dilluns, 24 de febrer del 2014


MARCOS 15:15


“Y Pilato queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús”

En este texto encontramos un ejemplo de mal quehacer de gobierno. Pilato sabía que los judíos querrían deshacerse de Jesús movidos por la envidia. Tenía la certeza de que Jesús era inocente  y quiso liberarle haciendo uso de la costumbre de que el gobernador romano liberaba a un preso durante la Pascua. No pudo conseguirlo porque la plebe instigada por los sacerdotes vociferaba: “crucifícale, crucifícale” . Ante la insistencia de la plebe Pilato se limpió las manos como considerándose inocente de condenar a muerte a un justo.

El texto nos dice el motivo por el cual Pilato cedió a condenar a Jesús ¡Queriendo satisfacer al pueblo”. La Biblia nos  dice que los magistrados están puestos por Dios para administrar justicia y, como dice el apóstol Pablo. “No para infundir temor al que hace el bien, sino al malo…no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo” (Romanos 13:3,4). Pilato no administró verdadera justicia porque tuvo miedo de la multitud exaltada ya que temía que si soltaba a Jesús los judíos irían a Roma a denunciarlo al emperador y podría perder su empleo al ser degradado y ser enviado a un inhóspito y remoto punto del Imperio.

Un magistrado jamás debe gobernar impulsado por el deseo de satisfacer al pueblo que clama por una injusticia. Un gobernante jamás debe actuar motivado por el deseo de satisfacer las demandas del pueblo ni a los deseos de sus superiores. Lavarse las manos ante situaciones difíciles y ceder a cometer una injusticia presionado desde abajo o desde arriba  no le exime de cometer una injusticia, de la cual es responsable. Es pecado saber lo que es bueno y hacer lo malo. Dios, el Juez justo juzgará dicho pecado. No servirán de nada las excusas, diciéndole a Dios: “tuve miedo”. Dios le contestará: “Te condeno por tu pecado”.

Dios nos ha credo con la facultad de pensar lo cual nos permite discernir entre el bien y el mal. A nosotros nos toca tomar decisiones y ser responsables de la elección escogida. Si decidimos hacer el bien recibiremos la bendición de Dios. Si nos decantamos por el mal recibiremos la condena divina. Dios es justo y da a cada uno lo que sus acciones se merecen ya que en Él no hay parcialidad.

Que nuestras decisiones no sean tomadas por el deseo de querer agradar a otras personas sino por el anhelo de querer complacer a Dios cueste lo que cueste.


PROVERBIOS 15:27


“Quien codicia ganancias injustas perturba su casa, pero quien odia los regalos vivirá”

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). El texto de Proverbios es de una gran actualidad. España se ve sacudida por la corrupción que sin respetar las más altas esferas de la Administración desciende impetuosamente inundando con su miseria en todos los niveles sociales. Pero aún hay más, la Unión Europea se ve aturdida  por el alto nivel de corrupción que invade a sus instituciones.

La razón de la proliferación de la corrupción se debe a que el hombre no puede vivir sin Dios y, como desgraciadamente lo hace, el vacío que deja su ausencia se debe llenar con otro dios, siendo uno de ellos Mammon (riquezas). Jesús hace sonar la señal de alerta cuando dice: “Ninguno puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24). En tanto la filosofía que se cree sea la de “no hay Dios” como piensa el necio en su corazón será totalmente imposible frenar la marea de corrupción que invade  todas las esferas sociales. Aquí tenemos el aviso que debemos tener en un lugar bien visible de nuestros hogares,  en las mesas de trabajo en nuestras oficinas: “La raíz de todos los males es el amor al dinero” (1 Timoteo 6:10), “el cual”, sigue diciendo el apóstol Pablo, “codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.

“Quien codicia ganancias injustas perturba su casa”. Que se lo pregunten a la infanta Cristina y a su marido, a los afectados por el caso Gurtel,  Bárcenas y Correa y tantos otros que hacen la lista interminable, los nombre de los cuales ocupan espacios preeminentes en los medios de comunicación que por cauterizadas estén sus conciencias se ruborizan de vergüenza y hacen sufrir a sus familiares por el bochorno que les provoca ver sus nombres publicados, y verse acusados con la mirada por las personas con las que se cruzan en los espacios  públicos. Esto sería un mal menor si no fuera porque hoy vienen a buscar a sus almas y lo que han atesorado injustamente, ¿de quién será?

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dilluns, 10 de febrer del 2014


RENOVARSE O DESCALABRO


<b>La educación académica por si sola no es suficiente para frenar el tsunami de corrupción que amenazan destruir a nuestra civilización</b>

<b>José Antonio Merina</b> en su escrito <i>Sis Sigma</i> “funcionar al máximo nivel de rendimiento”, trata la dramática situación política en la que estamos inmersos, que ni las urnas que deberían transmitir transparencia, no consiguen curar la enfermedad que convierte a un buen número de políticos en ineptos y corruptos.

El señor <b>Marina</b> elogia la inteligencia humana que ha conseguido que de manera sistemática la aviación haya conseguido funcionar al máximo nivel de rendimiento. Refiriéndose a la política, el escritor dice: “Cuando la inteligencia humana se obstina en hacer bien las cosas, las hace. Por esto me escandaliza que no ha conseguido establecer criterios de calidad, ni formar a sus protagonistas, ni elaborar maneras de prevenir riesgos. No somos conscientes de la gravedad de este asunto”.

Dejemos a la aviación en que la “formación de los pilotos es durísima y continua, los protocolos de revisión de los aparejos minuciosos, rígidamente reglados”. A Medicina, por ejemplo, además de los 6 años de carrera se le debe añadir el Mir y los años de prácticas que en total suman un mínimo de 11 años. La pregunta que muchos nos hacemos es: Si para conseguir plaza en la Administración pública se exige a los candidatos un mínimo de formación, ¿por qué a los políticos no se les requiere un certificado que garantice su idoneidad para desempeñar bien la labor pública? Si a un médico que comete un error se le exigen responsabilidades, ¿por qué al político no se le impone la misma obligación  según el compromiso adquirido? Parece ser que la clase política forma parte de otra galaxia que elimina el dicho de que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley. De hecho, pero, hay ciudadanos de primera y otros de clases inferiores. Esto no es transparencia democrática. Es un agravio que debe repararse inmediatamente.

¿Necesitan los políticos formación permanente para poder estar a la altura de sus responsabilidades? Evidentemente sí. He buscado en Google el tema: “Cursos de formación de políticos”Aparece un montón. Todos ellos tienen que ver con el perfeccionamiento técnico, pero no hay rastro de algún curso que tenga que ver con el perfeccionamiento de los políticos como personas. Se estimula la formación permanente para estar al día y no quedarse desfasados ante la meteórica innovación en todas las materias. En cambio, no se menciona para nada la necesidad de renovación interior permanente que en definitiva es la clave para saber poner los conocimientos técnicos adquiridos y puestos al día a disposición de los ciudadanos a los que dicen servir. El buen gobernante no depende tanto de las leyes como de las cualidades morales y éticas.

De <b>Leon Tolstoi</b> es esta declaración: “Es más fácil hacer leyes que gobernar”. Según los expertos en España hay miles de leyes que se mueren de asco guardadas en la oscuridad de los archivadores. Las pocas que se utilizan, la Constitución es una de ellas, se las usa como arma arrojadiza que produce esclerosis política porque no se utilizan para bien del pueblo sino en provecho de quienes las esgrimen. El resultado es que las leyes que deberían ser útiles hacen hedor como las aguas encharcadas que no se renuevan. La buena calidad moral del gobernante impide que las leyes se conviertan en sogas que asfixien e impidan la renovación de pensamiento que debe caracterizar al buen político.

Dios habla y se dirige, en este caso a los políticos, con el símil de un padre que aconseja a su hijo: “Oíd hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura. Porque os doy buena enseñanza, no desamparéis mi ley. Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia, no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca, no la dejes, y ella te guardará, ámala y te conservará. Sabiduría, ante todo adquiere sabiduría, y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia” (Proverbios 4:1-7). La sabiduría que el padre recomienda que su hijo debe obtener  (en nuestro caso al político) es conocer a Dios. Este es un proceso que no tiene fecha de caducidad porque es un alzarse hacia el Infinito utilizando la Biblia, la herramienta que el Señor ha puesto a nuestra disposición para poder adquirir la ternura de corazón que le permiten empatizar con el ciudadano, lo cual impide que las leyes que deben servir para el bien del ciudadano se conviertan en chupadoras de la renovación mental si se consiente que se transformen en hornos que endurecen el pensamiento, convirtiendo la política de algo útil en algo desprestigiado que arruina el país. Si los políticos no renuevan diariamente su pensamiento buscando la sabiduría divina no pueden convertirse en hombres en todo el amplio sentido que tiene la palabra hombre.

Europa llama a somatén para luchar contra la corrupción que amenaza a su futuro. No sabe como hacerlo. Saltan a la palestra muchos partidos pequeños que compiten con los grandes y que reducen sus límites. Tampoco resuelven el problema de la corrupción que nace del hecho que tanto gobernantes como gobernados no han aprendido a buscar con seriedad a Dios que se da a conocer en la Biblia, libro muy conocido en la sociedad occidental pero que nos es muy poco familiar. Este error es lo que impide luchar contra la corrupción que se esconde en el interior de cada persona esperando la oportunidad de poderse manifestar con mayor intensidad.

Octavi Pereña i Cortina

 

 

PROVERBIOS 15:32


“El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma, pero el que escucha la corrección tiene entendimiento”

El Señor, a partir del momento en que una persona se convierte a Cristo comienza en ella un proceso de purificación, de santificación, de perfeccionamiento que el Señor no dará por concluido hasta que no lo haya completado. No en vano el Señor Jesús nos dice: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48). Aún cuando sea hecho superficialmente, el examen que  uno hace de mismo descubre que en nosotros hay muchas cosas que nos afean, que la santidad con que estamos revestidos no se manifiesta con la pureza con que sería de desear y de la existencia de un  corazón con la tendencia a de alejarse de Dios. Si no fuera porque el Señor no nos suelta, ¿cuál sería nuestro futuro?

A partir de la conversión a Cristo la persona se convierte en alguien muy valioso a los ojos de Dios porque la tal persona es un hijo de Dios. Dicho de otra manera: es un diamante en bruto. Cuando el diamante se extrae de la mina sólo los expertos saben apreciar el valor que tiene a pesar de la fealdad manifiesta por las impurezas que en él están adheridas.

El nuevo creyente en Cristo, a pesar de que instantáneamente se ha convertido en un verdadero hijo de Dios y todos su pecados han sido borrados por la sangre que Jesús vertió  en el Gólgota, sigue manteniendo adheridas las impurezas de su vida pasada que no permiten exteriorizar la  belleza que acompaña a tal filiación. Para que pueda resplandecer con toda su hermosura el creyente debe pasar por un proceso de purificación que  durará todo el tiempo que permanezca en esta tierra y que culminará en el día de la resurrección cuando todas sus manchas y arrugas desaparecerán sin dejar rastro.

El apóstol Pedro escribiendo “a los expatriados de la dispersión” les dice que son “guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 Pedro 1:5), lo cual, a los que “han sido elegidos según la presciencia de Dios” produce alegría. Aquí viene a cuento el texto de Proverbios que comentamos: “Aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego sea hallado en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (vv.6,7).

“El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma, pero el que escucha la corrección tiene entendimiento”.

http://octaviperenyacortina22.blogspot.com


PROVERBIOS 15:30


“La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena noticia conforta los huesos”

¿Somos conscientes de lo agradecidos que deberíamos estar a Dios porque podemos gozar del maravilloso don de la vista, que nos ha dado este complejo órgano que son los ojos y que nos permiten ver la impactante belleza de la creación? Podemos asombrarnos de la hermosura de la creación porque Dios nos ha concedido el don de la vista. Quienes gozamos de ella, ¿nos hemos preguntado alguna vez cómo nos sentiríamos si nos volviésemos ciegos? Es un motivo de agradecimiento el hecho de que nos la conserve.

“La luz de los ojos alegra el corazón”. La naturaleza con toda su diversidad y belleza, el sol y la luna, los millones de estrellas que resplandecen en la negrura de la noche nos hablan de un Creador que quiere alegrar a nuestros corazones con su presencia en ellos. Contemplar la obra de las manos de Dios puede hacer desaparecer la necedad de decir que Dios no existe.

“La buena noticia conforta los huesos”. Con los ojos podemos leer en el libro de la creación    que dice que Dios existe. Creer en la existencia del Creador es algo tan bueno que alegra el corazón. La creación nos habla de un Dios todopoderoso pero no nos dice nada de la personalidad del Creador, pero puede ser un primer paso para llegar a creer en el Dios Creador que se revela en Jesucristo. Pero, la buena noticia que nos llega por medio de la Palabra revelada de Dios conforta los huesos porque nos habla de la naturaleza de Dios y de su amor a los hombres en dar a su Hijo unigénito a morir por el pecado de los hombres. Esta buena noticia sí que alegra el corazón y conforta los huesos porque nos recuerda que Dios nos ama y quiere bendecirnos con el don de la vida eterna.

El problema radica en la necedad de nuestro corazón que nos hace creer que Dios no existe y que podemos prescindir totalmente de Él. Podemos deshacernos de Él así lo deseamos, pero no podemos evitar los efectos de hacerlo, que siempre son contraproducentes: No hay alegría en nuestro corazón y nuestros huesos están descoraznados.Negar a Dios no es algo intrascendente que podamos hacer con total impunidad. Negar a Dios es pecado y vivir en pecado significa muerte eterna. David nos da el ejemplo a seguir: “Mi pecado te declaré” (a Dios), “y no encubrí mi integridad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor, y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (Salmo 32:5). El rey comienza el poema con una exclamación de gozo: “Bienaventurado aquel cuya trasgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño” (vv.1,2). David se vuelve a Dios para pedirle perdón, siendo el resultado: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche  se agravó sobre mí tu mano, se volvió mi verdor en sequedades de verano” (v.4). Dios que es luz atravesó los ojos de David dándole alegría al corazón afligido, y el Hijo, que es la buena noticia, entró por sus oídos y le confortó los huesos.

dimarts, 4 de febrer del 2014


DOS DESTINOS


 Las riquezas mal empleadas dan satisfacción temporal. A la larga, desgracia

La Biblia que es la Palabra de Dios dirigida al hombre no envejece ni se convierte en un pergamino apreciado por los historiadores. Posee la capacidad de mantenerse lozana en el devenir de los siglos. Los escenarios cambian. Los decorados se adaptan a los nuevos tiempos. Se transforman las modas en el vestir. El hombre sigue siendo el mismo a pesar de las transformaciones producidas en su entorno. Dios no ha muerto. Su palabra tampoco y sigue siendo una fuente de agua refresca que satisface la sed espiritual del alma del hombre del siglo XXI.

 Los fariseos que formaban parte de la clerecía del tiempo de Jesús, que amaban el dinero, se burlaban de lo que decía el Maestro. Jesús les dice: "Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, porque lo que los hombres tienen por sublime delante de Dios es abominación" (Lucas 16:15). Este texto es una serial de precaución que nos alerta que se debe tener en cuenta lo que sigue, que nos encontramos ante un mensaje que es muy importante para el lector.

Un día, Jesús dirigiéndose a sus discípulos les dice: "De cierto os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mateo 19:23,24). Jesús nos avisa para que no miremos al dinero con excesiva alegría, pensando en las muchas cosas que se pueden adquirir con él y la satisfacción que nos producen las posesiones. El dinero como objeto material es neutro. No es ni bueno ni malo. La calidad moral del dinero se la concedemos según como lo usamos.

Las parábolas son relatos terrenales con un significado espiritual. Por lo tanto ilustran de manera entendedora las cuestiones que el Señor quiere enseriar a sus oyentes. Como los fariseos, entre otros, amaban el dinero Jesús narra la parábola de Lázaro y el hombre rico. Brevemente describe a los personajes principales: "Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico, y aún los perros venían y le lamian las llagas" (Lucas 16:19-21)

 La parábola nos muestra dos clases sociales claramente diferenciadas: la opulenta que goza de todos los placeres de la vida y la marginada que no sabía en donde caer muerta, que tiene como única compartía la de los perros que le lamen sus heridas.

El hombre rico banqueteaba espléndidamente, el pobre deseaba saciarse con las migajas que caían de la mesa del rico. Según las estadísticas, a pesar de la crisis, ha aumentado el número de los millonarios y debido a la misma crisis ha incrementado el número de los pobres que ansían saciarse con las migajas que caen de las mesas de los ricos.. Por un lado aumenta el número de quienes banquetean espléndidamente y por el otro el de quienes dependen de la ayuda asistencial privada. Al ver el contraste social nos indignamos de la injusticia existente. Dos clases sociales que se ignoran: la opulenta y la misteriosa. Pero el relato no finaliza aquí. Jesús prosigue la narración de la parábola: "Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham, y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó los ojos estando en tormentos..." (vv.22,23).

Hay un tiempo para morir que siempre llega. Los dos hombres dejan de respirar y la actividad cerebral finaliza. Lázaro, según el texto, simplemente murió y lo más probable que fuese arrojado en una fosa comuna sin la presencia de ningún familiar ni amigo que llorasen su partida. El rico, dice el relato, fue sepultado y es de imaginar el cortejo fúnebre siguiendo al féretro y una coral de plañideras lamentado la muerte del hombre "bueno", tal corno se acostumbra a considerar a todos los difuntos aunque en vida su carácter moral dejase mucho que desear. En las exequias ambos hombres siguen estando separados el uno del otro. La parábola se está acercando a su clímax. Nos dice que la existencia de ambos hombres no finaliza con la muerte física. En el más allá Lázaro y el hombre rico abren los ojos. Lázaro se ve transportado por ángeles hacia el seno de Abraham, expresión hebraica que significa el cielo. El rico de manera trágica se ve en el Hades, el lugar de los muertos con el significado de Infierno. Para entender una parábola no es necesario detenerse en los detalles, sino en el significado del conjunto. La enseñanza de la parábola es que después del deceso los seres humanos se pueden encontrar gozando de la gloria eterna o sufriendo condena infernal, que también es eterna. El destino en el que se encuentran se debe a la consecuencia de lo que habían hecho estando aquí en la tierra. Los ricos no hacen una buena inversión cuando acaparan riquezas a menudo haciendo desgraciadas a las personas que las habían ganado para ellos. Se recoge lo que se siembra.

Octavi Pereña i Cortina