cuida de él y le protege de los enemigos del alma que son muchos. El creyente, ante el más mínimo asomo de peligro rápidamente acude a cobijarse bajo las alas protectoras del Señor y en Él encuentra la paz necesaria. Por eso “el hombre de bien está contento del suyo”, porque las circunstancias no son casualidades sino propósitos de Dios para su bien.

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DEPRESIONES VENCIDAS


 “Más del 50% de visitas que atienden los Centros de Atención Primaria son por ansiedad o depresión”, es el título que ocupa todo el ancho de la página. En letra más pequeña se lee: “Los médicos alertan que la crisis ha hecho aumentar este tipo de enfermedades”.

La <b>Dra. Teresa Vilá</b> aseguró que esta cifra incluye a pacientes que llegan a la consulta con somatizaciones de estas enfermedades: Vienen porque les duele el estómago, sufren migrañas o están contracturados, por situaciones que se derivan del estrés o la ansiedad”. Según la Organización Mundial de la Salud en el año 2025 el 25% de la población de los países desarrollados padecerá alguna enfermedad mental. “Suelen generarse por el aislamiento, la competitividad y el estrés que hay en estos países teóricamente desarrollados”

<b>Simon Castles</b> en su escrito: <i>”Cuando el estrés es más que un dolor en la nuca</i>, dice. “Hacer patológico (el estrés),en otras palabras hace triunfar la politización. Las enfermedades individuales apagan la acción sobre los males de la sociedad. Este proceso no necesita publicidad, funciona muy bien para mantener el estatu quo. También, indiscutiblemente proporciona considerables beneficios al capitalismo, ya que un siempre creciente número de productos  y servicios (masajes, libros de autoayuda, terapias, alcohol, vitaminas, productos farmacéuticos) se venden a una población derrotada con el fin de ayudarla con el estrés y la ansiedad”. <b>Simon Castles</b>, añade: “Cojamos un ejemplo de los derrotados: la madre que está sola y que vemos que lucha en el tranvía. Indiscutiblemente se beneficiará de un masaje y de un tratamiento en un balneario, si se lo puede permitir y tiene tiempo. Lo encontrará relajante en un aspecto corporal. Por esto no se debería permitir pasar por alto las cosas que ayudarían a reducir de manera considerable el estrés: facilidad en la vivienda, mejores condiciones para los inquilinos, disponer a precios razonables guarderías, lugares de trabajo que respiren amistad y familiaridad, sueldos justos, y transporte público mejor que permita que familias y amigos se puedan relacionar, ya que evitaría caer en el aislacionismo”.

Indiscutiblemente en un mundo manchado por el pecado y por el gobierno de Satanás entre bastidores es imposible convertir la tierra en un paraíso. Ello no significa que no se tenga que hacer todo lo que esté en nuestras manos para reducir los factores estresantes. Pero no se podrá evitar su presencia. Si alguien asegura que se puede recuperar el paraíso perdido en las actuales circunstancias, miente.

La medicación del estrés no es la manera más adecuada para combatirlo. Puede ser la manera más fácil de intentar solucionar el problema, pero la pastilla no solventa la dificultad, la agrava porque provoca adicción y en algunos casos se la debe tratar con las dificultades añadidas que la acompañan. A menudo una situación estresante no se la puede cambiar a corto plazo, por lo tanto debemos convivir con ella. Si se soluciona la actual se presentará otra nueva. Esta es la realidad aunque no guste. Darse cabezazos agrava la crisis mental.

Alguien ha dicho: “No es lo que comes lo que te produce úlceras…es lo que se te come a ti”. Esto es lo que ocurre cuando interiorizamos lo que es externo. Si lo guardamos en el alma se convierte en carcoma que la consume, y hace la vida trágica e insoportable. Lo que está fuera, real o imaginario jamás deberíamos permitir que nos aterrorizase. Debemos dejarlo allí en donde está, a fuera. En todo caso intentar hacerlo desaparecer, si ello es posible.

La realidad es que el ser humano es muy débil. Hoy mucha gimnasia, muchas carreras atléticas, mucho deporte, pero el alma muy débil. El hombre de hoy olvida fortalecer el alma y el resultado es un dios con pies de barro incapaz de afrontar las situaciones externas que intentan abatirlo.

Las Sagradas Escrituras cristianas comparan al hombre con jarrón de arcilla o de cristal que es muy frágil. Esta es la situación en que se encuentra el hombre independizado de Dios: manifiesta con suma claridad su fragilidad. Factores externos lo golpean y lo dejan fuera de combate. Si no deseamos que las circunstancias nos abrumen y nos hundan en el estrés, la ansiedad, la depresión debemos buscar la fuerza interior necesaria, pero no dentro de nosotros donde sólo encontramos debilidad. Debemos buscarla fuera de nosotros, en Dios que fortalece al débil y fatigado. Puede encontrar en Él el vigor que necesita porque “el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra. No desfallece, ni se fatiga con cansancio…Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:28-31).

La victoria contra la ansiedad, el estrés, la depresión, la angustia se encuentra en el Señor Jesucristo que invita a los ansiosos, a los estresados, a los deprimidos, a los angustiados a cobijarse bajo sus alas protectoras para recibir el descanso que sus almas necesitan.

Octavi Pereña i Cortina

 

dilluns, 19 de maig del 2014


TSUNAMI ADOLESCENTE


<b>La publicidad que acosa a la mujer convirtiéndola en objeto de placer y de dominio es en buena medida la causante del despertar antes de hora la sexualidad infantil</b>

Un reportaje sobre sexo infantil – adolescente es alarmante. En Lleida 15 niñas menores de 16 años dieron a luz en el año 2011, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Otras 26 de esta misma franja de edad decidieron abortar. Entre las más jóvenes, 6 de ellas tenían 14 años o menos, de las cuales 3 fueron madres. Siempre que se presenta un problema debe buscarse la causa . Los hechos no ocurren por casualidad. Siempre que se presenta una dificultad se debe buscar la causa para subsanarla. La razón de los embarazos infantiles- adolescentes es más profunda que la ley absurda y faltada de sentido común del legislador que dicta la ley que establece que una niña puede tener relaciones sexuales con un adulto a partir de los 13 años.

Es un hecho innegable que la sociedad actual está supersexualizada,  que rinde culto al sexo, que se encuentra en un estado perenne de frustración y de una intensa desvalorización del otro ya que se lo percibe como un objeto de usar y tirar. Fijémonos en la publicidad: Utiliza a la mujer como cebo. ¿Qué papel se la hace jugar cuando se la presenta a medio vestir y de manera provocativa en anuncios de compañías aéreas o de coches? Los publicistas saben que el estímulo sexual vende porque atrae la atención de los hombres hacia los anuncios que estimulan sus deseos sexuales. Podemos asegurar que la mujer sexualizada casi es omnipresente  en publicidad.

Se dice que de tanto repetir una mentira se llega a creérsela. La publicidad está plagada de mentiras y se termina considerándolas verdades los mensajes fraudulentos que transmite. De tanto vender a la mujer como objeto de explotación se termina considerándola  como un objeto que sirve para gratificar las pasiones sexuales masculinas. Nos guste o no lo cierto es que la sociedad actual en gran medida considera a la mujer como objeto gratificante para los ojos masculinos. Los celos, considerados expresión de amor del hombre es un sentimiento incorrecto que conduce a la violencia contra la mujer que nace del hecho de considerarla objeto de su posesión. Los asedios sexuales en los lugares de trabajo y las violaciones sexuales conyugales y extra conyugales  son la consecuencia de considerar a la mujer posesión del hombre. Ante esta filosofía dominante no nos debe de extrañar que aparezcan madres que prostituyan a sus hijas, sean niñas o adolescentes o que sus compañeros asedien y violen a sus hijastras.

El psicólogo <b>Javier Urra</b> afirma: “Ya desde niños se les debe enseñar a embridar el ego y a no levantar la mano y que no valen excusas como <i>me obcequé</i>, se les debe educar con sentido crítico sabiendo que hay cosas que están bien y otras que están mal, aún cuando los haya que las hagan”

La sociedad española se caracteriza por su exuberancia legislativa  y también por el incumplimiento de las leyes y de una remarcable ausencia de ética y de moral. Es ahí en donde debe ponerse la atención en la educación infantil. Las palabras deben ir acompañadas de un buen ejemplo.

Un programa de radio que escuchaba mientras conducía trataba del interés actual que despiertan las cifras que recientemente ha publicado el Instituto Nacional de Estadística sobre el comportamiento sexual infantil / adolescente. El entrevistado aseguraba que en general  los niños que viven allí en donde se respira un buen ambiente familiar generalmente no se presentan con tanta gravedad los problemas que denuncia el análisis del comportamiento sexual infantil / adolescente. Se dan demasiadas familias desestructuradas en todos los niveles sociales. La ética y la moral brillan por su ausencia en demasiados hogares. El problema infantil / adolescente que comentamos se debe empezar a resolver en el ámbito familiar.

Si se le dedican un par de minutos en leer los Diez Mandamientos que se encuentran en la Biblia en el libro Deuteronomio 20:1-17 descubriremos algo muy significativo: Los cuatro primeros preceptos enfatizan la autoridad suprema de Dios. Los siete restantes tienen que ver con las relaciones sociales. Es muy significativo que el primero de esta segunda serie afirme que los hijos deben honrar al padre y a la madre. Hecho que manifiesta que Dios, la autoridad suprema, delega en los padres la responsabilidad de educar a sus hijos. Un buen número de especialistas  afirman que el desbarajuste que manifiesta la adolescencia de nuestros  días se debe a la pérdida de la autoridad por parte de los padres. Esta pérdida se debe al hecho de que los padres no reconocen la autoridad suprema de Dios.  El resultado de este rechazo es que la moral y la ética tambalean allí en donde deberían manifestarse con el máximo esplendor porque se han debilitado los principios inmutables que deben obedecerse. El resultado de dicha pérdida es que andamos por una ciénaga y que para evitar ser tragados precipitadamente recorremos a nuestros principios morales y éticos mudables a conveniencia. La precipitación hace que la ciénaga nos engulla más rápidamente.  No encontramos salida a tan delicada situación.

Si los padres reconociesen que la autoridad que tienen sobre sus hijos es de orden divino, la manera de educarlos sería del todo distinta. Tendrían en su punto de mira las instrucciones divinas  dadas para felicidad del hombre, no para hacerle la puñeta. Saldrían de la ciénaga en que se han metidos por su desobediencia a Dios y a su Ley y pondrían los pies sobre la Roca que es Cristo lo cual les proporcionaría estabilidad y responsabilidad. Por lo que hace al tema de la sexualidad que comentamos enseñarían a sus hijos, sean niños o niñas que sus cuerpos no son de su propiedad y que no pueden hacer con ellos lo que quieran, que no los deben exhibir públicamente, que no deben utilizarlos como automedicación para intentar borrar la angustia que les provoca la inestabilidad del mundo que los envuelve, la depresión que provoca la crisis oceánica en que se encuentran inmersos y el miedo paralizante que se les despierta al ver la miseria a que lleva la degradación ética y moral de la sociedad en general, que no deben entregarse al sexo por desespero. Si los padres educan a sus hijos en el temor del Señor el tsunami impetuoso no los arrollará porque al estar sus vidas edificadas sobre la Roca que es Cristo resistirán firmemente la embestida de las aguas turbulentas.

Octavi Pereña i Cortina

 

DEUTERONOMIO, 8:3


“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías, tú ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca  del Señor vivirá el hombre”

Las pruebas que Dios manda sirven para probar la fe. Dios ya sabe lo que hay en el corazón del hombre, pero la dificultad sirve para que quien ha sido probado descubra si la fe que dice tener es auténtica o fraudulenta. Las dificultades que los israelitas pasaron durante la travesía  por el desierto sirvieron para hacer relucir la incredulidad que se escondía en los corazones de la mayoría del pueblo.

Este texto de Deuteronomio nos lleva a dos pasajes del Nuevo Testamento. El primero a la tentación que Satanás le puso a Jesús después de 40 días de ayuno. Por ser Jesús Dios y hombre como nosotros, el largo ayuno despertó en Él un hambre intensa. El diablo pensó: ahora es el momento para impedir que realice la obra de salvación que ha venido a hacer. Lo intentaré y lo conseguiré. Dicho y hecho: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. Jesús que fue obediente al Padre en todo, le respondió: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de dios”. En los momentos de dificultad debemos permanecer fieles a Dios porque Él nos sustentará.

En el desierto el Señor sustentó a Israel con el maná, aquel pan del cielo que cada amanecer caía sobre la tierra y que alimentaba los cuerpos de los israelitas. Les interesaba más el maná que alimentaba a sus cuerpos que el Maná que alimentaba a sus almas. Jesús deja bien claro cuáles son las preferencias que tienen quienes son físicamente circuncidados pero que son incircuncisos de corazón. He aquí lo que Jesús dice a la multitud que le seguía: “De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales sino porque comisteis el pan y os saciasteis” (Juan 6:25). Aquí surge una pregunta: ¿Cuáles son nuestras preferencias? ¿Buscamos exclusivamente saciar las necesidades físicas básicas y las añadidas, o nos preocupa saciar las necesidades del alma? Quien come el maná que entra por la boca al cabo del tiempo determinado por Dios muere eternamente. Jesús dice a sus oyentes: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo, si alguno come de este pan, vivirá para siempre, y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré para la vida del mundo”  (Juan 6:51). La pregunta es: ¿Crees que Jesús es el Pan de Vida que da vida eterna a quien cree en Él y en su obra redentora?


JUAN, 1: 46


“Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve”

Jesús se convierte en piedra de tropiezo para muchos porque no le conocen y dicen de Él barbaridades fruto de su ignorancia. Si supieran quien es realmente Jesús serían respetuosos con Él y no blasfemarían su Nombre. ¿Realmente Jesús es quien dicen los cristianos que es? Los razonamientos no convencen porque a Jesús no se le conoce por la razón aún cuando la razón juega su papel en su conocimiento.

Quienes somos verdaderos cristianos lo somos porque alguien en su día nos habló de Jesús, asegurándonos que es el Hijo de Dios que se hizo hombre para darnos una revelación más completa de Dios y que cargó con nuestro pecado para perdonarlo. La fe en Cristo muerto en la cruz del Gólgota y resucitado llena el corazón del amor de Dios que se escapa a los razonamientos. El Espíritu Santo testifica a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. La fe es un don de Dios.

¿De Nazaret puede salir algo bueno? Aunque Jesús nació en Belén se podía decir que su residencia era en Nazaret. Pues sí, de Nazaret ha salido algo bueno. Jesús, al que deberían conocer personalmente todos los hombres es la Vida eterna y el Camino que conduce al Padre. El pecado separa de Dios, crea un abismo insalvable que nos mantiene totalmente separados de Dios. He aquí la importancia que tiene Jesús: Nos reconcilia con Dios haciendo la paz con Él.

Como cristianos deberíamos llevar  a las personas a Jesús, no a una religión aunque sea la evangélica. Los pecadores deben convertirse a Jesús, no al cristianismo. A nosotros los creyentes nos corresponde presentar a Jesús para que los incrédulos tocados por la gracia de Dios puedan convertirse a Él por la fe y ser transformados en verdaderos hijos de Dios. Esta es nuestra obligación hablar a los pecadores de Jesús y dejar que la gracia de Dios les dé el don de la fe y se conviertan a Cristo, el Salvador.

 

dilluns, 12 de maig del 2014


SALMO 37:1,2


“No te impacientes a causa de los malignos, no tengas envidia de los que hacen iniquidad, porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán

Los medios  de comunicación nos informan de los muchos casos de corrupción de políticos que llenan nuestros corazones de sentimientos de animadversión que trastornan nuestra paz interior. Dar vueltas y más vueltas sobre las corruptelas conocidas contribuye a convertir  nuestro corazón en algo semejante a un “mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz dijo mi Dios para los impíos” (Isaías 57:20,21).

“No te impacientes a causa de los malignos, no tengas envidia de los que hacen iniquidad, porque como hierba serán cortados, y como hierba verde se secarán”. No te entretengas mirando la prosperidad de los impíos porque ello te causa resabio que de nada te beneficia, nos viene a decir David,el autor del salmo que comentamos.

Aparta la mirada de los hombres impíos, “confía en el Señor y haz el bien…Deléitate asimismo en el Señor, y él te concederá las peticiones de tu corazón…Encomienda al Señor tu camino, y confía en Él, y Él hará…Guarda silencio ante el Señor y espera en Él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades…Porque los malignos serán destruidos”

No vale la pena fijarnos en lo que hacen los impíos ni en las riquezas que acumulan porque al final “perecerán, y los enemigos del Señor como la grasa de los carneros serán consumidos, se disiparán como el humo”. El destino de los impíos es la condenación eterna.

Es cierto, muchos justos pasan penuria. Con dificultades llegan a fin de mes. A menudo no tienen un bocado que llevarse a la boca. Pasan hambre. Tribulaciones. Hay un refrán que dice: “Quien ríe último ríe dos veces” . Pues bien, los creyentes en Cristo somos quienes reiremos dos veces cuando llegue el día del juicio de Dios al final del tiempo. “Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos serán quebrados, mas el que sostiene a los justos es el Señor”.

Para poder vivir gozosos en un mundo de perversidad no es conveniente poner la mirada en los hombres impíos porque ellos y sus posesiones serán destruidas. Los justos, en cambio, esperan en el Señor y en el día final ”exhibirá la justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía”


LUCAS 16:30,31


“Él (rico)entonces dijo: No padre Abraham, pero si alguien fuese a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, aunque alguno se levante de los muertos”

Nos dice Lucas que “había un hombre que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez” (v.19). Este hombre rico, bien seguro que sus cinco hermanos también, solo pensaban en banquetear y darse a la buena vida. Se lo permitían sus muchas riquezas. Pero, ¡ay! Dios vino a buscar el alma del hombre rico. Al entrar en la eternidad abre los ojos y descubre demasiado tarde lo que espera a todos quienes estando en este mundo sólo se han dedicado a banquetear , a darse a la buena vida y a satisfacer su sensualidad sin cuidarse ni lo más mínimo en la salud de su alma.

El texto nos dice: “Dando voces, dijo: Padre Abraham ten misericordia de mí, y envía a Lázaro (el mendigo que echado en la puerta del rico miraba saciarse de las migajas que caían de la mesa del opulento), para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama”. Muchos en su necedad dicen que cuando mueran no quisieran ir al cielo porqué allí la vida es muy aburrida, prefieren ir al infierno porque en este lugar de tormento podrán estar junto con las estrellas del cine que en vida encendieron sus pasiones. La realidad es muy distinta porque se encontrarán “atormentados en esta llama”.

Cuando ya es demasiado tarde el rico se preocupa por el destino eterno de sus hermanos y le pide a Abraham que envíe a Lázaro, el mendigo que comía las migajas que caían de su mesa “para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento” (v.28). De Abraham recibe esta respuesta: “A Moisés y a los profetas tienen, óiganlos” (v.29). Quienes gozan del cielo no pueden venir a este mundo a testificar de las excelencias que gozan en el reino de Dios. Quienes viven en la tierra disponen de la Palabra de Dios que testifica de lo bienaventurados que son quienes gozan de la visión de Dios. Y lo desgraciados que son quienes ”excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder sufrirán pena de terna perdición” (2 Tesalonicenses 1:9)

El día de la gracia sigue vigente. Cuando llega el día de la muerte ya no hay marcha atrás, con él se sella el destino eterno. Si es de condenación, condenación eterna. Hoy es el día de la salvación. Maña, tal vez sea demasiado tarde.

 

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SALMO 37:1,2


“No te impacientes a causa de los malignos, no tengas envidia de los que hacen iniquidad, porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán

Los medios  de comunicación nos informan de los muchos casos de corrupción de políticos que llenan nuestros corazones de sentimientos de animadversión que trastornan nuestra paz interior. Dar vueltas y más vueltas sobre las corruptelas conocidas contribuye a convertir  nuestro corazón en algo semejante a un “mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz dijo mi Dios para los impíos” (Isaías 57:20,21).

“No te impacientes a causa de los malignos, no tengas envidia de los que hacen iniquidad, porque como hierba serán cortados, y como hierba verde se secarán”. No te entretengas mirando la prosperidad de los impíos porque ello te causa resabio que de nada te beneficia, nos viene a decir David,el autor del salmo que comentamos.

Aparta la mirada de los hombres impíos, “confía en el Señor y haz el bien…Deléitate asimismo en el Señor, y él te concederá las peticiones de tu corazón…Encomienda al Señor tu camino, y confía en Él, y Él hará…Guarda silencio ante el Señor y espera en Él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades…Porque los malignos serán destruidos”

No vale la pena fijarnos en lo que hacen los impíos ni en las riquezas que acumulan porque al final “perecerán, y los enemigos del Señor como la grasa de los carneros serán consumidos, se disiparán como el humo”. El destino de los impíos es la condenación eterna.

Es cierto, muchos justos pasan penuria. Con dificultades llegan a fin de mes. A menudo no tienen un bocado que llevarse a la boca. Pasan hambre. Tribulaciones. Hay un refrán que dice: “Quien ríe último ríe dos veces” . Pues bien, los creyentes en Cristo somos quienes reiremos dos veces cuando llegue el día del juicio de Dios al final del tiempo. “Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos serán quebrados, mas el que sostiene a los justos es el Señor”.

Para poder vivir gozosos en un mundo de perversidad no es conveniente poner la mirada en los hombres impíos porque ellos y sus posesiones serán destruidas. Los justos, en cambio, esperan en el Señor y en el día final ”exhibirá la justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía”


LUCAS 16:30,31


“Él (rico)entonces dijo: No padre Abraham, pero si alguien fuese a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, aunque alguno se levante de los muertos”

Nos dice Lucas que “había un hombre que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez” (v.19). Este hombre rico, bien seguro que sus cinco hermanos también, solo pensaban en banquetear y darse a la buena vida. Se lo permitían sus muchas riquezas. Pero, ¡ay! Dios vino a buscar el alma del hombre rico. Al entrar en la eternidad abre los ojos y descubre demasiado tarde lo que espera a todos quienes estando en este mundo sólo se han dedicado a banquetear , a darse a la buena vida y a satisfacer su sensualidad sin cuidarse ni lo más mínimo en la salud de su alma.

El texto nos dice: “Dando voces, dijo: Padre Abraham ten misericordia de mí, y envía a Lázaro (el mendigo que echado en la puerta del rico miraba saciarse de las migajas que caían de la mesa del opulento), para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama”. Muchos en su necedad dicen que cuando mueran no quisieran ir al cielo porqué allí la vida es muy aburrida, prefieren ir al infierno porque en este lugar de tormento podrán estar junto con las estrellas del cine que en vida encendieron sus pasiones. La realidad es muy distinta porque se encontrarán “atormentados en esta llama”.

Cuando ya es demasiado tarde el rico se preocupa por el destino eterno de sus hermanos y le pide a Abraham que envíe a Lázaro, el mendigo que comía las migajas que caían de su mesa “para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento” (v.28). De Abraham recibe esta respuesta: “A Moisés y a los profetas tienen, óiganlos” (v.29). Quienes gozan del cielo no pueden venir a este mundo a testificar de las excelencias que gozan en el reino de Dios. Quienes viven en la tierra disponen de la Palabra de Dios que testifica de lo bienaventurados que son quienes gozan de la visión de Dios. Y lo desgraciados que son quienes ”excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder sufrirán pena de terna perdición” (2 Tesalonicenses 1:9)

El día de la gracia sigue vigente. Cuando llega el día de la muerte ya no hay marcha atrás, con él se sella el destino eterno. Si es de condenación, condenación eterna. Hoy es el día de la salvación. Maña, tal vez sea demasiado tarde.

 

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dilluns, 5 de maig del 2014


LUCAS 12:34


“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”

Es una característica de la condición humana intentar mejorar su condición de vida. Estar más sanos, ser más atractivos, más populares, más inteligentes…”El césped del vecino es más verde”.

Russell Crnwell, pastor evangélico fue conocido  por una parábola de su imaginación, titulada: “Acres de diamantes”. La parábola enseña a apreciar y utilizar lo que uno posee. Básicamente trata de un granjero que quiso enriquecerse buscando diamantes. Vendió su finca y empezó a viajar por tierras presumiblemente ricas en estas piedras preciosas. Después de años de infructuosa búsqueda se arruinó y se ahogó en un río.

Entre tanto, el nuevo propietario de la finca encontró unas piedras muy extrañas en el campo. Eran tan raras que cogió una y la puso sobre la repisa de la chimenea. Un día recibió la visita de un amigo y se fijó en la extraña piedra. La cogió, la examinó y se dio cuenta de que se trataba de un diamante en bruto. El nuevo propietario recogió las piedras y se enriqueció.

La lección que se extrae de esta parábola es de que el antiguo propietario nunca se preocupó  de examinar su propiedad para buscar en ella diamantes. Era rico y no lo sabía, ¡qué pena!

No vamos a hablar de tesoros materiales que son poco valiosos porque se destruyen con el paso del tiempo y se hacen inservibles. Los que perduran hasta el día de la muerte, no nos los podemos llevar. Hablamos del tesoro que el ladrón no puede robarnos ni el orín destruir. Nos referimos a la perla de gran precio que por ser única y de una gran belleza  el comerciante vendió todo lo que tenía para poder comprar aquella perla única. La parábola bíblica no se refiere a una perla de las que se hacen dentro del caparazón de las ostras. “Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos.. Racimo de flores de alheña es en las viñas de Engadi, es para mí mi amado” (Cantares1:13,14). Para la enamorada, el amado era único. No había otro igual. El amor hacia su amado estaba encendido en su corazón. Su alma estaba enfervorizado de amor hacia su amado. Para ella no existía otro amado. El amado era su único amor.

¿Somos conscientes de que Cristo habita en nuestro corazón? ¿O somos como el propietario que vendió su finca para ir a buscar diamantes en otras tierras cuando las tenía en su propiedad? Si Cristo habita en nuestro corazón por la fe, ¿por qué   buscamos al Amado allí donde no se encuentra? Buscamos sustitutos en la sicología, en la educación, en la religión. Pero no lo encontramos  Pidámosle a Dios que abra nuestros corazones para que podamos darnos cuenta de que la Perla de gran precio la tenemos dentro y que no tenemos que ir a buscar al Amado en tierras lejanas llenas de oscuridad. Pidámosle a Dios que encienda en nuestros corazones un amor ardiente por el Cristo que se encuentra por el Espíritu en nuestras propias almas.


SALMO 139:23,24


“Pruébame, oh Dios, y conoce mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos, y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el conocimiento eterno”

¿Para que sirven las analíticas? Se utilizan para que el médico pueda saber si el paciente tiene algún problema de salud no detectado, en caso afirmativo poder recetarle el medicamento que curará la dolencia descubierta. Las personas, voluntariamente no sometemos a los inconvenientes de hacernos analíticas porque le damos mucha importancia a la salud física.

Nos importa mucho la salud corporal a pesar de que sabemos de que no la podremos mantener indefinidamente. Las dolencia, los achaques,  son síntomas, indican que hemos de morir.

¿Qué de las analíticas del alma?¿Nos preocupa su salud? Desgraciadamente son muchos quienes viven como si no tuvieran alma y lo único que les preocupa es la salud del cuerpo. Quienes escogen esta forma de vivir no eliminarán las enfermedades que les preocupan y un día, más pronto o más tarde el alma deberá presentarse ante Dios para dar cuenta de todo lo que ha hecho. Una creencia genuina en Dios hace que el alma sea sensible. Por la fe, la persona sabe con certeza que tiene alma y que es sensible a la voz de Dios y deseará hacerse periódicamente analíticas par comprobar el estado de su salud.

El salmista se hace esta pregunta: “¿Quién podrá entender su propios errores? Líbrame de los que me son ocultos?” (19:12). Este hombre de Dios es consciente que dado que posee una naturaleza pecaminosa inconscientemente puede pecar y no darse cuenta de haberlo hecho. Por ello le pide a Dios que le haga una analítica para descubrir lo que se esconde en su corazón y ponga al descubierto si en él hay pensamientos de perversidad. El salmista sabe cual es su condición y no quiere imitar a Adán y a Eva que quisieron esconder su pecado haciéndose delantales cosidos con hojas de higuera. Le pide a Dios que examine su corazón  para que pueda darse cuenta de sus pensamientos malvados  y así pedirle perdón y permitir que la sangre de Jesucristo los borre y así poder transitar por “el camino eterno”