dilluns, 25 de novembre del 2019


LA MENTIRA TIENE RECOMPENSA

Una viñeta de <b>El Roto</b> muestra una señal de desprendimiento de piedras que se coloca en las carreteras para alertar a los conductores. En el interior del triángulo una boca vomitando piedras. El texto: “Peligro, Proclamas”. Las piedras que vomita la boca bien se podrían sustituir por serpientes  y ranas que es como se suelen representar las palabrotas que a menudo salen por nuestras bicas. <b>El Roto</b>, en la ilustración, nos avisa del peligro de las proclamas de los políticos acompañadas de mucha gesticulación teatral para darles énfasis. Esta charlatanería destructiva no sirve para el bien de las personas que la escuchan. Vociferan amor a la Patria, pero lo que consiguen es hacer todavía más profundo el abismo que los separa de la ciudadanía. Esta charlatanería destructiva, Santiago nos dice dónde se origina: “Y la lengua es un fuego puesto entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno” (Santiago 3: 6). Jesús describe al autor de las proclamas incendiarias que pronuncian los salvadores de la Patria para destruir a quienes según ellos pretenden desmantelarla: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8: 44).
En tanto Satanás a quien Jesús llama “príncipe de este mundo”,  tiene los días contados porque no se le permitirá hacer eternamente sus fechorías. (Juan 12: 31). Mientras no llegue el final de su mandato seguirá inflamando las lenguas de los hombres y en particular las de los políticos como vemos que lo hace hoy.
El libro de Proverbios trata extensamente las maneras como el diablo inflama las lenguas de las personas. Si se le hace una ojeada podrá saberse cómo lo hace y cuando lo sepamos tendremos una noción de la procedencia del lenguaje grosero que daña a nuestros oídos.
La lengua, este miembro musculoso que tenemos colocado en el interior de nuestra boca, entre otras cosas sirve para articular palabras. El corazón espiritual, centro de mando, envía al cerebro lo que tiene que decir y el énfasis que tiene que poner a las palabras. El cerebro retransmite el mensaje a la lengua y a los lugares adecuados para que las palabras vayan acompañadas de la gesticulación apropiada. Ya que el centro de mando del lenguaje verbal y gestual es el corazón espiritual, tenemos que saber lo que Jesús dice al respecto: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno, y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6: 45). Por nacimiento natural todas las personas nacemos siendo malas, predispuestas a hacer lo malo con más o menos gravedad. Jesús sigue diciendo: “O haced el árbol bueno, y su fruto bueno; o haced el árbol malo, y su fruto malo, porque por el fruto se conoce el árbol” (Mateo 12: 33). En tanto el árbol no se haga bueno es de esperar que su fruto sea malo con sus respectivos matices.
Un ejemplo de lengua movida por un corazón malo: “Una lengua falsa atormenta al que ha lastimado, y una lengua lisonjera hace resbalar” (Proverbios 26:28). La mentira jamás busca el bien de la persona que adula.  Nos encontramos en la edad de la posverdad. La mentira está tan extendida que cuando se dice la verdad no se la cree. La fábula del pastorcillo y el lobo es una buena ilustración  de lo que decimos. El pastorcillo una y otra vez gritaba pidiendo ayuda porque un lobo atacaba a las ovejas. Cuando llegaba gente para ayudarlo, el pastorcillo se reía de ellos porque los había engañado. Al final vuelve  a pedir ayuda a gritos, pero nadie le hace caso. En esta ocasión sí que vino el lobo e hizo estragos en el rebaño. Moraleja: la mentira es un bumerang que se gira contra los que la usan.
“Estas seis cosas el Señor las odia:…la lengua mentirosa…el testigo falso que habla mentiras…” (Proverbios 6:16-19).
A los cristianos de Éfeso el apóstol Pablo los escribe para decirles: “Por lo cual desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4: 25). Lo que el apóstol pide a los cristianos es un comportamiento que acredite que verdaderamente lo son. Son muchos quienes dicen que son cristianos, los políticos entre estos muchos. Éstos no hace falta decir que utilizan la mentira como arma para desprestigiar y destruir a sus oponentes. Al final de Apocalipsis Jesús dice al apóstol Juan que escriba: “Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Primero y el Último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la ciudad. Mas estará fuera…todo aquel que ama y hace mentira” (22 14,15). Será una decepción de eterna duración para aquellos que considerándose cristianos  y seguros de tener acceso a las mansiones celestiales no se les abrirá la puerta que da acceso a las mansiones celestiales porque en el Reino de Dios no tiene entrada nada que sea impuro. Ser mentiroso tiene un coste.
Octavi Pereña i Cortina



dilluns, 18 de novembre del 2019


LA MUJER HOY

<b>La perversidad de algunos hombres hace que la mujer sea noticia</b>
A los cinco acusados de haber violado a una adolescente de catorce años en Manresa,se les imputa el delito de abuso sexual y no de agresión sexual, porque el juez ha considerado que los acusados no hicieron uso de la violencia ni de la intimidación porque no les hizo falta porque la víctima estaba inconsciente después de haber bebido alcohol y fumado porros.
Un problema que en vez de intentar solucionar muchos miran hacia otro lado haciendo ver que no lo ven. Incluso algunos jueces cuando tratan el tema de la violencia machista lo hacen con espíritu machista, banalizando las agresiones.
El periodista tratando el tema que nos concierne le pregunta a la actriz <b>Inma Cuenca</b>: ¿La educación es la solución a largo plazo? ¿Y a corto? La actriz responde. “Pues desgraciadamente deberían endurecerse las penas. Como en la mayoría de los casos que me parece no haya manera  de erradicar es lo único que funciona, en donde la concienciación falla. Es una pena para que no nos maten o para que alguien no tire la basura que ponga en riesgo el equilibrio de la tierra se tenga que amenazar y sancionar. No sé cómo no es posible no entender que hay mujeres que conviven con quienes serán sus asesinos Mire es muy difícil salir a la calle de noche y que tengamos que ir mirando atrás todo el rato pendientes de si se acerca alguien que pueda agredirte o violar. Cualquier mujer desde la adolescencia lo hace, estamos acostumbradas. Tenemos el radar conectado desde que salimos a la calle. Un hombre no, un hombre sale tranquilo. Es una gran diferencia… Hace unas semanas cada día había un asesinato por violencia machista. ¿Qué está pasando? A veces pienso que esto cada vez más se parece a un manicomio. Es una locura que solamente pueda cortarse con la educación, pero como en este tiempo los políticos no se ponen de acuerdo entre ellos”. El entrevistador le dice: Algunos partidos niegan claramente que exista este tipo de violencia específica, <b>Inma Cuenca</b> responde: “Y no les cae la cara de vergüenza. Incluso hemos visto a mujeres diciendo esto en las noticias. Taparlo es una aberración. Además de una mentira, porque los números hablan por sí solos, pero se intenta tapar un problema tan terrible que debe hacerse visible cuanto más mejor. No sé a qué se debe este deseo de negar la evidencia  y dejar desprotegidas a las mujeres. Que nos están matando. Que no haya otra manera de verlo ni de decirlo”.
La diversidad de manifestaciones delictivas tienen un origen común: el pecado de Adán. La violencia contra la mujer si es que se desea atajarla se tiene que ir a buscarla en la sentencia condenatoria que el Creador dictó contra Eva por haberse dejado seducir por la serpiente y haber inducido a Adán a comer también del fruto del árbol prohibido. La sentencia que Dios pronunció contra Eva fue: “Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” (Génesis 3. 16). Ya sé que a muchos no les va a gustar lo dicho. La pregunta que hago a quienes no quieren ver en el castigo divino contra Eva el origen de la violencia contra la mujer, ¿qué explicación dan a su existencia y que no se encuentre la manera de eliminarla? Se pretende combatirla con concentraciones que exigen que se ponga fin a la violencia contra las mujeres. La violencia contra la mujer se ríe al ver la manera como se pretende erradicarla. La respuesta a las concentraciones que denuncian su presencia es el aumento de violaciones en <i>manada</i> por grupos de hombres cada vez más jóvenes, incluso menores de edad. Los expertos dicen que esto se debe al consumo de pornografía que se inicia en la infancia. Es posible que eso sea así porque las imágenes estimulan la lascivia y teniendo un modelo de comportamiento que no es el correcto. El modelo que ofrece la pornografía es el del hombre dominador que por la fuerza somete a la mujer a su dominio. A la mujer no se la considera objeto del amor que busca su bien, sino de brutalidad que produce satisfacción sexual sádica. El respeto a la víctima no cuenta. Así no iremos bien.
Es cierto que el apóstol Pedro se dirige a maridos cristianos cuando escribe: “Vosotros maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente dando honor a la mujer como vaso más frágil” (1 Pedro 3: 7). No todos los maridos golpean salvajemente a sus esposas, pero pocos son los que “viven sabiamente con ellas. Los chistes picantes que tanto proliferan por whatsaap y otros medios electrónicos demuestra que el respeto a la mujer deja mucho que desear. Solamente cuando todos los hombres se conviertan a Cristo las mujeres podrán andar por la calle sin tener que ir mirando atrás todo el rato pendiente de si se acerca alguien que pueda agredirlas o  violarlas, como lo expresa la actriz Inma Cuenca.  Como esto no se ha producido, las mujeres deben extremar su precaución en las salidas nocturnas y en la concentración de personas que se producen en las fiestas mayores  y en los festivales musicales.
Octavi Pereña i Cortina



MATEO 16:11

“¿Cómo no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardarais de la levadura  de los fariseos y de los sacerdotes?
A mendo se busca fuera de las iglesias a los enemigos. Es la manera más fácil de sacudirse las pulgas. Los enemigos del cristianismo salen de entre sus filas. La Biblia lo deja bien claro en multitud de textos. Debido a los avisos bíblicos dejemos de mirar al exterior para descubrir a los enemigos de la fe que se han infiltrado en las iglesias y hagamos una mirada introspectiva tal como aconseja la Sagrada Escritura.
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructivas, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina” (2 Pedro 2:1).
“Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina” (1 Timoteo 1:3).
“Mas os ruego hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que habéis aprendido y recibido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos” (Romanos 16: 17, 18).
De la misma manera que en el  Antiguo Testamento los profetas del Dios Altísimo se veían obligados a denunciar a los falsos profetas que inducían a los israelitas  a adorar a falsos dioses, también en el Nuevo los apóstoles se veían obligados a avisar a las iglesias de la presencia de falsos pastores que buscan engordarse a sí mismos a costa de los incautos que con zalamerías los inducen a alejarse del Señor para perdición de sus almas.
El versículo que sigue al que sirve de  base a esta meditación, dice: “Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos”  (v.42). ¿Cómo pueden los cristianos del siglo XXI guardarse de la doctrina de fariseos y saduceos que se han infiltrado en las iglesias cubiertos con pieles de ovejas? Solamente existe una manera de hacerlo: Siendo conocedores de la letra de toda la Biblia e interpretada  bajo la dirección del Espíritu Santo que  fue quien inspiró a hombres de Dios a escribir lo que es Palabra de Dios. No olvidemos que la interpretación de la Biblia no es cuestión privada.


NEHEMÍAS 8: 10

“Porque día santo es a nuestro Dios, no os entristezcáis porque el gozo del Señor des vuestra fuerza”
El pueblo estaba reunido en la plaza como un solo hombre: “Y el sacerdote Esdras trajo la Ley delante de la congregación, y leyó en el libro en presencia de todos los que podían entender, y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la Ley” (v.3). El contexto del versículo que comentamos nos indica la buena predisposición de escuchar atentamente la lectura de la Ley que hacía el sacerdote Esdras ante el pueblo reunido en la plaza.
No era fácil la vida de los judíos que habían regresado de Babilonia para reconstruir el templo y la ciudad de Jerusalén. Esdras y sus colaboradores que le ayudaban en la tarea de hacer entender la Ley al pueblo, les dijeron: “No os entristezcáis, porque el gozo del Señor es vuestra fuerza”. Los oídos prestos a escuchar la Palabra de Dios tiene la consecuencia de producir gozo en el oyente que escucha atentamente, actitud que lleva a recibir fuerza para enfrentarse a las dificultades del día a día.
Las circunstancias adversas de  la vida pueden llevarnos al desánimo. Los que reconstruían las murallas de Jerusalén además del esfuerzo físico que requería la reconstrucción, se debe añadir los enemigos de Israel que querían impedir que la reconstrucción del templo y de la ciudad se completase. El oír atento de la Palabra siempre conduce al gozo del Señor que es nuestra fortaleza.
¿Estamos tristes, desengañados frustrados, porque vientos adversos nos traen desolación? El Maligno, por todos los medios que pueda imaginar intenta conseguir que consideremos que nuestras vidas son un fracaso. Intenta conseguir que los molinos de viento se conviertan en gigantes invencibles. Ante ellos nos vemos como enanos. No temáis hombres de poca fe: “El gozo del Señor es nuestra fortaleza”. Si los entorpecimientos de la vida los afrontamos confiando en Jesús saldremos victoriosos de los encuentros. El cuerpo a cuerpo entre Goliat y David parecía la lucha entre un gigante y una pulga. La pulga se fortaleció en el Señor con lo que consiguió que se debilitase la fuerza física del gigante y la debilidad de la pulga recibiese la fuera de Sansón. El invencible fue derrotado por la pulga revestida del poder del Señor. Con Jesús a nuestro lado somos más que vencedores.
Si nos encontramos desalentados, entristecidos, escuchemos atentamente la Palabra de Dios que nos dará el gozo del Señor que es nuestra fuerza.



dilluns, 11 de novembre del 2019


RESPONSABILIDAD HUMANA

<b>Quien siembra vientos recoge tempestades</v>
El periodista <b>Víctor M. Amela</b> trata con <b>Ferdinand von Schirach</b>, abogado, periodista y escritor, el tema de la responsabilidad que tiene el hombre de sus actos. El entrevistado al tratar el tema de la responsabilidad penal de los autores de genocidios puso como ejemplo a una persona muy cercana:  su abuelo <b>Baldur von Schirach, que con 25 años  fue nombrado por Hitler cabeza de las Juventudes Hitlerianas, después gobernador de Viena hasta el final de la guerra.
Pienso que <b>Ferdinand von Schirach</b> se merece un reconocimiento por referirse a su abuelo de la manera como lo hace. El periodista le hace una pregunta directa que muchos intentarían esquivar: ¿Lo exculpa usted? La respuesta debería hacernos reflexionar a todos: “No, mi abuelo fue culpable. Podría haber escogido otro camino, eligió a Hitler y sus crímenes”. El abuelo de Ferdinand fue juzgado en Núremberg, donde declaró: “La juventud alemana es inocente. Es culpa mía haber educado  a la juventud en la fe en Hitler, el hombre que juzgué irreprochable y que resultó ser el asesino de millones de seres humanos”. El nieto reprocha a su abuelo no “haber defendido la dignidad humana individual”. Los dictadores, grandes o pequeños, tienen mucho palique.  Saben embaucar a las personas. Se presentan con falsa personalidad. Pero la responsabilidad de dejarse engañar es de quien lo permite. “Pudiendo escoger”, dice Ferdinand, “otro camino escogió a Hitler y sus crímenes”. La  verdad es que me gusta la sinceridad con que <b>Ferdinand von Schirach</b> habla de su abuelo. Podría defender su honor culpando a Hitler y la maquinaria publicitaria dirigida por Goebbels. No lo hace  y reconoce que su abuelo es responsable de sus actos. Otros tiran pelotas fuera culpando a Dios de lo que pasa en el mundo. Argumentan: ¿Por qué permite lo que ocurre? <b>Ferdinand von Schirach</b> consciente o inconscientemente se pone al lado de lo que enseña la Biblia: “No os engañéis, Dios no puede ser burlado: todo lo que el hombre siembra, eso también segará” (Gálatas 6:7). Dios no ha creado al hombre zombi, lo ha dotado con el don del libre arbitrio, puede escoger entre el bien y el mal. Aun cuando no sea creyente en Cristo, posee lo que los filósofos llaman ley moral, que es el pábilo vacilante que le queda de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios. La conciencia le dicta lo que está bien y lo que está mal. El libre arbitrio de que dispone le permite escoger libremente. Desgraciadamente prefiere escoger el mal y las consecuencias las vemos en ese mundo en llamas que es un anticipo de lo que es el infierno eterno. “Mi abuelo”, dice <b>Ferdinand von Schirach</b> “no activó el último resorte de su conciencia para apartarse del crimen. Escogió el camino del mal de manera consciente y sostenida en el tiempo. Fue culpable”. La declaración de la Biblia es contundente: “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3: 10). Esta no tiene porqué ser la condición del hombre. Jesús vino a deshacer con su muerte y resurrección el daño que Adán con su desobediencia causó a toda su descendencia ya que por nacimiento de mujer todos nacemos siendo hijos del diablo.
Los dirigentes religiosos judíos presumían de ser descendientes de Abraham por lo que creían que formaban parte del pueblo de Dios. Jesús les quita la careta cuando les dice: “Vosotros sois de  vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8. 44). Las características de ser hijos de un padre espiritual como lo es el diablo son: “Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas…”(Gálatas 5: 19-21). Estas son las características que manifiestan que  los hombres en general son hijos del diablo.
El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de Corintio, les dice: “De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” (1 Corintios 5: 19). Quienes han creído en Cristo son nuevas criaturas que han dejado de ser hijos del diablo para convertirse por adopción en hijos de Dios. Las características de ser hijos de Dios son: “Amor, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:.22, 23).
La sociedad intenta resolver la diversidad de delitos que se cometen diariamente con policías, jueces, cárceles y todos los medios disuasorios que nos podamos imaginar. El esfuerzo es costoso económicamente y de resultado  estéril porque se atacan las consecuencias pero no la raíz de los problemas. Que tiene que haber jueces, policías, abogados, cárceles, sin duda alguna, todos ellos son necesarios para frenar de algún modo la delincuencia, pero la causa de los males que nos perjudican socialmente es espiritual. Este es el campo que debe trabajarse. Es competencia exclusiva de las iglesias cristianas que tienen que anunciar con toda claridad que Jesús es el médico que cura la enfermedad espiritual, el pecado, que es el causante de la diversidad delictiva que crece exponencialmente. Sin Jesús, cuya sangre limpia todos los pecados no se encontrará solución a la delincuencia de cuello blanco y de mono azul.
Octavi Pereña i Cortina



1 SAMUEL 30.6

“Mas David se fortaleció en el Señor su Dios”
David con el propósito de huir de la persecución de Saúl busca refugio en Aquis, rey de Gad que le dio como lugar de residencia Siclag. Poco después se prepara la guerra entre filisteos e israelitas, que acabaría con la muerte del rey Saúl y de sus hijos. Aquis convoca a David para la batalla. Los príncipes filisteos al ver que  David y  sus hombres se encuentran en el campamento filisteo le piden a Aquis que los despida. Tienen miedo de que  durante la batalla se pongan al lado de Saúl. David regresa a Siclag. Al llegar se encuentra que el pueblo ha sido pasto de las llamas, los bienes robados  y esposas e hijos hechos cautivos. “David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y sus hijas” (v. 6). El versículo finaliza dando a conocer la reacción de David ante la posibilidad de que sus hombres le matasen: “Mas David se fortaleció en el Señor su Dios”.
En un mundo dominado por Satanás que “ha sido homicida desde el principio” (Juan 8: 44), no debe extrañarnos que sin buscarlo nos encontremos en situaciones que si no ponen en peligro nuestras vidas, sí que nos atemorizan. Al redactar este comentario, en Catalunya, debido a las protestas que han sido el resultado de la sentencia condenatoria de los políticos encarcelados, el ambiente se ha enrarecido. En algunas manifestaciones se han dado casos de mucha violencia. La gente tiene miedo. ¿A dónde van en busca de socorro y protección? No saben a dónde ir. Si son católicos invocarán a María y a todos los santos habidos y por haber. Como Jesús no les ha abierto los ojos, son ciegos que deambulan por lugares desconocidos tropezando acá y acullá. Andan perdidos porque no le han pedido a Dios que les conceda el Espíritu de su Hijo que como el Buen Pastor que es, les guie en la travesía por el valle de sombra de muerte a manantiales de aguas frescas y cristalinas y pastoreándolos por delicados y nutritivos pastos.
Volvamos a los rescoldos de Siclag. David se encuentra ante un peligro de muerte real. Sus hombres están doloridos. Con este estado de ánimo pueden cometer cualquier barbaridad. Humanamente hablando David se encuentra solo ante el peligro. Pero no está solo. Es amigo de Dios. Levanta sus ojos hacia el cielo e implora al Dios que le fortalece.
La destrucción de Siclag no consta en la Biblia por casualidad. La historia de David y Siclag ha sido escrita para instrucción nuestra, para que sepamos que en cualquier situación horripilante podamos acudir  al Padre de nuestro Señor Jesucristo para que nos fortalezca.


2 SAMUEL 3:37

“Y todo el pueblo y todo Israel entendió aquel día que no había procedido del rey matar a Abner hijo de Ner.
Los cristianos que están en política, especialmente si ocupan altos cargos en la Administración, tienen una responsabilidad añadida: dar testimonio de Jesucristo de manera que el Nombre del Señor no sea blasfemado por su proceder.
Los reinos de la Tierra no son el Reino de Dios en el cual impera la justicia en su máxima expresión y esplendor. Los reinos de la Tierra están infectados de pecado. Los políticos y funcionarios de la Administración que son cristianos, dentro de los límites que impone su condición de pecadores perdonados por haber creído en el Señor Jesús, deben vivir santamente. En sus quehaceres diarios deben honrar al Dios tres veces santo al que sirven. En medio de la corrupción que infecta a la Administración Pública deben comportarse con la máxima honradez.  Si dirigen la nación, un ministerio, un departamento, una sección o simplemente son funcionarios, en los diversos niveles de la Administración en que se encuentren, tienen que poner la máxima atención en servir fielmente al Señor en quien han creído.
David fue u rey que tuvo el corazón de Dios. Fue un verdadero hombre de ·Dios. La Biblia expone sus carencias. Él mismo confiesa que era un pecador necesitado del perdón de Dios, pero no podía impedir que sus subordinaos se comportasen con el decoro debido.
El reino de David atravesaba una situación crítica. Hacía poco que había sido proclamado rey de Judea y estaba en guerra con la casa de Saúl. Joab general del ejército de David se enfrenta al ejército de Is-boset, hijo de Saúl. En el enfrentamiento Abner mata a Asael hermano de Joab. La guerra prosigue y Abner visita a David para firmar un tratado de paz que permita que David vuelva a ser el rey de todo Israel.. Abner regresa a casa. Cuando Joab vuelve de la guerra  se entera del tratado acabado de firmar. Sin desvestirse de la armadura sale en pos de Abner. A traición lo mata. Un subordinado de David comete el asesinato de un general amigo. David ignora lo sucedido. Nada tiene que ver con un asunto tan degradante. Lo importante es que David hombre de Dios no se vio manchado por el crimen cometido por el general de su ejército. “Todo el pueblo y todo Israel entendió aquel día que no había procedido del rey el matar a Abner hijo de Ner”. Quiera el Señor que los políticos que se consideran cristianos no se encuentren vinculados en las muchas maniobras delictivas que se cometen entre bastidores por los políticos deshonestos.



dilluns, 4 de novembre del 2019


LEY MORAL

<b>¿Merece confianza la ley moral?</b>
¿Qué es lo que más nos interesa? La respuesta que es muy probable que den muchas personas es: La corrupción política, la falta de moral, la injusticia, la mentira disfrazada de posverdad, el más allá, la felicidad, el sentido de la vida, el estrés laboral, la violencia en general…
Lo políticamente correcto que no es nada más que mirar hacia otro lado es lo que normalmente se hace cuando llega el momento de tener que enfrentarnos a los temas de interés que he nombrado. ¿De qué manera tenemos que abordarlos para intentar darles respuesta? A menudo lo hacemos de manera visceral. El raciocinio ha desaparecido. En nuestro interior se enciende un fuego que desprende un espeso humo  negro que no nos permite afrontar como es debido como <i>homo sapiens sapiens</i> que se dice  somos. Lo cierto es que de <i>homo sapiens sapiens</i> tenemos bien poco, pues, la manera como reaccionamos ante los tema que consideramos de interés no lo hacemos con la sabiduría que debería darnos considerarnos <i>homo sapiens sapiens</i>.
Lo que hace que se den tantas cosa que nos interesan que afectan a nuestra felicidad es la ausencia de Dios en nuestras vidas. Dios existe y desea relacionarse con nosotros para bendecirnos, pero, la irracionalidad con que encaramos los temas que decimos que nos importan impide que lo hagamos con sensatez. El <i>homo sapiens sapiens</i> no se deja ver  debido a la irracionalidad que domina a la hora de afrontar su solución.
Si en verdad se desea encontrar remedio a los problemas que nos importan porque afectan a nuestra felicidad se tiene que tener en cuenta a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. En caso contrario no se va a encontrar solución a los problemas que nos afectan directamente y que hacen que la vida sea desagradable, que no merece la pena vivirla. En algunos casos el desasosiego puede llevar al suicidio.
Aceptamos que el fabricante de un artilugio haga que le acompañe un manual de instrucciones para que el usuario haga un buen uso de él. Eso que consideramos normal, no queremos saber nada cuando el Creador ha dado también un manual de instrucciones para el buen funcionamiento del hombre que ha creado, para que se comporte como debe hacerlo quien ha sido creado a imagen y semejanza de su Creador.
Los filósofos dicen que para que el hombre se comporte como <i>homo sapiens sapiens</i> necesita la ley moral. Los cristianos decimos que es la Ley de Dios, el Decálogo, lo que nos conviene. Los filósofos han podido redactar la ley moral a pesar de que el pecado ha deformad la imagen y semejanza de Dios  en que han sido creados. A pesar de este deterioro “la lámpara del Señor es en el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón” (Proverbios 20: 27). El pecado ha convertido la lámpara del Señor en un pábilo vacilante  que sigue desprendiendo algo de luz. Esta luz tenue presente en el espíritu del hombre caído en pecado es lo que ha permitido a los filósofos redactar la ley moral.
Los cristianos tenemos presente la Lay de Dios. Coincidimos en buena parte con la ley moral de los filósofos. De ellos nos separa algo básico, es que ha sido el mismo Dios quien ha revelado su Ley. Yo soy Dios quien habla “todas estas palabras” (Éxodo 20: 1). Los filósofos gracias a la tenue luz existente en sus espíritus redactan la ley moral para bien los hombres que la cumplan. La evidencia nos muestra que los destinatarios de la ley moral no la cumplen ni de lejos. Por eso las cosas que nos interesan para disfrutar la felicidad permanecen escondidas polvorientas en la buhardilla.
La Ley de Dios también tiene el propósito de que los hombres la cumplan. La condición de pecadores impide que se cumpla: “cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos” (Santiago 2: 10). Por ejemplo: “No cometerás adulterio” (Éxodo 20.14), dice la Ley de Dios. Muchos dirán que no han cometido dicho pecado porque aseguran que han  permanecido fieles a sus respectivas parejas. ¿Qué dice Jesús al respecto? “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera  que mira a una mujer (u hombre) para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5: 27,28). ¿Quién dice que jamás ha cometido adulterio espiritual? La ley de Dios no hay nadie que la cumpla. Todos estamos condenados, si no fuera que la Ley de Dios tiene una función educativa: Hace ver que somos pecadores: “de manera que la Ley ha sido nuestro mentor, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas 3: 24). Justificar significa perdonar. El pecador no tiene que hacer nada para su salvación, excepto creer en Jesús crucificado  para perdón de los pecados. No olvidemos que la fe es un regalo de Dios. El pecador perdonado deja de ser un esclavo del pecado y de ser hacedor de maldades más l menos graves. Ha empezado una nueva manera de vivir que aborrece todo aquello en que antes de la conversión se deleitaba.
He aquí lo que dijo Jesús cuando escuchó que los escribas y fariseos, los buenos de la película, se quejaban a sus discípulos de que comiese con los cobradores de impuestos y pecadores: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos (personas buenas) sino a pecadores al arrepentimiento” (Marcos 2. 17)
Octavi Pereña i Cortina



NEHEMIAS 8:3

“Y todos los que podían entender y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la Ley”
El pueblo reunido en la plaza como un solo hombre dijeron a Esdras “que trajese el libro de la Ley de Moisés, la cual el señor había dado a Israel” (v.1). Nos  encontramos reunidos en el lugar destinado al culto. En el atril se encuentra abierto un ejemplar de la Biblia. ¿Qué hacemos con ella?  Pueden darse dos situaciones opuestas. Una nos lo dice el texto que es motivo de esta reflexión: tener los oídos dispuestos a escuchar lo que dice la Ley. La otra la manera de reaccionar a la invitación que                                       el rey hace a la boda de su hijo. La respuesta fue que los invitados no quisieron asistir. (Mateo 22: 1-13). Es una clara alusión al pueblo de Israel que no quiere escuchar la invitación que Jesús hace de que crean en Él como el Mesías prometido. Los asuntos temporales tienen prioridad con respecto al reino de Dios. Así les va a los judíos por haber rechazado el Mesías anunciado por los profetas.
El rey de la parábola se enoja contra sus siervos que lo menosprecian negándose a asistir a la boda de su hijo. Envía a sus siervos a salir a la calle a invitar aquellos que previamente no habían sido convidados a la boda: “y la boda se llenó de convidados”. El pueblo de Israel no quiere asistir al banquete  boda del   hijo de Dios. El vacío dejado lo ocuparán los gentiles. Para nosotros los cristianos es un toque de atención. ¿Con qué atención asistimos a los cultos? ¿Están nuestros oídos atentos a lo que dice la  Biblia? ¿Existe en nuestros corazones hambre y sed de la Palabra de Dios o nuestra asistencia a los cultos es la costumbre adquirida de cumplir con el precepto dominical?
La parábola de las cinco vírgenes necias y de las cinco prudentes es una clara advertencia de que tenemos que estar preparados para la venida gloriosa de nuestro Señor Jesucristo para estar con Él en el banquete de bodas del Cordero. Si viene y no llevamos puesto el vestido de boda que es de lino blanco y resplandeciente, que es la señal de que la sangre que Jesús vertió en la cruz del Gólgota ha limpiado todos nuestros pecados, la puerta que da acceso a la sal del banquete permanecerá cerrada. Habremos  sido excluidos del banquete. Si el Espíritu Santo da testimonio a nuestro a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios llevamos puesto el vestido de lino blanco resplandeciente. Que Jesús venga en el momento que crea oportuno ya que la puerta que da acceso al salón del banquete de bodas estará abierta de par en par. Nuestro nombre está escrito en el lugar que el Rey ha reservado para nosotros.


SALMO 65: 4

“bienaventurado el que escoges  y atraes a ti, para que habite en tus atrios, seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo”
El autor de este salmo es David que hace una confesión del concepto que tiene de sí mismo. “Las iniquidades prevalecen contra mi” (v. 3). “Bienaventurado el que escoges  y atraes a ti”. La bienaventuranza no se refiere a personas que se consideran buenas. Los que ejercen la violencia intergeneracional. Los que se hacen zancadillas los unos a los otros…Son muchas las personas que se consideran buena porque ven la mota en el ojo del vecino pero no ven  la biga que hay en su propio ojo. La ceguera que hay en sus ojos les impide ver su propia maldad. David que no tiene un concepto equivocado de sí mismo no tiene ningún inconveniente de reconocer ante Dios y ante los lectores de su poema: “Las iniquidades prevalecen ante mí”.
Dios ha permitido que el poema de David se conservase en la Biblia para nuestra edificación espiritual. Desmiente que Dios busque a buenas personas para que sean bienaventuradas al ser escogidas para que habiten en los atrios del templo, manera de decir “en su presencia”.
Al oír Jesús que los escribas y fariseos se quejaban a sus discípulos de que comiese con los cobradores de impuestos, colectivo rechazado por los judíos por su colaboración con Roma, y con pecadores, el Señor les dice: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores” (Marcos 2: 17). Bienaventurados son los pecadores que Jesús llama para perdonarles sus pecados.
Los pecadores que David considera bienaventurados por haber sido escogidos por Dios, no lo hace para que mantengan con Él una relación superficial, los podríamos llamar domingueros. Los escoge para que mantengan con Él una relación íntima. Han nacido de nuevo por la fe en Jesús el Salvador y los ha convertido en templo del Espíritu Santo. Por haber sido adoptados como hijos de Dios llaman con convencimiento Padre a Dios. Esta relación íntima del creyente en Cristo con Dios, el salmista la ilustra con estas palabras: “Para que habite en tus atrios, y seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo”