diumenge, 25 de setembre del 2022

 

1 PEDRO 5: 7

“Echando toda vuestra solicitud en Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”

Él, es el Señor Jesús en quien el apóstol Pedro nos exhorta a echar sobre Él toda nuestra ansiedad. Recorriendo Jesús todas las ciudades y aldeas, “al ver las multitudes tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9: 36). Con mucho acierto el apóstol Pedro aconseja a sus lectores que echen toda su ansiedad sobre Él porque Jesús es el Buen Pastor que cuida de nosotros porque considera que somos sus ovejas por las que da su vida.

La ansiedad forma parte del grupo de dolencias que se conocen como “enfermedades mentales” que hoy hacen estragos porque las personas comportándose como ovejas que no tienen pastor no saben a dónde ir a buscar el socorro  que necesitan. Viviendo en la opulencia deambulan desorientadas por un desierto amenazador. Viendo Jesús a aquellas personas/ ovejas descarriadas tan apuradas, dice a sus discípulos: “A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”(vv. 37, 38). Pedro que recoge el guante acepta el encargo de ser un obrero, un pastor que lleva ovejas extraviadas al redil del Buen Pastor. Consintamos que Pedro nos lleve al salmo 23 que describe a Jesús como el Buen Pastor que con tanta urgencia necesitamos encontrar para que calme la angustia que anida en nuestros corazones. El salmo 23 es una parábola que de una imagen campestre nos da una vivificante instrucción espiritual.

“El Señor es mi Pastor, nada me faltará, en lugar de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará, confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor de su Nombre” (vv.1-3). En nuestro país todos tenemos alimentos en la nevera. Pero el confort material no nos quita la mucha ansiedad, el mucho estrés,  la mucha depresión. Para combatir todos estos síntomas se ingieren millones de pastillas diariamente. Bien podemos decir que somos una sociedad sedada. Por ignorar que Jesús es el Buen Pastor que necesitamos urgentemente  porque andamos” en valle de sombra de muerte”. En medio de cierto bienestar económico que gozamos nos sentimos ser las personas más desgraciadas del mundo. La variedad de diversiones que nos proporciona el mundo no nos liberan del fuerte malestar que existe en el interior de nuestras almas.

La vara y el cayado del Buen Pastor nos infunden aliento (v. 4b). Jesús, el Buen Pastor te dice: “La paz te dejo, mi paz te doy, yo no te la doy como el mundo la da” (Juan 14: 2). La paz que da el mundo produce insatisfacción y causa las “enfermedades mentales” que tanto sufrimiento producen. Si no has gustado la miel desconoces qué es su dulzura. Si Jesús no es tu Buen Pastor ignoras qué es la paz que da.


 

JUAN 3: 2

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos tal como Él es”

Con cierta frecuencia nos preguntamos si somos salvos. La pregunta nos la hacemos porque muchas veces nos comportamos como la gente de este siglo. Cuando nos hacemos la mencionada pregunta un escalofrío nos sacude ante el temor de que no seamos verdaderos hijos de Dios. Por fe somos salvos, no por obras. La fe es un regalo de Dios que nos permite creer que Jesús es el Salvador y que fuera de Él la salvación no es posible. Si el Espíritu Santo hace que confesemos que Jesús es el Señor y Salvador no tenemos por qué tener miedo: somos salvos.

El apóstol Juan escribiendo sin especificar a qué iglesia, a los verdaderos cristianos que se encuentren en cualquier iglesia local en este mundo les dice: “Ahora somos hijos de Dios”. Sin lugar a dudas: todos quienes han creído que Jesús es el Salvador son hijos adoptivos de Dios el Padre. Tal vez nos preguntaremos: ¿la fe en Jesús nos hace perfectos? El texto que comentamos lo desmiente y nos da autoridad para desmentir a quienes pregonan que si no somos perfectos se deba a que no tenemos fe o la fe que tenemos es deficiente. El apóstol Juan contradiciendo a los predicadores que anuncian el perfeccionismo que nos espanta, nos tranquiliza al escribir: “ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser”. Cierto es que Jesús dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos como,  vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5: 48). Jesús no dijo que sus seguidores tuviesen que ser perfectos ahora, Les dice que busquen la perfección. A pesar de las caídas no os desalentéis. Volved a levantaros y a seguir intentando dar en la diana. El apóstol Pablo no se avergüenza decir que no ha conseguido hoy, pero prosigue la carrera hasta alcanzarla,

El apóstol Juan nos quita un gran peso de sobre nuestras espaldas al escribir: “Aun no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos tal como Él es”. En el día de la resurrección, cuando la muerte haya sido vencida por la inmortalidad, el pecado desterrado, la corrupción absorbida por la incorrupción, el deseo de Jesús de que seamos perfectos como el Padre celestial es perfecto se habrá cumplido. En tanto no llegue este día y el Señor siga manteniéndonos en esta tierra contaminada por el pecado tendremos que luchar infatigablemente contra la imperfección. Caeremos sí. Nos levantaremos también sabiendo que la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte es nuestra victoria.

 

 

ADICCIONES

<b>La persona no convertida a Cristo no puede cambiar del todo su estilo de vida</b>

La periodista <b>Ima Sanchís</b>le pregunta a <b>Olatz Rodríguez</b> ex gimnasta del equipo español y testigo de anorexia: “¿Dónde se encentra su incomodidad? La respuesta que recibe de la joven gimnasta es: “No me gusta cómo está estructurado el mundo, todo gira alrededor de la economía, todo es muy superficial y pragmático. Basta con mirar a la tele y pasamos de la guerra de Ucrania a un anuncio de perfume, disonancias que me hacen sentir que no quiero ser humana. No hacemos nada más que destrozar la Tierra”. En el caso de la joven gimnasta de 18 años, el inconformismo con el mundo la condujo a “desear cuidarse y comer sano”. El deseo de comer sano la llevó a la anorexia. “Empecé controlando la comida y la comida terminó por controlar mi vida”. El inconformismo no nos lleva a todos al mismo final. A unos los lleva al alcoholismo. A otros a las drogas. A otros a la adición al trabajo. A otros a la práctica de deportes de riesgo. A otros al sexo compulsivo…El inconformismo si no se sabe gestionar conduce a consecuencias funestas. El inconformismo es un sentimiento interno, fuerte y profundo que controla la vida. En la resolución de los conflictos internos no vamos más allá de la piel. Es preciso bucear en el interior del alma porque es allí en donde se puede encontrar la solución. Es una visita  que no deseamos hacer porque tenemos miedo de descubrir lo que realmente somos. Preferimos mantener oculto el secreto tratando el malestar por medio de terapias externas que agravan todavía más la enfermedad espiritual.

La ex gimnasta explica: “Me  hacía mi propio menú a partir de un cálculo de calorías: trozos de pavo, queso fresco, yogur vegetal y media pieza de fruta. Al cabo de poco tiempo no permitieron que siguiese entrenándome y cuando ya no pude andar me ingresaron, y lo agradezco”. La joven gimnasta asegura que “era consciente que necesitaba ayuda, pero no sabía cómo hacerlo ni si me entenderían, y esperas y esperas”. La enfermedad se enquista y la situación empeora.

Olatz Rodríguez dice haber mantenido contacto con chicas anoréxicas muy jóvenes y “les pedía que lo dijeran a la familia…Estaban agradecidas de poder hablar con alguien que pasaba por lo mismo”. Es cierto, compartir un problema ayuda a suavizar los efectos pero no la causa que se mantiene intacta.

El Nuevo Testamento nos habla de dos clases de hombres: el hombre viejo y el nuevo. Por nacimiento natural todos pertenecemos a la tipología del hombre viejo, es decir de aquel que está  muerto en sus delitos y pecados. Se pertenece a la clase del hombre viejo por ser descendiente de Adán después de que se convirtiese en pecador, ignorando qué es el nuevo nacimiento por la fe en el Nombre de Jesús. La condición en que se encuentra le hace propenso a las adicciones causadas por las muchas injusticias que se observan en el mundo. La siquiatría, la sicología y las terapias que inciden sobe el hombre viejo que no ha sido redimido por la sangre que Jesús derramó en la cruz del Gólgota para la salvación del pecador, inciden en una naturaleza humana predispuesta al pecado en sus múltiples manifestaciones. Es por ello que los resultados que se consiguen son mínimos porque afectan únicamente a la sique de los adictos. 

Es imprescindible profundizar en estos dos tipos de hombre: el viejo y el nuevo. El apóstol Pablo es quien trata este tema. Como creo que es una novedad para el lector me tendré que esforzar a ser lo más claro posible.

Escribiendo el apóstol Pablo a los cristianos que vivían en la ciudad de Colosas les dice que abandonen el comportamiento que tenían antes de convertirse a Cristo. Dicho comportamiento nos es familiar porque diariamente lo vemos expuesto  en nuestro alrededor: “iras, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca, no mintáis los unos a los otros”. ¿Verdad que nos es muy familiar el comportamiento de los colosenses antes de convertirse a Cristo? Lo vemos expuesto a diario. ¿Por qué motivo los cristianos que vivían en Colosas tenían que abandonar este comportamiento tan indeseable? Por la sencilla razón de que “se habían despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3: 5-10). Hacer nuevo al hombre viejo no lo consigue ni la siquiatría, ni la sicología, ni ninguna filosofía que trate el comportamiento humano. Solamente Cristo lo consigue en aquellos que creen en Él. Como dice el texto de colosenses el hombre nuevo “conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”. El hombre nuevo es una creación que Dios hace en el hombre viejo el día que se convierte a Cristo y se va perfeccionando día a día hasta alcanzar a plenitud en el día de la resurrección. Hasta que no llegue este día los creyente en Cristo no serán perfectos como el Padre celestial es perfecto” (Mateo 5: 48).

Octavi Pereña i Cortina

 

dissabte, 17 de setembre del 2022

 

1 PEDRO 5: 7

“Echando toda vuestra solicitud sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”

El apóstol Pedro nos alerta de un problema de rabiosa actualidad hoy: la ansiedad y sus parientes: el estrés, el insomnio, el miedo…que en una sociedad secularizada como la nuestra se pretende combatir todo ello con pastillas hasta el punto que nos hemos convertido en una sociedad sedada. El remedio que propone el apóstol es que descarguemos nuestra ansiedad y parientes sobre Jesús porque Él tiene cuidado de nosotros.

El apóstol Pedro escribe a cristianos y los invita a que descarguen en Jesús la ansiedad que los agobia porque Él y solamente Él da el descanso al alma agobiada. Si el apóstol Pedro hace esta recomendación a sus lectores probablemente se debe a que trataban la ansiedad con los productos naturales de la época. En la nuestra el remedio que utilizamos es la química.

Cuanto más injusta sea una sociedad, más diversas son las causas que ocasionan ansiedad, depresión y las diversas dolencias que les acompañan y que se meten en la bolsa de “enfermedades mentales”. Como se han generalizado tanto en nuestros días y son tan perjudiciales para el bienestar de las personas es necesario que estemos bien despiertos para poder echar sobre Jesús la ansiedad que nos oprime. Es por ello que nos avisa de los perjuicios que ocasiona la pereza.

Proverbios que trata de manera específica la pereza, dice: “Pasé junto al campo del hombre perezoso, junto a la viña del hombre falto de entendimiento, y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida…Así vendrá como caminante tu necesidad, y tu pobreza como hombre armado” (Proverbios 24: 30-34).

La ruina que ocasiona la pereza en el campo de lo material es parecida a la que produce en el ámbito espiritual. ¿Por qué hay tantas personas que considerándose cristianas sufren  terriblemente afligidas por la denominadas “enfermedades mentales” que tanto daño ocasionan? De la misma manera que la pereza arruina la viña, así en el campo espiritual destruye las vidas de los perezosos que en vez de levantarse más pronto para leer la Biblia y orar e intimar con el Señor prefieren “cabecear otro poco” y apresurarse a salir de la cama para no llegar tarde al trabajo. Por no descargar nuestra ansiedad sobre Jesús las “enfermedades mentales” tan de moda hacen estragos en nuestras vidas.


 

SALMO 92: 1, 2

“Bueno es alabarte, oh Señor, y cantar salmos a tu Nombre oh Altísimo, anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche”

Bueno es alabar al Señor entonando salmos a su Nombre y anunciar su misericordia, ¿Cuándo? Por la maña y por la noche. Al inicio y al final de la jornada. Antes de entrar en los quehaceres del mundo. Antes de desayunar y de escuchar por la radio o la televisión el pronóstico del tiempo y las deprimentes noticias, es bueno que dediquemos un tiempo razonable para contactar con el Señor. No tenemos que olvidar nunca que Jesús es el pan y agua de vida que nuestras almas necesitan. Si el  alma no da muestras de que necesita el agua y el pan que es Jesús significa que está enferma y que tiene que ir al Médico antes de que sea demasiado tarde. Si la lectura de este comentario despierta en el lector la necesidad de alabar al Señor y de anunciar su misericordia indica que ha servido para descubrir la dolencia que pasaba desapercibida. Ha llegado la hora de cambiar la agenda del día. Tal vez será necesario avanzar la hora en que suene el despertador para dedicarle un tiempo al Señor. El alma  el cuerpo lo agradecerán pues al desaparecer las tensiones mentales el cuerpo estará más relajado y el cansancio crónico, si no es de origen fisiológico,  que nos debilita, desaparecerá. A la alabanza al Señor se le añadirá la gratitud al Señor por la mejoría de la salud.

El salmista recuerda también cada noche la fidelidad del Señor. Al finalizar  la trabajosa jornada el Señor ha permanecido al lado del lector animándolo. En todo   momento la fidelidad del Señor le ha acompañado. No le ha dejado solo y desamparado ni un solo segundo. Se habrá dado cuenta que los contratiempos con que se habrá enfrentado y que son ineludibles en este mundo caído en pecado los habrá afrontado con la paz del Señor que sobrepasa la comprensión humana. Bueno es recordar la fidelidad del Señor cada noche.

Los años pasan y menudean los achaques que anuncian que la vejez se acerca. El creyente en Cristo es consciente de ello. Por este motivo puede decir con el apóstol Pablo: “Aunque este nuestro exterior se va desgastando, e interior no obstante se renueva d día en día” (2 Corintios 4: 16). El salmista dice lo mismo con otras palabras: “Aun en la vejez fructificarán, estarán vigorosos y verdes” (Salmo 92: 14). En la vejez los creyentes en Cristo no tienen que temer “porque los que esperan en el Señor tienen nuevas fuerzas, levantan alas como las águilas, corren y no se cansan, caminan y no se fatigan” (Isaías 40: 31). La fidelidad del Señor acompaña al creyente durante todo el peregrinaje por esta tierra.

 

 

 

MONOGAMIA Y SALUD SEXUAL

<b>La pornografía espiritualmente rompe la fidelidad conyugal</b>

<b>Laura Càmara</b>, enfermera especialista en ginecología, obstetricia y sexóloga, refiriéndose a las maneras como  las personas actualmente se relacionan desde el punto de vista sexual, dice: “Se da un aumento en el número de parejas sexuales, de recambios y sucesiones de parejas, esto significa que nos ponemos en más riesgos y aumentan las posibilidades de relaciones sin protección, además se han normalizado otras prácticas sexuales más allá del coito, como es sexo oral, por el cual nos protegemos menos”.

El desenfreno sexual que es el resultado de hacer lo que a uno le plazca en nombre de la libertad nos ha llevado a unos resultados de los que nos lamentamos. Quienes proponen hacer con su cuerpo lo que mejor  les plazca venden el gozo de la sensualidad sin freno, pero nada dicen de las consecuencias perjudiciales de la satisfacción sensual sin límites.

El Creador ha dotado a los hombres y a las mujeres con el don del sexo: “Fructificad y multiplicaos” (Génesis 1: 28). Sin la atracción sexual este encargo no se podría cumplir. El hombre y la mujer pasarían el uno al lado de la otra sin inmutarse. La Tierra se quedaría despoblada. La atracción sexual habría sido una balsa de aceite si no hubiese sido que Satanás que por mediación de Eva indujo a Adán a pecar insinuándole a comer el fruto del árbol prohibido. La consecuencia de la desobediencia de Adán fue la contaminación de la santidad sexual. De ahí nacen todas las perversiones sexuales que hacen ir de culo a las autoridades sanitarias por el incremento de las enfermedades de transmisión sexual que se detectan y a las autoridades civiles  por la proliferación de delitos relacionados con el sexo. Quienes promueven la libertad sexual antes de abrir la boca tendrían que explicar las malas consecuencias que afectan a quienes la practican.

Como hemos dicho antes, el pecado de Adán ha trastornado el sentido que el Creador ha dado al sexo convirtiéndolo en una atracción indiscriminada: “La lámpara del cuerpo es el ojo, así que si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz, pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mateo 6: 22, 23). Jesús aporta luz a este texto cuando dice. “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5: 28). La atracción sexual comienza en el ojo. Si el ojo es bueno, que es la consecuencia de una verdadera conversión a Cristo, no se dejara seducir por la belleza de la mujer del prójimo. La mirada codiciosa se da tanto en el hombre como en la mujer. Pero el ojo bueno, tanto del hombre como de la mujer, impulsa a rechazar la seducción que puede llevar al pecado sexual. La realidad es evidente: Muchas son las personas que tienen el ojo malo por no haberse convertido a Cristo. El proverbio: “El infierno y la destrucción nunca se sacian, y los ojos del hombre” (y los de la mujer) tampoco no están satisfechos” (Proverbios 27: 20). Esta insatisfacción lleva al sexo compulsivo que tanto daño ocasiona: naufragios matrimoniales, perjudica a los hijos, promueve  la violencia machista y a la cosificación de la mujer…El ojo malo es el que lleva a los pecadores a decir: “No he hecho nada malo” (Proverbios 20: 20).

“Cualquiera que mira a una mujer” (a un hombre) para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella” (o con él) “en su corazón”. La pornografía juega un papel muy importante en la comisión de adulterio espiritual. Hace naufragar a un buen número de matrimonios a la vez que promueve el machismo que tanta violencia comete contra la mujer. ¡Cuán importante es tener un ojo bueno por la fe en Jesús! Este milagro es necesario que se produzca en personas de todas las edades porque así se considerará “honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla” (Hebreos 13: 4a). A quienes no honren el matrimonio y no estén dispuestos a mantener el lecho sin mancilla “Dios los juzgará por fornicarios y adúlteros” (4b).

Dios no es un aguafiestas como como muchos piensan. Pretende que las personas sean felices y concretamente a los matrimonios para preservarlos del naufragio. Aconseja tanto a cristianos como a incrédulos que apliquen el remedio que receta mediante la pluma del apóstol Pablo: “En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno será al hombre no tocar mujer, pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido, ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo, para ocuparos sosegadamente en la oración, y  volved a juntaros en uno para que no os tiente Satanás  a causa de vuestra incontinencia” (1 Corintios 7: 1-5).

La monogamia hace felices a los conyugues a la vez que es el antídoto contra las enfermedades de transmisión sexual.

Octavi Pereña i Cortina

 

diumenge, 11 de setembre del 2022

 

ADOLESCENCIA EXTRAVIADA

<b>La sabiduría de Dios aparta a los adolescentes de su destrucción

El Roto en una de sus viñetas describe a un joven de características punk que se pregunta: “Me he apuntado a una peña y ya no pienso como yo”. Alguien ha descrito a esta juventud, así: “Impulsivos, inconscientes, caprichosos impunes. Reyezuelos que arrastran el grupo o siervos que siguen al líder sin importarles el daño o el dolor que pueden causar, entre otros motivos porque ninguno de ellos es capaz  de ponerse en el lugar de la víctima”. El autor de esta cita considera a los miembros delas bandas callejeras antisociales como personas carentes de empatía, dicho de manera más clara, faltos de auténtico amor hacia las personas. Esta carencia se refleja en el trato que dan a los sin techo, a los grupos sociales marginales, a los miembros de partidos políticos de otro signo, a las minorías religiosas, a los que optan por una sexualidad distinta a la normal. No se puede dejar de lado la violencia que ejercen sobre la mujer. “La Manada” ha dado nombre a estos grupos que disfrutan vejando sexualmente a mujeres.

Una reseña de hace dos o tres años. La fecha no importa porque encaja perfectamente con algunos acontecimientos de hoy: “Seis menores de edad hirieron con una botella de vidrio a un indigente que dormía en la calle, en el barrio de Horta de Barcelona, durante la madrugada de ayer”. Noticias parecidas se repiten a menudo y se intenta neutralizarlas  encendiendo velas, minutos de silencio, parlamentos. Las bandas de adolescentes incívicos siguen protagonizando excesos antisociales porque las protestas pacíficas no cambian su manera de ser violenta de estos adolescentes que desconocen el amor de Dios y que no pueden con aquellos colectivos o personas que no les caen bien.

Toda la Palabra de Dios es útil para instruir en justicia para que las personas se amen unas a otras y busquen mutuamente el bien del otro.  Amor, ingrediente imprescindible para alcanzar una sociedad pacífica en la que desaparezca el miedo de que un indigente sea maltratado hasta la muerte por el mero hecho de dormir en la calle, que una persona que haya escogido una sexualidad distinta a la que Dios ha otorgado sea ultrajada, que una mujer que camine sola sea asaltada por una manada de depredadores sexuales incapaces de controlar sus pasiones. A todo ello y mucho más nos ayudará a encontrar solución el libro de Proverbios.

El texto que necesitamos comentar  y que aporta luz al comportamiento punk que el Roto denuncia en su viñeta lo encontramos en Proverbios 1. El propósito de Dios al escribir Proverbios con la mano de Salomón es: “Dar seguridad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura” (1:4). El Padre celestial que muestra su amor profundo hacia su hijo díscolo en la parábola del “Hijo pródigo”, sale cada amanecer al camino oteando la lejanía esperando ver el regreso del hijo perdido que se había ido a un país lejano en donde malgastó su herencia viviendo en un constante jolgorio. Un día el padre ve la diminuta figura de su hijo a lo lejos. Se apresura a ir a su encuentro. Se abrazan. El padre perdona el pecado de su hijo. El Padre celestial se dirige a cada uno de los hijos pródigos con estas palabras: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre, porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello” (vv. 8,9). De momento puede ser posible que el consejo paterno caiga en saco roto. Más tarde puede ser posible que con corazón compungido, se diga: “¡Si hubiese hecho caso a las palabras de mi padre ¡”Aquellas palabras que parecía que no habían llegado al corazón del hijo quedaron almacenadas en el fondo de él para despertarse en el momento oportuno y hacer reflexionar al hijo indócil que creía que las amonestaciones paternas no tenían otro motivo que hacerle la puñeta.

Un consejo a los hijos: por encontrarse Proverbios en la Biblia los lecciones que da son atemporales. No envejecen. No caducan. Son oportunas para los adolescentes de hoy: “Hijo mío, si los pecadores te quieren engañar, no consientas. Si dicen  Ven con nosotros, pongamos asechanzas para derramar sangre, acechémoslos sin motivo al inocente, los tragaremos vivos como los que descienden a la fosa” (vv. 10-12). El padre angustiado ante el temor de que su hijo pueda caer en las garras de una “manada” de amigos incívicos que no dudan en cometer hechos delictivos, le dice: “Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas, porque sus pies corren hacia el mal, y van presurosos a derramar sangre. Porque en vano se tenderá la red, ante los ojos de toda ave, pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, y a sus almas tienden lazo. Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores” (vv. 15-19).

Salomón inspirado por el Espíritu Santo concede más sabiduría a las aves que a los adolescentes engreídos. Los pájaros si ven preparar el lazo no se dejan atrapar en él. Los adolescentes que no creen que exista una ley superior que regule sus vidas transcurren por el camino ancho que lleva a la perdición: “A su propia sangre ponen acechanzas, y a sus almas tienden lazo” (v.18). Al no tener temor de Dios los adolescentes que viven como si no hubiese Ley se convierten en necios que no se dan cuenta que con su manera de vivir desordenada colocan en el camino los lazos que son su perdición.

Octavi Pereña i Cortina

 

 

ADOLESCENCIA EXTRAVIADA

<b>La sabiduría de Dios aparta a los adolescentes de su destrucción

El Roto en una de sus viñetas describe a un joven de características punk que se pregunta: “Me he apuntado a una peña y ya no pienso como yo”. Alguien ha descrito a esta juventud, así: “Impulsivos, inconscientes, caprichosos impunes. Reyezuelos que arrastran el grupo o siervos que siguen al líder sin importarles el daño o el dolor que pueden causar, entre otros motivos porque ninguno de ellos es capaz  de ponerse en el lugar de la víctima”. El autor de esta cita considera a los miembros delas bandas callejeras antisociales como personas carentes de empatía, dicho de manera más clara, faltos de auténtico amor hacia las personas. Esta carencia se refleja en el trato que dan a los sin techo, a los grupos sociales marginales, a los miembros de partidos políticos de otro signo, a las minorías religiosas, a los que optan por una sexualidad distinta a la normal. No se puede dejar de lado la violencia que ejercen sobre la mujer. “La Manada” ha dado nombre a estos grupos que disfrutan vejando sexualmente a mujeres.

Una reseña de hace dos o tres años. La fecha no importa porque encaja perfectamente con algunos acontecimientos de hoy: “Seis menores de edad hirieron con una botella de vidrio a un indigente que dormía en la calle, en el barrio de Horta de Barcelona, durante la madrugada de ayer”. Noticias parecidas se repiten a menudo y se intenta neutralizarlas  encendiendo velas, minutos de silencio, parlamentos. Las bandas de adolescentes incívicos siguen protagonizando excesos antisociales porque las protestas pacíficas no cambian su manera de ser violenta de estos adolescentes que desconocen el amor de Dios y que no pueden con aquellos colectivos o personas que no les caen bien.

Toda la Palabra de Dios es útil para instruir en justicia para que las personas se amen unas a otras y busquen mutuamente el bien del otro.  Amor, ingrediente imprescindible para alcanzar una sociedad pacífica en la que desaparezca el miedo de que un indigente sea maltratado hasta la muerte por el mero hecho de dormir en la calle, que una persona que haya escogido una sexualidad distinta a la que Dios ha otorgado sea ultrajada, que una mujer que camine sola sea asaltada por una manada de depredadores sexuales incapaces de controlar sus pasiones. A todo ello y mucho más nos ayudará a encontrar solución el libro de Proverbios.

El texto que necesitamos comentar  y que aporta luz al comportamiento punk que el Roto denuncia en su viñeta lo encontramos en Proverbios 1. El propósito de Dios al escribir Proverbios con la mano de Salomón es: “Dar seguridad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura” (1:4). El Padre celestial que muestra su amor profundo hacia su hijo díscolo en la parábola del “Hijo pródigo”, sale cada amanecer al camino oteando la lejanía esperando ver el regreso del hijo perdido que se había ido a un país lejano en donde malgastó su herencia viviendo en un constante jolgorio. Un día el padre ve la diminuta figura de su hijo a lo lejos. Se apresura a ir a su encuentro. Se abrazan. El padre perdona el pecado de su hijo. El Padre celestial se dirige a cada uno de los hijos pródigos con estas palabras: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre, porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello” (vv. 8,9). De momento puede ser posible que el consejo paterno caiga en saco roto. Más tarde puede ser posible que con corazón compungido, se diga: “¡Si hubiese hecho caso a las palabras de mi padre ¡”Aquellas palabras que parecía que no habían llegado al corazón del hijo quedaron almacenadas en el fondo de él para despertarse en el momento oportuno y hacer reflexionar al hijo indócil que creía que las amonestaciones paternas no tenían otro motivo que hacerle la puñeta.

Un consejo a los hijos: por encontrarse Proverbios en la Biblia los lecciones que da son atemporales. No envejecen. No caducan. Son oportunas para los adolescentes de hoy: “Hijo mío, si los pecadores te quieren engañar, no consientas. Si dicen  Ven con nosotros, pongamos asechanzas para derramar sangre, acechémoslos sin motivo al inocente, los tragaremos vivos como los que descienden a la fosa” (vv. 10-12). El padre angustiado ante el temor de que su hijo pueda caer en las garras de una “manada” de amigos incívicos que no dudan en cometer hechos delictivos, le dice: “Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas, porque sus pies corren hacia el mal, y van presurosos a derramar sangre. Porque en vano se tenderá la red, ante los ojos de toda ave, pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, y a sus almas tienden lazo. Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores” (vv. 15-19).

Salomón inspirado por el Espíritu Santo concede más sabiduría a las aves que a los adolescentes engreídos. Los pájaros si ven preparar el lazo no se dejan atrapar en él. Los adolescentes que no creen que exista una ley superior que regule sus vidas transcurren por el camino ancho que lleva a la perdición: “A su propia sangre ponen acechanzas, y a sus almas tienden lazo” (v.18). Al no tener temor de Dios los adolescentes que viven como si no hubiese Ley se convierten en necios que no se dan cuenta que con su manera de vivir desordenada colocan en el camino los lazos que son su perdición.

Octavi Pereña i Cortina

 

dissabte, 3 de setembre del 2022

 

JOB 12: 23

“Engrandece a las naciones y las destruye, esparce a las naciones y las vuelve a reunir”

El hombre propone pero Dios dispone, dice la sabiduría popular. Es posible que dicho proverbio lo dijese algún hijo de Dios para quedar registrado en el refranero popular. El texto que comentamos nos muestra la autoridad suprema que Dios ejerce sobre las naciones. Los dirigentes políticos creen que poseen el control de las naciones porque a antojo deciden su destino. Realmente es Dios quien ejerce el control de los acontecimientos.  Los políticos proponen pero Dios dispone.

¡Cuántas veces situaciones inesperadas cambian las circunstancias. Los cambios inesperados no provienen de un destino impersonal, de una casualidad. El verdadero origen de los acontecimientos se encuentra en Dios que “Engrandece a las naciones y las destruye, esparce a las naciones y las vuelve a reunir”

“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la Tierra…de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la Tierra, y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación” (Hechos 17: 24, 26).

Como Creador que es Dios del cielo y de la Tierra y por haber prefijado el orden de los tiempos, las decisiones políticas  que alteran a su antojo las fronteras, de hecho es Dios quien entre bastidores decide los cambios de los límites ya que Él decide los cambios de las fronteras.

Es cierto que no podemos entender  porque las cosa son tal como son. Tenemos que tener presente que los pensamientos del Señor son más altos que los nuestros y que sus caminos nada tienen que ver con los nuestros.

El profeta Jeremías relata la parábola del alfarero. El Señor le dice al alfarero que vaya al taller del ceramista y observe lo que allí ocurre. Observa al artesano modela que  una vasija que se le echa a perder y con la misma masa de barro hace una de nueva. Entonces vino la palabra del Señor que le dijo al profeta: “¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero oh casa de Israel? dice el Señor. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel” (Jeremías 18: 6). Aportando luz al texto que comentamos, el Señor sigue diciendo: “En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir” (v. 17). Cuando colma el vaso de la iniquidad, Él que conoce al dedillo todo el quehacer humano, con justicia destruye a las naciones que han llegado al punto que les es imposible arrepentirse: “Y vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la Tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6: 5). El Diluvio anunciado se presentó y solo ocho personas justas se salvaron de morir ahogadas.

SALMO 27: 1

“El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?

Solamente un verdadero creyente puede pronunciar una declaración como la que hace el salmista en el texto que comentamos. ¿Puede el lector decir: “El Señor es mi luz y mi salvación? S i no puede hacerlo se encuentra desprotegido de las aguas torrenciales que impactan con fuerza en su persona. El salmista para quien el Señor es su luz y su salvación, se pregunta: ¿de quién temeré? Esta pregunta a la vez es una respuesta: de nada ni de nadie. Nada ni nadie me provocará miedo porque el Señor es el baluarte de mi vida. ¿Quién podrá atemorizarme? El salmista emplea el símil de un baluarte, un castillo que protege de un ejército invasor. Humanamente hablando no existe manera mejor de describir la omnipotencia de Dios. Protegido tras el muro del baluarte, ¿quién podrá atemorizarme?

El mundo conflictivo en que vivimos  engendra muchos miedos. Las personas que desconocen que el Señor es el baluarte que puede protegerlos de los muchos enemigos que los envuelven buscan refugiarse en las pastillas anti estrés, ansiolíticos, bebidas energizantes…Todo ello escudos de cartón que no protegen de los dardos de fuego del Maligno que se encuentra detrás de todas las situaciones que engendran miedo.

“Aunque un ejército acampe  contra mí, no temerá mi corazón, aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado” (v.3).

Inmerso en una lluvia torrencial el salmista entona un cántico de victoria:

“Una cosa he pedido al Señor, ésta buscaré, que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y para examinar su templo. Porque Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal, me ocultará  en lo reservado de su morada. Sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo, cantaré y entonaré alabanzas al Señor”  (vv. 4-6).

Teniendo a Jesús como baluarte no existe enemigo que pueda infundirnos miedo.

 

 

MUNDO TRASTOCADO

<b>Nos encontramos con la incapacidad de saber convivir en paz</b>

¿Cómo ha sido posible que en los cuatro últimos años se hayan producido consecuencias tan destructivas? Vivimos en una época de avances científicos sin precedentes que nos hacen pensar que somos dioses. El cientifismo nos hace creer que podemos solucionar todos los problemas que se nos planean. La verdad es que se agravan y se añaden de nuevos que empeoran la situación. Refiriéndose al mundo trastocado en que vivimos. <b>Manuel Castells</b> hace este diagnóstico: “Es la organización social de los humanos la que nos induce múltiples procesos destructivos entrelazados. No nos enfrentamos a una maldición, sino a nosotros mismos, a nuestra incapacidad de coexistir en paz. Tiempos de volver a la raíz y reconoce nuestra humanidad comuna y gestionarla desde el ámbito público”

 Cuando <b>Manuel Castells</b> escribe: “No nos enfrontamos a una maldición” está descartando toda posibilidad de solución espiritual  del problema social que nos toda de lleno. Desde la Caída en el Edén el hombre ha sido incapaz de gestionar bien sus asuntos. En la Caída además del factor humano se encuentra la colaboración de Satanás que es el culpable de que Dios maldijese la Tierra. Es corresponsable de nuestros infortunios. Ante la evidencia de que nos encontramos en un mundo trastocado <b>Manuel Castells</b> niega que el mundo trastocado que nos toca vivir la maldición de Dios tenga algo que ver.

<b>Massino Recolcati</b>, escribe: “Si la modernidad ha marcado el momento de la justa emancipación del Yo de los oscurantismos irracionales de la superstición”. Si la razón con toda la supremacía que se le concede es incapaz de reparar los males que fabrica el <i>homo sapiens sapiens</i>, ¿por qué denigrar a la espiritualidad catalogándola de oscurantismo irracional? Es cierto que existe mucha falsa espiritualidad como también mucha falsa ciencia. Porque exista falsa ciencia, a la verdadera ¿se la acusará de oscurantismo irracional? A pesar del desprestigio que hoy goza la Religión se la tiene que tener en cuenta  si en verdad se desea dejar atrás este mundo trastocado que es presente por nuestra mala cabeza. A pesar de que <b>Massino Recolcati</b> considera que la modernidad ha emancipado al Yo de los oscurantismos irracionales, es obligatorio acudir a los tres primeros capítulos de Génesis que narran nuestros orígenes según Dios. Sin ellos es totalmente imposible entender el mundo trastocado en que vivimos.

Los evolucionistas nos dicen que del menos vamos al más. Del primate al <i>homo sapiens sapiens</i>. Según ellos todavía nos queda mucho camino evolutivo  que recorrer para mejorar la raza. Los tres primeros capítulos de Génesis nos enseñan todo lo contrario: de más vamos a menos. Estos capítulos nos enseñan que el hombre es una creación directa de Dios y que  no tuvo necesidad de utilizar a un primate al que infundir el aliento de vida  que hace del hombre un ser viviente. Ningún parentesco nos une a los primates: “No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra la de las bestias,  otra la de los peces, y otra la de las aves” (1 Corintios 15: 39). La materia original del cuerpo humano no es de origen animal, proviene del polvo de la tierra: “Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2: 7). Una vez terminada la creación: “Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1: 31).

Sabemos por Génesis 3 que un ser espiritual malvado intervino en el hombre que había sido creado “bueno en gran manera” con el fin de que dejase de serlo (Génesis 3: 1-7). Pero el Señor Dios no deja al hombre en el estado ruinoso al que le había llevado su desobediencia. Génesis 3: 15 es la primera profecía que anuncia el Salvador que por la fe en el Nombre de Jesús  el creyente será una nueva creación: “Y pondré enemistad entre ti (el diablo) y la mujer, y entre tu simiente y la simiente de la mujer (Jesús), ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón”. Una referencia clara de Jesús muriendo en la cruz para salvación del pueblo de Dios.

<b>Margaret Thatcher, primera ministra de Gran Bretaña, cuando se inició en política quería salvar el mundo. La realidad le hizo ver que esta ilusión era inalcanzable. Cuando cayó del caballo escribió: “En los años de mi juventud, cuando empezaba mi carrera política, con todas mis esperanzas, sueños y ambiciones, a mí y a muchos de mis contemporáneos nos parecía que si llegásemos a un período en donde tuviésemos buenas casas, una buena educación, y un nivel de vida respetable, entonces todo quedaría resuelto, y tendríamos un buen futuro, y todo sería mucho más fácil. Ahora sabemos que esto no es así. Nos enfrentamos a los verdaderos problemas de la naturaleza humana. ¿Por qué tropezamos con tantos casos de crueldad hacia los niños? ¿Por qué vemos tantos casos de crueldad hacia los animales? ¿Por qué las personas recurren al terrorismo? ¿Por qué la gente recurre a las drogas? Estos son problemas mucho más difíciles. ¿Por qué cuando lo tienes todo, algunas personas recurren a estas cosas tan viles que minan toda la civilización?” La respuesta es muy sencilla: Menosprecian los tres primeros capítulos de Génesis que hablan de nuestros orígenes según el Creador y por la fe en el Mesías anunciado que  regenera al pecador  abriéndole la esperanza en la gloria futura.

Octavi Pereña i Cortina