ADOLESCENCIA EXTRAVIADA
<b>La
sabiduría de Dios aparta a los adolescentes de su destrucción
El Roto en
una de sus viñetas describe a un joven de características punk que se pregunta:
“Me he apuntado a una peña y ya no pienso como yo”. Alguien ha descrito a esta
juventud, así: “Impulsivos, inconscientes, caprichosos impunes. Reyezuelos que
arrastran el grupo o siervos que siguen al líder sin importarles el daño o el
dolor que pueden causar, entre otros motivos porque ninguno de ellos es
capaz de ponerse en el lugar de la
víctima”. El autor de esta cita considera a los miembros delas bandas callejeras
antisociales como personas carentes de empatía, dicho de manera más clara,
faltos de auténtico amor hacia las personas. Esta carencia se refleja en el
trato que dan a los sin techo, a los grupos sociales marginales, a los miembros
de partidos políticos de otro signo, a las minorías religiosas, a los que optan
por una sexualidad distinta a la normal. No se puede dejar de lado la violencia
que ejercen sobre la mujer. “La Manada” ha dado nombre a estos grupos que
disfrutan vejando sexualmente a mujeres.
Una reseña de
hace dos o tres años. La fecha no importa porque encaja perfectamente con
algunos acontecimientos de hoy: “Seis menores de edad hirieron con una botella
de vidrio a un indigente que dormía en la calle, en el barrio de Horta de
Barcelona, durante la madrugada de ayer”. Noticias parecidas se repiten a
menudo y se intenta neutralizarlas
encendiendo velas, minutos de silencio, parlamentos. Las bandas de
adolescentes incívicos siguen protagonizando excesos antisociales porque las
protestas pacíficas no cambian su manera de ser violenta de estos adolescentes
que desconocen el amor de Dios y que no pueden con aquellos colectivos o
personas que no les caen bien.
Toda la
Palabra de Dios es útil para instruir en justicia para que las personas se amen
unas a otras y busquen mutuamente el bien del otro. Amor, ingrediente imprescindible para
alcanzar una sociedad pacífica en la que desaparezca el miedo de que un
indigente sea maltratado hasta la muerte por el mero hecho de dormir en la
calle, que una persona que haya escogido una sexualidad distinta a la que Dios
ha otorgado sea ultrajada, que una mujer que camine sola sea asaltada por una
manada de depredadores sexuales incapaces de controlar sus pasiones. A todo
ello y mucho más nos ayudará a encontrar solución el libro de Proverbios.
El texto que
necesitamos comentar y que aporta luz al
comportamiento punk que el Roto denuncia en su viñeta lo encontramos en
Proverbios 1. El propósito de Dios al escribir Proverbios con la mano de
Salomón es: “Dar seguridad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y
cordura” (1:4). El Padre celestial que muestra su amor profundo hacia su hijo
díscolo en la parábola del “Hijo pródigo”, sale cada amanecer al camino oteando
la lejanía esperando ver el regreso del hijo perdido que se había ido a un país
lejano en donde malgastó su herencia viviendo en un constante jolgorio. Un día
el padre ve la diminuta figura de su hijo a lo lejos. Se apresura a ir a su
encuentro. Se abrazan. El padre perdona el pecado de su hijo. El Padre celestial
se dirige a cada uno de los hijos pródigos con estas palabras: “Oye, hijo mío,
la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre, porque
adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello” (vv. 8,9). De
momento puede ser posible que el consejo paterno caiga en saco roto. Más tarde
puede ser posible que con corazón compungido, se diga: “¡Si hubiese hecho caso
a las palabras de mi padre ¡”Aquellas palabras que parecía que no habían
llegado al corazón del hijo quedaron almacenadas en el fondo de él para
despertarse en el momento oportuno y hacer reflexionar al hijo indócil que
creía que las amonestaciones paternas no tenían otro motivo que hacerle la
puñeta.
Un consejo a
los hijos: por encontrarse Proverbios en la Biblia los lecciones que da son
atemporales. No envejecen. No caducan. Son oportunas para los adolescentes de
hoy: “Hijo mío, si los pecadores te quieren engañar, no consientas. Si
dicen Ven con nosotros, pongamos
asechanzas para derramar sangre, acechémoslos sin motivo al inocente, los
tragaremos vivos como los que descienden a la fosa” (vv. 10-12). El padre
angustiado ante el temor de que su hijo pueda caer en las garras de una
“manada” de amigos incívicos que no dudan en cometer hechos delictivos, le
dice: “Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas,
porque sus pies corren hacia el mal, y van presurosos a derramar sangre. Porque
en vano se tenderá la red, ante los ojos de toda ave, pero ellos a su propia
sangre ponen asechanzas, y a sus almas tienden lazo. Tales son las sendas de
todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores” (vv.
15-19).
Salomón
inspirado por el Espíritu Santo concede más sabiduría a las aves que a los
adolescentes engreídos. Los pájaros si ven preparar el lazo no se dejan atrapar
en él. Los adolescentes que no creen que exista una ley superior que regule sus
vidas transcurren por el camino ancho que lleva a la perdición: “A su propia
sangre ponen acechanzas, y a sus almas tienden lazo” (v.18). Al no tener temor
de Dios los adolescentes que viven como si no hubiese Ley se convierten en
necios que no se dan cuenta que con su manera de vivir desordenada colocan en
el camino los lazos que son su perdición.
Octavi Pereña i Cortina
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada