dilluns, 20 de març del 2017

PROVERBIOS 30: 24,26

“Cuatro cosas son las más pequeñas de la tierra y las mismas son más sabias que los sabios…Los conejos pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra”
El sabio escritor de Proverbios se refiere a cuatro cosas muy pequeñas que hay en la tierra que son más sabias que los sabios: las hormigas, los conejos, las langostas y las arañas. De las cuatro nos quedaremos con los conejos porque: ponen su casa en la piedra”. Manifiestan estos roedores su sabiduría porque buscan refugio para hacer sus madrigueras en la piedra. ¿Qué enseñanza aportan los conejos a nuestra vida espiritual ya que el escritor sagrado no tiene interés alguno en que nos hagamos expertos en la crianza de conejos?
¿Qué nos enseñan los conejos para que lo podamos aplicar en nuestra vida cristiana?, que la roca es el lugar más adecuado para edificar nuestra casa. Para Jesús, ¿quién es el hombre prudente y sabio? Nos dice que lo es la persona que construye su casa sobre la roca. “Descendió lluvia y vinieron ríos, y soplaron vientos y golpearon contra aquella casa, y no cayó porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7: 24). ¿Pretende Jesús convertirnos en arquitectos especializados en construir edificios a prueba de terremotos e inundaciones? Sí, en arquitectos que sepan dónde edificar su casa espiritual. La persona sabia y prudente lo es la que construye su vida sobre Cristo, la Roca.
A partir del instante en que pecó Adán, él y su descendencia se convirtieron en insensatos que edifican sus vidas sobre la arena. En vez de vidas justas que es la imagen de Dios que deben reflejar, presentan la imagen de su padre el diablo, el padre de mentira que los lleva a la destrucción eterna. A partir de la Caída, el ser humano deja de amar la luz de Dios y se siente atraído por las tinieblas satánicas. El resultado de aquel acto desafortunado de Adán  del que todos procedemos, es el desastre. Todo es confusión que nos conduce a la miseria que nos afecta a todos. De Adán hemos heredado su necedad y nos comportamos como necios carentes de prudencia y sabiduría.
A pesar de nuestra rebeldía Dios sigue amándonos hasta el punto que entregó a su Hijo unigénito a morir por nosotros para liberarnos de nuestra necedad desafiante que persiste en hacer que construyamos nuestra casa espiritual sobre arena. ¿Permitiremos que el amor de Dios nos toque para convertirnos en personas sabias y prudentes que edificamos nuestras vidas sobre la Roca a prueba de inundaciones que es Cristo Jesús?


PROVERBIOS 30: 5,6

“Toda palabra de Dios es limpia, Él es escudo a los que en Él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso”
“¿Qué pasaría si tratásemos a la Biblia como lo hacemos con nuestro teléfono móvil, si la llevásemos siempre con nosotros, si hiciéramos marcha atrás a buscarla como hacemos cuando nos olvidamos del móvil? En efecto, si llevásemos siempre la Palabra de Dios en el corazón, ninguna tentación podría separarnos de Dios y ningún obstáculo podría impedir hacer el bien”. Cualquier creyente en Cristo suscribiría estas palabras. Se las haría suyas porque sabe que las Sagradas Escrituras son inspiradas por Dios para su bien. ¿Qué pensaría si esta citación que transcribo, su autor es el papa Francisco? No puedo afirmarlo con rotundidad. Preferiría equivocarme y creer que estas apalabras dicen lo que afirman. Pero no puedo hacerlo. Tengo mis dudas respecto a su sinceridad.
Todos los creyentes en  Cristo creemos que “toda palabra de Dios es limpia, Él es escudo a los que en Él esperan”. Los creyentes en Cristo que somos guiados por el Espíritu Santo damos por ciertas estas palabras porque Él las afirma en nuestro corazón y decimos: Las creemos.
“Toda la palabra de Dios es limpia, Él es escudo a los que en Él esperan”, es la primera parte del versículo y Él nos enseña que “es escudo a los que en él esperan”. ¿Cuántas veces no hemos dicho: gracias Señor, por la ayuda que de Él hemos recibido por haber salido victoriosos de una crisis? Ahora viene la prueba del algodón que descubre si la afirmación “toda la Escritura es inspirada por Dios” la creemos o no. La prueba que descubre la veracidad o mentira de nuestra fe de la inspiración divina de la Escritura es. “no añadirás a sus palabras”. La doctrina católica y el papa Francisco, añaden a las Escrituras, por lo que son “hallados mentirosos”.
¿Qué de nosotros los cristianos evangélicos que siempre vamos con la Biblia bajo el brazo? La leemos en los cultos y cantamos himnos que la ensalzan. Seamos sinceros: no nos engañemos ni pretendamos engañar a Dios. Somos hallados mentirosos porque muchas de las cosas en las que creemos no se encuentran en las Escrituras, y las defendemos a capa y espada que son palabra de Dios. Le hemos mentido a Dios de muchas maneras. Apocalipsis acaba diciendo algo que puede aplicarse perfectamente a toda la Biblia: “Si alguno añade a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (22: 18,19). ¿Qué dice la prueba del algodón respecto  a lo que decimos creer?
                         http://octavipderenyacortina22.blogspot.com


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