LUCAS 1:47
“Y mi espíritu se regocija en Dios mi
Salvador”
¿De
dónde se ha sacado la Iglesia católica
que María fue concebida sin pecado? Si todos los descendientes de Adán y María
fue uno de ellos, no pudo ser concebida sin pecado. La Biblia afirma
categóricamente: “Como está escrito. No hay justo ni aun uno” (Romanos 3:10).
En el texto que comentamos María afirma tajantemente: “mi espíritu se regocija
en Dios mi Salvador”
El
8 de diciembre la Iglesia católica celebra, según ella dice, la concepción
inmaculada de María. El 15 del mismo mes la cristiandad conmemora el nacimiento
de Jesús, Nombre que significa: “salvará a su pueblo de sus pecados”. ¿No son
incompatibles ambas celebraciones? Pueblo de Dios no lo son todos quienes se
llaman cristianos. Esta población está limitada a los que son escogidos desde
antes de la fundación del mundo y que en un momento de su historia, por la
predicación del Evangelio y por la fe que es regalo de Dios, creen que Jesús es
su Salvador, su único Salvador porque “en ningún otro hay salvación, porque no hay
otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
(Hechos 4.12). Coincidiendo con el salmista: “aborrezco a los que esperan en
vanidades falsas, pero yo en el Señor he esperado” (Salmo 31:6).
Salvador
Giménez, Obispo de Lleida. En su escrito “La fiesta de la Inmaculada”, entre
otras cosas dice: “además de contemplar y admirar las excelencias de María, sus
hijos hemos de dar un paso más en la vida cristiana. El anhelo de imitarla
debería ser una constante en los cristianos”. Ante el enaltecimiento que el
obispo de Lleida hace de María me siento obligado a hacerle una pregunta: ¿Qué
hace usted de los Diez Mandamientos? ¿Y qué del preámbulo que dice: “Yo soy el
Señor tu Dios…No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen…No te
inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy el Señor tu Dios, fuerte,
celoso…” (Éxodo 20: 2-6)?
En
su escrito el obispo dice: “El deseo de imitarla debería ser una constante en
los cristianos”. Pienso que el obispo se equivoca de modelo a imitar. A pesar
que diga que “a lo largo de la historia muchos escritores, narradores,
ensayistas o poetas han cantado admirablemente esta calidad de la Madre de
Dios”, lo cierto es que es un modelo defectuoso a imitar. Los defectos del
modelo se sobreponen a los del imitador, por lo cual, imitando a María no se
alcanza “pureza, limpieza de corazón, que olvidamos la duplicidad de nuestros
sentimientos, que tengamos claridad y transparencia en todos nuestros actos”,
según el obispo.
El
apóstol Pablo nos indica a quien debemos imitar: “Sed imitadores de mí, así
como yo de Cristo” (1 Corintios 11: 1). Pablo nos insta a imitarle en su
imitación a Cristo: Jesús es el modelo perfecto. Teniéndolo como único modelo
nos acercaremos a la perfección que el Padre requiere de sus hijos.
APOCALIPSIS 3:20
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo,
si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo
¿Qué tipo de
puerta es la que el Señor llama? Es una puerta cerrada a cal y canto, protegida
con planchas de hierro y cerrojos que la cierran herméticamente. Es una puerta
que impide la entrada de cualquier influencia externa. Pero esta puerta no se
puede resistir a la voluntad del Señor que la hace añicos y entra para iluminar
en las tinieblas satánicas que mantienen el alma en el error y la obliga a
mantenerla cerrada., Pero Jesús que es más fuerte que Satanás que esclaviza al
hombre la da un puntapié y la puerta se hace añicos. El Señor se introduce en
el interior del alma y la resistencia del pecador se derrite como la cera
cuando se le acerca una fuente de calor.
Saulo de Tarso
se recluía detrás de una puerta que protegía su alma de toda influencia externa
que no fuese la que él quería escuchar. Al oír la voz que le decía: “Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues?, no puede resistirse al llamado y, dice: “¿Quién
eres Señor?…Él temblando y temeroso dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?”
(Hechos 9:1-6). La dulce voz del Señor cambió la dureza del corazón de Saulo en
un corazón de carne sensible a la voz del Señor.
C. S. Lewis,
conocido filósofo ateo británico describe como era su puerta que quería impedir
que Dios pudiera ejercer influencia en su alma. “En mi vocabulario no existía
una palabra que expresase el odio más profundo que el vocablo intromisión.
Pero el cristianismo estaba situado en el centro de lo que a mí me parecía un
intruso trascendental. No existía en las profundidades de la propia alma que no
pueda rodear con un muro de alambre espino protegido con el aviso. “prohibida la entrada”, Y era lo que yo quería, un espacio aun cuando fuese pequeño, del que
pudiese decir a los otros seres: “Esto es un asunto mío y sólo mío”
Si Saulo de
Tarso fue derribado del caballo por la voz del Señor Jesús. Si C. S. Lewis, eminente filósofo que había
racionalizado el ateísmo tuvo que claudicar ante la brillante luz de Jesús que
disipó sus razonamientos erróneos, ¿No va a poder contigo, estimado lector?
http://octaviperenyacortina22.blogspot.com
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