DICTADORES
<b>El poder de los
dictadores se desvanece como el rocío a la salida del sol</b>
El libro Hechos de los
Apóstoles describe la muerte del rey Herodes Agripa I cuando se encontraba en
Cesarea. Perteneció a una familia que no se caracterizó por la justicia. Sus
antecesores en el trono se mantuvieron en él gracias a las intrigas palaciegas
y los asesinatos. Su abuelo Herodes el Grande intentó matar al niño Jesús por
considerar que podría destronarlo. El relato dice. “Y Herodes estaba enojado
contra los de Tiro y Sidón…pedían paz porque su territorio era abastecido por
el rey. Y el día señalado, Herodes vestido de ropas reales, se sentó en el
tribunal y los arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, no de un
hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a
Dios, y expiró comido de gusanos” (Hechos 12. 20-23).
El historiador judío
Flavio Josefo que se puso al servicio de Roma, se refiere a Herodes Agripa I
que se encontraba en Cesarea dando una fiesta en honor al emperador Claudio.
Herodes vestía una túnica tejida con hilo de plata que reflejaba los rayos del
sol. En medio de los aplausos de los presentes comenzó a encontrarse mal,
siendo trasladado a su residencia en donde murió al cabo de cinco días.
Ambos textos coinciden en
el vestido. El bíblico dice “vestido de ropas reales”, es decir no ordinarias.
El de Flavio “túnica tejida con hilo de plata”. Los textos difieren en el
comportamiento de los asistentes al acto. El bíblico dice: “El pueblo aclamaba
gritando: “¡Voz de Dios y no de hombre!” El de Flavio: “En medio de los
aplausos de los presentes”. Ambos textos coinciden en decir que Herodes murió
pero no de la manera que sucedió. El texto bíblico dice: “Al momento un ángel
del Señor le hirió por cuanto no dio la gloria a Dios, y expiró comido de
gusanos”. El de Flavio. “Comenzó a sentirse mal, siendo trasladado a su
residencia en donde murió al cabo de cinco días”. El texto bíblico dice que la
muerte repentina de Herodes se debió a un acto de la justicia divina. El de
Flavio que Herodes murió de muerte natural como la mayoría de las personas..
El lector que ha llegado
hasta aquí se preguntará el motivo por el que he expuesto la muerte de Herodes
explicada por dos fuentes. Me ha impulsado a hacerlo una breve nota d prensa
que lleva por título: “Torturas y violaciones. El “inhumano” sistema de prisión
en Corea del Norte”. Al texto le acompaña una fotografía del dictador Kim
Jung-un ante un fondo que viene a representar un sol brillante. Todos los
dictadores creen que tienen el cargo por
la “gracia de Dios” y por ello están autorizados a defender a capa y espada el
cargo con toda clase de crímenes porque se sienten legitimados a cometerlos. Es
cierto lo que dice el apóstol Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades
superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay por
Dios han sido establecidas”. Si el texto bíblico terminas aquí podríamos
entender que las autoridades están autorizadas a actuar como ancha Castilla.
Hacer y deshacer a placer. Pero no, el texto sigue diciendo: “Porque las
autoridades no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.
¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de
ella, porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo”
(Romanos 13: 1, 3, 4). Lo que está mal o bien no lo dictan los dictadores, lo
determina la Biblia. Las autoridades
como servidores de Dios deben gobernar
guiados por los principios bíblicos de la justicia.
Debido al reyezuelo que
todos llevamos dentro nos comportamos como pequeños dictadores en el hogar,
convirtiéndolo en un infierno. La cosa va en aumento en la escuela haciendo muy
difícil la convivencia con los compañeros por el carácter autoritario. La
situación alcanza el disloque en el momento en que Dios dispone que un pequeño
dictador obtenga el poder. “Estando atestados de toda injusticia, fornicación,
perversidad, avaricia, maldad, llenos de
envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores
de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia” (Romanos 1. 29-31). Comportamiento que se
manifiesta con más o menos intensidad en el ciudadano de a pie pero que se
percibe de manera extrema en el dictador.
Un informe de Human Right
Watch que acompaña la nota de prensa citada previamente, se puede aplicar con
matices en todas las naciones, incluso en las que presumen ser “democracias
consolidadas”. La investigación titulada: “Valemos menos que un animal”, habla de
abusos y violaciones del debido proceso durante la detención preventiva en
Corea del Norte, subrayando las lagunas del sistema penal y del marco jurídico
del preso que resulta en la tortura generalizada y sistemática de aquellos que
están arrestados. El informe da varias
recomendaciones al régimen para poner fin a la tortura endémica y degradante en
centros de prisión preventiva e interrogatorios. Según la nota de prensa el
informe es el resultado de entrevistas realizadas a 46 norte coreanos que habían
sido detenidos.
A pesar de que los
dictadores pueden terminar sus vidas no siendo “comidos por los gusanos” como
le sucedió a Herodes Agripa I, no podrán justificar sus crímenes cometidos
cuando tengan que presentarse ante el tribunal de Cristo y tengan que escuchar
de los labios del Juez: “Os digo que no sé de dónde sois, apartaos de mí todos
vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes” (Lucas 13: 27,28). No les
valdrá la excusa: “Tú nos has dado la autoridad y el poder”.
Octavi Pereña i Cortina DICTADORES
<b>El poder de los
dictadores se desvanece como el rocío a la salida del sol</b>
El libro Hechos de los
Apóstoles describe la muerte del rey Herodes Agripa I cuando se encontraba en
Cesarea. Perteneció a una familia que no se caracterizó por la justicia. Sus
antecesores en el trono se mantuvieron en él gracias a las intrigas palaciegas
y los asesinatos. Su abuelo Herodes el Grande intentó matar al niño Jesús por
considerar que podría destronarlo. El relato dice. “Y Herodes estaba enojado
contra los de Tiro y Sidón…pedían paz porque su territorio era abastecido por
el rey. Y el día señalado, Herodes vestido de ropas reales, se sentó en el
tribunal y los arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, no de un
hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a
Dios, y expiró comido de gusanos” (Hechos 12. 20-23).
El historiador judío
Flavio Josefo que se puso al servicio de Roma, se refiere a Herodes Agripa I
que se encontraba en Cesarea dando una fiesta en honor al emperador Claudio.
Herodes vestía una túnica tejida con hilo de plata que reflejaba los rayos del
sol. En medio de los aplausos de los presentes comenzó a encontrarse mal,
siendo trasladado a su residencia en donde murió al cabo de cinco días.
Ambos textos coinciden en
el vestido. El bíblico dice “vestido de ropas reales”, es decir no ordinarias.
El de Flavio “túnica tejida con hilo de plata”. Los textos difieren en el
comportamiento de los asistentes al acto. El bíblico dice: “El pueblo aclamaba
gritando: “¡Voz de Dios y no de hombre!” El de Flavio: “En medio de los
aplausos de los presentes”. Ambos textos coinciden en decir que Herodes murió
pero no de la manera que sucedió. El texto bíblico dice: “Al momento un ángel
del Señor le hirió por cuanto no dio la gloria a Dios, y expiró comido de
gusanos”. El de Flavio. “Comenzó a sentirse mal, siendo trasladado a su
residencia en donde murió al cabo de cinco días”. El texto bíblico dice que la
muerte repentina de Herodes se debió a un acto de la justicia divina. El de
Flavio que Herodes murió de muerte natural como la mayoría de las personas..
El lector que ha llegado
hasta aquí se preguntará el motivo por el que he expuesto la muerte de Herodes
explicada por dos fuentes. Me ha impulsado a hacerlo una breve nota d prensa
que lleva por título: “Torturas y violaciones. El “inhumano” sistema de prisión
en Corea del Norte”. Al texto le acompaña una fotografía del dictador Kim
Jung-un ante un fondo que viene a representar un sol brillante. Todos los
dictadores creen que tienen el cargo por
la “gracia de Dios” y por ello están autorizados a defender a capa y espada el
cargo con toda clase de crímenes porque se sienten legitimados a cometerlos. Es
cierto lo que dice el apóstol Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades
superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay por
Dios han sido establecidas”. Si el texto bíblico terminas aquí podríamos
entender que las autoridades están autorizadas a actuar como ancha Castilla.
Hacer y deshacer a placer. Pero no, el texto sigue diciendo: “Porque las
autoridades no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.
¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de
ella, porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo”
(Romanos 13: 1, 3, 4). Lo que está mal o bien no lo dictan los dictadores, lo
determina la Biblia. Las autoridades
como servidores de Dios deben gobernar
guiados por los principios bíblicos de la justicia.
Debido al reyezuelo que
todos llevamos dentro nos comportamos como pequeños dictadores en el hogar,
convirtiéndolo en un infierno. La cosa va en aumento en la escuela haciendo muy
difícil la convivencia con los compañeros por el carácter autoritario. La
situación alcanza el disloque en el momento en que Dios dispone que un pequeño
dictador obtenga el poder. “Estando atestados de toda injusticia, fornicación,
perversidad, avaricia, maldad, llenos de
envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores
de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia” (Romanos 1. 29-31). Comportamiento que se
manifiesta con más o menos intensidad en el ciudadano de a pie pero que se
percibe de manera extrema en el dictador.
Un informe de Human Right
Watch que acompaña la nota de prensa citada previamente, se puede aplicar con
matices en todas las naciones, incluso en las que presumen ser “democracias
consolidadas”. La investigación titulada: “Valemos menos que un animal”, habla de
abusos y violaciones del debido proceso durante la detención preventiva en
Corea del Norte, subrayando las lagunas del sistema penal y del marco jurídico
del preso que resulta en la tortura generalizada y sistemática de aquellos que
están arrestados. El informe da varias
recomendaciones al régimen para poner fin a la tortura endémica y degradante en
centros de prisión preventiva e interrogatorios. Según la nota de prensa el
informe es el resultado de entrevistas realizadas a 46 norte coreanos que habían
sido detenidos.
A pesar de que los
dictadores pueden terminar sus vidas no siendo “comidos por los gusanos” como
le sucedió a Herodes Agripa I, no podrán justificar sus crímenes cometidos
cuando tengan que presentarse ante el tribunal de Cristo y tengan que escuchar
de los labios del Juez: “Os digo que no sé de dónde sois, apartaos de mí todos
vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes” (Lucas 13: 27,28). No les
valdrá la excusa: “Tú nos has dado la autoridad y el poder”.
Octavi Pereña i Cortina
DICTADORES
<b>El poder de los
dictadores se desvanece como el rocío a la salida del sol</b>
El libro Hechos de los
Apóstoles describe la muerte del rey Herodes Agripa I cuando se encontraba en
Cesarea. Perteneció a una familia que no se caracterizó por la justicia. Sus
antecesores en el trono se mantuvieron en él gracias a las intrigas palaciegas
y los asesinatos. Su abuelo Herodes el Grande intentó matar al niño Jesús por
considerar que podría destronarlo. El relato dice. “Y Herodes estaba enojado
contra los de Tiro y Sidón…pedían paz porque su territorio era abastecido por
el rey. Y el día señalado, Herodes vestido de ropas reales, se sentó en el
tribunal y los arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, no de un
hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a
Dios, y expiró comido de gusanos” (Hechos 12. 20-23).
El historiador judío
Flavio Josefo que se puso al servicio de Roma, se refiere a Herodes Agripa I
que se encontraba en Cesarea dando una fiesta en honor al emperador Claudio.
Herodes vestía una túnica tejida con hilo de plata que reflejaba los rayos del
sol. En medio de los aplausos de los presentes comenzó a encontrarse mal,
siendo trasladado a su residencia en donde murió al cabo de cinco días.
Ambos textos coinciden en
el vestido. El bíblico dice “vestido de ropas reales”, es decir no ordinarias.
El de Flavio “túnica tejida con hilo de plata”. Los textos difieren en el
comportamiento de los asistentes al acto. El bíblico dice: “El pueblo aclamaba
gritando: “¡Voz de Dios y no de hombre!” El de Flavio: “En medio de los
aplausos de los presentes”. Ambos textos coinciden en decir que Herodes murió
pero no de la manera que sucedió. El texto bíblico dice: “Al momento un ángel
del Señor le hirió por cuanto no dio la gloria a Dios, y expiró comido de
gusanos”. El de Flavio. “Comenzó a sentirse mal, siendo trasladado a su
residencia en donde murió al cabo de cinco días”. El texto bíblico dice que la
muerte repentina de Herodes se debió a un acto de la justicia divina. El de
Flavio que Herodes murió de muerte natural como la mayoría de las personas..
El lector que ha llegado
hasta aquí se preguntará el motivo por el que he expuesto la muerte de Herodes
explicada por dos fuentes. Me ha impulsado a hacerlo una breve nota d prensa
que lleva por título: “Torturas y violaciones. El “inhumano” sistema de prisión
en Corea del Norte”. Al texto le acompaña una fotografía del dictador Kim
Jung-un ante un fondo que viene a representar un sol brillante. Todos los
dictadores creen que tienen el cargo por
la “gracia de Dios” y por ello están autorizados a defender a capa y espada el
cargo con toda clase de crímenes porque se sienten legitimados a cometerlos. Es
cierto lo que dice el apóstol Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades
superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay por
Dios han sido establecidas”. Si el texto bíblico terminas aquí podríamos
entender que las autoridades están autorizadas a actuar como ancha Castilla.
Hacer y deshacer a placer. Pero no, el texto sigue diciendo: “Porque las
autoridades no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.
¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de
ella, porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo”
(Romanos 13: 1, 3, 4). Lo que está mal o bien no lo dictan los dictadores, lo
determina la Biblia. Las autoridades
como servidores de Dios deben gobernar
guiados por los principios bíblicos de la justicia.
Debido al reyezuelo que
todos llevamos dentro nos comportamos como pequeños dictadores en el hogar,
convirtiéndolo en un infierno. La cosa va en aumento en la escuela haciendo muy
difícil la convivencia con los compañeros por el carácter autoritario. La
situación alcanza el disloque en el momento en que Dios dispone que un pequeño
dictador obtenga el poder. “Estando atestados de toda injusticia, fornicación,
perversidad, avaricia, maldad, llenos de
envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores
de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia” (Romanos 1. 29-31). Comportamiento que se
manifiesta con más o menos intensidad en el ciudadano de a pie pero que se
percibe de manera extrema en el dictador.
Un informe de Human Right
Watch que acompaña la nota de prensa citada previamente, se puede aplicar con
matices en todas las naciones, incluso en las que presumen ser “democracias
consolidadas”. La investigación titulada: “Valemos menos que un animal”, habla de
abusos y violaciones del debido proceso durante la detención preventiva en
Corea del Norte, subrayando las lagunas del sistema penal y del marco jurídico
del preso que resulta en la tortura generalizada y sistemática de aquellos que
están arrestados. El informe da varias
recomendaciones al régimen para poner fin a la tortura endémica y degradante en
centros de prisión preventiva e interrogatorios. Según la nota de prensa el
informe es el resultado de entrevistas realizadas a 46 norte coreanos que habían
sido detenidos.
A pesar de que los
dictadores pueden terminar sus vidas no siendo “comidos por los gusanos” como
le sucedió a Herodes Agripa I, no podrán justificar sus crímenes cometidos
cuando tengan que presentarse ante el tribunal de Cristo y tengan que escuchar
de los labios del Juez: “Os digo que no sé de dónde sois, apartaos de mí todos
vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes” (Lucas 13: 27,28). No les
valdrá la excusa: “Tú nos has dado la autoridad y el poder”.
Octavi Pereña i Cortina
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